- Fecha de publicación: 01/10/2015.
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PODER E INFORMACIÓN
Cristián Lauriani Ide*
A
l estudiar diversas fuentes bibliográficas
vinculadas a la ciencia política, se observa
que existe bastante consenso en general respecto
a qué es el poder, el cual, en una visión genérica,
representa el objetivo de la política, lo que queda
de manifiesto en palabras del propio Max Weber
a comienzo del siglo XX, al mencionar: “quien hace
política aspira al poder”. 1 Sin embargo, el mismo autor
determina que las personas buscan el poder para
gozar del sentimiento de prestigio que él confiere,
generando libertad de acción para quien lo posee, 2
por lo que bajo esta lógica el poder no sólo estaría
circunscrito a la política, sino que también estaría
ligado a todos los ámbitos del desarrollo humano,
ya que su persecución sería uno de los principales
propósitos del hombre que vive en sociedad. A
través de la aplicación del poder, Weber concibe
al Estado como una relación de dominación de
hombres sobre hombres, que se sostiene por
medio de la violencia legítima, administrada
por instituciones. Por tanto, el monopolio de la
fuerza como forma de ejercicio del poder queda
restringido al Estado, con el propósito de hacer
cumplir la ley y proteger a las personas, para así
contribuir al bien común.
La postura de Weber refleja la visión de que el
poder se encuentra concentrado en la persona,
organización o entidad que lo ejerce, teniendo
como centro a la “institución”, contrastando
con la opinión del politólogo contemporáneo
Moisés Naím, quien entrega una definición
más amplia del término, bajo una lógica de
poder basado en la opinión del “individuo” que
forma parte de un sistema, definiendo poder
como “la capacidad de lograr que otros hagan
o dejen de hacer algo”, 3 lo cual se genera gracias
a la estructura, debido a que el poder pese a
concentrarse, depende de la interacción compleja
de organizaciones políticas, económicas, sociales
y militares, que en su conjunto al estar expuestas
a los medios de comunicación social, han sufrido
en la actualidad el fenómeno que él determina
como la “degradación del poder”. En razón de
esto, hoy en día las personas u organismos
tienen más poder, pero dicho poder no se puede
ejercer en plenitud, ya que nadie tiene el poder
suficiente para hacer lo que sabe que hay que
hacer. 4 Esto debido a la preponderancia de las
opiniones individuales de los miembros de la
* Mayor (Ejército de Chile). Magíster en Ciencia Política (Pontificia Universidad Católica de Chile) y Magíster en Educación (Universidad Mayor).
1. Weber, Max. (1919), El político y el científico. Pág. 84.
2. Hoffman, John y Paul Graham. (2009), Introduction to political theory Person Education Limited, UK. Pág. 2.
3. Naim, Moisés. (2013), El fin del poder. Editorial debate, Santiago, Chile. Pág. 17.
4. Ibíd. Pág. 37.
El propósito es analizar la visión de Moisés Naím respecto a cómo ha variado el ejercicio del
poder en la actualidad, desde una visión “institución céntrica” a una “individuo céntrica”,
teniendo en cuenta el rol que juegan los medios de comunicación social en el conocimiento
de la verdad.
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estructura o también llamados por Foucault
“micropoderes”, que hoy en día están por sobre
las instituciones.En virtud de lo expuesto, el propósito de este
trabajo es analizar la visión de Moisés Naím en
cómo ha variado el ejercicio del poder en la
actualidad, desde una visión “institución céntrica”
a una “individuo céntrica”, teniendo en cuenta
el rol que juegan los medios de comunicación
social en el conocimiento de la verdad.
La degradación del poder según Naím
Moisés Naím el año 2013 publica “El fin del
poder”, en el cual postula que la forma de ejercer
el poder está cambiando, dado la realidad actual
que vive el mundo contemporáneo, destacando
los siguientes aspectos principales: 5
En la actualidad “el poder es más fácil de
adquirir, es más difícil de utilizar y es más fácil
de perder”. Por tal razón, determina que el poder
se está degradando, lo que estaría cambiando
al mundo.
También menciona que el poder se blinda
con barreras, que impiden que otros puedan
desafiar las estructuras de poder establecidas.
