Revista de Marina
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La trinidad de Clausewitz en el Estado Islámico

  • Nicolás Boisier González

Por Nicolás Boisier González

  • Fecha de recepción: 23/12/2021
  • Fecha de publicación: 31/08/2022. Visto 306 veces.
  • Resumen:

    Posiblemente el más influyente pensador de la ciencia militar sigue vigente hasta nuestros días. Su teoría de la trinidad nos permite comprender, incluso, a organizaciones como el Estado Islámico y su particular forma de materializar la guerra.

  • Palabras clave: Clausewitz, Estado Islamico, Estado Islámico, pueblo.
  • Abstract:

    Probably, Clausewitz, the most influential thinker of military science is still relevant today. His theory of the trinity allows us to understand even organizations such as the Islamic State and their peculiar way of waging war.

  • Keywords: Clausewitz, Islamic State, Peoples.

Acciones tan disímiles como los atentados de noviembre 2015 en Paris1, el atropello masivo de ciclistas en la ciudad de Nueva York en 2017, las decapitaciones de “infieles” vestidos de naranjo (mostradas en videos como si se tratara de una campaña publicitaria) y las acciones militares para la toma de la ciudad de Mosul, Iraq, en 2014, son solo una muestra del gran “portafolio de actividades” que realiza el llamado Estado Islámico. La mencionada organización se ha establecido durante las últimas décadas como una fuerza combativa de innegable preparación militar, con un manejo envidiable de las redes sociales y, sobre todo y pese a todo, de una crueldad que pone en duda la existencia de algún límite en su actuar. Sus características en cuanto a motivación, preparación organizacional y subjetividades morales escapan a cualquier comparación, aun cuando se busca una homologación con fuerzas militares organizadas de los tiempos modernos. Por otro lado, su solo nombre genera prejuicios sobre su capacidad y estructura organizacional. El hecho es que, para muchos, el Estado Islámico no es ni islámico, ni mucho menos un estado (Saikal, 2015). Muy por el contrario, corresponde a una organización terrorista catalogada como tal por la Foreign Terrorist Organization del Departamento de Estado de Estados Unidos (Rollins, 2019). Para poder alejar de este análisis la semántica que revierte su nombre en español, otorgándole per se características políticas y de connotación territorial, se hablará en el presente ensayo de DAISH, correspondiente al acrónimo para referirse a Dawlah Al-Islamiyah fe Al-Iraq wa Al-Sham (o Estado Islámico de Iraq y Siria) (Saikal, 2015).

Estas líneas no pretenden demostrar una supuesta equivalencia del DAISH a una estructura de estado-nación tradicional. Por el contrario, se busca fundamentar que la teoría de la “trinidad” es igualmente aplicable y válida frente a la particular forma de materializar el fenómeno de la guerra que tiene esta organización, pese a la atemporalidad y a la perspectiva cristiano-occidental de Clausewitz.

Si se pretende analizar la aplicabilidad de la “trinidad” en el DAISH, se debe entender primero cuál era la visión del fenómeno sobre el cual se aplicaría esta teoría: la guerra. Habiendo vivido entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, Carl von Clausewitz participó y presenció principalmente las Guerras napoleónicas, las que, en términos de los beligerantes, no involucraban a estados tal y cual son concebidos en la actualidad2. Los enfrentamientos se realizaban más bien en coalicionespara hacer frente a los ejércitos napoleónicos organizados. Sin embargo, también fue testigo de las acciones de los partisanos en España, quienes empleando la guerra de guerrillas (o guerra asimétrica) enfrentaron a las fuerzas francesas (Moliner Prada, 2010). En ese entorno, Clausewitz entiende la guerra en su acepción más amplia y a la vez más simple: “un acto de fuerza destinado a obligar a nuestros enemigos a hacer nuestra voluntad” (von Clausewitz, 1832). Se enfocó en las características de “duelo” de la guerra, para luego tratar de explicar el fenómeno. Podemos con esto inferir que el pensador prusiano no se enmarcaba en la comprensión académica actual de la guerra4, sino más bien en la existencia de agrupaciones con voluntades contrapuestas que, enfrentadas en combate, independientemente de su estructura organizacional, violencia o tecnología empleada, pretendían imponer su voluntad y su visión del mundo. “La violencia organizada en masa es la única actividad que distingue a la guerra del resto de las actividades humanas” (Paret). A la luz de esta cita y sumado a lo previamente expuesto, se estima que el concepto de guerra de Clausewitz es perfectamente aplicable a las actividades del DAISH. Efectivamente constituye una organización que materializa la guerra desde la perspectiva Clausewitziana (sic), al tratar de imponer su voluntad mediante duelos, lo que permite ahora abrir la discusión acerca de la aplicabilidad de su “trinidad”.

