Aquellos nacidos hace muchos años – y mi vida es ya bastante larga – bebimos desde la cuna esa especie de “alma” nutrici...
La Escuadra nacional constituye al igual que hace 200 años, el núcleo estratégico de la Armada. Sus buques han sido renovados implicando un avance significativo en organización para el combate y capacidad de interoperar con estándar OTAN; también se han incorporado capacidades de ejecutar operaciones distintas a la guerra, como el entrenamiento DISTEX. Aun así, la principal fortaleza de la Escuadra sigue radicada en sus dotaciones.
La gran epopeya de la Escuadra en la guerra de la Independencia nos sorprende hasta hoy. La clave estuvo en las cualidades de las dotaciones y, en especial, de los almirantes Blanco y Cochrane, quienes inculcaron en nuestra Armada el lema de vencer o morir, incólume ya por 200 años. Otro legado que nos dejó Cochrane fue la importancia del entrenamiento para el combate, tendencia que perdura hasta nuestros días. La tradición más valiosa que nació en la escuadra fue que nada es imposible en la Marina de Chile, especialmente cuando está al mando líderes de cualidades excepcionales.
Su nacionalidad es un misterio, irlandés y ex oficial de la Royal Navy, o estadounidense. El 26 de febrero de 1817 abordó y capturó el bergantín Águila, asignándosele el mando del bergantín, lo que a sus 25 años de edad lo convirtió en el primer comandante del primer buque de la naciente Armada de Chile, correspondiéndole como primera misión, el rescate de los prisioneros patriotas relegados por Marcó del Pont en Juan Fernández.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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