Sin embargo, estas barreras se han debilitado
en los últimos treinta años, lo que facilita la
opción de poder vencerlas más fácilmente y
así desafiar a los poderosos de siempre. En
tal sentido, pequeñas organizaciones en la
actualidad logran operar rápidamente en el
ámbito internacional y tener repercusiones
globales, fenómeno que al igual que Foucault,
Moisés Naím llama “micropoder”.
Desde el punto de vista político, Naím coincide
con Weber, al expresar que el poder estructura
la sociedad, contribuye a regir las relaciones y
a organizar los componentes de ella. Por esta
razón, el poder es la clave de la conducción
política y el objetivo en sí de la política, cual
es “adquirir y mantener el poder”. A pesar de
ello, la crisis de confianza que afecta al mundo
en general ha generado que cada día sea más
difícil para los políticos alcanzar su propósito, ya
que la sociedad cada vez es más instruida y por
lo mismo demanda más de sus autoridades.
Dicha desconfianza es el principal motivo de la
degradación del poder, lo cual produce que en un
mundo donde todos tienen el poder suficiente
para impedir las iniciativas de los demás, pero en
el que nadie tiene poder para imponer una línea
de actuación, se caiga en una realidad donde las
decisiones no se adopten, se tomen demasiado
tarde o se diluyan hasta resultar ineficaces.
Como el poder es la consecuencia de una acción,
el poder se siente, por tanto tiene un componente
material y otro sicológico. En este sentido, Naím
determina que el poder se ejerce a través de
cuatro formas que coexisten entre los aspectos
materiales y sicológicos mencionados. Estos son
la “fuerza” y el “código”, los cuales cataloga como
formas negativas de ejercicio del poder, junto
al “mensaje” y la “recompensa”, a los cuales da
una connotación positiva. El primero (la fuerza)
presiona por medio de la coerción o la coacción,
el segundo (código) se relaciona con la obligación
moral, la cual nubla el razonamiento restringiendo
la argumentación, el tercero (mensaje) con la
capacidad de convencer mediante la persuasión
y el cuarto (recompensa) se basa en obtener algo
a cambio de un beneficio.
Dichas formas de ejercicio del poder, son la
consecuencia de una relación entre entidades
que forman parte de una estructura, basada
en las opiniones individuales de las personas,
las cuales se forman su propia verdad y no
necesariamente creen en la verdad que las
instituciones pretenden transmitir. De esta
forma, es posible concluir que el poder cambia
cuando a nivel de la estructura, sustentado en
las individualidades, hay desequilibrio entre las
partes y se mantiene cuando hay equilibrio.
Los medios de comunicación en los
tiempos actuales
La información siempre ha sido clave en el
dominio del poder. Según el filósofo David
Hume “quien tiene el saber tiene el poder”. 6 Por
tanto, los medios de comunicación social son
un elemento gravitante en el conocimiento de
la verdad y en la conformación de la estructura
sobre la cual se yergue la visión de poder que
nos menciona Naím.
MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: Poder e información
5. Ibíd. Pág. 17 a la 63.
6. David Hume [En línea]. (Fecha de consulta: 21 de junio de 2015). Disponible en Internet: http://www.misfrases.com/blog/2008/quien-tiene-el-saber-tiene-
el-poder/
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Los medios de comunicación, condicionados
fuertemente por las redes sociales, han generado
un profundo cambio en la concepción de acceso a
la información. Gracias a internet la comunicación
de hoy es rápida, global y medible. Esto ha
implicado un cambio de paradigma en cómo se
visualizan las comunicaciones y la forma cómo
llega la información a las personas.
En el pasado existía la televisión, la radio,
prensa escrita o el teléfono que emitían “una
verdad”, la que llegaba a los receptores para su
decodificación y análisis. En la actualidad las redes
sociales han reemplazado de manera importante
a la televisión, la radio o el teléfono, debido a
que a través de las redes sociales, en vez de solo
escuchar el mensaje que se pretende transmitir,
los participantes pueden conversar y expresar su
opinión, es decir la transmisión de la información
no solo es unidireccional (televisor a la persona)
sino que es multidireccional, ya que envuelve a
todas las personas que están participando de la
conservación, las cuales, en función del análisis de
la información, construyen su “propia verdad” para
compartirla con el resto de los usuarios de la red.
