Por KARLA CAVIEDES ARZOLA
Cada día existe una mayor preocupación mundial por el cuidado del medio ambiente y cómo este debe coexistir con los ámbitos económicos y sociales. Es por esta razón que Chile, siendo un país con alta actividad portuaria, no puede permanecer ajeno a los conceptos de desarrollo sustentable y sostenible, los que permitan optimizar las operaciones y así alcanzar un estándar globalmente aceptado.
Every day there is greater concern globally for the caring of the environment and how it must coexist with the economic and social domains. It is for this reason that being a country with a big port activity, we cannot remain oblivious to the concepts of sustainable and renewable development, which allow us to optimize our operations and thus achieve a globally accepted standard.
Durante los últimos seis años el comercio internacional en Chile se ha visto marcado fuertemente por el transporte marítimo, tanto en exportaciones (96,7%) como en importaciones (89,7%), representando un 93,3% del total del comercio exterior por volumen (Aduanas de Chile, 2022), siendo uno de los países con mejor posicionamiento económico a nivel de América Latina con una de las economías más desarrolladas (Valverde, 2018). Sólo en el año 2020 se recibieron 14.338 naves nacionales y 5.513 extranjeras (DIRECTEMAR, 2021). Lo anterior levanta el escrutinio sobre cómo esta actividad puede estar afectando el medio ambiente, tópico que está muy presente en los intereses de las autoridades a nivel mundial y, asimismo, qué se puede hacer para disminuir nuestro impacto como nación, manteniendo en conjunto un enfoque hacia el desarrollo social y económico.
Es públicamente conocido que el transporte marítimo genera un impacto negativo hacia el medio ambiente debido a su alto nivel de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), contaminación del medio acuático por agua proveniente de las sentinas y lastre, además de metales pesados provenientes del casco de los buques e incluso la misma pintura utilizada en ello. Aunque esto no siempre es observado ya que sucede, en su mayoría, en mar abierto. Sin embargo, esto sí puede ser apreciado en las zonas portuarias del país, considerando, al mismo tiempo, la polución generada por el tránsito de vehículos pesados, las obras propias del puerto, los buques en dique, entre otras. Sólo refiriéndose a la polución atmosférica, el informe de Ports Policy Review of Chile indica que “la contaminación ambiental local en los puertos de Chile alcanza las 20.800 toneladas de emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno), 15,700 toneladas de emisiones de SOx (óxidos de azufre) y alrededor de 2.000 toneladas de material particulado” (International Transport Forum, 2016). Es por esta razón que la contaminación producida en estas áreas no puede pasar desapercibida y es por lo mismo que en la actualidad existen países, que, en conjunto con las autoridades portuarias, están buscando implementar estrategias que mantengan una perspectiva más sustentable y sostenible, es decir, encontrar maneras que permitan obtener resultados económicos favorables sin afectar de manera directa o indirecta a la sociedad y al medio ambiente (Buenrostro, 2021).
Para comprender qué es lo que se busca con este nuevo enfoque, es primordial entender los siguientes conceptos: el desarrollo sustentable habla de “hacer un uso correcto de los recursos actuales sin comprometer los de las generaciones futuras”; en otras palabras, “preservar, proteger y conservar los recursos naturales actuales y futuros”. Mientras que el desarrollo sostenible busca un “desarrollo social y económico que asegure a las personas una vida sana y productiva, pero que no comprometa la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades” (Reyna, 2021). Claramente, ambos conceptos se relacionan de una y otra manera cuando se analiza este nuevo enfoque para la administración portuaria, lo que implica nuevos retos para la planificación a futuro de ésta, ya que, en la mayoría de los casos, es necesario reorganizarla y tomar responsabilidad por sus efectos internos y externos, buscando cumplir las políticas públicas mundiales, como son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Naciones Unidas, 2018).
