Por Arturo Fuenzalida Prado
El desarrollo de nuevas tecnologías ha ayudado a mejorar la producción de Inteligencia. En este ensayo se abordará el Análisis de Inteligencia, entendido como una etapa de la fase Elaboración del ciclo de Inteligencia, donde la exclusiva intervención del ser humano y todas sus características lo hacen cometer errores en sus juicios analíticos. A su vez, se explica una metodología a adoptar, con el fin de disminuir la probabilidad de error en los juicios analíticos de quienes producen Inteligencia.
The development of new technologies has contributed to improve the intelligence process. In this article, “Intelligence Analysis” will be explained as one the stages of the intelligence cycle, where the specific intervention of the human being, with all his characteristics, make him commit mistakes in his analytical judgments. Also, it will be explained a methodology to reduce the probability of error in the analytical judgments of those who produce Intelligence.
El rápido desarrollo en todas sus dimensiones, la constante disminución del costo de acceso y la masificación de las nuevas tecnologías de la información han incrementado la cantidad de datos disponibles, lo que ha impactado el trabajo de los analistas de Inteligencia, al permitir buscar mejores respuestas a las preguntas que su comandante, jefe o tomador de decisiones, a quien sirve, le haya formulado. Eso también se ve afectado por los efectos de las percepciones que el analista como ser humano enfrenta, por ejemplo: los sesgos1 y el modelo mental, el cual se estructura de acuerdo con su educación, su experiencia y sus emociones.
Los Estados Unidos2 y el Reino Unido3 han difundido algunas herramientas y técnicas empleadas en los procesos de análisis de inteligencia que, después del término de la Guerra Fría, han sido dados a conocer a la opinión pública a través de publicaciones institucionales y luego tratados por especialistas en libros de venta al público. En este contexto, el análisis estructurado ha pasado a constituir una metodología adecuada para el trabajo de análisis, que resulta en un producto objetivo, con mayor valor agregado, íntegro y oportuno, con la ventaja que disminuye los errores en los juicios analíticos.
Análisis: el proceso
La inteligencia es “el proceso sistemático de recolección, evaluación y análisis de información, cuya finalidad es producir conocimiento útil para la toma de decisiones"4. Este proceso tiene varias fases, las cuales académicamente se han ordenado y se denominan ciclo de inteligencia. Estas fases son:5dirección, obtención, elaboración y difusión.
La fase de elaboración es en la cual la información recolectada o disponible con anterioridad es evaluada; luego se analiza, integra e interpreta para generar el conocimiento útil que dará respuesta al requerimiento planteado por el tomador de decisiones (algunos lo denominan también como cliente, usuario o consumidor de inteligencia).
En definitiva, es en esta fase del proceso donde el insumo, que es la información disponible ya registrada y evaluada que se provee a los analistas, se transforma en un producto: la inteligencia que requiere el tomador de decisiones.
El sistema de inteligencia del Estado de Chile6 está integrado por profesionales que, en forma amplia y general, se pueden agrupar en cinco grandes tipos:7 recolectores, analistas, operadores, administradores y tomadores de decisiones. En el proceso de análisis intervienen directamente los analistas y el administrador de inteligencia. Este último es quien entrega la información, registrada y evaluada para que el analista, una vez que la integre e interprete, le entregue al administrador su apreciación, para que la sintetice y la lleve al formato que corresponda, ya sea un informe, una estimación, una alerta o una alarma.
Para comprender el trabajo del analista, es oportuno recordar quiénes son los actores principales de la etapa de análisis, de la fase elaboración, del ciclo de inteligencia.
En definitiva, es en la fase de elaboración donde la información se transforma en inteligencia, después de su paso por la etapa de análisis, la cual podría decirse que es una “caja negra” difícil de describir y que, como la inteligencia, es más arte que ciencia. La indagación de inteligencia, propiamente tal, no es una actividad académica o científica, su propósito es disminuir la incertidumbre del tomador de decisiones basado en evidencias incompletas.
En el proceso participan, además de el o los analistas, el administrador, quien entregará toda la información pertinente y disponible temporalmente, debidamente registrada y evaluada, y es muy probable que también lo haga el tomador de decisiones, quien habrá hecho el requerimiento de análisis, en forma directa al analista o a través del administrador, a fin de orientar el análisis hacia el fin que él busca.