Dicha conversación, estructurada a través de redes
sociales, se realiza normalmente en torno a un tema
de interés, que despierta la atención de los cibernautas
que navegan en la web, lo que ha provocado que
los individuos confíen más en la información que
circula en las redes sociales que aquella transmitida
de manera oficial por las instituciones. 7
Dicho acceso a la información ha generado
un nuevo paradigma en el conocimiento de
la verdad, que en la actualidad ha puesto en
jaque al poder.
El conocimiento de la verdad y la
“degradación del poder”
Según la mitología griega, Edipo, abandonado
cuando niño por sus padres, logra descifrar los
acertijos de la Esfinge, monstruo aposentado en
el monte de Ficio enviado por la diosa Hera. Esta
proeza reconocida por el pueblo tebano, le permite
acceder al poder, ser nombrado su rey y casarse
con la reina Yocasta. Sin embargo, Edipo pierde
el poder cuando se entera que él mató a su padre
camino a enfrentar a la Esfinge y que su esposa
en realidad es su madre y sus hijos adoptivos
resultan ser sus hermanos. El conocimiento de la
verdad, hace que Edipo pierda el poder legítimo
traspasado por el pueblo. 8
El caso de Edipo, según el filósofo contemporáneo
Foucault, es un ejemplo de lo que ocurre a los
individuos que asumen que el poder está concentrado
en ellos o en la institución que dirigen, olvidando o
desconociendo que detrás de su persona se oculta
una verdad, la cual, una vez conocida, tiene como
consecuencia un desenlace análogo a la historia
contada por Sófocles. Por tanto, el poder depende de
los individuos, que hacen legítimo el ejercicio de la
autoridad o de una actividad que implique la acción
de poder. De ahí la importancia de la probidad, del
comportamiento ético y de evitar el narcicismo de
los individuos que forman parte de las estructuras
que lideran organizaciones políticas, económicas,
sociales, religiosas o militares.
Antes de Foucault pensábamos que el poder
radicaba en un lugar preciso, en un nicho situado
en las alturas, desde donde se desplegaba, irradiaba
o deslizaba, para obligar al sujeto a cumplir su
voluntad o sus deseos. Era el poder de los dioses
y sus castigos, del rey y sus armas, del Estado y su
policía, del sabio y sus conocimientos. Por tanto, con
este filósofo surge la idea de que el poder convive
permanentemente con nosotros, en nosotros y su
lugar es aquel en el cual estamos junto al resto. 9
El impacto de la verdad en el poder ha existido
desde siempre y el caso de Edipo es una muestra
de ello, siendo extrapolable a todas las áreas de
desempeño del hombre. Situaciones de este tipo,
son posibles de encontrar a lo largo de la historia
universal, generalmente asociadas a procesos
revolucionarios, donde la autoridad pierde el
poder, como la división de la iglesia entre católicos
y protestantes en el siglo XVII que hizo perder parte
de su poder al pontífice, la revolución francesa,
que arrebató el poder a la monarquía gala o el
desarrollo de las teorías liberales de la economía
que hicieron perder poder al Estado a lo largo
del siglo XVIII y XIX. Los ejemplos descritos, se
debieron al conocimiento de la verdad, que en
general afectaba a los miembros de una estructura
organizativa que formaba parte de un sistema
7. Arriagada, Eduardo. (2015), Clases de manejo de crisis y comunicaciones, en Diplomado en Políticas Públicas, Pontificia Universidad Católica, Santiago, Chile.
8. Foucault, Michel. (1973), La verdad y las formas jurídicas. Segunda Conferencia, Río de Janeiro, Brasil. Pág. 14 - 25.
9. Correa, Juan Pablo. (2015), Clases de Influencia y gestión de redes, en Diplomado de Administración de Recursos en la Universidad San Sebastián, Santiago,
Chile.