A grandes rasgos, lo que se busca con el desarrollo sustentable y sostenibles en el ámbito portuario es cumplir con las tres dimensiones que estos conceptos abarcan. Desde el punto de vista económico, es lograr el retorno de las inversiones, así como la eficiencia en el uso de los sectores portuarios. En el medio social, es la generación de empleos directos e indirectos y una mayor interacción entre el puerto y la ciudad. Y finalmente, en el aspecto medio ambiental, es controlar y disminuir la contaminación acuática, acústica, atmosférica, entre otras, además de todas las amenazas causadas por el almacenamiento de materiales peligrosos (Buenrostro, 2021).
En la actualidad, Chile cuenta con 56 puertos en la extensión de su territorio, de los cuales 10 son estatales, 14 privados de uso público y 32 privados de uso privado (15 puertos mineros y 17 petroleros) (Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, 2022). No obstante, se le debe dar un mayor énfasis a los puertos estatales, ya que son estos los que movilizan la mayoría de la mercancía en exportación e importación y, por tanto, los que deben mantener una mayor eficiencia en su cadena logística.
Durante muchos años, nuestro país ha carecido de una administración portuaria sustentable y sostenible, debido a que aún está por debajo de los estándares que implica un desarrollo de este tipo. Esto se ve reflejado en el informe de Ports Policy Review of Chile1, el cual indica que las ciudades portuarias nacionales se ven generalmente expuestas a los impactos negativos de los terminales, sin tener muchos de los beneficios. Un ejemplo de esto es que no hay impuestos portuarios locales y no existe un mecanismo para que el municipio se beneficie de las ganancias generadas por los puertos, sin embargo los habitantes de las cercanías deben soportar la mayoría de los efectos que se producen en estos sectores, así como el ruido, la congestión y la contaminación. Adicionalmente, el sistema de puertos públicos delega responsabilidades a las autoridades portuarias públicas, pero el sistema está controlado por el gobierno nacional. Por otra parte, sólo hace algunos años, los puertos comenzaron a monitorear los efectos de los impactos ambientales y mostrar las medidas que se toman para mitigar los impactos negativos, actividad que no se realizaba con anterioridad, impidiendo mantener a la comunidad informada sobre los alcances de estos impactos, lo cual actualmente es de interés de los puertos chilenos (International Transport Forum, 2016).
Efectivamente, al día de hoy, se han ido implementando paulatinamente algunas prácticas que infieren un avance hacia el desarrollo sustentable y sostenible, como es la medición y disminución de la huella de carbono y del nivel de ruido o la alimentación eléctrica desde el puerto para que los buques en faena no deban mantenerse con sus motores funcionando. Un ejemplo de esto son los Acuerdos de Producción Limpia (APL), que han sido impulsados por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), los cuales buscan obtener una “gestión productiva y ambiental, aplicada a las actividades productivas, con el objeto de incrementar la eficiencia, la productividad, reducir los riesgos y minimizar los impactos negativos para el ser humano y el medio ambiente” (NCh2797, 2009). Estos convenios son voluntarios y buscan obtener terminales portuarios con desarrollo sustentable y comprometidos con el medio ambiente. Para esto, aborda distintas temáticas como gestión de emisiones atmosféricas, gestión de la energía, responsabilidad social, huella de carbono, calidad del medio marino, entre otras. Cabe destacar que los APL han sido reconocidos por su acción efectiva en la reducción de las emisiones de GEI. A saber, entre los años 2012 y 2020, la ASCC reportó una disminución acumulada de 1.466.336 toneladas de CO2 (Mundo Marítimo, 2020).
