Revista de Marina
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Ethos y estilo naval, su forja en la Armada

  • JAIME RODRIGO RAMÍREZ

Por JAIME RODRIGO RAMÍREZ

  • Fecha de recepción: 18/04/2023
  • Fecha de publicación: 30/06/2023. Visto 1362 veces.
  • Resumen:

    El ethos naval define y caracteriza el comportamiento del personal de la Armada de Chile, el cual conforma el estilo naval. El ethos, forjado desde el inicio de la formación naval, fija el rasgo distintivo institucional, la impronta; una forma naval de pensar, hacer y de ser que condiciona la naturaleza de la profesión y determina su eficacia operacional.

  • Palabras clave: Ethos, estilo, cultura organizacional.
  • Abstract:

    The navy´s ethos defines and characterizes the demeanor of the Chilean Navy´s personnel, which shapes the naval style. The ethos, forged from the beginning of the career, sets the navy´s distinctive feature, its culture; a naval way of thinking, its mindset and spirit that predetermines the nature of the profession and its operational effectiveness.

  • Keywords: Ethos, style, organizational culture.

Ethos naval y estilo naval son términos que se usan en la Armada como una locución, es decir, como un “grupo de palabras que funcionan como una sola pieza léxica con un sentido unitario y cierto grado de fijación formal” (Diccionario de la Real Academia Española, 2022).

Ethos es una palabra griega que significa “costumbre y conducta”. Constituye la raíz de la ética y supone una relación con el bien. En efecto, en el mundo griego la palabra ethos implicaba una predisposición para hacer el bien, es decir, una forma de ser que evidencia una conducta y, a su vez, una costumbre tendiente al ejercicio del bien. Esto es la base de la ética, concepto que luego fuera traducido por los romanos como moral (moralis). Por tanto, ambos conceptos son sinónimos.

Por otra parte, la lengua española define ethos como un “conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad” (Diccionario de la Real Academia Española, 2022). De esta manera, el ethos naval es una expresión que puede entenderse a partir de la definición genérica del ethos pero situada para la Armada de Chile, representando para esta última un comportamiento distintivo y un rasgo organizacional totalmente identificables, tanto en las actividades institucionales como en las conductas individuales (profesionales y personales) de sus miembros. Se destaca la particular predisposición al bien y, en esa línea, a la aspiración del logro; a la excelencia profesional individual, organizacional y operativa, y al sentido profundo de ser siempre contribuyente a la misión de la Armada, motivado en virtud de un juramento que compromete la conducta personal con el bien común de la Patria.

En cuanto al estilo, el Diccionario de la Real Academia Española (2022) lo define como “modo, manera, forma de comportamiento”. Luego, por estilo naval, se puede precisar como la forma o modo de comportarse del personal naval. Relacionando ethos naval con estilo naval, este último representa la expresión, tal vez más coloquial, simplificada, perceptible y visible del ethos naval, la cual identifica y distingue al personal perteneciente a la Armada de Chile ‒fundamentalmente el de uniforme aun cuando no es excluyente‒ del resto de la sociedad.

Estructura del ethos naval a través del modelo del iceberg

El ethos naval se recibe como herencia por parte del personal de la Armada desde el momento en que se ingresa a ella, pero, cabe señalar, que el ethos es dinámico, estando sujeto al desarrollo y a los cambios que generan los mismos miembros de la Armada en su devenir y/o el escenario sobre el cual existe. Desde este enfoque, se aprecia que el ethos naval es en sí un espíritu viviente que se va amoldando en el tiempo conforme va cambiando el entorno y las personas que son parte de la Institución. Sin embargo, se tendrá presente que el ethos naval, observado como cultura organizacional (y sin la intención de simplificar su concepto), posee una particular estructura en su configuración y desarrollo desde la perspectiva de la dinámica de los cambios que se generan en el transcurso del tiempo. Metafóricamente, puede ser analizado desde la arquitectura de un iceberg (modelo del iceberg). Ver figura 1.

En efecto, el ethos naval contiene un nivel superficial, visible o evidente, que muta relativamente fácil a los cambios internos de la institución y externos del medio, adaptándose al escenario, agregando nuevos elementos al ethos naval original. Por ejemplo, la incorporación de nuevos procedimientos, normas, formas, modificaciones al uniforme, jerga, etc. En seguida, a mediaguas, hay un nivel intermedio, menos visible, el que puede cambiar, pero luego de un largo proceso de mayor evaluación. Por ejemplo, una modificación a los años de carrera, o a los tiempos de formación o a la cantidad de años en el grado, lo que eventualmente podría tener un impacto en las formas y virtudes militares, entre otros aspectos. Y, finalmente, un nivel profundo, “oculto”, donde prácticamente es imposible de cambiar a menos que se reemplace el actual ethos naval por otro, uno distinto. Se espera que esta parte nunca cambie, pues constituye la esencia de la existencia. Si se modifica esta parte, la naturaleza del todo cambia.

