Por JORGE GREIG SILVA
El conflicto de Kosovo presenta características que ponen en duda si realmente terminó o sigue hasta hoy en día. Pese a lo anterior, se plantea que el conflicto aún no ha terminado debido a que Serbia y Kosovo mantienen intereses en disputa, las Fuerzas externas que intervinieron no tenían contemplado establecer el término del conflicto entre los beligerantes y que de acuerdo con lo planteado por el Dr. J. Boone Bartholomees, no se cumple con los criterios para determinar un término de conflicto.
The Kosovo conflict features characteristics that cast doubt on whether it has really ended or continues to this day. This article suggests that the conflict has not yet ended, firstly because Serbia and Kosovo maintain disputed interests, the external forces that intervened did not contemplate establishing a conflict. resolution between the belligerents and, according to Dr. J. Boone Bartholomees, the standards for determining the end of the conflict have not been met.
¿Es la victoria equivalente al término del conflicto? La respuesta podría ser afirmativa si a quien se le efectúa la pregunta no conoce los conceptos empleados por la ciencia militar. Sin embargo, la victoria y el término de conflicto no son lo mismo, toda vez que la primera obedece a una evaluación del logro y la contundencia, mientras que lo segundo está asociado al resultado decisivo de los asuntos políticos en juego, a la solución de los intereses en disputa y a la voluntad de finalizar las confrontaciones, mediante negociaciones que aseguren el término de las fricciones entre los beligerantes y, por ende, llegar a la paz (Bartholomees, 2009).
De acuerdo a lo planteado por el Dr. J. Boone Bartholomees en su artículo publicado en la revista “Military Review” del 2009, el término de conflicto se encuentra en la unión de los dos más altos niveles de evaluación en las escalas de “contundencia” y “logro” que expone en dicho artículo, siendo estas evaluaciones la de “resolución” y la de “total” respectivamente (p. 70 y 71). Sin embargo, establecer el término de un conflicto siempre ha sido un tema complejo y en ocasiones confuso, dado que tiene un carácter abstracto que depende de los objetivos políticos y de si se alcanza o no la paz.
Es precisamente esta confusión la que genera el conflicto de Kosovo, ya que si bien las hostilidades han cesado y se estimó que una parte obtuvo la victoria, no ha quedado del todo claro si ha terminado o no. Relacionado con el tema, Cable (1977) señala:
Cuando más se estudian los casos reales, más se siente uno impulsado a la no deseable conclusión de que los picos de guerra indudables y de paz demostrable están separados por un valle de incertidumbre, en el cual las definiciones clásicas no ofrecen una guía absoluta o precisa.
Las condiciones actuales en Kosovo y Serbia, impuestas por el acuerdo de Kumanovo, la resolución UNSCR N° 1244, las declaraciones y las conversaciones que se han llevado entre los actores participantes son las que nos ponen en esa incómoda incertidumbre, dado que estas aseguran, por ahora, la estabilidad de la zona, pudiendo esto cambiar en cualquier momento, debido a la naturaleza de este conflicto.
Es por lo anterior que podemos plantear la tesis de que el conflicto de Kosovo aún no ha terminado. Dicha afirmación se sustenta en las siguientes razones. En primer lugar, Serbia y Kosovo mantienen intereses en disputa, lo que significa que no han finalizado los asuntos políticos entre ambos. En segundo lugar, el Estado Final Deseado (EFD) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no tenían contemplado establecer el término de conflicto entre los beligerantes. Como último argumento para demostrar que el conflicto no ha terminado es que no se cumplen los niveles más altos en los criterios de contundencia y logro de las escalas para determinar el término de un conflicto expuestas por el Dr. J. Boone Bartholomees.
Para demostrar esta tesis, primero se expondrá que Serbia mantiene como objetivo el mantener la soberanía sobre Kosovo, lo que desencadena en un conflicto de intereses y asuntos políticos pendientes. En segundo lugar, se demostrará que el EFD de la OTAN y de la ONU no contemplaba la acción de llegar a un término de conflicto, por lo cual, esto nunca se buscó. En tercer lugar, se analizarán las escalas de evaluaciones de “contundencia” y “logro” con respecto al conflicto de Kosovo. Para finalizar, se establecerán las conclusiones derivadas del análisis.
