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XIV Reunión Ordinaria de la Comisión Permanente del Pacífico Sur

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  • Fecha de publicación: 01/12/1977. Visto 28 veces.
CRON IC A XIV REUN ION ORDINARIA DE LA COMISION PERMANENTE DEL PACIFICO SUR El 7 de noviembre, en el edificio "Die· go Portales'. sed e del Gobierno de Chile, se llevó a efecto la sesión inaugural de Ja XIV Reunión Permanente del Pacifico Sur, cuyo acto contó con la presencia del almirante don José T oribio Merino Cas· tro, Miembro de la H. Junta de Gobierno, los señores Embajadores del Perú y Ecua­ dor en Chile, lo s miembros de la Comi­ sión, su Secretario General . contraalmi­ rante José Costa Francke, y numeroso público . Fue inau gurada la Reunión con el di tcurso del señor almirante M e rino y luego habló el •eñor embajador del Ecua­ dor en nombre de su delegación y la del Perú, discursos que se reproducen a con· tinua c ión: El almirante Merino expresó: "Tengo el honor y el profundo agra­ do de darle s la más cord ial bienvenida en no mbre del Gobierno de Chile. en este nuevo encuentro de los tres países her­ manos que trabajan para la protección de nuestros comunes recur · sos marítimos. constituidos por las grandes riquezas ate­ soradas en el Pacífico Sur. Recie ntemente, en agosto de es te año, tuvimos la satisfacción de reunirnos con el e .spiritu de hermandad que siempre está presente en nuestros eventos, pa ra conmen1orar en foJma eo lernne el vigé­ simoq uin to aniversario de la histórica Dodarnción de Santiago d el 18 de agos­ to de 1952, en la cual Ecuador, Perú y Chile proclam aro n su soberanía y juri s­ dicción exclusivas del mar que baña su3 costas, ha sta la distancia de 200 milhs marinas. Aquella trascendental Declaración de Santiago fue el comienzo de un profun ­ do movimiento renovador del Derecho Internacional Marítimo, que sirvió de ba­ se para que la Asamblea General de lao Naciones Unidas , tomando concienci:i. de estos problemas, acordara convocar a la Tercera Conferencia Internacional sobre el Derecho del Mar, que como es de pú­ blico conocimien to ha recogido en sus p r oyectos de codificación la tesis jurídi­ ca de Derecho Internacion a l Marítimo más inte re•a nte, novedosa y justa del p re­ tente siglo, cual es la institución de la zona marít ima de 200 millas, conocida hoy como "zona económica exclusiva". Las razones históri cas , cc¿nómicas y jurídicas que sir vieron de base para la proclamación de la zona marítima de 200 millas, fueron tan pr ofundas, serias y va­ lederas, que pese a las .primeras re accio­ nes adversas, en definitiva se impu sier o n por el peso de su justicia, y al mismo tiempo sirvieron para mostrar al mundo, la fértil e inteligente ima ginación de tr es go biernos .de nue stra América joven, que pataron a constituirse en lideres de la gran negociación internacional de la Ter­ cera Conferencia del Mar de Nacione s Unidas. La dramática experiencia de nuestros pueblos, que vieron cómo sus ricos stocks de pesca y caza eran devastados por las poderosas flotas pesqueras extranjeras, generando un daño irreparable a las po­ blaciones marinas y sus habi tante s, hi· zo cambiar la arcaica creencia de que la riqueza de los mares era inagotable, y hoy en dí a, nadie duda que , para bien de la human idad, es n ecesar ia la conserva­ ción pesquera y la planificación de una c:<plotación racional, pues en caso con­ trario corremos e l grave ries go de dc s­ ttuir la más gra nde reserva de alimentos que e l mundo de hoy tanto necesita. Las razones anteriores hicieron que nue !tra tesis partie ra de la base de reser­ var en forma exclusiva para el Estado ri­ bereño, la exploración y explotación de CRON1CA 689 los recursos renovables y no renovables de la zona, respetando lo s -principios del derecho internaciona l aplicables a la li­ bertad de navegación y sobrevuelo de las naves y aeronaves de todas las naciones. El desafío planteado a nuestros pue­ blos fue gran de, pues la antigua tradición de las concepciones jurídicas concebidas por las grandes potencias marítimas, pe­ saba demasiado