Por TAGLE VALLE, FERNANDO .
La Escuela Naval Arturo Prat es el establecimiento educacional encargado de formar a los futuros oficiales de la Armada de Chile. En ella, los cadetes reciben una educación integral que abarca el ser, el saber y el saber hacer (Sims, 2015). Todos los miembros del plantel involucrados en este proceso de aprendizaje trabajan para un propósito común: la formación de los hombres y mujeres que deberán ejercer el mando dentro la institución.
En el contexto educacional es posible agrupar a los establecimientos de educación superior en diferentes tipos de acuerdo con sus características. Este ensayo discute hasta qué punto la Escuela Naval podría ser considerada una Comunidad de Aprendizaje Profesional (PLC), organizaciones en las que los procesos educacionales no incluyen sólo a los alumnos, sino que a todos los miembros del plantel. Para efectuar la relación entre la Escuela Naval y una PLC, el ensayo considera literatura referente a las características de este tipo de establecimientos educacionales y las perspectivas de un grupo de profesores y ex oficiales del plantel, quienes en el momento de las entrevistas se encontraban ejerciendo este puesto.
Como se mencionó anteriormente, las PLC son organizaciones en las que los procesos educacionales consideran a todos los miembros del establecimiento. La palabra comunidad se refiere a que los procesos de aprendizaje son enfrentados como organización en su conjunto y no de forma exclusiva entre profesores y alumnos, requiriendo de un liderazgo distribuido y de un trabajo colaborativo (Stoll, 2011; Bolam et al., 2005). Para lograr esto, en una PLC es fundamental que existan los espacios necesarios para el desarrollo de buenas relaciones interpersonales junto a una cultura y una estructura organizacional que permitan potenciar su capacidad adaptativa en todos los niveles (Stoll et al., 2006; Eicholz, 2014). Lo anterior, principalmente en momentos de tensión y desequilibrio.
La cultura de un establecimiento de este tipo considera su espacio físico como el mejor lugar para el crecimiento profesional de sus miembros (Stoll et al., 2006). En este sentido, el liderazgo en una PLC debe poner énfasis en las relaciones interpersonales y en los procesos de mejora de la organización (ver figura 1).
Los aspectos clave en el proceso de desarrollo de una PLC, son el tiempo para permitir la colaboración entre los miembros del plantel, los recursos económicos para promover un ambiente de aprendizaje y los espacios que permitan desarrollar actividades colaborativas (Stoll et al., 2007). Su evaluación y sostenimiento en el tiempo también son importantes, debiendo generarse discusiones constructivas en distintos niveles de la organización. En palabras de Riley (2013), “ampliando el espacio a un lugar en base a interacciones, comunicación y relaciones interpersonales”(p. 4). Los procesos de evaluación deben medir los resultados de la organización desde la perspectiva de sus alumnos, pero también de acuerdo con el grado de perfeccionamiento y compromiso de sus profesores y del personal administrativo.
Una PLC debe cumplir con ocho características particulares. La fuerza e importancia de cada una responde directamente al contexto del establecimiento educacional (Stoll et al., 2006). La presente sección describe estas ocho características y las relaciona con la Escuela Naval A.P.
Si bien en la Escuela Naval es posible encontrar las ocho características de una PLC, seis son claramente apreciables y se encuentran presentes de forma transversal en la totalidad de los miembros del plantel, mientras que dos se manifiestan en menor medida dentro de la organización: la colaboración enfocada en el aprendizaje y el aprendizaje profesional de la organización y de sus miembros.
Respecto a la colaboración enfocada en el aprendizaje, en la Escuela Naval faltan tiempo y espacios para el desarrollo de actividades colaborativas entre personal de diferentes departamentos del plantel, las cuales sólo existen de forma interna en oficiales, profesores y entre el departamento ejecutivo y el de educación. En la misma línea, la característica de aprendizaje profesional de la organización y de sus miembros se puede apreciar en los profesores y de forma puntual en el personal civil de otros departamentos, no existiendo procesos de calificación y desarrollo profesional para los oficiales y gente de mar que se desempeñan en el establecimiento.
En la perspectiva de los participantes, la Escuela Naval podría ser considerada una PLC donde el aprendizaje de los cadetes constituye el propósito principal de todos los miembros del plantel. No obstante, existen aspectos que permiten apreciar la falta de algunos recursos para el perfeccionamiento y desarrollo profesional de todos sus miembros, especialmente oficiales y gente de mar. La identificación con el establecimiento educacional es una herramienta clave para la efectividad de la organización y representa una de las fortalezas de la Escuela Naval como plantel. Este sentido de pertenencia podría contribuir al desarrollo de la Escuela Naval como PLC, transformando los espacios físicos destinados a la formación del cuerpo de cadetes en un lugar de aprendizaje y perfeccionamiento para todos sus miembros.
Es importante mencionar que la Escuela Naval debe ser analizada como una escuela de formación matriz, donde existe una estructura militar y un régimen que se basa en la disciplina. Si bien dada la extensión de este trabajo no se analizó este aspecto en profundidad, la falta de actividades colaborativas entre diferentes departamentos puede responder a la estructura militar del plantel. En base a esto, si la Escuela Naval decidiese en el futuro convertirse en una PLC donde el aprendizaje no se centre sólo en los cadetes sino en todos sus miembros, su organización jerárquica debiese ser tomada en cuenta adaptando este concepto al de una PLC naval.
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La Escuela Naval en sus 200 años de existencia ha formado a más de 13.500 cadetes o aspirantes a oficiales. Muchos de los cuales no sólo han contribuido al servicio de nuestra Marina, sino que han destacado en campos como la industria, la religión, la política, la educación, la ciencia o el deporte.
La misión de la Escuela Naval tiene como propósito brindar a la Marina hombres y mujeres líderes de excelencia, por lo que el proceso de enseñanza/aprendizaje del mando con liderazgo en este plantel, es la tarea principal que ilumina todas las actividades diarias del cadete. Es por esto que la estrategia que se desarrolla en este sentido es un modelo integral, tanto del ser, saber y saber hacer, que busca como principio rector entregar a la Armada de Chile oficiales con valores, carácter, identidad y conocimientos.
La acreditación es un proceso voluntario al que se someten las instituciones de educación superior autónomas, asi como las carreras de pregrado, programas de posgrado y especialidades del área de la salud que ellas imparten; para contar con una certificación de calidad de sus procesos internos y resultados. El año 2007 la Escuela Naval comenzó su proceso de acreditación institucional, considerando que para estos efectos, la Escuela Naval sigue las pautas de un Instituto Profesional. Para enfrentar este proceso se creó la Oficina de Acreditación. En mayo del presente año se presentaron los antecedentes para una nueva acreditación para el período 2019 - 2023, teniendo como novedad el haberse presentado para lograr la acreditación en el área optativa de Vinculación con el Medio.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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