By LORETO CORREA VERA
La demanda futura de minerales críticos y la transición hacia la electromovilidad y las energías renovables, abre toda clase de oportunidades para la región latinoamericana. En esa carrera y algo tardíamente en materia de precios del mercado, Chile, Bolivia y Argentina se encuentran en distintos momentos económicos para impulsar el desarrollo del litio. En este escenario, instalamos sobre la mesa una discusión subyacente: ¿Por qué puerto del Pacífico debería salir el litio boliviano y qué implica para Chile?
Este articulo forma parte del Proyecto Internacional: Integración, gobernanza y modelo de explotación en el Triángulo del Litio, proyecto de investigación financiado por la Universidad Blas Pascal de Córdoba.
El litio hoy o mañana, y todo indica que será entre mañana y pasado, se convertirá en una fuente más de riqueza para los países pertenecientes al triangulo del litio.
Los salares, en el caso de Chile poseen distintas vías de comercialización y sin duda aprovecharán los distintos puertos del norte chileno sin mayor dificultad cuando se produzca la anhelada explotación del litio y particularmente, cuando las autoridades políticas y empresariales le den una clara valoración política a lo que ello significa. Mientras esto ocurre en Chile, al otro lado de la cordillera, en Bolivia, las cuentas del comercio internacional del litio deambulan entre los cálculos y los posibles mercados. Dos son los departamentos en los que localizan los yacimientos de litio en Bolivia, Potosí y Oruro. En este sentido, la situación política del vecino país es complicada en materia productiva. Entre las tensiones del gobierno central y el Departamento de Potosí, máximo enclave del mineral, aún resta proporcionar una cadena de producción en forma. Esto, porque el litio ha sido declarado un producto estratégico y porque Bolivia ha determinado la creación de una empresa que funcione en términos públicos al respecto y con restricciones a la explotación privada. En efecto, Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) es la empresa que ha sido dispuesta por el Estado para conducir esta labor. Es por ello que, aunque Bolivia sea el primer país en materia de reservas de litio, otro asunto es que obtenga el mineral y lo exporte. “La etapa de industrialización de litio comprende actualmente una inversión de 2.800 millones de dólares en convenio con las empresas chinas CBC (Catl Brunp & Cmoc) y Corporación Citic Guoan; y una rusa Uranium One Group, de la Corporación Rosatom "1.
Así, mientras la razonable tensión de estas dimensiones ocurre en el campo político económico minero, nada se ha dicho sobre los puertos que intervendrán en la comercialización del litio en los próximos años. Ciertamente, en el triángulo del litio, también está presente Argentina, pero en el caso de Argentina, dos tercios sale por Buenos Aires y un tercio del litio argentino sale por Antofagasta. En el caso de Bolivia, la situación solo puede ser un puerto del Pacífico, no solo por las distancias involucradas, sino porque el mercado es el asiático de manera predominante. En el caso, que la explotación de litio se eleve a la categoría de exportaciones con destino a Rusia, sin duda que estaremos hablando de una industrialización del litio y no de litio en mineral.
En Chile, entre el 2018 y 2019 se creó un Grupo de Reflexión sobre Chile y Bolivia al amparo de la Dirección de Planificación de la Cancillería. En la oportunidad, la discusión sobre la evolución de la carga boliviana por puertos chilenos puso su atención frente a qué podría pasar si se producía litio a gran escala. Al respecto se tiene claro que la mediterraneidad de Bolivia, así como las disposiciones del Tratado de 1904, esencialmente en lo referente al régimen de libre tránsito han convertido a los puertos chilenos del norte y sus corredores logísticos asociados, en parte esencial del comercio exterior de este país.
En ese marco, al crónico reclamo boliviano de incumplimiento de Chile del régimen de libre tránsito, se sumó desde comienzos de este siglo, la decisión soberana de nuestro país de privatizar la gestión portuaria -incorporando a un actor privado en esta dinámica -, factores que han sido explotados por Bolivia para generar un artificioso clima de pugnacidad y reclamos constantes, con acusaciones de Guerra Económica y promoción del subdesarrollo boliviano.
Este mes de noviembre de 2023, las conversaciones sobre litio han acercado a Chile y Argentina. Así, se ha creado un Grupo de Trabajo Binacional de Litio y Salares, el que busca promover la cooperación bilateral en la materia en cuyos ejes están la sostenibilidad ambiental, económica y social, formación y capacitación de recursos humanos y la agregación de valor2.
Esta buena noticia con Argentina indica que, a futuro, habrá que hacer lo mismo con Bolivia. Ello, porque es probable que el diálogo sobre el litio permita cierta integración de ambos países. La creación de un Grupo de Trabajo Bilateral con una mirada estratégica y global sobre este mineral es necesaria y si la Cancillería chilena lo ha ponderado con Argentina, resulta muy probable que Bolivia sea la siguiente.
