Revista de Marina
Última edición
Última edición

El Centenario de Chiloé: Orígenes de una conmemoración histórica

El Centenario de Chiloé: Orígenes de una conmemoración histórica

  • Pablo Paredes Navarro

By Pablo Paredes Navarro

  • Published at: 30/12/2025. Visto 4 veces.
  • Abstract (spanish):

    La escritura acerca del proceso de incorporación de Chiloé a Chile inicia prácticamente desde el desenlace mismo del conflicto. En años posteriores, los historiadores del periodo establecieron las bases de una narrativa nacional sobre estos hechos. Sin embargo, como efeméride, su primera conmemoración nacional recién emerge un siglo después, en un contexto cruzado por influjos intelectuales panhispánicos, pulsiones regionalistas y tensiones fronterizas. Este artículo examina esta primera conmemoración como antecedente de reflexión para el próximo bicentenario.

  • Keywords (spanish): Bicentenario, Chiloé, conmemoración.
  • Abstract:

    Accounts of Chiloé’s incorporation into Chile began practically immediately after the conflict’s resolution. In subsequent years, historians of the period established the foundations of a national narrative. However, as a formal ephemeral event, its first national commemoration only emerged a century later, in a context shaped by Pan-Hispanic thought, regionalism, and border tensions. This article examines its first centennial as a precedent for reflection leading up to the bicentennial.

  • Keywords: Chiloé, bicentennial, commemoration.

En enero de 2026 se realizará la conmemoración del Bicentenario de la Incorporación de Chiloé a Chile, como corolario de un proceso de rememoración que se ha venido desarrollando en los últimos años con distintos grados de adhesión popular. Sin embargo, cien años atrás, esta efeméride no era un hito que contase con reconocimiento público.

La conmemoración de 1926 fue la primera de su tipo que se dedicó a conmemorar la anexión de Chiloé, como un hito tardío dentro del amplio proceso conmemorativo nacional de inicios del siglo XX. Entre estos eventos se cuentan, al menos, la organización del centenario nacional de 1910 y los posteriores ejercicios rememorativos de Rancagua (1914), Chacabuco (1917) y Maipú (1918). No obstante, a diferencia dichos eventos, así como del propio Bicentenario de 2026, este Centenario tuvo su origen en una particular coyuntura internacional, que inclinó también la forma en cómo se buscó recordar la incorporación de Chiloé a la república.

Chiloé, Tacna y Arica: una conmemoración que mira hacia el norte

El 9 de diciembre de 1924 el gobierno del Perú conmemoró el primer centenario de la batalla de Ayacucho, episodio militar que marcó el fin del Virreinato del Perú. Esta conmemoración tuvo un carácter internacional, con una veintena de naciones invitadas y un relato centrado en la relevancia del Perú para la historia de América (Sotela, 1927). A la vez, la internacionalización del evento tuvo un trasfondo mucho más anclado al momento de 1924 que a la batalla de Ayacucho de 1824: la acción diplomática en favor de los intereses peruanos, en el marco del conflicto con Chile por la soberanía de Arica y Tacna. No resulta sorpresivo, en ese sentido, que, pese al rol de las armas chilenas en la batalla de Ayacucho, este país haya sido excluido de su conmemoración, siendo el único país sudamericano que no tuvo representación en dicho evento. Producto de ello, debió limitarse a realizar una conmemoración propia en suelo nacional (“Cómo se conmemorará…”, 1924).

La exclusión de Chile del centenario de Ayacucho, así como la importante afluencia de diplomáticos a Lima en 1924, se sumaron a la discusión pública ya existente con respecto a cómo afrontar la cuestión de Tacna y Arica, particularmente en la dimensión de la influencia internacional que este tipo de eventos lograba ejercer (Ríos, 1925). En dicho ánimo, una de las respuestas que surgió fue la organización de un evento que pudiera disputar la conmemoración peruana en una fecha próxima.

Frente a Ayacucho, rápidamente surgió la alternativa de Chiloé. Y es que, si bien la batalla en suelo peruano representó un episodio de gran relevancia para América, no fue en ningún caso el fin del dominio español en la región. Dicha distinción no podía ser reivindicada por el Perú, al menos mediante Ayacucho, porque luego de 1824 la autoridad española aún seguía en pie en Chiloé, y por tanto el honor le correspondería a Chile. Esta posición fue reafirmada por líderes chilotes interesados en realzar la posición del archipiélago en dicha efeméride (Sánchez, 1925), pero también por intelectuales nacionales como Fanor Velasco (1925) y Aurelio Díaz (1925).

La implementación de esta idea se vio enfrentada, sin embargo, a la fragilidad institucional del país, producto del golpe de Estado del 23 de enero, y al posterior establecimiento de la junta de gobierno liderada por Emilio Bello Codesido. De hecho, al menos hasta el mes de junio, es decir, prácticamente seis meses antes de la conmemoración, no hay registro de avances administrativos u operativos en torno a este proyecto. Aún en meses posteriores, la realización del plebiscito constitucional de agosto de 1925, y de elecciones parlamentarias y presidenciales durante octubre y noviembre, incidieron en el menor protagonismo público de este evento comparado a las expectativas levantadas en un inicio.