Componentes del ethos naval

En cada uno de los niveles expuestos subyacen los componentes que lo determinan. Así, a modo de ejemplificar, en el nivel superficial se encuentran las formas, capacidades institucionales, procedimientos, normas, uniforme, régimen y jerga marinera. En el nivel intermedio, por su parte, se ubican el mando, liderazgo, gestión, expectativas, gestión interna del conocimiento, ceremonial naval, protocolo naval, costumbres, rituales, vida de cámara, tradición naval, doctrina y ordenanza. Finalmente, en el nivel profundo se sitúan los valores fundamentales de la Armada, sus creencias y paradigmas, principios y virtudes militares, motivaciones, el legado de la historia naval y patria, el lenguaje, el apego a los ejemplos de vida de los héroes de guerra y de paz, rituales, vida de cámara, entre otros componentes. (Ver figura 1).

Pertenecen a este último nivel las premisas básicas del ideario y de la esencia institucional; el núcleo vital de su naturaleza, lo sagrado, lo que no puede ser alterado. Por tanto, subyacen a este nivel, por ejemplo, expresiones que, según Muñoz (2010), definen comportamientos a nivel individual y colectivo: Vencer o Morir, que determina sobre la forma de combatir y la respuesta personal ante situaciones de mayor demanda humana como la guerra, crisis, catástrofes y emergencias; Gloria y Victoria, respecto de lograr los objetivos; Dios, Patria y Familia, que configura el estilo de vida. También se suman a estas ideas las máximas, tales como: lo operativo por sobre lo administrativo, que fija la priorización en el empleo de los recursos y capacidades; defender hasta rendir la vida si ello es demandado, servicio a la Patria y ser servidores por sobre ser funcionarios, entre otras. (Ver figura 1).

Mirado así, el ethos naval representa la fuerza interior, la sangre de la Armada de Chile que moviliza y condiciona la conducta de todos sus miembros, generando un rasgo, prácticamente un carácter distintivo, la impronta institucional; una forma naval de pensar, hacer y de ser que define la naturaleza de la profesión y determina su eficacia operacional.

El estilo naval y su exteriorización

El estilo naval existe en función del ethos, que es, en esencia, el reflejo de este último como un todo, considerando todos sus niveles, el que se expresa tanto al interior de la Institución como en su relación con la sociedad, en el día a día, en ámbitos claramente reconocibles del comportamiento, por ejemplo: cortesía (caballero y dama), puntualidad, camaradería, sobriedad, respeto, sentido del honor y amor patrio, lenguaje culto y jerga naval, apego a la tradición y al ceremonial naval, respeto al uniforme naval, ser ejecutivo y resolutivo, mando, liderazgo efectivo, veracidad y honestidad, valoración del ejemplo, actuar con disciplina y abnegación por la tarea, probidad, responder críticamente pero con respeto, humor, conducto regular, disponibilidad 24/7, solidaridad, amor a la familia, trabajo en equipo, pasión por lo que se hace, carácter y perseverancia, privilegiar el servicio y lo operativo por sobre lo administrativo, sentido de limpieza y orden, presentación personal y adaptación al cambio.  (Ver figura 2).

La formación y transferencia del ethos y estilo naval

O    La educación formal del ethos y estilo naval: El personal de la Armada se educa desde procesos formales; es decir, desde aquellos curriculares provistos por el sistema de educación naval en las escuelas, academias y centros de instrucción y, también, desde los informales, como son la experiencia, el ejemplo, la relación entre los miembros a través de la vida de cámara y el régimen diario, la exigencia conductual normativa, entre otros.

    La revisión de los procesos formales de educación (ver figura 3) del personal da cuenta de que los componentes que determinan el ethos se desarrollan en forma continua desde los primeros momentos de la formación matriz, tanto en el continuo curricular de los oficiales como en el de gente de mar.

    De este modo, se aprecia que es en la etapa de formación matriz y en la etapa posterior de  especialización en las cuales se concentra el mayor desarrollo de las disciplinas del conocimiento, los conceptos y las formas actitudinales que configuran el ethos naval. En las escuelas matrices se observa, además, que el énfasis se orienta al desarrollo de los componentes basales del ethos naval en su nivel profundo, es decir: filosofía, antropología, virtudes, valores fundamentales, moral, comportamiento y normas navales, principios, historia, actitudes, lenguaje y tradición, entre otras; disciplinas y ámbitos que, a su vez, se potencian a través de la ejecución de las actividades curriculares propias de la formación militar, profesional, cultural y valórica, llevada a cabo en el régimen diario de vida interna de esas escuelas. En la etapa de especialización, por su parte, se agregan otras áreas del conocimiento referidas a los niveles intermedio y superficial del ethos. En suma, en las etapas de formación matriz y de especialidad se produce la forja del ethos naval, y, conforme a ello, se evidencia en el desempeño profesional y personal de los servidores navales los primeros rasgos de un incipiente estilo naval.

