El término, ambiente de la información, comprende el conjunto de personas, organizaciones y sistemas que recopilan, procesan, difunden o actúan sobre la información. Se formula la pregunta ¿Es factible influir o moldear el ambiente de la información?, se presentan ejemplos recientes y conceptos que intentan dar respuesta a esta problemática, en una temática en permanente evolución.
Un tema de conversación recurrente en los ambientes profesionales, personales, familiares y de la Defensa, es el volumen de información disponible respecto de un tema, su velocidad de distribución, dificultad de evaluación y la protección de los datos en los diferentes medios de almacenamiento.
Complementariamente, tan solo unas semanas atrás, una desconocida mujer de 80 años, sin los más mínimos conocimientos informáticos, lograría impedir la tala de un árbol en la ciudad de Talcahuano, aferrándose a este, hecho que fue dado a conocer por redes sociales, forzando con esto su traslado a una nueva ubicación. Por otra parte, cientos de mensajes denunciando hechos de violencia, no logran alcanzar el apoyo necesario para un repudio transversal de los mismos ¿Qué ocurre acá? ¿Por qué tantas diferencias?, de esta forma se formula la pregunta ¿Es posible influir o moldear el ambiente de la información favoreciendo un objetivo definido?
El término Ambiente de la Información (AI), es un concepto de larga data probablemente asociado a las operaciones militares y al término de operaciones de información, las cuales pretenden influir en la voluntad, comprensión y análisis de las informaciones, en un oponente de un conflicto armado.
Conceptualmente, (JP 3-13, IO, 2013) el ambiente o entorno de la información “es el conjunto de personas, organizaciones y sistemas que recopilan, procesan, difunden o actúan sobre la información. Este entorno consta de tres dimensiones interrelacionadas que interactúan continuamente con individuos, organizaciones y sistemas.” Sus dimensiones corresponden a: la dimensión física o su estructura (C2,1 key decision makers, entre otros); la dimensión informativa, que comprende el contenido del mensaje y el flujo de informaciones; y finalmente, la dimensión cognitiva que abarca las mentes de aquellos que transmiten, reciben y responden o actúan sobre la información, constituyendo la dimensión más importante.
Pero volvamos a la pregunta inicial, si analizamos el entorno y ponemos en contexto la situación nacional, diremos que en nuestro país, de acuerdo a datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones de diciembre 2020, existe un total de 54 millones de servicios de telecomunicaciones, esto es la sumatoria de los servicios de internet y telefonía fija o móvil, con un total de 2,8 servicios por persona a nivel nacional, es decir, existen preliminarmente 2,8 posibilidades o alternativas para recopilar, procesar o actuar sobre la información, esto solo en internet o telefonía, servicios a los cuales se pueden agregar aquellos más clásicos o masivos, como lo son la televisión, radio, diarios y portales de noticias, haciendo de los medios para influir o moldear el ambiente, del más diverso tipo.
Un hecho relevante, también ocurrido en el periodo, fue el ataque que recibiría un equipo periodístico en el sector de la macrozona sur, en respuesta, algunos canales de televisión decidieron reducir, por temor a la integridad de su personal, una cobertura periodística de alto riesgo e interés mediático. El saldo de la actividad con cobertura reducida fue de una persona fallecida, tres buses incendiados y 57 detenidos; no obstante, la percepción de la actividad delictual pasó prácticamente desapercibida.
Las acciones presentadas se asocian a los objetivos finales en el ambiente de la información, informar se entiende como un mensaje dirigido hacia una audiencia objetivo que se considera como propia, en la contraparte, influir se refiere a aquella audiencia externa sobre la cual se pretende ejercer algún tipo de cambio o favorecer alguna opción dentro de las alternativas en competencia.
El concepto moldear, podría asociarse al Shape (McCombs y Valenzuela, 2021, p.18) o desde el punto de vista militar al desarrollo de actividades informativas o de influencia en conjunto durante un conflicto armado, ambas situaciones permitirían preparar el ambiente para que el objetivo definido sea recibido con mayor aprobación, modificar las condiciones iniciales o las prioridades para una situación específica.
Desde este punto de vista, la situación actual de conectividad, la masificación y volumen de información disponible en las redes sociales abren una ventana hacia la posverdad,2 lugar donde las creencias y emociones superan la relevancia de la evidencia, permitiendo con esto que cualquier persona pueda desarrollar actividades que permitan moldear o preparar el ambiente en virtud de sus objetivos.
En este ámbito, en un aspecto más ligado a la contingencia, un hecho que llamó la atención en el ambiente de la información fue la postura de la negativa a la vacunación, personalidades de todo tipo y sin ningún fundamento científico que lo avale, promovieron movimientos anti-vacuna en diferentes casos. En datos duros, (Villegas, Huepe, 2020) Social Media Listening Lab UC indicaron que en agosto de 2020, 13.000 usuarios de Twitter, en Chile, emitieron mensajes que promovían la no vacunación, mensajes que fueron retuiteados medio millón de veces, alcanzando a la mitad de los mensajes relacionados a la temática vacunación en ese periodo.
El académico UC y coautor del libro Setting the agenda, en su tercera edición, Sebastián Valenzuela3 (2021) nos señala que “El concepto de Agenda Setting, es la teoría que plantea que “los medios de comunicación masivos influencian de forma poderosa cómo vemos los asuntos públicos, jugando un rol significativo en determinar qué temas están al centro de la atención y acción pública.” Conceptualmente, la agenda entrega prioridades y no únicamente información.
