En nuestro Boletín del 17 de junio, comentamos los ataques a petroleros que, desde mayo, se producen en el Golfo Pérsico y estrecho de Ormuz, lugar por donde, se calcula, transita la quinta parte del petróleo que se consume en el mundo. Concluíamos señalando la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicaciones marítimas y del rol que le cabe al poder naval en esta materia. Desde esa fecha se han producido, al menos, cuatro incidentes que se relacionan con el tema y que han tenido como consecuencia, entre otras, la fluctuación internacional del precio del crudo. El jueves 4 de julio, autoridades británicas de Gibraltar, abordaron y detuvieron el súper tanquero de 300 m de eslora Grace 1, de bandera panameña, bajo la sospecha de transportar crudo a una refinería siria, violando las sanciones que mantiene la Unión Europea (UE) al régimen de Bachar al-Ásad. Al día siguiente, la prensa internacional consignaba que Mohsen Rezai, quien fuera jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán y considerado vocero de las facciones iraníes más radicales, señalaba en su cuenta de twitter que:
…durante sus 40 años de historia, la República Islámica nunca ha iniciado ninguna tensión, pero tampoco ha dudado en reaccionar ante quienes son sus acosadores. Si el Reino Unido no libera el petrolero iraní, es obligación de las autoridades aprehender un petrolero británico.
Adjetivando dicha declaración como una velada amenaza.
El miércoles 10 de julio se produjo un nuevo incidente, el que involucró, conforme a informaciones de prensa internacional, a la fragata británica HMS Montrose y tres lanchas rápidas, presumiblemente pertenecientes a la Marina de Guerra iraní. Declaraciones del Ministerio de Defensa británico señalan que:
En contra del derecho internacional, tres embarcaciones iraníes intentaron impedir el paso de un buque comercial, el British Heritage… Esto obligó al HMS Montrose a tomar posición y hacer una advertencia verbal a las naves, que han procedido a apartase;
y pese a que en horas posteriores Gran Bretaña intentó bajar el perfil del incidente, señalando que no estaba claro que se pretendiera abordar el petrolero, de la compañía BP, o simplemente impedir su paso, este supuso un incremento en la tensión que se vive en el área del Golfo Pérsico.
Por lo pronto, los ingleses han elevado al máximo el nivel de amenaza al tráfico marítimo propio en dichas aguas; y dispusieron el despliegue del destructor tipo 45 HMS Duncan a operar junto a la fragata Montrose, antes de que esta regrese a su base en Bahréin para mantenimiento de rutina y relevo de dotaciones. A raíz del incidente, el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Jeremy Hunt, declaró que los hechos demuestran que la Armada de su país necesita más buques.
El jueves 18 de julio, la prensa internacional consigna un nuevo incidente en el área. La Guardia Revolucionaria iraní anunció la captura de un “petrolero extranjero”, cuya nacionalidad no fue develada, acusándolo de contrabando de carburante en el Golfo Pérsico. El hecho se habría producido el domingo anterior, al sur de la isla Larek y previa orden judicial, con el propósito de evitar que el petrolero capturado pudiera entregar los 6.200 barriles de combustible de contrabando a otros buques en la zona. Posteriormente, se supo que el buque capturado sería el MT Riah, de bandera panameña, el que dejó de transmitir su ubicación el domingo por la noche en cercanías de la isla mencionada.
Por último, y mientras preparábamos este boletín, un nuevo incidente doble se adueñaba de los titulares de la prensa internacional. Reino Unido confirmaba, el viernes 19, la captura por parte de la Guardia Revolucionaria de dos embarcaciones en el estrecho de Ormuz, uno con bandera británica, el buque tanque Stena Impero; y otro el petrolero Mesdar con bandera liberiana, pero de propiedad británica, el que terminó siendo liberado y pudo seguir su ruta.
Según autoridades iraníes, el Stena Impero chocó con un pesquero y fue abordado por fuerzas navales para conducirlo al puerto de Bandar Abbas, donde se investiga el supuesto choque. El sábado, el ministro de RR.EE. del Reino Unido, Jeremy Hunt, elevó el tono de sus declaraciones y señaló que, si el régimen de Teherán no libera el petrolero, la respuesta será “calculada pero contundente”; aconsejado, además, a todos los buques mercantes que navegan con bandera británica que eviten el estrecho de Ormuz.
No importando el motivo de la captura, los incidentes someramente referidos, no puede sino elevar la tensión en esas aguas, justo en el momento en el que Estados Unidos promueve una coalición que proteja la libre navegación en la zona.
En efecto, EE.UU. negocia una coalición militar con el fin de proteger la navegación frente a las costas de Irán y Yemen, sin que esté claro aún, qué países la integrarían, pese a que el Jefe del Estado Mayor norteamericano, Joseph Dunford, dijo tener identificados a los posibles aliados; mientras el secretario de Estado, Mike Pompeo, ya viajó el pasado junio a Arabia Saudí y a Emiratos Árabes para, se especula, discutir la formación de esa alianza.
Reafirmamos nuestra conclusión en orden a la importancia del poder naval en el mantenimiento de las líneas de comunicaciones marítimas; y agregamos dos consideraciones que, por obvias, no siempre se mencionan cuando se trata el tema: la imposibilidad de improvisar ese poder naval, el que requiere del compromiso del Estado para su desarrollo; y la voluntad política de ese Estado para emplearlo cuando sea necesario.
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El 3 de julio de 1988, no fue un día normal para la guerra entre Irán e Irak, ni menos para la dotación del USS Vincennes, ya que durante su comisión en el área del Golfo Pérsico, fue protagonista de uno de los mayores incidentes aéreos de la historia, derribando con dos misiles SM-2MR al avión Airbus A300 de la aerolínea Iran Air, quitándole la vida a 290 civiles.
El transporte marítimo aglutina más del 80% del comercio internacional de mercancías; en la actualidad navegan alrededor de 94.000 cargueros por el mundo. Hace algunos meses estalló un conflicto en el estrecho de Ormuz entre Irán y Estado Unidos (EE.UU.), que junto al Reino Unido (RU) y parte de la comunidad internacional propician la libertad de navegación que debe imperar para todas las naves de distintas banderas que transportan al resto del mundo el crudo que se produce en el Medio Oriente. El retiro de EE.UU. del Pacto Nuclear del año 2015, junto a la imposición de sanciones a Irán, ha generado una escalada de acciones hostiles en el golfo Pérsico, afectando el tráfico marítimo internacional. Esta tensión puede repercutir en la gestación de una crisis militar y económica en una zona de vital importancia para el consumo energético mundial.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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