El abastecimiento logístico a las bases institucionales de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) en el territorio chileno antártico se realiza por medio de transporte aéreo y marítimo de alto riesgo, dada las extremas condiciones meteorológicas reinantes en el Mar de Drake. El accidente ocurrido al avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), derivó en el desarrollo de una operación multinacional a gran escala dirigida a orientar los esfuerzos de búsqueda que permitieran localizar la aeronave y rescatar a los eventuales sobrevivientes. En el ámbito marítimo y de acuerdo a lo definido en la Convención del Mar (CONVEMAR, artículo 98.2), Chile como país ribereño activó eficaz y oportunamente su servicio de búsqueda y salvamento para garantizar la seguridad marítima y aérea, lo que demandó un ágil y eficiente control por parte de la Sala de Mando establecida en el edificio insignia de la Tercera Zona Naval en Puntas Arenas.
El lunes 9 de diciembre de 2019, la FACH informó que una aeronave C-130 Hércules que despegó a las 16:55 horas desde la base aérea de Chabunco en Punta Arenas, con destino a la Base Aérea Antártica presidente Eduardo Frei Montalva, en la Isla Rey Jorge en el territorio antártico nacional, perdió contacto radial a las 18:13 hrs. Su última posición conocida fue aproximadamente a 390 millas náuticas al sur de Punta Arenas, en el Mar de Drake.
La aeronave C-130 cumplía tareas habituales de apoyo logístico para el programa antártico nacional, trasladando personal y materiales para la revisión del oleoducto flotante de abastecimiento de combustible de la base Frei y para realizar tratamiento anticorrosivo de las instalaciones nacionales en ese lugar. Además de trasladar personal del Ejército de Chile que actuaría como autoridad interventora del cambio de mando de la base O’Higgins, junto a una visita inspectiva a la infraestructura de esa base militar ubicada en el islote Isabel del continente helado.
A bordo del C-130 Hércules*, viajaban 38 personas, 32 miembros de la FACh, entre tripulación y personal, tres funcionarios del Ejército de Chile y tres civiles, de ellos dos trabajadores de una empresa de ingeniería y un estudiante de la universidad de Magallanes.
Declarado el estado de alerta por la pérdida de las comunicaciones, se activaron de inmediato las acciones de SAR con medios navales, aeronavales y aéreos basados en la Región de Magallanes, en Valparaiso y en Santiago, junto a un equipo multidisciplinario de búsqueda y salvamento y apoyado de numerosos medios satelitales y marítimos, tanto nacionales como extranjeros.
En la etapa inicial de la emergencia se realizó un despliegue de 23 medios aéreos, 14 medios navales* con el trabajo efectivo de casi 300 efectivos.
El accidente generó un gran impacto en el país y en la conciencia nacional, involucrando en forma directa a las máximas autoridades del Estado en el esfuerzo de volcar todos los medios y capacidades institucionales en el plan de rescate establecido.
Tanto a nivel nacional como internacional los medios de prensa le dieron amplia cobertura al hecho, instancia en las cual fueron recibidos mensajes de saludos y muestras de apoyo de varios mandatarios incluido el Papa Francisco* que envió un mensaje de aliento desde el Vaticano.
Coyuntura que generó una continua interacción con la prensa local y extranjera, por lo que se tuvo que redoblar esfuerzos en el ámbito comunicacional para minimizar los efectos de noticias falsas (fake news) y de un adecuado manejo de la información por parte de las instituciones implicadas, dada la sensibilidad del tema para los familiares involucrados.
Por su parte, la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (DIRECTEMAR), en coordinación con la Tercera Zona Naval activó el Centro Coordinador de Búsqueda y Salvamento (MRCC) de la Gobernación Marítima de Punta Arenas, enfocado a la conducción de las operaciones de Búsqueda y Salvamento Marítimo (SAR) sobre la aeronave siniestrada.
Declarada la emergencia, en forma casi inmediata se incorporaron unidades de superficie y aéreas de varios países que pusieron sus capacidades a disposición de las tareas de búsqueda y rescate, pese a las adversas condiciones meteorológicas que imperan en forma permanente en las aguas del Mar de Drake.
