El presente artículo describe el concepto de autoridad y el cómo, cuándo y por qué esta se encuentra en crisis en la sociedad actual. Así entonces, desarrolla la evolución de los roles de la autoridad, finalizando con algunas recomendaciones que contribuyen a comprender la relación entre autoridad y liderazgo.
The author portrays the notion of authority and why this concept is in crisis in today’s society. He then elaborates the evolution in the roles of authority, closing with some recommendations that contribute to understanding the relationship between authority and leadership.
¿Cómo una crisis puede pasar de una amenaza a una oportunidad? ¿Cómo un jefe se puede validar en su equipo de trabajo después de haber cometido un error? ¿Tendrá que hacerlo? ¿Por qué hoy se percibe que no hay respeto por la autoridad? ¿Se podrá hacer algo? ¿Qué es una autoridad?
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, autoridad es el “poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho” (Real Academia Española, 2014).
La etimología de la palabra autoridad viene del latín auctoritas y a su vez de auctor, que es creador, cuya raíz latina es augere, que equivale a aumentar, hacer crecer, magnificar (Segura, 2013).
Ronald A. Heifetz, profesor de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y autor del libro Liderazgo sin límites define a la autoridad como: “el poder conferido por un grupo a una persona a cambio de la prestación de un servicio” (Heifetz & Linsky, 2003).
Álvaro Espejo, docente de la Universidad Adolfo Ibáñez, hace una diferencia entre la autoridad formal e informal, identificando la formal como la que es concedida por la organización con un poder explícito para dirigir o administrar. Por el contrario, la autoridad informal es la concedida por el equipo, un reconocimiento a la capacidad de influir de manera positiva en un grupo de personas (Espejo, 2013).
De acuerdo a lo publicado en el sitio web The Economist, desde el 11 septiembre del 2001 a la fecha, cada vez que se ha presentado una crisis o catástrofe en alguna parte del mundo, la popularidad de las autoridades locales ha sido fuertemente afectada producto de las altas expectativas que demandan los ciudadanos en respuesta a lo acontecido.
Ignacio Martin Maruri, docente del área de Liderazgo de la Universidad Adolfo Ibañez, en un webinar del Centro de Liderazgo Adaptativo, desarrolla el tema “autoridad y liderazgo en tiempos de crisis”, identificando que la crisis de la autoridad existe “cuando en una situación compleja a raíz de lo que se está viviendo, un grupo de personas tiene las expectativas muy altas en su jefatura y no son satisfechas” (Martin, 2020).
En los últimos 10 años la figura de autoridad se ha ido debilitando. La alta disponibilidad de acceso a la información ha dejado en evidencia un sinnúmero de casos de corrupción y faltas a la ética, generando en la población una sensación de desconfianza y mala predisposición hacia la autoridad (Martin, 2020).
A lo anterior, hay que sumar que la población tiene más acceso a la información. Según el Instituto Nacional de Estadísticas, desde el año 2010 en Chile hay más celulares que habitantes y a diciembre del 2020, hubo 27.978.240 números de telefonía móvil. Además, según la UNESCO, al 2017 Chile tenía una tasa de alfabetización de un 96,4%, por ende, se infiere que la población chilena sabe y entiende más que en décadas pasadas; luego, ante una crisis, las expectativas respecto a la autoridad son mayores, dejando obsoleta una autoridad desentendida que ostenta un cargo solo por designación, a diferencia de una autoridad que es reconocida y logra la adherencia voluntaria de su grupo.
Los cambios en la sociedad también han contribuido a esta crisis. En muchas culturas la autoridad en una familia es el padre, rol que se percibe crítico en Chile desde los años 80 del siglo XX, cuando comienza a aumentar la participación de la mujer en el mundo del trabajo y el rol de sostenedor pasa de ser exclusivo del hombre y comienza a ser compartido con la mujer, en atención a que ambos aportan monetariamente a un hogar haciendo que la toma de decisiones también sea compartida. Luego, empieza a cambiar la manera de criar a los hijos, con la atención no centrada en el padre, si no en el hijo, quien tiene espacio para opinar y pedir cosas, con una autoridad paterna más a su servicio, a diferencia de las generaciones que las preceden y rompiendo con ello el paradigma de lo que tradicionalmente se entiende como autoridad en el hogar, basada en la experiencia y en el conocimiento de los progenitores y ancestros en general.