Esta teoría fue acuñada por los académicos Maxwell McCombs y Donald Shaw a comienzos de la década de 1970, ambos investigadores demostraron que las audiencias a menudo juzgan la importancia de un asunto público en base a la frecuencia y profundidad con que este es cubierto por los medios.
Resultado de este estudio es el artículo “’The Agenda-Setting function of mass media,” que fue publicado en la revista académica Public Opinion Quarterly en 1972, y es uno de los artículos más citados en el campo de la investigación sobre medios de comunicación masivos.”
Desde la difusión de esta teoría, se han desarrollado nuevas plataformas de información, así como otras han ido perdiendo fuerza. No obstante, ¿quién marca la pauta, los medios tradicionales o las redes sociales? “Aún no está claro,” señala Sebastián Valenzuela. Es así como existe evidencia que plataformas como Twitter y Facebook influyen en la pauta periodística de los grandes medios y que al mismo tiempo estos espacios están dominados por los actores tradicionales y los grandes medios.
Aunque parezca paradójico, todo lo anterior nos señala que, en determinados casos, las redes sociales mandan, y en otros, los medios tradicionales. Finalmente, Setting the agenda, es considerado un texto fundamental, a la hora de intentar comprender como los medios de comunicación influyen en las opiniones que se generan en los temas considerados como de interés público.
Los ejemplos y conceptos expuestos solo refuerzan la enorme diversidad de medios, actores y facilidad de distribución de información existente, haciendo de la evaluación de esta, un aspecto fundamental a la hora de planificar acciones, tomar decisiones y evitar sobrerreacciones.
Las posibilidades de influir o moldear el ambiente de la información son variadas, con diferentes alcances, intervalos de tiempo, formas de medición y evaluación también diferentes, no obstante, no se puede asegurar que un medio de difusión está indudablemente por sobre el otro, es por esta razón que el análisis de informaciones se transforma en un aspecto de atención permanente en el amplio universo del AI.
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Mi Comandante, ilustrativo y didáctico artículo. Muchas gracias por compartirlo.
Pareciera que para establecer la agenda pública, la influencia no es ejercida mayoritariamente por la prensa (y quienes la administran o controlan) como era antes de la penetración de las RR.SS., ya que, considerando la situación comunicacional contemporánea, las interacciones ejercidas a través de éstas permiten que las personas se relacionen y no necesariamente, moldeen exclusivamente sus subjetividades por la información estructurada que provee la prensa. En la actualidad, por las condiciones del entorno y de difusión, un ciudadano cualquiera puede volverse protagonista si es “levantado” por las RR.SS., incluso condicionando en algún aspecto a los medios tradicionales de comunicación (los que siguen teniendo una participación, no han quedado obsoletos).
Acá destaca la opinión pública, entendida como idea o concepto formulada por el público sobre algo o alguien. Se formula a partir de los antecedentes disponibles para las personas (o insertados por las herramientas existentes, mediante la exposición mediática, por ejemplo). Lo anterior, hace posible que el proceso de construcción de opinión pública sea manipulado y deformado mediante el condicionamiento a la información disponible para las personas.
La relevancia de esto, es que la opinión pública es considerada como un eje importante de la cohesión social, ya que construye y legitima en el colectivo ciertas conductas, acciones o hechos puntuales. Los ciudadanos (actores políticos) y personas comunes y corrientes, son considerados como los “portadores del espacio público” (son el mínimo común denominador de las sociedades) y en él expresan las situaciones de su vida privada, los que se extrapolan y si existen varias personas con ideas similares, conforman agrupaciones con un peso específico considerable para influir en la sociedad y condicionar aspectos de ella y la política, “el poder comunicativo se transforma en poder administrativo en la medida que puede promover la creación de leyes” (según Habermas -de la Escuela de Frankfurt-, en su teoría de la acción comunicativa). Por consiguiente, se identifica que la opinión pública es generada con la exposición de puntos de vista a la sociedad, es “construida” específicamente con la información aportada por los medios, la publicidad y el contenido de RR.SS. lo que indudablemente crea necesidades en las personas, las que se traducen, por ejemplo, en demandas sociales (requerimientos de los grupos humanos, en distintas magnitudes e intensidades).
Estimo mi Comandante, que estos elementos son interesantes para considerar en el proceso de levantamiento de un panorama de informaciones, y por qué no, intentar configurarlo a favor.
La velocidad e inmediatez de las comunicaciones actuales, sumado al alto volumen de noticias –algunas verdaderas y otras...
El 25 de junio de 1961 el gobierno iraquí al mando del general Kassem, anunció por la radio de Bagdad su intención de anexar a Kuwait a su territorio, por lo que la respuesta inmediata de estos últimos fue solicitar ayuda a Gran Bretaña. Para el primero de julio el HMS Bulwark desembarcó 600 infantes de marina y tanques. Posteriormente Gran Bretaña posicionaría una flota de 45 buques que incluían dos portaaviones en las costas de Kuwait. Con el movimiento de fuerzas, Iraq fue disuadido de realizar el ataque y en 1963 reconocería la independencia de Kuwait (Cable, 1977).
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1001
Julio - Agosto 2024
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