Alfred Thayer Mahan es considerado como uno de los estrategas navales más importantes e influyentes de la historia naval moderna. Su libro más famoso La influencia del Poder naval en la Historia (1660-1783), ha sido traducido a varios idiomas, y su teoría es estudiada por las principales Academias de Guerra del mundo. Pero a mí me cae mal. El libro mencionado lo encontré bastante latero, sólo recomendable en caso de padecer insomnio. Tiene peores; otro llamado Estrategia Naval es reconocido por el mismo como uno de los peores que escribió. Fue reconfortante cuando leí la siguiente cita del almirante francés y estratega Raoul Castex: “Verdadero coraje se necesita para perseverar hasta el final de uno de sus libros.” (Sumida, 1997, p. 3). Este pensador y estratega naval se relacionó con Chile bastante más de lo que probablemente él hubiera querido. Estuvo presente en el término de la Guerra del Pacífico como comandante del USS “Waschusett” y luego participó en la planificación ante una eventual guerra contra Chile. Por supuesto que nada de lo anterior es motivo para que me caiga mal. Algo de teoría a través de sus cartas Como marino, Alfred Thayer Mahan ya a temprana edad destacó por un ojo marinero bastante esquivo. Uno de sus numerosos ejemplos ocurrió durante la Guerra Civil, como segundo comandante del USS “Pocahontas”. El 7 de noviembre de 1861, estuvo directamente implicado en un incidente como oficial de guardia, cuando colisionó a la corbeta “Seminole” de la * Capitán de Fragata, Oficial de Estado Mayor. (rodrigo.arancibia.ci@usnwc.edu). n Alfred Thayer Mahan. Chile fue una molestia para Alfred Thayer Mahan; la Guerra del Pacífico representó en la práctica que el poder naval es relativo, que existen grados de control del mar que pueden ser aplicados para la consecución de objetivos específicos, desasociado de la condición de ser una potencia o no. REVISMAR 3 /2016 61 Unión, la cual se encontraba anclada. Presumido como era, desestimó cualquier responsabilidad por su error, sugiriendo que la culpa era de su superior, el capitán Drayton, quien posteriormente señaló con sarcasmo: “Durante su guardia, ha hecho una buena cantidad de deberes de Estado Mayor; presentando menos que lo usual en sus obligaciones marineras.” (Lankiewicz, 2006). Cosa distinta es su perseverancia como estratega e historiador. Sus inicios como pensador naval se encuentran en sus cartas, de donde se pueden extraer sus ideas originales y obtener interesantes aspectos poco conocidos de este estratega con respecto a nuestro país. Respecto a su obra más famosa, de la que se han escrito libros explicando su teoría, su contenido comienza a develarse luego de ser notificado por el almirante Stephen B. Luce para que dicte clases en la entonces nueva Academia de Guerra Naval que se creara en Newport, Estado de Rhode Island, en octubre de 1884. En carta fechada en Panamá, 16 de mayo de 1885, remitida al primer director de la Academia de Guerra Naval de Estados Unidos; almirante Stephen Luce, Alfred Thayer Mahan expresa: “... Pretendo comenzar con una consideración general del mar como una carretera para el comercio, pero también para ataques hostiles de los países ribereños, prestar atención en las principales rutas comerciales, luego considerar las fuentes del poder marítimo o su debilidad; habitantes, aptitud nacional, puertos con sus posiciones relativas a las rutas comerciales y costas enemigas. Propongo después llevar adelante casos, desde la historia antigua a la moderna, sobre el efecto de las Armadas y el control del mar en pequeñas y grandes campañas (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume I 1847-1889, 1975, pp. 606-607). Unos meses después, en carta fechada en East 15th Street, New York, 22 de enero de 1886, remitida también al almirante Luce, detalla: “Con respecto a mi programa de conferencias, mis ideas no han alcanzado la precisión que me gustaría para enviárselas a Us. En general son las siguientes: Pienso empezar con una apreciación general del mar, sus usos para la humanidad y a las naciones, el efecto del cual el control o falta de éste tiene sobre su desarrollo pacífico y sobre su poderío militar. Esto naturalmente conducirá, y probablemente será incluido en la misma n USS “Pocahontas”. n US. Naval War College, 1885. MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: Mahan vs Chile 62 conferencia, a una consideración de las fuentes del Poder Naval, comercial o militar; dependiendo de la posición de un país en particular, el carácter de su costa, sus puertos, el carácter y objetivos de sus habitantes, la posesión de guarniciones militares en