Pasión, violencia y odio evocan una suerte de descontrol, de ausencia moral, de postergación de la racionalidad para dar cabida a la emocionalidad que aflora en el soldado cuando se ve enfrentado al combate. En base a esto, identificar el factor “pueblo” de la trinidad de Clausewitz en el DAISH podría ser a simple vista la sección más evidente de este análisis, considerando el salvajismo de las acciones a las cuales se hizo alusión previamente. Dichos actos son habitualmente explicados como elementos circunstanciales, propios de la brutalidad de las acciones en el campo de batalla. Sin embargo, en este caso particular, estas características no son exclusivamente resultado de la circunstancia de la guerra o de un combate específico. Más bien, adquieren una condición de perpetuidad cuando la interpretación extrema del marco religioso que sus integrantes siguen, no solo las avala sino también las fomenta, con lo que se logra de igual forma permear transversalmente todos los niveles de conducción. Es así como, de acuerdo con el análisis del teólogo suizo Hans Küng, la justificación de esta violencia desmedida está presente en varios pasajes del Corán:

[…] la palabra yihad se entiende con un sentido fuerte de “lucha” o “batalla”, de guerra: “¡Creed en Alá y en su enviado y combatid por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas!” […] Hay muchos otros versos como estos en el Corán: “¡Profeta! ¡Combate contra los infieles y los hipócritas, sé duro con ellos! Su refugio será la gehena […]” (Küng, 2005).

De igual forma, otros autores hacen también referencia a este fenómeno:

“Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos! No erais vosotros quienes les mataban, era Alá quien les mataba” (García Yuste, 2016)

Existe discusión en el mismo mundo islámico acerca de la justificación de la violencia a través del Corán. Lo cierto es que, independientemente de la validez de la interpretación dada por el DAISH, es difícil refutar que sus convicciones se basan en la violencia y que se sustentan a través de la pasión de sus combatientes, quienes son reclutados precisamente mediante la seducción que la misma violencia genera. “En el contexto de vorágine informativa en la cual nos encontramos inmersos, la “propaganda del miedo” capta la atención de la audiencia global de manera mucho más efectiva que los sermones religiosos” (Bartolomé, 2015). Dicho de otra forma, el odio, la violencia, la pasión y en general todas las características a las que se refiere Clausewitz como propias del “pueblo”, no nacen en este caso como algo fortuito en el terreno, no corresponden a una emocionalidad momentánea, ni tampoco a una irracionalidad propia de quienes se ven enfrentados al combate. Es más bien un fenómeno inherente a los jihadistas, particularmente a aquellos miembros del DAISH, al punto que constituye el principal atractivo utilizado para captar a sus adeptos. El factor “pueblo” no solo existe en el DAISH sino tiene presencia transversal, desde sus seguidores hasta sus líderes.

En relación a la existencia de líderes o conductores militares, se debe considerar que, por lo general, las propias características del jihadismo hacen que una de sus formas más frecuentes de combate se asemeje mucho más al método empleado por los partisanos españoles en la época de Clausewitz, que al de una conducción convencional de la guerra. Lo que emplea en mayor medida (aunque no exclusivamente) es una forma de guerra asimétrica, en un teatro de operaciones centrado principalmente en Irak y Siria, pero activo también en varios otros rincones del mundo, tales como el continente africano y Europa, siendo en este último donde más mediáticamente han impactado sus acciones. Con esto, parece evidente la obligación de una descentralización de la conducción militar jihadista para la consecución de sus objetivos y, a su vez, la necesidad de contar con genialidades estratégicas capaces de utilizar los medios de la mejor forma posible para alcanzar dichos objetivos, conduciendo bajo el concepto de mission command (Quiñones, s.f.) a sus subordinados. La genialidad de los conductores militares es algo difícil de probar y hasta eminentemente subjetivo; sin embargo, desde un punto de vista más práctico, se puede inferir que gran parte de esa genialidad, al igual que las capacidades resolutivas y de manejo de incertidumbre, son habitualmente logradas a través de procesos de entrenamiento y acumulación de experiencias. En ese sentido, un estudio realizado por Lennart van Leeuwen y Daan Weggemans de la Universidad de Leiden en los Países Bajos analiza precisamente la experiencia en combate de los caudillos de organizaciones fundamentalistas islámicas, llegándose a establecer que, de una muestra de 38 líderes militares de estos grupos, 35 han tenido experiencia previa en guerras u otros conflictos bélicos, concluyendo que “los líderes jihadistas son predominantemente veteranos de guerra” (van Leeuwen & Weggemans, 2018). La experiencia en combate de los cabecillas del DAISH evidencia su alta preparación bélica, mientras que la forma en la que conducen sus combates demuestra su diseminada existencia a través de las distintas regiones donde la organización está presente. Lo anterior no solo hace al factor estratégico militar de la trinidad de Clausewitz algo presente de manera esporádica, sino que, al igual que la pasión en sus acciones, constituye un elemento también característico de sus líderes... Queda por demostrar sus características políticas.