En este sentido, las conversaciones con Bolivia son incluso de mayor interés porque es necesario generar soluciones logísticas. En el caso de Bolivia, dada las latitudes de los yacimientos bolivianos de Coipasa y Uyuni, lo cierto es que el litio tendrá que salir por puertos chilenos y no por los peruanos, como algunos presumen. Al respecto, uno de los elementos a considerar en la decisión es la necesidad de recuperar y mejorar la competitividad de los puertos chilenos para el comercio exterior del litio. Esto es un tema comercial, pero también es de carácter estratégico toda vez que conlleva el desarrollo económico del norte de Chile y el occidente de Bolivia.
De darse este escenario, el tema portuario se observa aún fuera de la mesa. Si lo que se pretende es que usemos lo que hay ya destinado al comercio boliviano, esto es Arica, cabe advertir la inmensa distancia entre los yacimientos bolivianos de litio y el puerto. La distancia con Arica es relevante. Si se piensa que, por latitud, la vía de transporte pudiera ser el puerto de Iquique, es necesario tener en cuenta que entre los recientes asentamientos urbanos, así como por la saturación de camiones en la vía hacia Alto Hospicio a la ciudad, tampoco es este el lugar más propicio. Iquique no da más, sus calles, así como las de Arica y Antofagasta, en sus planicies urbanas son ya áreas más que saturadas por camiones.
¿Qué puerto podría asignarse para el litio?
El cálculo preliminar de Yacimientos de Litio Bolivianos es que, de terminarse la infraestructura al 2024, Bolivia podría llegar a exportar alrededor de 65 mil toneladas. (La Razón, 13/06/2023). A la fecha, los datos del año 2022 indican la exportación dan apenas 600 toneladas métricas de carbonato de litio exportadas a China, Rusia y Emiratos Árabes.
Sin embargo, finalizando el año 2022 Bolivia alcanzó un récord histórico a nivel de exportaciones mediante puertos chilenos superando los U$1.400 millones y con un crecimiento de 126% comparándolo con el año anterior. Solo en el año 2022 Bolivia movilizó el 63% de su carga, con un total de 4,1 millones de toneladas. Esto se explica por las más de 7 mil empresas bolivianas que para su comercio exterior utilizan los 3 principales puertos del norte de Chile (Antofagasta, Iquique y Arica). La minería del litio no está valorada en estos datos, porque aún no hay carga de litio relevante.
No obstante, la discusión escapa el tema de capacidad portuaria. Para Chile, la oferta de un puerto para la salida del litio es un tema de equilibrio y potenciamiento del flujo de carga boliviana por puertos chilenos. Si se quisiera enviar el litio a través de Antofagasta/Mejillones, hay que considerar que la red de la Minera San Cristóbal boliviana ya tiene su puerto consolidado: Mejillones.
En ese marco, a futuro la ecuación de los puertos chilenos y comercio exterior boliviano reviste especial valor en función del engranaje geográfico, las potencialidades económicas del territorio boliviano y una valorización del altiplano minero por agentes internacionales. Este es un proceso en el que se debe avanzar.
Es por lo anterior, que tal y como se pensó en los años del Canciller Ribera, pensar en el puerto de salida del litio es clave para no seguir saturando Arica, y ni qué decir de Iquique o Antofagasta. Al respecto, en el Grupo de Reflexión se concluyó que el puerto a evaluar para la salida del litio tendría que ser Tocopilla. Esto por estar ubicado en un área más amplia, con acceso de ferrocarril, y que bien podría convertirse en un hub comercial y un polo de desarrollo minero logístico; ciertamente puerto menos saturado y con unas estructuras que permiten la salida de la carga a granel.
Discutir las condiciones de la salida de minerales bolivianos es un asunto a tratar y visualizar a largo plazo. La selección del puerto, pasa por evaluar las condiciones de las poblaciones locales y el libre tránsito. No al revés. Reequilibrar la dimensión portuaria en Chile es de toda lógica, pero además resulta ser una oportunidad que no debemos dejar pasar.
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Se explica la influencia que ejerció la hábil estrategia del ambicioso empresario y explorador rumano Julio Popper en la distorsión de la interpretación del Tratado de Límites de 1881 con Chile, por parte del Estado argentino, específicamente respecto a la soberanía sobre las islas Picton y Nueva, hecho que originó la raíz del diferendo marítimo austral en el Canal Beagle y las posteriores crisis diplomáticas de 1958 y 1978 entre ambos países.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1001
Julio - Agosto 2024
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