Ante la gravedad de los hechos ocurridos, el Ministerio de Defensa Nacional puso a disposición de las operaciones de rescate todos los medios necesarios de las FF.AA. para incorporarse a las actividades de localización y rescate del C-130 siniestrado.
A raíz del esfuerzo nacional dispuesto, concurrieron los siguientes medios y unidades de las distintas ramas de las FF.AA. de Chile en apoyo al plan de búsqueda establecido.
Institución | Unidad | Objetivo – función |
Fuerza Aérea | Helicóptero Black Hawk | Cubrir la rebusca en áreas más cercanas a costa. |
Satélite Fasat Charlie | Obtención de imágenes. | |
4 aviones F-16 3 aviones DHC-6 (Twin Otter) 1 avión C-130 2 aviones F-5E |
Cubrir área de rebusca establecida para ubicación de elementos y restos de la aeronave. | |
1 avión KC 130 1 avión Boeing 767 1 avión G-IV |
Apoyo logístico | |
Armada | LSDH Sargento Aldea | Cubrir área de rebusca establecida |
OPV Marinero Fuentealba | Rebusca y traslado de elementos del avión siniestrado encontrados y de la dotación de la base antártica O’Higgins a Punta Arenas. | |
AGS Cabo de Hornos FFG Almirante Condell |
Rebusca del fondo marino. Apoyo labor de helicópteros en el área. |
|
Aeronave de EAM P-295 y P-111 | Exploración para ubicación de materiales y restos. | |
Ejército | Avión C-212-300 del Pelotón de Aviación N° 5 Punta Arenas | Apoyo a tareas de rebusca. |
A su vez, a nivel local, inicialmente se incorporó al proceso de búsqueda una aeronave privada de pasajeros, el BAE DASH 1 perteneciente a la empresa aérea local DAP *que normalmente cubre el tramo Punta Arenas –Antártica y el buque pesquero de bandera nacional Antartic Endeavour que tiene puerto base en Punta Arenas, el cual se encontraba en zona de pesca y cuya tripulación fue la primera en avistar elementos del avión Hércules de la FACH, subiendo algunas esponjas, partes del fuselaje y otros materiales a bordo. También, dando aviso de su ubicación al Rompehielos de la Marina de Brasil Almirante Maximiano y al OPV Marinero Fuentealba que más tarde por medio de sus embarcaciones menores recibieron tales materiales desde el pesquero indicado, junto a otros que recuperaron directamente desde la superficie del mar. Por su parte, el navío de la Marina de Brasil posteriormente traspasó tales elementos en la mar a unidades de la Armada de Chile en su traslado definitivo a Puerto Williams y Punta Arenas respectivamente.
En ese mismo contexto, mencionar la importancia de la aplicación del Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, (Convenio SOLAS, año 1974), en el cual en su capítulo V, regla 33.1 estipula que:
El capitán de un buque que, estando en el mar en condiciones de prestar ayuda, reciba información, de la fuente que sea, que le indique que hay personas en peligro en el mar, debe acudir en su auxilio, informando de ello, si es posible, a dichas personas o al servicio de búsqueda y salvamento.
En rigor a esta normativa marítima internacional y al claro panorama del tráfico marítimo del MRCC Punta Arenas en la zona del Mar de Drake, se contactaron entre muchas, al menos tres buques de pasajeros que se encontraban en aguas cercanos al accidente, por lo que sus capitanes cumplieron a cabalidad su obligación de brindar auxilio a las operaciones durante las primeras horas de búsqueda, Se trató de los cruceros National Geographic Orion,* el Hondius de Oceanwide y Le Soleal de Ponan.