diversos lugares del mundo, sus colonias y recursos críticos…”. En el párrafo siguiente indica: “Luego de dicha declaración de los variados elementos del problema, por supuesto ilustrado con ejemplos específicos, el camino estaría abierto para la historia naval”. Luego de indicar los ejemplos históricos que utilizaría, Mahan cuestiona la validez de los ejemplos históricos para la guerra naval moderna, pero indica: “Tengo suficientes cosas para trabajar en varias conferencias interesantes, pero cómo transformar esto en material instructivo para el futuro. Realmente no he tenido el tiempo para analizarlo y conscientemente me he negado a considerar más de una cosa a la vez. Sin embargo, hay por aquí y por allá, destellos de luz. Por ejemplo estrategia, que se diferencia de la táctica, tendrá abundantes ejemplos; las ventajas y desventajas de la posesión de poder naval y sus efectos en campañas específicas deben siempre contener lecciones útiles”. Finalmente indica que buscará hacer una analogía con las enseñanzas del estratega Antoine-Henri Jomini, indicando: “...Espero encontrar analogías, y ante un admirable sistema de un estilo de guerra, espero contribuir algo al desarrollo del estudio sistemático de la guerra en otra área.” (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume I 1847-1889, 1975, pp. 622-624). ¿Por qué Jomini? Si bien se podría pensar que debe haber influido su padre, Dennis Hart Mahan, profesor en West Point, quien utilizaba al estratega suizo como fuente principal para sus clases, no existe evidencia directa de haber influenciado a su hijo al respecto, pero utilizó sus principios de concentración, el valor estratégico de una posición central y líneas interiores, la relación entre la logística y el combate como fuente principal para sus teorías (Crowl, 1986, pp. 444-477). Lo anterior no fue más que los inicios de Alfred Thayer Mahan como pensador naval, en una época marcada por cambios profundos. En tecnología, producto de la revolución industrial que afectó todos los aspectos de la conducción de los Estados. Así, mientras Gran Bretaña en los inicios del siglo XIX era el garante de la seguridad internacional; el surgimiento de nuevas potencias como Alemania y Japón, llevó a Gran Bretaña a ejercer su influencia en lugares específicos, concentrando su poder nacional para la consecución de sus intereses particulares. En lo que respecta a la conducción política de Estados Unidos, las consecuencias de la guerra civil de ese país, con más de 600 000 bajas en una población estimada de 31 millones, acechaba una pregunta a los dirigentes políticos de la época. ¿Cómo alejar los horrores de la guerra? La respuesta a esta pregunta la dio indirectamente Mahan. Un gran poder naval, de características oceánicas, concentrada a distancia de la costa, podría defender al país a través de una batalla decisiva, donde los daños materiales y en vidas humanas estarían circunscritos a las consecuencias de un solo combate, que por supuesto había que ganar. De esa forma se daba una respuesta en apariencia lógica y racional al problema. Alfred Thayer Mahan en Chile Alfred Thayer Mahan se recibió de comandante del USS “Wachusett” en el puerto de Callao, Perú, el 9 de septiembre de 1883. Su primera recalada a Chile la hizo en el puerto de Antofagasta, el 30 de septiembre del mismo año, visitando luego los puertos de Caldera, Coquimbo y Valparaíso. Al año siguiente realiza varias comisiones hacia Chile, siempre con puerto base en Callao. En carta fechada USS “Wachusett”, 26 de Julio de 1884, con destinatario a Samuel A. Ashe, amigo cercano de Mahan, le da una descripción de nuestras costas, señalando luego: “Tu no desconoces los aspectos generales de la guerra entre Chile y Perú; como nuestro país aparentemente considera que tenemos algunos asuntos con ellos, estamos bastante involucrados a esta franja de costa que te he mencionado”. Posteriormente indica que desde el límite norte de Perú hasta Valparaíso, “... ninguna sombra de verde se deja ver, excepto en las contadas ocasiones cuando un riachuelo proveniente de las montañas deja una angosta franja de campos labrados y pequeños árboles. La costa es tan limpia que puedes gobernar un buque casi en contra de los acantilados, que se elevan abruptamente hasta alturas que varían entre 1500 a 700 pies.” Luego menciona historias que ha escuchado sobre el desierto florido y concluye respecto a Chile, diciendo que nuestro REVISMAR 3 /2016 63 país es de “...particularmente nulo interés para el viajero casual, aunque un naturalista, anticuario, o explorador que no tema a los peligros y privaciones de los viajes