Las fiestas del Centenario de Chiloé

El 1 de diciembre de 1925, desde el Ministerio del Interior, se decretó un presupuesto para los festejos,1 y pocos días después se informó del 19 de enero de 1926 como feriado nacional (“Ha sido declarado feriado oficial…”, 1925). Ambas acciones permitieron el despliegue de eventos a lo largo de todo el país, incluyendo cierto grado de protagonismo de las comunidades chilotas de la diáspora en sus respectivos territorios.

A inicios de 1926, el primer hito que se concretó del programa conmemorativo del centenario correspondió a la adjudicación de un concurso literario orientado a premiar una oda a Chiloé (“Centenario de la independencia…”, 1926). El texto premiado finalmente resultó ser el “Himno a Chiloé” del ancuditano Humberto Bórquez Solar, donde se realiza un amplio elogio de la provincia, reivindicando su rol realista durante las guerras de independencia, su lealtad nacional en el presente, y sus anhelos de progreso industrial hacia el futuro. Se trata, sin embargo, de un himno escrito desde la diáspora, en el marco de un concurso diseñado desde fuera de la provincia, lo que posiblemente repercutió en el escaso arraigo que generó en el plano local.

Campeonatos de Linao.
(Fuente: Los Sports, 15 de enero de 1926)

Por otro lado, desde el Ministerio de Guerra se convocó a una olimpiada militar que contó con un importante despliegue entre el 9 y el 19 de enero de 1926 en distintos espacios de Santiago, incluyendo varias instancias para la participación de civiles, donde se incluyeron actividades como tiro de revolver y esgrima (“La Olimpiada Conmemorativa…”, 1925). Asimismo, siguiendo un ánimo de fomento a los deportes nacionales ya observado en los primeros Juegos Olímpicos Nacionales de Santiago de 1909 (Cabezas García, 1918), se incorporó un campeonato de linao, con participación de equipos militares en su desarrollo. No obstante, a diferencia del despliegue peruano en Ayacucho, esta olimpiada fue una instancia fundamentalmente nacional, con un mínimo alcance de participantes internacionales.

El programa de Santiago tuvo como uno de sus mayores hitos el desarrollo de una gran velada en el Teatro Municipal de Santiago el día 18 de enero (“La velada aristocrático-social…”, 1926). Se trató de una instancia formal, con participación del presidente de la República de Chile y del Embajador de España en representación del Rey Alfonso XIII, a quienes se hizo entrega de medallas diseñadas para la ocasión. Asimismo, se escucharon los himnos de ambos países, y se leyeron variados discursos en homenaje a la efeméride. Entre ellos, destacó la figura del poeta ancuditano Antonio Bórquez-Solar, quien fue presentado en este evento “en representación de la provincia de Chiloé”. A diferencia del panorama hacia el bicentenario, en esta instancia no se observaron representaciones de cultura local chilota, sino fundamentalmente obras de alta cultura occidental, lo que da cuenta no sólo del carácter aristocrático del evento, sino también del mensaje de “civilización”, en clave eurocéntrica, que se intentó dar a través de su despliegue.

Desfile en plaza de Ancud durante la conmemoración centenaria.
(Fuente: La Cruz del Sur, 4 de julio de 1934)

Frente a lo que ocurre en la capital, los programas insulares se desarrollaron de forma más tardía, entre el 19 y el 24 de enero, con actividades concentradas mayormente en Ancud (“Ancud está de gala…”, 1926), y en segundo lugar en Castro (“Programa de las fiestas…”, 1926). Se trata de programas que, liderados por comités locales, lograron combinar una amplia movilización de instituciones locales, con el desarrollo de competencias deportivas, ceremonias e hitos simbólicos asociados a la historia de la provincia. Destaca, entre ellos, la restauración del fuerte San Antonio y la construcción de la pirámide del fuerte, que incluyó la instalación de medallones en homenaje a Antonio de Quintanilla y José Santiago Aldunate. A su vez, se realizó una lectura pública del Tratado de Tantauco en la Plaza de Armas de Ancud. Sin embargo, no hay evidencia de avances inmediatos de otras ideas que se barajaron en las discusiones de los meses anteriores, como la instalación de monumentos en los campos de batalla de Bellavista o Mocopulli, o dedicados a personajes que tomaron parte en la historia de Chiloé como Alonso de Ercilla o Galvarino Riveros.

Un aspecto relevante del Centenario, ampliamente demandado por las agrupaciones chilotas durante el año 1925, fue contar con un programa de avance de la provincia que no se limitara a la dimensión conmemorativa. Frente a ello, el gobierno comprometió un millonario presupuesto a finales de año, pero que se financiaría, al menos en parte, por el remate de propiedades fiscales en el archipiélago (“Para las obras de Chiloé…”, 1925), espacios no siempre de claro origen ni delimitación. Esta promesa fue observada con suspicacia en el plano local, y en la práctica, en años posteriores siguió existiendo un fuerte cuestionamiento al desmantelamiento de las instituciones insulares en favor de Puerto Montt (Barrientos, 2013). Como excepción del periodo se debe destacar la inauguración de la Escuela Normal de Ancud, que formó parte de las principales demandas del Centenario y logró su efectiva inauguración pocos años después.

