A contar del año 2003 se viene estudiando, en el seno de las instituciones de las FF.AA. y en el ministerio de Defensa, diferentes alternativas tendientes a modificar la actual carrera profesional de oficiales y cuadro permanente o gente de mar.
De hecho, cuando asumí el mando de la Armada de Chile a mediados del año 2009, uno de los tres grandes objetivos que tracé para mi período fue implementar esta iniciativa. Quiso el destino que producto de la catástrofe del 27 de febrero de 2010, esta iniciativa siguiese dilatándose hasta la fecha, para de dar espacio y recursos a la prioritaria misión de reconstruir la base naval y astilleros de Talcahuano.
Ha surgido nuevamente la intención de reactivarla, con lo cual, querámoslo o no, se suscitarán nuevas y más complejas soluciones que, dada su rareza, costos o sensibilidades para nuestro personal, podrían nuevamente estancar tan necesaria reestructuración. De hecho, el presidente de la República, en su cuenta anual a la nación en el congreso el reciente 1 de junio de 2018, incluyó este punto como uno de los temas centrales de su gestión en el ámbito de las fuerzas armadas.
Pareciera que el camino indicado fuera atacar directamente él o los problemas más urgentes que demandan esta nueva carrera y no mezclar con otros asuntos tan sensible iniciativa. Esta última tendencia fue, a mi juicio, lo que ha condenado esta idea a seguir siendo sólo un proyecto.
De una u otra forma, la gran mayoría de nosotros ha escuchado o escuchó durante su carrera naval a políticos, autoridades o empresarios civiles señalar, a modo de crítica constructiva, lo jóvenes que jubilamos los uniformados y el poco aprovechamiento de nuestras experiencias, ya que pasamos a retiro en la plenitud de nuestras capacidades físicas y mentales.
Asimismo, fuimos receptores por parte de los mismos y de algunos medios de comunicación especializados en temas de defensa y de la hacienda pública, del déficit que presenta año a año CAPREDENA* y que más temprano que tarde el sistema previsional de las FF.AA. colapsaría. Nuestros más razonables argumentos al respecto fueron que, más que un déficit en dicha caja de previsión, el tema del suplemento era un deber del Estado para con esas jubilaciones. Sin embargo, el argumento del déficit estaba ya instalado en la agenda nacional, al igual que la relativa juventud de la ocasión de nuestras jubilaciones.
Tras un arduo trabajo entre los años 2003 y 2007, el Comité de Directores de Personal de las FF.AA. elaboró un estudio referente a la carrera profesional del personal, del cual tomaremos ciertos datos y referencias que nos harán más simple la comprensión de un tema que tiene sus complejidades. Veamos, entonces, cuál fue el diagnóstico al que llegó este Comité de la actual carrera profesional:
– Dificultades en la captación debido a una oferta laboral económicamente poco atractiva.
– Dificultades en la retención del personal.
– Alta inversión en formación académica.
– Inconvenientes para efectuar una adecuada gestión.
– Retiros con derecho a pensión a una edad temprana.
– Poco aprovechamiento de la experiencia.
– Bajo aporte al sistema previsional.
– Dificultades en la reinserción laboral.
Según el mencionado comité, la nueva carrera debería tener un enfoque hacia la selectividad y la participación, considerando el cumplimiento de los siguientes objetivos:
➣ Carrera profesional de excelencia, atractiva, personalizada, desafiante y de desarrollo en base a los méritos personales, que considera:
– Preservación y proyección de los mejores.
– Preparación del personal acorde a nuevos sistemas de gestión.
– Sistema que relacione responsabilidad con grado y con retribución, con un aumento salarial.
– Reglas claras de carrera para el personal.
– Optimizar el proceso de desvinculación de la institución.
➣ Mayor permanencia del personal en el servicio activo.
➣ Un sistema de previsión que constituya un incentivo de permanencia.
➣ Con reconocimiento social, y
➣ Contribuyente al ahorro fiscal.
Al cabo de cinco largos años de trabajo, el mencionado comité presentó el día 7 de diciembre de 2007, al ministro de Defensa, el anteproyecto de ley de la nueva carrera del personal de las FF.AA., junto al respectivo mensaje presidencial, indicándose el compromiso de presentar el proyecto durante el primer semestre de 2008, solicitándose su inclusión en la agenda legislativa.
A grandes rasgos, el anteproyecto consideraba los siguientes cambios a la normativa vigente:
Si bien comparto parte importante de las argumentaciones del anteproyecto de ley recién descrito y la urgente necesidad de llevarlo adelante, tiendo a pensar que “quien mucho abarca…poco aprieta.”
A la luz del origen del problema planteado, me quedo con cuatro de los ocho puntos del diagnóstico a la actual carrera, del comentado anteproyecto, que mas se atienen, en mi opinión, al fondo del mismo y que casualmente son los cuatro últimos del estudio:
➣ Retiros con derecho a pensión a una edad temprana.
➣ Poco aprovechamiento de la experiencia.
➣ Bajo aporte al sistema previsional.
➣ Dificultades en la reinserción laboral.
Los dos primeros dan cuenta de la observación a nuestro temprano retiro de las instituciones de las FF.AA. y al poco aprovechamiento que se saca de nuestras vivencias, en la época mas productiva de nuestras vidas laborales, entre los 40 y 50 años.
El tercero nos señala claramente que producto de esta temprana jubilación, el aporte previsional a nuestra Capredena es exiguo, particularmente al considerar que hoy, a diferencia de cuando comenzó este sistema, son más los jubilados que los activos que aportan al fondo. En resumen, es mas el agua que sale del pozo que la que entra, lo que más temprano que tarde lo secará, a no mediar un relleno externo.
El último punto del diagnóstico, que retengo por su validez y relación con el problema, es la dificultad en la reinserción laboral en el actual sistema. Al alargar la carrera ese problema se soluciona debido a que el retiro se produce más tarde, por lo que el afectado, al tener sus hijos de mayor edad, no se ve en la obligación de reinsertarse laboralmente.
En relación a los aspectos más relevantes de la nueva carrera, estimo son rescatables los siguientes, en atención al impacto real que tienen en la solución integral del problema a resolver, a los que adiciono mi sugerencia o modificación en algunos casos:
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El reciente estallido y convulsión social acaecido en el país generó un caos en la vida de muchos chilenos, inicialmente se vio afectado el transporte urbano, posteriormente la distribución alimenticia, todo agravado con una ola de saqueos y quema de supermercados, principalmente en Santiago y también en algunas otras ciudades a lo largo del país. El presidente de la República, al ver amenazada la convivencia ciudadana y la seguridad de los habitantes y del bien público y privado, decretó el Estado de Excepción Constitucional de Emergencia para las provincias de Santiago y Chacabuco y en las comunas de San Bernardo y Puente Alto, lo que en forma posterior, con el devenir de los acontecimientos, se amplió a varias regiones y ciudades del país. El mandato presidencial derivó en la nominación de jefes de la defensa nacional a cargo de la seguridad de distintas regiones y comunas de Chile, que además de Carabineros y la Policía de Investigaciones, contó con la presencia masiva de soldados, marinos y aviadores para resguardar los principales centros urbanos de Chile junto a la infraestructura crítica del Estado.
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Año CXXXVIII, Volumen 141, Número 996
Septiembre - Octubre 2023
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