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social, los cuales al evidenciar el secreto que se
ocultaba detrás del poder de quienes lo detentaban
decidieron arrebatárselo de alguna manera. En el
pasado, estos episodios aparecen de forma no tan
recurrente como en la actualidad, debido a que
entonces no existían las capacidades de acceso
a la información de estos tiempos.Todo ejercicio del poder oculta un secreto. Un
liderazgo en particular o un caudillo, tiene una vida
personal tras de él, que en ciertas oportunidades
al revelarse, genera pérdida de confianza en las
personas que lo siguen, cuando dicha vida es reñida
con la ética. Todo proyecto, empresa o producto
manufacturado se sustenta en una fórmula que
es secreta, una vez que dicha fórmula es revelada,
el productor pierde poder en el mercado, debido
al desafío que le impone la competencia. Toda
estrategia que pretende concentrar el poder en
el momento decisivo mantiene a resguardo y de
manera subyacente su verdadera intencionalidad,
la cual una vez conocida, disipa la sorpresa,
haciéndole perder su valor. En síntesis, el ejercicio
del poder conlleva siempre un secreto, el que
una vez conocido debilita la aplicación de éste.
Hoy en día, es el conocimiento de la verdad lo
que ha generado la desconfianza que manifiesta
Naím y que ha significado a su juicio la degradación
del poder. Esta verdad, que actualmente es
más fácil de conocer, gracias a los avances de
las comunicaciones y la tecnología, que ha
permitido al mundo vivir en línea, mejorando
las condiciones de acceso a la información, es
lo que ha posibilitado romper los secretos que
ocultan la verdad, logrando así el desborde de
las barreras que resguardan al poder y que a la
postre ha significado la actual aproximación a la
lógica del poder comentada por Naím.
Por tal motivo, las formas poco éticas utilizadas
en el pasado para ganar el poder y mantenerlo,
ya no son susceptibles de ser utilizadas en la
actualidad, ya que al exponerse esta verdad a
través de los medios de comunicación social,
quien ejerce el poder corre el riesgo de perderlo.
Conclusiones
El poder siempre oculta una verdad que es
preciso resguardar, sobre todo cuando dicha
realidad protege una situación reñida con la
ética. Por tal razón, como el poder requiere ser
legitimado, cuando dicha verdad es conocida
se pierde el poder.
En la actualidad, los medios de comunicación
social permiten un acceso más fácil a dicha verdad,
generando lo que Moisés Naím ha llamado la
“degradación del poder”. Hoy en día, los individuos
son capaces de producir sus propias piezas de
información o pensamiento, las cuales dan la
vuelta al mundo en el acto a costo cero. Por tal
razón, las personas no toleran intermediación
en el acceso a la información y mucho menos
la intermediación e interpretación de la verdad.
Debido a esto, el poder de antaño basado en la
verdad oficial, ha transitado al poder basado en
un conjunto de verdades individuales.
Para evitar el fenómeno descrito por Naím se
requiere obtener y mantener el poder de manera
ética, basado en un comportamiento probo,
entendiendo que el poder no se concentra,
debido a que está repartido en una estructura
que legitima el ejercicio de dicho poder, razón
por la cual, la autoridad no puede hacer todo
aquello que le parezca.
El ejercicio del poder requiere de individuos que
lo lleven a la práctica a través de un acendrado y
reconocido “liderazgo”, por cuanto dicha actividad
requiere de la influencia sobre personas, las cuales
no podrían conformar la estructura que legitima
el poder sino confiaran en el líder, quien es al
mismo tiempo el que administra el poder. Por
tal razón, el “liderazgo” hoy en día es clave en la
administración del poder en las organizaciones.
Finalmente, Naím operacionaliza la visión de
Focault respecto que el poder no se encuentra
concentrado, sino que depende de una estructura
que lo sustenta, bajo la atenta mirada de los
individuos que a través de los medios de
comunicación, especialmente las redes sociales,
siguen a quienes detentan el poder. Por tal
razón, el gran responsable del cambio respecto
a las nuevas formas de ejercicio del poder, son
los medios de comunicación y la posibilidad
de acceso a la verdad que le proporcionan al
ciudadano a pie, quien ha pasado de ser testigo
a protagonista de los hechos más relevantes de
la época actual.
MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: Poder e información
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