El liderazgo pedagógico representa la influencia que ejerce el docente de la Armada sobre sus pares y alumnos, mediante una adecuada articulación de competencias técnico-pedagógicas, valórico-actitudinales y profesional naval, que lleva a esas personas a comprometerse y moverse en la dirección que indica el líder para lograr en los estudiantes aprendizajes profundos, duraderos y requeridos por la institución.
Educational leadership represents the influence exerted by naval teachers on their peers and students, through an adequate enunciation of technical-educational, value-attitudinal, and professional competencies. These influences leads them to commit themselves and move in the direction indicated by their leaders to achieve deep and lasting apprenticeship, demanded by the Navy.
No existe una única definición de liderazgo, menos una referida al liderazgo pedagógico y, dentro de esta, una distintiva para el liderazgo pedagógico en la Armada de Chile.
La existencia de diversos enfoques del liderazgo, surge como consecuencia de una continua evolución del concepto dado los diversos momentos históricos, políticos, sociales y económicos a nivel global. No obstante, hay consenso en atribuir al liderazgo la variable que explica el éxito de organizaciones e instituciones. La Armada de Chile no está ajena a esta realidad, pudiendo aseverar que la identidad institucional y su historia, moldeada en las condiciones de mayor demanda humana, como han sido los episodios de guerra, crisis, catástrofe o emergencias nacionales, se han construido en virtud del liderazgo ejercido por su personal.
A partir del aludido proceso evolutivo del liderazgo, destaca en la actualidad el concepto del liderazgo transformacional. Para Weber (2012) representa una forma de liderazgo centrado en la habilidad para formular y articular una visión inspiradora, en función de acciones que causan la impresión de que él y su misión son extraordinarios (Vázquez, 2013). En tanto Burns (1978) expresa que este tipo de liderazgo busca elevar los niveles de motivación y conciencia para alcanzar las metas comunes y reformar las instituciones (Ayoub, 2011; Vázquez, 2013).
Este enfoque hace referencia a un liderazgo carismático, visionario, transformativo y más flexible, por lo que sus aplicaciones al ámbito educativo son pertinentes (visión, cultura, compromiso, etc.) de un modo compartido con los miembros (Figueroa, 2012), inspirándolos a la satisfacción de las necesidades superiores, en la línea del modelo de la pirámide de necesidades propuesto por Maslow.
El liderazgo transformacional reconoce diferentes dinámicas motivacionales que el líder puede adoptar, descritas por Bass y Avolio (1994) como procesos de influencia o atributos claves, tales como la influencia idealizada o carisma, la estimulación intelectual, la consideración individualizada y la motivación inspiracional. Estos factores se traducen en los siguientes comportamientos principales del líder:
o Influencia idealizada:
o Motivación inspiradora:
o Consideración individual:
o Estimulación intelectual:
Por su parte Alonso (2013), indica que el liderazgo transformacional tiene un doble efecto; por un lado, favorece el crecimiento personal de los miembros de un grupo y, por otro, contribuye al logro de las metas de la organización y a su evolución. En síntesis, se refiere a la influencia que ejerce el líder sobre sus seguidores para que puedan convertirse en agentes de cambio. Un ejemplo de esto, es la dinámica que ejerce un profesor sobre sus alumnos en el proceso de aprendizaje del nuevo conocimiento y el cambio que genera en el estudiante a nivel cognitivo, actitudinal, afectivo, etc., para que pueda asumir sus propios desafíos de aprendizaje.
En el ámbito académico, la conceptualización de un liderazgo directivo se asocia a la función del director y su rol como promotor del trabajo, la cooperación y el perfeccionamiento de sus docentes, de un clima escolar positivo y de la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje. En Chile, el Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar (Ministerio de Educación, 2015) define las prácticas, competencias y conocimientos para el desarrollo del liderazgo escolar nacional, en cuanto a las funciones directivas y técnico-pedagógicas.