En base a lo anterior, a inicios del presente año, la ASCC aprobó la propuesta para generar un Acuerdo de Producción Limpia titulado “Estándar de Sostenibilidad para Puertos de Chile”, donde se “tiene como propósito optimizar las operaciones portuarias en materia ambiental, social y económica” con miras al 2030. Esta es una propuesta conjunta impulsada por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, la Fundación Conecta Logística, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, así como la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (CAMPORT), que busca unificar en un solo instrumento los procedimientos para obtener las distintas certificaciones que existen a nivel nacional e internacional (Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, 2022). En este ámbito el subsecretario de Transportes del gobierno anterior, José Luis Domínguez señaló que:
Contar con un acuerdo estandarizado de certificación ambiental, al cual podrán adherirse todos los puertos, facilitará tanto en tiempo como en recursos económicos, la obtención de certificaciones nacionales como internacionales, fortaleciendo el desarrollo sostenible de la actividad portuaria y la adaptación al cambio climático, lo que mejorará su posicionamiento en los mercados que operan. (Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, 2022)
De igual manera este APL indica que:
Permitirá a las empresas portuarias no solo entregar señales claras y concretas al sector portuario para avanzar decididamente en un desarrollo sustentable, también aportará a los compromisos del país en materia de cambio climático y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. (Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, 2022).
Es importante señalar algunas de las temáticas prioritarias que están siendo consideradas en este nuevo documento. Algunas de estas son: protección a la biodiversidad, gestión de emisiones atmosféricas, de residuos peligrosos y energética, desarrollo de la infraestructura y conectividad, la relación con los distintos grupos de interés, gestión de la salud y seguridad ocupacional de los trabajadores y también la gestión y eficiencia operativa. Finalmente, el director ejecutivo de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Giovanni Calderón, concluyó que:
La creación de un estándar de sustentabilidad entregará señales claras y concretas al sector portuario para avanzar decididamente en el mejoramiento de su actividad, como así también para el resto de los actores involucrados. Los resultados de la aplicación de esta herramienta serán claves a la hora de evaluar el aporte del sector portuario a los compromisos internacionales que ha asumido Chile como el Acuerdo Climático de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. (Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, 2022)
Nuestro país está tomando la iniciativa en aras de lograr un desarrollo portuario sustentable y sostenible, sin embargo, aún queda un largo camino que recorrer. Es imperativo obtener un completo compromiso por parte de los entes portuarios, así como de la sociedad misma y alcanzar un mayor cumplimiento de las normativas y proyectos que impulsan este cometido, para así lograr mantener nuestro alto posicionamiento económico a nivel de América Latina.
Lista de referencias
La Armada de Chile, en cumplimiento de sus áreas de misión, realiza diversas actividades en tiempos de paz que se enmarcan dentro del concepto de responsabilidad social, sin embargo es necesario contar con una política que contribuya a lograr una sinergia de los esfuerzos de toda su organización, agregando nuevas preocupaciones y énfasis en la planificación, que le permitan responder a los cambios que se producen tanto a nivel económico, social y medioambiental. Ello hará posible responder eficientemente al desarrollo integral de las personas y sustentable de su entorno, reivindicando la responsabilidad social como un criterio visible de la gestión Institucional.
En abril de 2017, el Estado de Chile ratificó el acuerdo global para hacer frente al fenómeno del cambio climático alcanzado en la ciudad de París, comprometiéndose a reducir sus emisiones de CO² y a descarbonizar su matriz energética. De esta manera, la defensa nacional tiene el desafío de enfrentar el problema del cambio climático, aportar con sus capacidades a las mejores soluciones y también a minimizar sus efectos. Consecuentemente, la Armada creó recientemente una nueva orgánica institucional para hacer frente al cambio climático, basado en los principios de sustentabilidad en el cumplimiento de la misión, a través del cuidado y protección del medio ambiente, uso responsable de los recursos energéticos y una acción efectiva respecto de los efectos del cambio climático.
Chile, a contar del siglo XXI ha asumido un liderazgo regional en torno al combate a la pesca ilegal y al resguardo de la sustentabilidad y biodiversidad de los océanos. La suscripción de acuerdos internacionales sobre cómo enfrentar los flagelos que están depredando la fauna marina mundial, junto a la creación de múltiples Parques Marinos en nuestro país, le han incorporado nuevos roles a la Armada de Chile, debiendo integrar tecnologías en combinación con medios navales para fiscalizar los espacios marítimos involucrados en los nuevos desafíos asumidos por el Estado.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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