El MRCC Punta Arenas, en coordinación con el Centro Coordinador de Salvamento Aéreo (RCC) de la IV Brigada Aérea de la FACH en Magallanes, definió las áreas de búsqueda a través de la aplicación* APP Sarmap. Lo anterior, apoyado en forma técnica por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), orientado a utilizar la aplicación de modelos matemáticos predictivos europeos y estadounidenses que emulan la trayectoria de los elementos flotantes afectados por las corrientes superficiales. En virtud de ello, en forma inicial, a los buques que se encontraban navegando el Paso Drake en esos momentos, se les asignaron áreas de rebusca a partir de un radio de 60 millas del último contacto registrado con la aeronave en medio del Paso Drake, los que en forma posterior se fueron cubriendo con medios navales nacionales, además de buques y aeronaves de Armadas de países amigos, los cuales se incorporaron en forma paulatina a las labores de rebusca.
En términos generales y apoyado por los modelos de búsqueda expuestos, se ha podido comprobar que casi la totalidad de los elementos aparecidos en la superficie del mar han derivado hacia el sur del punto inicial definido. Por lo mismo, este tipo de ayudas metodológicas han permitido trabajar de una manera más efectiva y entregando una aproximación real al comportamiento del mar, optimizando de mejor manera los medios y recursos a las tareas de planificación de las operaciones que se encuentra realizando forma permanente (24/7) el MRCC Punta Arenas desde la activación de la emergencia.
Otro factor importante en las labores de búsqueda, ha sido la contribución de muchos buques y aeronaves de países amigos a las tareas de apoyo para patrullar los espacios marítimos y aéreos periféricos a la tragedia, poniéndose a disposición del MRCC Punta Arenas para colaborar en las tareas de rescate.
En este sentido, también es destacable señalar la colaboración satelital prestada por Alemania, Estados Unidos (EE.UU.), Israel, Perú y Argentina, países que han facilitado la tecnología disponible y han puesto a disposición de las operaciones de rescate la entrega de imágenes satelitales del área rastreada, además de todas sus capacidades, proyectado a continuar con la tareas que permitan encontrar los restos biológicos de algunas de las víctimas del avión, como también el máximo de elementos y materiales de la aeronave que a futuro permitan contar con mayores elementos de juicio que pudieran esclarecer, en alguna medida, el origen y las causas del accidente.
A continuación se exponen los países que han enviado medios al Paso Drake para sumarse a los equipos de trabajo que, tanto por aire y mar, se encuentran realizando sus mejores esfuerzos en esta noble causa de aportar a la salvaguarda de la vida humana en el mar.
País | Institución | Unidad |
Argentina |
Armada Argentina Fuerza Aérea Argentina |
ARA Malvinas ARA San Carlos Avión C-130 Hércules. (Río Grande ) |
Brasil |
Marina de Brasil Fuerza Aérea de Brasil |
Buque Polar Almirante Maximiano Aeronave P-3 de EAM. |
EE.UU | Comando Sur de EE.UU. | Aeronave US Navy P-8A de EAM |
Uruguay | Fuerza Aérea Uruguaya | Avión C-130 Hércules |
Reino Unido |
Royal Navy Royal Air Force (RAF) |
Buque Logístico “HMS Scott”. Avión A 400 M. |
Incluso al área de operaciones arribaron medios que acudieron al llamado de cooperación internacional desde alejadas zonas geográficas, como es el caso del avión de exploración aeromarítima (EAM) de última generación P-8A de la Marina de los EE.UU., *el cual posee modernas capacidades de búsqueda y rescate sobre extensas masas de agua, incluyendo la sub-superficie marina. Para tal efecto, el Comando Sur de EE.UU. (US SOUTHCOM) instruyó desplegar desde la Base Aérea Comalapa, en El Salvador, este avión multimisión hacia la ciudad de Punta Arenas para apoyar las tareas que realiza el MRCC Punta Arenas y la FACH en su esfuerzo para poder localizar el máximo de elementos de la aeronave desaparecida en el Mar de Drake.
Con el arribo del AGS Cabo de Hornos al Paso Drake, se va a utilizar tecnología de última generación para poder iniciar la rebusca y el mapeo en tres dimensiones del fondo marino. En esas tareas también participará el buque británico HMS Scott, estimándose un periodo de trabajo de siete díascontinuos* con buenas condiciones de mar para cubrir las áreas que se pretende abarcar.