El liderazgo pedagógico, por su parte, se comprende por su vínculo y compromiso con el aprendizaje, en un sentido más amplio que la sola mejora de los resultados de los estudiantes. Esto significa que el docente, como líder pedagógico, debe aspirar a la formación de la persona humana y al desarrollo progresivo de su propio criterio para la toma de decisiones eficaces en su vida escolar, profesional y personal (Balduzzi, 2015). Para el autor, el ejercicio del liderazgo educativo de aula del profesor se manifiesta a través de:
o Su contribución a la definición y al desarrollo del proyecto educativo desde su experiencia, competencias, su rol y el trabajo en equipo.
o El ejercicio de una influencia compartida en el aula, probando y ajustando las metodologías de enseñanza a las características de cada grupo, en un proceso de aprendizaje conjunto.
o Su ejemplo, reflejado en los valores que se pretende forjar en el alumnado.
o Una visión positiva y altas expectativas sobre el desempeño de los estudiantes, que le permita promover el desarrollo de potencialidades y trasmitir energía y confianza.
o La promoción, a su vez, de un liderazgo en sus alumnos, involucrándolos en la conformación de una comunidad de aprendizaje.
En la Armada, en el proceso educacional, el liderazgo que ejerce el docente con sus pares, a nivel de cátedra y asesoría pedagógica, y con sus alumnos, a nivel de aula, es determinante para el logro de los aprendizajes que requiere el profesional naval en las distintas etapas de educación: formación matriz, especialización y posespecialización; diseñadas para lograr, en el educando, las competencias de orden valórico, militar, profesional naval, física, científica-tecnológica, cultural y académica, que le permitirán cumplir con las exigencias de la profesión durante su carrera naval (Reveco, 2009; Proyecto Educativo Institucional, 2018; Rodrigo 2018).
Dada esta realidad, el compromiso institucional por la labor que cumple el docente en la Armada se manifiesta en un esfuerzo continuo por su perfeccionamiento. De este modo, a contar del año 2018 se implementó el Plan de Capacitación y Perfeccionamiento Docente, integrando todas las instancias para la mejora continua del profesor institucional. En esto, como parte del citado plan, se encuentra en proceso de desarrollo un nuevo curso de capacitación pedagógica, en el cual la necesidad de formar líderes pedagógicos es un objetivo de alta significación para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el contexto del mundo de hoy (Rodrigo, 2018). El presente ensayo, por tanto, refleja la definición y el marco sobre el cual se formarán los futuros profesores (civiles y militares) en la Armada, en relación al liderazgo pedagógico.
Atendiendo al marco teórico expuesto, el liderazgo pedagógico en la Armada representa la influencia que ejerce el docente (civil o militar) de la institución sobre sus pares y alumnos, mediante una adecuada articulación de competencias: técnico-pedagógicas, valórico-actitudinales y profesional naval, que lleva a esas personas a comprometerse y a moverse en la dirección que indica el líder, para lograr en los estudiantes aprendizajes profundos, duraderos y esenciales requeridos por la institución.
En este sentido, más allá de la capacidad de administración, conducción y/o gestión de aula, el líder pedagógico sirve de fuente de inspiración, ejemplo y motivación, catalizando comportamientos deseables, duraderos, profundos, transformadores, a nivel de aula y organizacional (jefatura de cátedra, asesoría pedagógica), fomentando los valores de la Armada, promoviendo el intercambio de experiencias exitosas de aprendizaje, vinculando o relacionando a las personas entre estas, y, en el mismo docente, comprometiéndose e involucrándose en todo momento con la formación humana, entre otros atributos. El liderazgo pedagógico, por tanto, no puede medirse directamente en desempeño docente, sino, más bien, por el efecto en los estudiantes, en términos de logros de aprendizajes profundos, duraderos, útiles y esenciales en los diferentes saberes del ser humano: del saber, del saber ser, del saber hacer, del saber estar.
En virtud de la definición presentada, el liderazgo pedagógico en la Armada resulta de la articulación integrada de diversas competencias desde tres áreas o dimensiones: Valórico–Actitudinal, Técnico–Pedagógica y Profesional Naval, lo que puede ser representado a través del modelo que se expone en la figura 1.