Hoy en día, con el fácil acceso a la información a través de Internet, la sensación de conocimiento por parte de los hijos es mayor. Además, la gran cantidad de servicios y trámites que se realizan a través de plataformas web, hace que exista un mayor dominio del quehacer diario de una casa por parte de los hijos, en comparación con las generaciones precedentes, generándose un nuevo quiebre en la cultura familiar, donde por primera vez los hijos les enseñan a sus padres quehaceres como el uso del celular, tablets, smart tv, entre otros, además de trámites tales como solicitar horas médicas, pases de movilidad, etc.
Juan Carlos Eichholz, en su libro Capacidad adaptativa, describe el rol de la autoridad como esencial en una crisis, debido a que el equipo espera respuestas de parte de la autoridad. Estas respuestas, materializadas en acciones, guías, resoluciones, etc., van a tener efecto en el equipo, ya que por una parte se produce contención bajando la ansiedad, generándose armonía y satisfacción o por otra parte se puede generar tensión, lo que podría ser incómodo para el equipo porque acá se enfrentan los problemas, pero con un fin último mayor, que está orientado al aprendizaje y a la resolución de estos.
Si la autoridad no comunica, también comunica, ya que el no pronunciarse ante una situación compleja es otra causal para la autoridad de desvalidarse ante su equipo y además genera ansiedad e incertidumbre.
Ignacio Martin recomienda ante una crisis los siguientes cursos de acción:
En el libro Capacidad adaptativa (Eichholz, 2016), los problemas son vistos como una oportunidad de aprendizaje, gestión o liderazgo, según corresponda. Los problemas se pueden clasificar en técnicos o adaptativos: Un problema técnico es aquel que requiere gestión, la solución existe y es técnica. Por ejemplo, si se quema una ampolleta, esta se cambia y se soluciona el problema; en cambio, un problema adaptativo es aquel que por su complejidad no se conoce la solución, existen más preguntas que respuestas y requiere de liderazgo y una inducción a cambios de hábitos importantes con soluciones a largo plazo. Por ejemplo, problemas personales, sociales, culturales, divorcios, enfermedades, etc. Uno de los errores más comunes de las jefaturas es dar soluciones técnicas a problemas adaptativos, con lo cual no se logra resolverlos.
Independiente de la percepción, definición, etimología o significado de la palabra, el concepto de autoridad se asocia a una persona reconocida por un grupo de personas. Al presentarse una situación compleja o crisis, la autoridad al accionar o no hacerlo, va a impactar en su equipo en forma positiva o negativa. Por ende, cada vez que se presente un problema, será una oportunidad de aprendizaje, acercamiento y validación en su equipo.
Darse el tiempo para observar: ante una situación compleja el líder debe subir al balcón para obtener un panorama general. Observar, interpretar e intervenir; al observar, reconocer e identificar; al interpretar, lograr diferenciar entre un problema técnico de uno adaptativo; y al intervenir, gestionar o liderar.
Desarrollar la comunicación efectiva: el qué, cómo y para qué de una instrucción, dar un propósito en las tareas y el cómo hacerlo, sólo para aquellas situaciones donde el personal carezca de experiencias o conocimientos.
Confíe en su personal!
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El comandante es llamado a ejercer el mando, es decir, conducir a un grupo de hombres para lograr la victoria militar, explotando al máximo el poder conferido, su autoridad y liderazgo sin límite de sacrificio. Por tanto, una vez creada una base de confianza y credibilidad demostradas sus competencias y establecido los niveles de influencia necesaria, estará en condiciones enfrentar a sus subordinados con autoridad moral.
El triunfo de la humildad y de la férrea determinación es lo que el estudio desarrollado por Jim Collins definió al liderazgo de nivel 5, la clave para lograr que una empresa cruzara esa difícil frontera de la excelencia. En ese estudio, elaborado en el 2001, de los siete factores identificados como esenciales para transformar a una organización de buena a excelente, el liderazgo ocupó el sitial de honor en esta clasificación. El autor propone una evolución al citado modelo, evolucionando al nivel 5.1 como el gran desafío de liderazgo.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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