por las montañas, distante de las comodidades de la vida moderna, podría encontrar abundante recompensa.” No se queda callado para opinar respecto de nuestras mujeres: “Se dice que las mujeres de Lima son lindas; pero el veredicto general es que las chilenas no lo son. Hasta el momento he concluido que lo último es cierto, pero no he comprobado lo primero.” Posteriormente opina respecto al entonces inminente repliegue de nuestras tropas desde Lima, señalando: “Se eligió un Congreso y se ratificó un tratado de paz cediendo valioso territorio a Chile; y este país, habiendo asegurado todo lo que quería y aparentemente exitoso en engañar a los países extranjeros que protestaron, ahora deja Perú para que se gobierne a sí mismo, una hazaña de la cual es tan capaz de realizar como mi hijo de 3 años de edad.” Finalmente continúa explicando los riesgos de una inminente guerra civil en presencia de la Escuadra de Estados Unidos que, “... de acuerdo a la doctrina Monroe, está atada a este lugar.” (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume I 1847- 1889, 1975, pp. 571-574). Esta es la carta más extensa y detallada que escribió a bordo del USS “Wachusett” referida a Chile, pero no será la última vez que acapararemos su atención. El USS “Wachusett” zarpó en marzo de 1885 desde Callao rumbo a San Francisco. La última carta que menciona a Chile durante ese viaje está dirigida a Samuel A. Ashe, fechada como USS “Wachusett”, en la mar, 11 de marzo de 1885, donde se refiere al estado de su marina. En ella indica: “O debemos continuar sufriendo o debemos fortalecernos en la indiferencia-descarada de hecho. En Callao, que acabo de dejar, había tres buques extranjeros-uno Chileno-uno Italiano-uno Alemán. El primero un poderoso, aunque de segunda categoría, blindado de una nación de 2 000 000 de almas...” Posteriormente continúa exponiendo la necesidad de que Estados Unidos invierta en una marina poderosa, argumentando: “La manera más segura de mantener la paz es ocupar una actitud amenazante. Creo que nuestra posición geográfica produce que hacer la guerra contra nosotros sea improbable, pero la disuasión más segura será una flota de cruceros rápidos que ataquen el comercio enemigo… Sin embargo, mi teoría se basa en disuadir un posible enemigo, particularmente si se complementa con una defensa adecuada en nuestros puertos principales.” (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume I 1847-1889, 1975, pp. 592-593). Es interesante ver cómo el pensamiento de Alfred Thayer Mahan evoluciona hacia una concepción más ofensiva durante el transcurso de sus años como profesor y estratega. Respecto a las acciones navales de la Guerra del Pacífico, Alfred Thayer Mahan se refiere tangencialmente a ellas, pero varios años después. El editor de la revista Century, le solicitó a Mahan que emitiera su opinión respecto a un artículo1 que se publicaría a futuro. En carta dirigida a Robert U. n USS “Wachusett”. MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: Mahan vs Chile 1. Wetmore, Claude H. 1898. “A Famous Sea-Fight. The Engagement in 1879 off the Bolivian Coast Between Peruvian and Chilean Ironclads”. En The Century (Illustrated Monthly) Magazine. Vol. LV, No. 6, abril de 1898, pp. 902-911. New York. El artículo se encuentra disponible en Internet. 64 Johnson, fechada en Slumberside, Quogue, Long Island, 15 de julio de 1895, indica: “Estimado Señor Johnson: Le reenvío el artículo sobre el “Huáscar”, que lo he leído dos veces. Como una descripción de una batalla naval para marinos, lo considero prácticamente sin valor alguno. Como una imagen de las escenas a bordo -una vista introspectiva, para decirlo de alguna forma- puede que sea exacta, y es de seguro terrible.” Posteriormente continúa detallando errores técnicos y sugiere leer los informes de los tenientes T.B. Mason y Duncan Kennedy (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume II 1890-1901, 1975, pp. 423-424). Se puede inferir que Chile no gozaba de la simpatía de Mahan. Lo anterior le servirá de motivación para nuestro segundo encuentro, que será casi diez años después. En el intertanto, Alfred Thayer Mahan se desempeñó como profesor de estrategia naval y táctica, luego como segundo presidente del US Naval War College, siendo sucedido por el Comandante Caspar F. Goodrich, para luego asumir nuevamente como presidente del US Naval War College a mediados de julio de 1892. En este período, Mahan volverá a poner los ojos sobre Chile. Mahan vs Chile, segundo tiempo En 1889, asumió en Estados Unidos un nuevo secretario de marina, Benjamin F. Tracy. Su reporte anual de ese año marca el