Consecuente con el desarrollo de herramientas de tecnología de información y la disponibilidad de la gran cantidad de datos y antecedentes (Big Data) en internet, los analistas dispondrán de mucha información, que se puede haber obtenido de fuentes cerradas o fuentes abiertas; esto se ha convertido en reto del sistema de inteligencia, emplear al máximo la tecnología para obtener eficiencia y disminuir la incertidumbre, entregando Inteligencia oportuna y completa. Es decir, los analistas deberán ser capaces de emplear algunas herramientas tecnológicas para procesar la información en forma objetiva y más rápida, para agregarle valor a toda la información que reciben.
Concordante con lo anterior, los analistas también necesitarán destrezas generales sobre razonamiento y podrían necesitar menos conocimientos específicos, pues la información estará disponible en las bases de datos; sí se requerirá más creatividad y menos atención a los detalles que en el trabajo actual.
En este contexto, si los requerimientos han sido bien formulados, la información proporcionada a los analistas es la pertinente y lo más completa posible, entonces, si además el proceso de análisis es correcto, la inteligencia será la necesaria y adecuada para disminuir la incertidumbre del tomador de decisiones que hizo el requerimiento.
Pero ¿falla la inteligencia?, ¿por qué falla? y ¿cómo se podrían disminuir esas fallas?
La primera interrogante se puede responder afirmativamente y se puede agregar que cuando falla, los resultados de la toma de decisiones son inadecuados o las acciones del adversario o enemigo sorprenden al tomador de decisiones. Es en estas situaciones cuando se sabe que la inteligencia falló.
Los éxitos de la Inteligencia no se publican. Dado que en general (normalmente) no se sabe de muchas fallas, entonces podríamos decir que la función de Inteligencia es la mayoría de las veces exitosa.
La segunda interrogante se intenta responder con el análisis realizado a casos específicos, después de revisar el fracaso en alertar sobre los ataques a la torres gemelas y la falsa afirmación de la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq. Luego de estos yerros, se puede apreciar que los sistemas de inteligencia han hecho su análisis y autocrítica, adoptando medidas para disminuir las causas de los errores y fallas en sus procesos. Las referidas estimaciones de inteligencia sorprendieron a los tomadores de decisiones, sus actores principales y al mundo entero, pero son, principalmente, las lecciones extraídas de esos errores y fallas las que han permitido mejorar en todo el espectro del sistema, de los medios y recursos involucrados.
En esta autocrítica, un aspecto que recibió especial atención y motivó algunas restructuraciones ha sido el análisis de Inteligencia.
El análisis tradicional se ha basado en expertos, individuos que saben al detalle y en profundidad un tema y son quienes dan su opinión y responden la interrogante del tomador de decisiones sobre ese tema. Conceptualmente se concibe como una actividad mayoritariamente individual y con una coordinación, para efectos de dar forma al informe o respuesta, como paso final del proceso.
Actualmente, la Dirección de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos ha establecido el trabajo de análisis como una empresa colaborativa, en que interactúan varios analistas, en un proceso con técnicas de analíticas estructuradas8, donde se logra la colaboración. Al disponer de un proceso estructurado para la interacción de los analistas, cada paso origina una discusión dentro del equipo, la que permite generar y evaluar la información de que dispone, tanto divergente como afín y toda la nueva que se obtenga; lo que, en forma individual, sería impracticable.
En esta fase, donde interviene un grupo de analistas, la tecnología de la información tendrá un impacto significativo en el flujo de análisis de inteligencia. Esto hace prever que, en el futuro, en lugar de ingerir información ellos mismos, los analistas utilizarán (tendrán a su disposición) una gama de herramientas de información para agregar valor a los datos. Los futuros analistas van a necesitar menos conocimientos del tema y habilidades de razonamiento más generales. La futura tarea implicará más creatividad y menos atención en el detalle, que en la actualidad; al mismo tiempo, llevar las herramientas y técnicas de análisis de inteligencia a un público más amplio y diverso.
El análisis estructurado es un mecanismo por el cual los procesos de pensamiento interno se exteriorizan en forma sistemática y transparente, permitiendo compartir, construir y ser criticados fácilmente por otros9. Cada técnica deja un rastro que otros analistas y encargados pueden seguir para conocer los fundamentos de un juicio analítico, facilitando la trazabilidad del proceso.
Analistas: los productores
Los analistas de inteligencia enfrentan generalmente un problema con la mente con datos iniciales, modelos mentales aprendidos y percepciones personales, que lo hacen subjetivar su razonamiento y llegar a un resultado determinado10. El empleo de técnicas analíticas estructuradas le ayudará a superar las trampas cognitivas, que lo llevarían al fracaso analítico. Por otra parte, si el proceso de análisis se hace en grupo, le ayudará a despersonalizar los argumentos cuando aparecen o existen diferencias de opinión.