Clausewitz pensó en la guerra como un acto político, único elemento que otorga racionalidad a su ejecución. Es entonces no solo válido, sino de suma relevancia analizar la existencia de visión política en el DAISH. Los valores fundamentales que cohesionan al grupo no implican per se una visión política, más aún cuando dichos valores se encuentran presentes en diversos otros grupos jihadistas que parecieran ser conducidos solo en el nivel operacional, enfocándose solamente en la obtención de objetivos de esa índole. Pero este grupo tiene una particularidad sobre el resto de las agrupaciones terroristas islámicas: gravitan en torno al establecimiento de un califato, lo que sugiere una visión distinta… una visión que evidencia objetivos no solo románticos o idealistas, sino también políticos y prácticos. Sin ir más lejos, la organización logró sendas conquistas territoriales, que constituirían el punto de partida para el califato pretendido. Es así como en 2014 controlaba territorios cuya extensión estimada fluctuaba entre los 40.000 y los 90.000 kilómetros cuadrados en Irak y Siria, equivalentes en la práctica a las superficies de Bélgica y de Jordania respectivamente (BBC mundo, 2014). Su líder en esos tiempos de apogeo, Abu Bakr al-Baghdadi, no solo era el conductor militar de una organización terrorista, sino debería ostentar una figura mesiánica para sus seguidores5.

El grupo estableció un califato, que es una forma de Estado dirigido por un líder político y religioso de acuerdo con la ley islámica o sharia, que controla un territorio entre los Estados de Siria e Irak y que pretende recibir el apoyo total del mundo musulmán (BBC mundo, 2014).

Para este nuevo califa las sociedades musulmanas se encuentran gobernadas desde comienzos del siglo XX por regímenes ilegítimos, corruptos e impíos. El nuevo califato retomaría las viejas ideas políticas para rectificar un mundo que a sus ojos es injusto, violento y en donde imperan la inmoralidad y la corrupción (Patiño, 2019).

Un califato es precisamente “una forma de ordenamiento político que combina tanto lo religioso como lo político, territorial, militar y económico, y aspira a la unificación de los creyentes, dentro de la idea de la umma, como una gran comunidad de los creyentes” (Patiño, 2019). La autoproclamación como califa de su líder, sumado a las conquistas territoriales, no solo evidencian el ideal político de la agrupación, sino también su utilización de la guerra para conseguirlo.

Pero ¿cómo puede mantenerse la visión política en una organización cuya forma de actuar es predominantemente disgregada? ¿Es la libertad de acción de los conductores militares un peligro para la visión del conductor político? En primer lugar, se debe recordar que sus milicias no están restringidas exclusivamente a la guerra de guerrillas. Fue precisamente la forma de combate convencional realizada contra las fuerzas militares organizadas de Irak y Siria durante la toma de Mosul la que otorgó en mayor medida los territorios ya mencionados. Por otro lado, y quizás como factor más relevante, no se debe olvidar que la religiónes lo que soporta el pensamiento político de su líder, pensamiento que es hábil y profusamente difundido a través de las redes sociales, dejando poco espacio para disidencias o interpretaciones diferentes que tengan alguna posibilidad de ser aceptadas.