El primer fundamento de la tesis corresponde a que Serbia no ha terminado el conflicto, pues mantiene intereses en el área y no se han resuelto los asuntos políticos fundamentales. Esto se ve reflejado en que considera a Kosovo como parte de su territorio, aun cuando este haya declarado su independencia en el año 2008. Relacionado con este tema, el profesor de Historia Moderna e Historia Contemporánea de la Universidad de Chile, Zvonimir Martinic (2009), señala:
No es errado suponer, dada la declaración de independencia de Kosovo, que el Parlamento de esa provincia proclamó unilateralmente el 17 de febrero de este año, que se podría producir en el mediano plazo algún tipo de reacción violenta de la población serbia contra Kosovo, reacción alimentada con discursos nacionalistas que les recuerdan incesantemente que Kosovo es y será de Serbia. (p. 2)
Sumado a lo anterior, tenemos las declaraciones efectuadas ese mismo año por el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica: “Mientras el pueblo serbio exista, Kosovo será serbia” (BBC, 2008). Estas declaraciones muestran claramente que Serbia jamás reconocerá la independencia de Kosovo. Cabe destacar que este tipo de declaraciones se mantiene hasta la fecha.
En efecto, queda en evidencia que Serbia sigue considerando a Kosovo como parte de su territorio y, pese a que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) (2009) da “conformidad con el derecho internacional de la declaración unilateral de independencia con respecto a Kosovo” (p. 1), no existe la voluntad del gobierno serbio de entregarle la independencia. Por ello, se infiere que, a futuro, el Estado de Serbia podría realizar acciones para tomar el control del territorio de Kosovo. Debido a ello, es que para sostener la estabilidad se deben mantener las Fuerzas de Paz en la zona.
A partir de lo anteriormente expuesto, podemos decir que la solución de los intereses en disputa no está zanjada, que no se aprecia voluntad de finalizar las confrontaciones y que existen asuntos políticos pendientes. Esto produce fricciones entre los beligerantes y, por ende, un conflicto.
Si bien hoy en día se vive un período de estabilidad, existe incertidumbre sobre una verdadera paz en la zona, ya que, para lograr el término del conflicto, ambos beligerantes deben alcanzar el resultado deseado o aceptable.
El segundo argumento para afirmar que el conflicto de Kosovo no ha terminado, es que en el EFD de las organizaciones que participaron, no se contempló lograr el término del conflicto entre los beligerantes, por lo que esto nunca se produjo.
El CN Fernando Thauby (s.f.) define el EFD así: “El estado final deseado es el dibujo final o la visión de lo que el mando estratégico desearía ver en un punto indeterminado en el futuro. Esta visión tiene facetas políticas, económicas, militares, sociales, etcétera. El EFD es un gran (y amorfo) cuadro conceptual” (p. 3). Por lo tanto, si se desea llegar al término de un conflicto, el EFD establecido debe contemplar este fin último. Con esto se logra que todo lo derivado, posterior a ser definido el EFD, sea orientado, planificado y ejecutado para alcanzarlo.
Dicho lo anterior, debemos conocer el EFD definido por la OTAN y posteriormente por la ONU, para dejar en evidencia si es que estaba o no contemplado lograr el término de conflicto, y si se efectuaron las acciones para cumplirlo. Sin embargo, el término del conflicto como EFD no está reflejado de forma explícita en ninguna de las dos organizaciones. Por una parte, la OTAN (2016) solo tiene expresados en su página web oficial los siguientes objetivos:
O Detener las acciones militares, violencia y represión.
O Retirar de Kosovo las fuerzas militares, policiales y paramilitares.
O Establecer presencia militar internacional en Kosovo.
O Permitir el regreso seguro de todos los refugiados y personas desplazadas, haciendo posible su acceso irrestricto a las organizaciones de ayuda humanitaria.
O Establecer un acuerdo político para Kosovo en conformidad con el derecho internacional y la Carta de la ONU.
De lo anterior, el autor de este ensayo infiere que el EFD establecido fue “zona estabilizada y sin fuerzas militares serbias”.
Por otro lado, la ONU, mediante la resolución N° 1244 establece como objetivos: “una solución política a la crisis de Kosovo, incluido el fin inmediato de la violencia y la rápida retirada de sus fuerzas militares, policiales y paramilitares” (UN, 1999). De la cita se infiere que el EFD de la ONU respecto al conflicto de Kosovo es muy similar al presentado por la OTAN.
En efecto, ambos organismos no consideraron en su EFD el término de conflicto entre las partes, por lo que no fue esperable que se efectuaran acciones para lograrlo. El cumplimiento de los objetivos de la OTAN y de la ONU solo permitió lo que hasta hoy se mantiene, una estabilidad en la zona sustentada por la permanencia de las Fuerzas de Paz.