Si volvemos a la tercera interrogante del párrafo anterior, se podría responder diciendo que, con la experiencia y las lecciones que se han obtenido de los casos en que el análisis fue pobre y su juicio analítico erróneo, se podría inferir que algunas medidas y recomendanciones11 para disminuir los errores son:
O Revisión de las presunciones básicas que sostienen el análisis;
O Comprobar la calidad y fiabilidad de la información recibida;
O Identificar signos y señales de cambio;
O Analizar hipótesis opuestas o contradictorias;
O Emplear el pensamiento crítico, sobre todo cuando hay un gran consenso o unanimidad;
O Cuando surjan dos o más interpretaciones de un mismo hecho que se sostienen con argumentos sólidos, puede ser útil separar los analistas en equipos para defender sus distintas visiones.
O Asignar a analistas el estudio de hechos considerados a priori improbables; pero que, de ocurrir, su impacto es alto12, con el propósito de determinar indicadores que pudiesen conducir a ese escenario de ruptura o indeseado.
O Emplear todas las herramientas necesarias para analizar una situación y entrenarse en su uso, como son:
- Tormenta de Ideas.
- Análisis “desde afuera”.
- Formación de “Red Teams” (equipos que traten de pensar como el enemigo)
- Simulaciones, juegos de rol y juegos de guerra.
- Análisis de futuros alternativos, determinando implicancias, riesgos y oportunidades.
- Programas informáticos de análisis colaborativo.
- Aplicaciones de las matemáticas para evaluación, integración e interpretación de la información disponible.
El producto: Inteligencia
A pesar de que, en general, somos conscientes que la Inteligencia no dispone de toda la información necesaria para disminuir a cero la incertidumbre, y que el factor tiempo tanto en la Obtención como en la Elaboración es escaso y que persiste la posibilidad de error por parte de los analistas y de los Tomadores de Decisiones, parece sensato que asumamos que habrá errores. Errores que de ocurrir, debiéramos analizar y corregir y no esperar ni aceptar que se repitan.
El proceso es mejorable y disponer de la voluntad para hacerlo es el primer paso. No actuar, parece una actitud complaciente y estaremos llamando a la repetición de los errores.
Conclusiones
El análisis de inteligencia lo efectúan las personas, por lo que están sujetas a errores propios de la psicología humana. Deben enfrentar sus sesgos, el razonamiento intuitivo y los prejuicios propios de su formación profesional y cultural.
Del análisis de los errores de juicios analíticos se han sacado lecciones y, referente al proceso, el más relevante ha sido enfrentar el análisis en forma estructurada, dejando el juicio de expertos como una opinión dentro de la formulación del juicio analítico.
La información disponible para el análisis de Inteligencia la constituyen conclusiones basadas en datos de fuentes abiertas, indicios o estimaciones previas o en multitud de ellos, lo que en sí no constituye prueba. Revisar, revalorar y verificar conclusiones previas evita construir conclusiones nuevas sobre premisas o presunciones falsas o variables.
Las tecnologías de información acelerarán y mejorarán la obtención de datos para el análisis de inteligencia.
El objetivo del análisis de inteligencia es elaborar el juicio analítico más acertado conforme al mejor saber y entender de su autor o autores, no el de ser complaciente con el tomador de decisiones o consumidor de inteligencia. El análisis de inteligencia objetivo es una obligación de medios, no de resultados.
Toda la producción (estimaciones, resúmenes, alertas y alarmas) debe ser supervisada y sometida a una auditoría periódicamente. Los errores deben detectarse y ser corregidos; la generación de estos errores está en el proceso mental, por lo que el empleo técnicas y métodos deben ser adaptados a cada situación, obtener lecciones aprendidas, mejorar con el entrenamiento y establecer estándares para su supervisión.
Bibliografía
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Se bosquejan los hechos y circunstancias que modulaban las relaciones entre EE.UU. y Japón, los objetivos que los enfrentaban y la gestión política, diplomática y resoluciones militares que condujeron a la sorpresa.
El autor -con experiencia profesional en el tema- hace una comparación entre los ataques físicos y cibernéticos para así definir la ciberseguridad y la ciberdefensa; en base a ellas reflexiona sobre las responsabilidades que caben a los distintos actores, desde los individuos hasta el Estado; profundiza luego sobre la vinculación entre la inteligencia y la cibernética y finalmente propone algunas soluciones al problema que estima como una prioridad nacional.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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