comienzo oficial de la llamada Armada de Acorazados de ese país y la adopción formal de una estrategia naval ofensiva dirigida principalmente contra las principales potencias europeas, indicando: “Debemos poseer una flota de acorazados que derrote a la flota enemiga en su aproximación, porque no es aceptable que los Estados Unidos sean vulnerables a un ataque en los límites de sus puertos.” (Hagan, 1991, p.195). Esta posición no era aceptada por todos, existiendo una corriente importante que abogaba por una marina abocada a la guerra de corso y a la defensa costera. Chile sirvió como un argumento a favor de Tracy. El crucero “Esmeralda” apareció a fines de abril de 1891, sin aviso, frente a las costas de California. El despliegue del “Esmeralda”, se debe entender en el contexto de la ansiedad del gobierno de Estados Unidos en caso de tener que intervenir producto de la revolución que vivía Chile. Existieron dos crisis que nos tuvieron al borde de la guerra. La primera fue el encuentro entre el USS “Charleston”, crucero de 4000 toneladas, con nuestro crucero “Esmeralda” en las cercanías de la n USS “Wachusett”. REVISMAR 3 /2016 65 bahía de Acapulco. La segunda crisis fue la más grave, ocurrida en Valparaíso el 16 de octubre de 1891. Pese a que la revolución había terminado, el gobierno de Estados Unidos había decidido mantener un buque, el USS “Baltimore”, al mando del comandante y futuro almirante Winfield S. Schley. El Comandante, viendo que la situación estaba tranquila en Chile, tuvo la mala idea de autorizar a bajar a tierra a su tripulación. En una trifulca con chilenos, ocurrida en un bar de mala muerte, resultaron muertos dos marinos de Estados Unidos y 36 heridos. Un punto importante de mencionar es que, en opinión de Estados Unidos, el bando congresista estaba equivocado y que sólo habían respondido a los intereses de compañías europeas de salitre, por lo que los sentimientos hacia los marinos de Estados Unidos en Chile, eran más bien hostiles (Ross, 2002, p.9). Dejando detalles de la crisis aparte, esta fue aumentando hasta llevarnos al borde de la guerra. El plan de guerra de Estados Unidos fue supervisado directamente por el Secretario de Marina Benjamin F. Tracy. El Concepto de Operaciones se encuentra en el libro Between the Andes and the Ocean escrito por William Eleroy Curtis, quien cita directamente al Secretario de Marina respecto a algunos aspectos de la planificación, donde indica entre otras cosas: “Luego, todo el carbón disponible de la costa del Pacífico fue comprado por el Gobierno, y fue arrendado el vapor más grande que poseía Collis P. Huntington para llevarlo a Montevideo.” Los preparativos iban en serio, también se arrendó un buque para ser usado para reparaciones. Posteriormente indica: “Cuando se hicieron estos arreglos, el comandante Mahan fue invitado para entrevistarse con el Secretario de Marina. Antes de la entrevista, se había delineado un completo plan de acción. De acuerdo al plan, la primera orden a ser emanada era concentrar la flota. El punto de concentración fue acordado y sería transmitido a los tres comandantes de flota con órdenes para comenzar las operaciones. El almirante Gherardi estaría al mando de las flotas unificadas. De acuerdo al plan, luego que las flotas se concentraran, se dirigirían a Chile, incitando a los buques chilenos a mantenerse bajo la protección de los cañones de Valparaíso, para luego atacar toda la costa de Chile. Las minas de carbón del sur de ese país debían ser incautadas, de manera de cortar el suministro de carbón a los buques del enemigo, y todos los otros detalles se analizaron posteriormente. Luego llegó la nota de disculpas chilena, ofreciendo una indemnización de $75 000, que fue repartida entre los marineros que habían sido heridos y a las familias de los fallecidos.” (Curtis, 1900, pp. 411-413). Alfred Thayer Mahan se presentó en Washington D.C. el 18 de diciembre de 1891 y se mantuvo trabajando para el Secretario de Marina hasta fines de febrero de 1892. En sus cartas de ese período menciona la Guerra Civil varias veces. La primera, dirigida a Stephen B. Luce, fechada en 75 East 54th Street, New York, 10 de enero de 1892, donde indica: “Espero impaciente y de alguna forma ansioso el desenlace del problema con Chile. Estoy seguro que sus gobernantes se darán cuenta de la mala política que significa forzarnos hacia una guerra, pero sospecho que le temen demasiado al gentío. Es extraordinario que nuestro gobierno permita que estos asuntos se dilaten dejando que el tiempo se escurra, cuando hay una cuestión tan temible como buque como el ´Prat`. Estamos tan seguros de nuestra