Las competencias que configuran cada dimensión, se evidencian en el quehacer del docente en la Armada en tres niveles característicos: Nivel Superior, materializado por el liderazgo que ejerce el asesor pedagógico; Nivel Intermedio, referido al liderazgo atribuible a los jefes de cátedra y/o jefes de área, según el establecimiento educacional, y, el Nivel Básico, ejercido por el profesor de aula (Ver figura 2).
De acuerdo a la representación de la figura 2, el nivel básico está contenido en el intermedio y este último, en el superior. Con base en el modelo y a los niveles del liderazgo pedagógico, se enuncian a continuación las competencias docentes para cada uno de los niveles.
o Dimensión valórico–actitudinal
o Dimensión técnico–pedagógica
Autocrítica y reflexión:
Altas expectativas:
Innovación educativa:
Gestión del currículum:
o Dimensión profesional naval
Sentido y orientación:
Actualización técnico-pedagógica:
Actualización profesional:
La labor principal del líder pedagógico en este nivel está centrada en torno a la conducción que ejecuta sobre sus pares, para una determinada área disciplinar sobre la cual es responsable. El liderazgo pedagógico de este nivel tiene el énfasis en la jefatura, como jefe de cátedra o de área.
Las competencias del nivel básico están presentes en el nivel intermedio. En adición, destacan las siguientes competencias directivas:
o Dimensión valórico-actitudinal:
o Dimensión técnico-pedagógica:
o Dimensión profesional naval:
El liderazgo, en este nivel, consiste en definir expectativas claras para la docencia y crear las condiciones para que los docentes aprendan nuevas prácticas. Del mismo modo, promueve y propone los lineamientos curriculares, metodológicos y evaluativos de la organización educativa naval para alcanzar los perfiles de egreso.
Junto con todas las competencias de los niveles anteriores, el asesor pedagógico ejerce su liderazgo a través de las siguientes competencias:
o Dimensión Valórico-Actitudinal:
o Dimensión Técnico-Pedagógica:
o Dimensión Profesional Naval:
Dado las características de la vida del alumno en la Armada, particularmente en las escuelas matrices y su régimen de internado, la influencia que ejerce el docente sobre sus alumnos es profunda y trasciende en el tiempo. Por ello, el profesor tendrá presente que junto con la tarea de constituirse como un facilitador de aprendizajes, tiene la gran misión de asumir un rol de formador de personas, pues, en esencia, el profesor en la Armada educa para toda la vida.
La responsabilidad de educar para la vida naval supone formar a un alumno en diversos saberes que lo califiquen para responder satisfactoriamente en las condiciones de mayor demanda humana, como es la guerra, la crisis y las situaciones de emergencia y catástrofe nacional. Por lo anterior, el docente en la Armada debe asumir esta variable, agregando valor constantemente a su práctica pedagógica de aula y en los cargos de jefatura o de alta asesoría que deba ocupar. En otras palabras, debe asumir un liderazgo pedagógico como Asesor Pedagógico, Jefe de Cátedra o Profesor de Aula, según sea el caso.
El líder pedagógico de aula sirve de fuente de inspiración y se constituye como ejemplo de sus alumnos. Por tal motivo, procurará mantener su liderazgo fortaleciendo y/o afianzando las competencias que configuran las dimensiones del modelo de Liderazgo Pedagógico en la Armada: valórico-actitudinal, técnico-pedagógica y profesional naval, de acuerdo al nivel de su ejercicio: nivel básico, intermedio o superior.
El líder pedagógico existe en la medida que sea reconocido por una comunidad académica (directivos, profesores, estudiantes, egresados), de acuerdo a las competencias, atributos y cualidades que se observan en su desempeño diario y en su impronta.
El ejercicio eficiente del liderazgo pedagógico tiene como consecuencia la generación de las condiciones propicias para lograr aprendizajes útiles, profundos, duraderos y esenciales para cumplir con las tareas que demanda el servicio profesional en la Armada: el gran propósito educativo en la Institución.
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Tal vez uno de los mayores conflictos que toda organización debe enfrentar es la disputa entre los principios de innovac...
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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