Hasta ahora el trabajo submarino se ha enfocado en el lugar en el cual se visualizaron flotando los primeros elementos, donde la profundidad alcanza los 3.500 m.
Todo el material y restos de fuselaje encontrados en la superficie del mar responden a un patrón de comportamiento basados en las corrientes, el viento y el oleaje reinante. Dado lo anterior, los análisis realizados han determinado la configuración de un polígono de búsqueda de 60 por 80 km, posicionados en las cercanías del punto donde se perdió todo contacto con el avión.
A pesar de las adversas condiciones meteorológicas imperantes en el Mar de Drake, se espera poder construir el mapa, pero con la limitación técnica que la profundidad impone, pese a que los sensores son de alta gama* y los más modernos del mundo.
Por otra parte, las extremas condiciones climáticas hacen imposible la persistencia de las unidades de superficie en este paso internacional, lo que incidirá en recurrentes desplazamientos hacia aguas protegidas y a puertos logísticos, cada vez que el oleaje y viento reinante pongan en peligro las operaciones de buques, helicópteros y aviones de EAM en esos desafiantes espacios marítimos que son conocidos por ser los mares de mayor riesgo para la navegación a nivel mundial.
Las operaciones militares siempre conllevan riesgos, donde la vida humana puede correr grave peligro, tal como lo constituyen las navegaciones de buques de la Armada de Chile junto a los vuelos que regularmente efectúa la FACH para el reabastecimiento logístico de nuestras bases en la Antártica Chilena.
Chile y su autoridad marítima han demostrado, una vez más, ante la comunidad internacional su capacidad de control y especialmente de respuesta ante siniestros en el área marítima de responsabilidad nacional -área SAR.
El MRCC Punta Arenas optimizó el uso de los medios comerciales y militares disponibles en el área, para ir en auxilio inmediato una vez decretada la emergencia.
Los capitanes de cruceros turísticos, de barcos mercantes y de pesqueros, cumplieron su obligación de acudir al llamado de salvaguardar la vida humana en el mar acorde a lo establecido en la CONVEMAR y en el derecho internacional marítimo.
La masiva cooperación extranjera recibida, reitera la significancia que reviste el fortalecimiento de las relaciones internacionales en defensa con países amigos.
Esto y la importancia estratégica que revisite el territorio chileno antártico para el país, revitaliza la importancia de continuar realizando ejercicios internacionales o binacionales de rescate marítimo en mares australes, como el ejercicio VIEKAREN en el Canal Beagle o la Patrulla Antártica Naval Combinada con la Armada Argentina (PANC) en el mismo mar de Drake y en aguas antárticas; entrenamiento que ante emergencias reales como la sucedida, reduce los tiempos de respuesta, lo que permite contar con mayores posibilidades de éxito en la permanente tarea de asegurar la salvaguarda de la vida humana en el mar.
Los medios navales (Cabo de Hornos) y aeronavales (P-295) han demostrado la capacidad tecnológica de última generación con que cuenta la Armada de Chile para para participar en operaciones de rescate y salvamento, en especial, bajo complejas condiciones climatológicas.
Finalmente, señalar que este lamentable accidente con pérdida de vidas humanas ha causado un profundo dolor en la familia aérea de la FACH, en nuestro Ejército y en las Fuerzas Armadas de Chile; además de toda la sociedad del país. En este sentido, destacar la adecuada coordinación de la FACH y la Armada con los medios de prensa en la entrega del flujo de informaciones diarias sobre los resultados obtenidos en las operaciones en desarrollo. Estrategia que, por cierto, posibilitó de igual manera el contacto directo y el canal abierto de algunos familiares con la prensa, pero bajo códigos del debido respeto y en ausencia de sensacionalismo que se apartan del marco del respeto al luto que se encuentran experimentando los seres queridos de los integrantes de ese último vuelo a la eternidad en el Mar de Drake.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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