grandeza y no nos damos cuenta que en caso de guerra, la gran carga extra que significa la distancia a Chile. Supongo que se puede ser un poco dudoso del resultado final, pero puede que nos abra los ojos en algunas cosas.” (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume II 1890-1901, 1975,p. 63). Posteriormente en otra carta dirigida a Stephen B. Luce, fechada en Washington D.C., 28 de enero de 1892. Luego de informarle que se mantendrá en Washington hasta que terminen los asuntos con Chile, relata que el Secretario le ha preguntado si quiere ser el nuevo presidente del U.S. Naval War College; posteriormente añade: “También ha dicho (Benjamin Tracy) que la guerra terminó; y creo que estará disponible, tanto como un Secretario puede estar, para escuchar cualquier proposición que Us. quiera hacer. El siente, y yo creo que con razón, que la energía con que ha empujado las preparaciones navales tiene mucho que ver con el resultado final. Creo que Chile simplemente buscó ganar tiempo para ver cuánto podríamos aguantar, y si nuestro esfuerzo naval hubiera sido menos enérgico y MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: Mahan vs Chile 66 sostenido, habría existido un enfrentamiento.” (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume II 1890-1901, 1975, pp. 64-65). La Guerra Civil de Chile fue estudiada por la clase de 1892 del U.S. Naval War College, con tres clases dictadas por el Teniente J.H. Sears, tituladas: “Experiencias Navales de la reciente guerra civil de Chile.” La política de Alfred Thayer Mahan es que una vez impresas las clases en forma de reporte, la clase no se volvía a impartir (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume II 1890-1901, 1975, p. 82). La última referencia sobre Chile aparece en una carta dirigida a Stephen B. Luce, fechada en Slumberside, Quogue, Long Island, 3 de septiembre de 1901, relatando su real participación en la planificación de guerra contra Chile, indicando: “No existió un comité al momento del embrollo chileno de 1891-1892. Se me ordenó partir a Washington, y se me dispuso que estudiara el aspecto militar de la cuestión y estar listo para preparar planes, o expresar opiniones, como resultado de mis reflexiones; pero el Sr. Tracy mantenía los asuntos en sus propias manos, consultaba cuando quería consultar y actuaba sin preguntar como estimaba conveniente... Ocasionalmente, una o dos veces, entregué mis observaciones por escrito, pero eran sólo memorándum, y no creo que se hayan archivado.” (Mahan, Letters and papers of Alfred Thayer Mahan. Volume II 1890-1901, 1975, p. 734). ¿Por qué me cae mal entonces? Alfred Thayer Mahan no me cae mal por encontrar nuestras mujeres feas, ni tampoco por encontrar nuestro país fome. Me cae mal porque nunca reconoció el valor de las lecciones aprendidas en nuestra Guerra del Pacífico, por no concordar con sus principios. Alfred Thayer Mahan tenía una visión absoluta del poder naval. Su tesis en esencia es bastante simple: Para que un país se convierta en una potencia naval (que involucra para él transformarse en una potencia global), se requería una capacidad industrial, colonias en ultramar (mercados) y una marina mercante adecuada. Para proveer la seguridad de estos elementos, se requería una flota poderosa con los mejores buques disponibles. En síntesis, las grandes potencias tenían poderosas armadas, por lo que, para ser una gran potencia, había que desarrollar un gran poder naval para defender el correspondiente poder marítimo que necesariamente se generaba. Una teoría de toda lógica, con la salvedad de que para que funcione, el adversario tiene que cooperar, es decir, tiene que también poseer una flota poderosa que saldrá a disputar el dominio del mar en una gran batalla. Mahan falló, pese a tener la experiencia a mano, en desarrollar una estrategia que permitiera hacer frente a aquellas de carácter asimétrico que la tecnología de la revolución industrial comenzó a crear, como el torpedo y el submarino, operaciones de negación de control del mar, entre otras. Chile fue una molestia para Alfred Thayer Mahan, la Guerra del Pacífico representó en la práctica que el poder naval es relativo, que existen grados de control del mar que pueden ser aplicados para la consecución de objetivos específicos, desasociado de la condición de ser una potencia o no. Bueno, la historia ha demostrado que Alfred Thayer Mahan estaba equivocado y estuvo a punto de quedar obsoleto, pero China lo está trayendo de vuelta. Estados Unidos está feliz.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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