Como tercer y último argumento para afirmar que el conflicto de Kosovo no ha terminado, es que no se han logrado las evaluaciones máximas en las escalas de “contundencia” y “logro” propuestas por el Dr. J. Boone Bartholomees para evaluar el término de un conflicto. Según lo publicado por Bartholomees (2009), el grado de contundencia evalúa el efecto sobre los asuntos políticos y el logro evalúa la eficacia de las acciones efectuadas en el ambiente militar y político (p. 71).
En el caso del conflicto de Kosovo, el resultado final de la guerra no resolvió los problemas por los cuales se peleó, por lo que la evaluación en la escala de “contundencia” es de “status quo” y, en la escala de “logro” es de “total” en lo militar y de “limitado” en lo político. En síntesis, el término del conflicto no se logró porque no lograron las evaluaciones más altas en ambas escalas.
Como contraargumento a lo expuesto, hay quienes plantean que el conflicto de Kosovo ya terminó, dado que, se efectuó el cese de las hostilidades mediante la firma del acuerdo de Kumanovo y, además, se promulgó la resolución UNSCR Nº 1244, disponiendo el término de los ataques de la OTAN, creando la administración provisional de la ONU en Kosovo y estableciendo el despliegue de la fuerza internacional de seguridad y una misión para la reconstrucción de las zonas dañadas (UN, 1999).
Pese a lo anterior, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, señaló: “alrededor de ciento ochenta mil serbios se han ido de Kosovo desde que terminó el conflicto, y que aún no era práctico para ellos regresar” (BBC, 1999). De la cita se deduce que, aún finalizadas las acciones bélicas y establecidas las Fuerzas de Paz, hay personas que deciden marcharse del lugar, generalmente por razones de seguridad. Esto nos lleva a inferir que el conflicto no ha terminado.
Por otro lado, se atribuye al término de las hostilidades y a la firma del tratado el haber logrado quebrar la voluntad de lucha de los serbios. Sin embargo, puede que los serbios hayan dejado de luchar porque determinaron que el esfuerzo requerido sobrepasa el valor del objetivo político (Clausewitz, 2002). Esto significa que no han renunciado al objetivo, y que podrían estar en un statu quo hasta tener las condiciones favorables para actuar y lograr sus intereses nacionales. En otras palabras, esto quiere decir que el conflicto no ha terminado.
Con respecto a las condiciones favorables que estaría esperando el gobierno serbio, la doctora en derecho Ana Jiménez (2009) indica: “a nadie sorprendería que, en un par de años, sean los propios albano-kosovares quienes empiecen a cuestionar la conveniencia de un sueño tan controvertido como irrealizable” (p. 145). De la cita se deduce que a futuro podría haber conflictos al interior de Kosovo. Serbia podría aprovecharse de ello y ejecutar acciones para asegurar su soberanía en el área. Con esto se reafirmaría que el conflicto nunca terminó y que solo existe un statu quo.
A partir del análisis realizado, es posible concluir que el conflicto de Kosovo aún no ha terminado, es decir, se siguen produciendo fricciones entre los actores participantes, no se ha llegado a acuerdo en los intereses contrapuestos que existen y no se han solucionado los asuntos políticos para poder llegar a la paz. De esta manera, es cuestión de tiempo para que Serbia trate nuevamente de tomar bajo su poder el área de Kosovo.
Sumado a lo anterior, las organizaciones que participaron para detener las acciones bélicas, no consideraron lograr el término de conflicto en su EFD, por lo que nunca se llegó a concretar. Muestra de aquello es que no hay una verdadera estabilidad en la zona, ya que la actual, es mantenida bajo supervisión de las Fuerza de Seguridad Internacional.
Por otra parte, al utilizar la herramienta de análisis presentada por el Dr. J. Boone Bartholomees, se llega a concluir que el conflicto no ha terminado, dado que la evaluación de los resultados de las acciones y de los efectos derivados del conflicto, no satisfacen lo requerido para dar por finalizado el conflicto.
Como resultado del análisis se desprende que la solución más acertada para que se produzca el término del conflicto debe ser la negociación entre las partes, con el objetivo de dar solución a los temas relacionados con los intereses en disputa, siendo este el camino más realista y factible para finalizar el conflicto y llegar a una paz duradera.
Bibliografía
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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