Conclusiones

El Centenario de Chiloé de 1926 aparece como la primera expresión de conmemoración pública a nivel nacional de la incorporación de Chiloé a Chile. Se trata de una efeméride que poseía ya una larga tradición historiográfica, pero que no contaba con un espacio de rememoración pública a nivel oficial. Es finalmente una agenda nacionalista, la defensa de los intereses nacionales en la cuestión de Tacna y Arica, la que termina inclinando la balanza en favor de una conmemoración que mirara hacia el norte.

En el marco del impulso original señalado, resulta importante destacar la participación de intelectuales locales, como los hermanos Bórquez Solar, quienes lograron tener cierto grado de protagonismos en estos festejos. No obstante, es innegable que el foco de esta conmemoración estuvo lejos de estar puesto en el archipiélago. Pese a ello, hitos como la Escuela Normal de Ancud terminaron formando parte importante de la historia de Chiloé, y otros, como la pirámide del fuerte San Antonio y sus medallones, acompañan a la isla grande hasta el día de hoy, como testigos de la forma en cómo se recordaba la historia de Chiloé cien años atrás.

LISTA DE REFERENCIAS

  1. Ancud está de gala: En plena celebración de fecha centenaria – los números de ayer – programa oficial detallado. (1926, enero 20). La Cruz del Sur, p. 2.
  2. Barrientos, P. J. (2013). Historia de Chiloé. Ediciones Museo Regional de Ancud.
  3. Cabezas García, J. (1918). Los juegos olímpicos: Desarrollo histórico. Imprenta Universitaria.
  4. Centenario de la independencia de Chiloé. (1926, enero 1). La Nación, p. 18.
  5. Cómo se conmemorará el centenario de Ayacucho en esta capital. (1924, diciembre 9). La Nación, p. 24.
  6. Díaz, A. (1925, octubre 29). Solo dos meses nos separan del centenario de Chiloé. La Nación, p. 3.
  7. Ha sido declarado feriado oficial. (1925, diciembre 12). El Natales, p. 7.
  8. La Olimpiada Conmemorativa del Centenario de Chiloé se iniciará el sábado. (1925, enero 5). La Nación, p. 15.
  9. La velada aristocrático-social de esta noche en el teatro municipal, en conmemoración del centenario de Chiloé. (1926, enero 18). La Nación, p. 6.
  10. Para las obras de Chiloé. (1925, diciembre 20). La Cruz del Sur, p. 3.
  11. Programa de las fiestas que se desarrollará en la ciudad de Castro. (1926, enero 22). La Voz de Castro, p. 3.
  12. Ríos, C. (1925, enero 12). La política internacional del Perú. La Nación, p. 3.
  13. Sánchez, L. (1925, enero 4). Ayacucho y Bellavista. La Cruz del Sur, p. 2.
  14. Sotela, R. (1927). Crónicas del centenario de Ayacucho en Lima. Imprenta María V. de Lines.
  15. Velasco, F. (1925). El centenario de Chiloé con relación al centenario de Ayacucho. Revista Chilena, (72).

Inicie sesión con su cuenta de suscriptor para comentar.-

Comentarios

Related Articles

¿Cómo y por qué Chiloé es chileno?
TEMA DE PORTADA

¿Cómo y por qué Chiloé es chileno?

El año 2026 se cumplen 200 años desde la incorporación del archipiélago de Chiloé al territorio nacional. Son 200 años d...

Chiloé: GeopolÍtica defensiva en la zona sur-austral
TEMA DE PORTADA

Chiloé: GeopolÍtica defensiva en la zona sur-austral

La isla de Chiloé constituyó, a diferencia de las demás provincias, uno de los paradigmas de la Independencia chilena. M...

Los indígenas de Chiloé y la República de Chile (1826)
TEMA DE PORTADA

Los indígenas de Chiloé y la República de Chile (1826)

A pocos meses de que se cumplan doscientos años de la firma del Tratado de Tantauco (18-19 de enero), quisiera compartir...

El naufragio de la HMS WAGER, archipiélago Guayaneco 1741
CIENCIAS NAVALES Y MARÍTIMAS

El naufragio de la HMS WAGER, archipiélago Guayaneco 1741

En la Época Moderna, los conflictos entre España e Inglaterra adquirieron un carácter imperial. En la guerra del Asiento...

El poder naval en los escenarios del siglo XXI
TEMA DE PORTADA

El poder naval en los escenarios del siglo XXI

Este artículo describe brevemente algunos de los aspectos más interesantes de la organización, estructuración y desarrollo del Simposio de Comandantes en Jefe de Armadas realizado el 3 de diciembre de 2018 en Viña del Mar, incluyendo la transcripción completa de la ponencia de la Armada de Chile expuesta ese día, de forma de difundir un mensaje claro y potente para estimular la vital conciencia marítima nacional.