    Posterior a la etapa de especialización del personal, pos-especialización, se continúa la educación formal del ethos naval, abarcando temáticas tanto del nivel superficial como del intermedio y profundo. La revisión de los planes de estudio, contenidos y nivel de exigencia de los distintos programas de formación, establece que se abordan contenidos similares a la etapa anterior, pero que, asumiendo el mayor grado de madurez personal e intelectual de los educandos, se genera un fortalecimiento del ethos a nivel individual. Esta característica permite a la persona demostrar a través de su conducta las cualidades y competencias del ethos naval, constituyéndose en referente para otros.

    Finalmente, también en la etapa de pos-especialización, pero en los grados medios a superiores del personal, se adquieren conocimientos y habilidades específicas relacionadas con competencias de gestión, liderazgo y mando, de pensamiento estratégico y de cultura organizacional que permiten afianzar el ethos y el estilo naval. En esta etapa, la transferencia de estos dos ámbitos es mucho más clara, significativa y potente.

O    La educación informal del ethos y estilo naval: El aprendizaje informal del ethos y estilo naval se desarrolla en las etapas cuando el personal se desempeña a bordo o en tierra, cumpliendo su servicio de acuerdo a su especialidad. En lo usual, se produce por intermedio del ejemplo de los mandos y líderes institucionales, de la exigencia disciplinaria, la reflexión en torno a la experiencia personal y de los testimonios de vida institucional; también, a través de los procesos de transferencia del ethos y el estilo naval durante la vida de cámara, en el diario vivir a través del empleo de códigos compartidos, lenguaje común y una jerga marinera, la exigencia militar y de las formas navales (culturales, protocolares, rituales y ceremonias navales), entre otros aspectos.

    En la medida que los líderes institucionales asumen la tarea de la formación informal sobre sus seguidores, se logra contribuir a la educación del ethos de manera relevante. De esta forma, en los primeros grados de la carrera, el personal de menor graduación tiende a recibir una forja importante del ethos y estilo naval de acuerdo al esfuerzo formativo que brinda el personal más antiguo durante la actividad diaria. En ello juega un rol preponderante el grado de motivación del personal, tanto del que enseña como del aprendiz.

    En los grados posteriores, la madurez profesional y personal permite asimilar la enseñanza informal de una manera más reflexiva, lo que sumado a la enseñanza anterior, conllevan a fortalecer el ethos y el estilo naval.

    Finalmente, en los grados superiores, caracterizados por una mayor vivencia en el ethos naval, la recepción de los componentes que lo configuran permite contribuir a afianzar el ethos y el estilo naval y, fundamentalmente, a transferirlos hacia los grados menores. (Ver figura 4).

Conclusiones

O    En la Armada de Chile, el ethos naval se expresa en el estilo naval. En primer lugar, el ethos se construye en el tiempo y su carácter final queda conformado por componentes que se anidan en la institución desde un nivel profundo hasta el más superficial (modelo del iceberg). La fusión de todos estos elementos configuran el alma institucional; la fuerza interior que moviliza la voluntad individual y colectiva para actuar en beneficio de la misión, con observancia al bien. El estilo naval, por su parte, es la expresión viva del ethos que exterioriza las formas del comportamiento característico y distintivo del personal naval, su impronta, tales como: puntualidad, cortesía, respeto, jerga sentido del honor, tradición naval, camaradería, trabajo en equipo, humor, presentación personal, apoyo al prójimo, lo operativo por sobre lo administrativo, accionar ejecutivo, entre otras expresiones.

O    En el ámbito formativo, el ethos y el estilo naval se aprenden desde un proceso que combina la educación formal e informal en la institución a lo largo de toda la carrera naval del personal. El proceso se inicia con la forja del ethos y estilo naval en las escuelas matrices, continuando con su fortalecimiento para, finalmente, afianzarlo en los grados superiores. También, existe la transferencia a otros del ethos y el estilo de manera transversal.

O    El actual desafío educacional consiste en mantener el desarrollo de los aspectos más profundos del ethos, pues son estos componentes los que no solo determinan la esencia o naturaleza de la Armada, sino que, además, su continuidad y supervivencia en el futuro.

O    Actualmente, dado la menor cantidad de años de formación matriz del personal de gente de mar, la forja del nivel profundo del ethos se produce, prácticamente, en la educación informal a través del ejemplo de los superiores durante el quehacer cotidiano. Este es un aspecto de la más alta importancia y consideración para quienes ejercen mando y liderazgo institucional.

Bibliografía

  1. Plan de formación valórica institucional 2018-2022. D.E.A.. (2018). 
  2. Proyecto Educativo Institucional. D.E.A. (2021). 
  3. Ferrer, J. (2008). Diccionario de Filosofía Abreviado, Editorial Edhasa, España.
  4. Muñoz, L. (2010). Ethos Naval. Tradición y Doctrina. RIL Editores, Valparaíso, Chile.
  5. Real Academia Española. (2022). Diccionario en línea de la lengua española. https://www.rae.es/.
  6. Tejera, A. y Questa-Torterolo, M. (2022). Competencias y herramientas de investigación aplicada con foco en la gestión educativa. ORT, Instituto de Educación, Uruguay.

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