La violencia en las acciones del Estado Islámico ha sido una característica que no solo ha ayudado a difundir su nombre en el mundo occidental, sino que a la postre se ha transformado en una marca, un sello de marketing que, por cuestionable y reprochable que sea, ha permitido que su mensaje trascienda del ámbito local, logrando difundir su terror a nivel mundial. Dejando a un lado los prejuicios que genera su nombre en español, el DAISH constituye una agrupación terrorista que es poco asimilable a otras organizaciones religiosas, políticas y hasta jihadistas, principalmente por su visión política y territorial otorgada por la búsqueda de un califato islámico, y por las pasiones que inspira tanto en sus adeptos como en sus detractores. Promueven un califato al más puro estilo del siglo VII y, si bien en la actualidad las ambiciones para su establecimiento se presentan derrumbadas (Gutiérrez, 2020), la capacidad de reconstrucción no debe ser descartada ni mucho menos menospreciada, toda vez que constituye el deseo fundamental de la organización… su visión política. La aplicabilidad de la trinidad de Clausewitz en el DAISH no solo es factible, sino evidencia de manera bastante particular una presencia transversal del factor “pueblo” y “militar” en todos sus integrantes, además de constituir la evidencia más clara de que no es necesaria una estructura política tradicional para lograr activar una guerra Clausewitziana (sic). Con el DAISH, la “guerra ideal” de Clausewitz se enfrenta a fricciones que, lejos de afectar su validez en el siglo XXI, refuerzan y confirman la acuciosidad teórica bajo la cual fue formulada, sobre todo desde la mirada de su “trinidad”.

BIBLIOGRAFÍA

1. Bartolomé, M. C. (mayo de 2015). El Estado Islámico, una rara alquimia de Corán, Twitter y violencia terrorista. Obtenido de “scielo.org.mx”: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-35692015000100007

2. BBC mundo. (5 de septiembre de 2014). 7 preguntas para entender qué es Estado Islámico y de dónde surgió. Obtenido de “BBC.com”: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/09/140904_que_es_estado_islamico_amv

3. García Yuste, T. (24 de enero de 2016). ¿El Corán es intrínsecamente violento o la violencia es una desviación herética del islam? Obtenido de “Actuall.com”: https://www.actuall.com/persecucion/violencia-en-el-coran-mito-o-realidad/

4. Gutiérrez, Ó. (13 de junio de 2020). La violencia del ISIS. Obtenido de “elpais.com”: https://elpais.com/cultura/2020/06/11/babelia/1591908436_216381.html

5. Küng, H. (30 de junio de 2005). Religión, violencia y “guerras santas”. Obtenido de “Comité internacional de la cruz roja”: https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/article/review/6gukdn.htm

6. Moliner Prada, A. (17 de febrero de 2010). Rebeldes, combatientes y guerrilleros. Obtenido de “Mélanges de la Casa de Velázquez”: https://journals.openedition.org/mcv/982?lang=es

7. Paret, P. (s.f.). 04-Creadores de la Estrategia.

8. Patiño, C. A. (4 de noviembre de 2019). Las fuentes políticas del Estado Islámico. Obtenido de “razónpública.com”: https://razonpublica.com/las-fuentes-politicas-del-estado-islamico/

9. Quiñones, F. J. (s.f.). Mission command, ¿alguien sabe qué es? Obtenido de https://articulo30.org/politica-defensa/mission-command-liderazgo-militar/?print=print

10. Rollins, J. W. (15 de 01 de 2019). IN FOCUS - Foreign Terrorist Organization (FTO). Obtenido de “Service, Congressional Research”: https://fas.org/sgp/crs/terror/IF10613.pdf

11. Saikal, A. (18 de enero de 2015). What should we call Islamic State: DAISH or IS? Obtenido de “The Sidney Morning Herald”: https://www.smh.com.au/opinion/what-should-we-call-islamic-state-daish-or-is-20150117-12sii7.html#:~:text=DAISH%20(not%20Daesh%2C%20as%20is,Islamic%20State%20(or%20IS).

12. van Leeuwen, L., & Weggemans, D. (agosto de 2018). Characteristics of Jihadist Terrorist Leaders: A Quantitative Approach . Obtenido de “Perspectives on terrorism, Research notes”: https://scholarlypublications.universiteitleiden.nl/access/item%3A2953345/view

13. von Clausewitz, C. (1832). Capítulo 1: ¿Qué es la guerra? En C. von Clausewitz, De la guerra, libro 1 (pág. 1). Apuntes ACANAV, cátedra de Estratégia.

14. Wylie, J. (1967). Military strategy: a general theory of power control. New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press.


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