sobre los débiles hom­ bros de nuestros jóvenes países, pero con la audacia e ima ginac ión que nos lega­ ron nuestros ances tros, cr~amos esta nue­ va institución del derecho moderno, que nos sirvió de escudo protector contra la explotación irracional e incontrolada de que éramos objeto, llenándonos de orgu­ llo al comprobar que esa tesis que plan­ teamos el año l 9S2, hoy es una sólida institución de derecho internacional, re­ conocida por e l foro más importante de la historia de las Naciones Unidas . Para el analista desprevenido, pudie­ ra par ecer mucho el cam ino que se ha re­ corrido desde la declaración suscrita en 19 S 2; no cabe duda d e que es un impor­ tante recorrido , pero si se le compara con lo que queda aún por recorrer, resulta que lo realizado es todavía una parte 1peque· ña de la tarea total. Porque, para aquellos que pudieran pensar que la obtención -en aparienc.ia ya inmin~nte--de un consenso mundial sobre los límites. naturaleza y contenido de los de .rechos de los Estados sobre ' los mares, hace desaparecer todos los pro­ blemas jurídicos, políticos y especialmen­ te económicos que han motivado la lar ga discusión sobre el nuevo derecho del m:ir, a equéllos, repito, conviene recordarles que es muy pronto para dar por termin a ­ da la tarea. La resultante final de la discusión so ­ bre el derecho del mar es la unifo rmid :id para el tratamiento de las zonas de com­ petencia estatal. Si bien se mira. hasta este momento, con zonu de jurisdicción tradicionalmen­ te reducidas. la posición que representó en 19S2 la Declaración de Santiago, con­ figuró objetivamente un a ventaja para países colocados en posición de de sigual­ dad económica frente a otros E s tados. La recién creada norma jurídica interna· ciona l venía a compensar una desigual· dad real entre Estados teóricamente igua• l es. En este sentido , el tratado no sólo tiene un contenido defensivo, sino tam­ bién una orientación axiológica. No es casual entonces, que fueran pri· meramente los Estados de economía des­ ventajada lo s que iban incorporando pau· latinamcnte este valor, tanto jurídico co­ mo económico. Ocurre que ahora , aquella vent aja pa· rece desaparecer al transformarse la Í· ritu que reina hoy entre nosotros, sea e l que •iempre presida las acciones de nues­ tra gran familia americana. Muchas Gracias". Las palabras del Embajador del Ecua­ dor don Luis Ponce Enríquez fueron las !Íguientes: Señores: "'Vivos todavía los gratos recuerdos de la conmemoración del vigésimoquin­ to anivereario de la Declaración Tripar­ !ita sobre Zona Marítima; mientras re­ suenan aún en el ámbito de América las autorizadas palabras de quiene s, a co­ mienzos de la década del cincuenta. como Presidentes de Ecuador, Chile y Perú, hic ieron posible la proclamación de la política marítima del Pacífico Sur que había de inspirar las nueva s normas del Derecho del Mar y que, al cabo de cin· co lustros, en agosto pasado se reunie­ ron en esta hospitalaria ciudad para rati- ficar la indiscutible vigencia de la pe1ma­ nente relación hombre, tictra y mar en que se sustentan los derechos del Estado coste ro; cuando se escuchan, como si fue­ te hoy, las voces de nuestros Cancilleres, en que en admirable cónclave, examina­ ron los antecedentes, el significado histó­ rico y la trascendencia futura del pronun­ ciamiento del 18 de agosto de 1952, Chi· le abre nuevamente sus pue rtas a la ge­ nerosa hospitalidad y Santiago hace po· sible la realización de la XIV Reunión Ordinaria de la Comisión Permanente del Pacífico Sur que, en marco tan excepcio­ nal, habrá de <proyectar su gestión con ca· racteres más firmes y profundos en per­ manente afán para que los grandes ob ­ jetivos de la Declaración de Santiago, en pro¡:resión e.scendente, ofrezcan a nu es· tros pueblos mejores medios · de subsis­ tencia y desarrollo y les permitan coope­ rar, dentro de sus posibilidades, a la sa ­ tisfacción de apremiantes nece sidades ·de . In humanidad. En nombre de la Delegación del Perú, a sí como en el de la de mi país, rindo ho­ menaje de admiración a In gran ·nación chilena, simbiosis excelsa · de la reciedum­ bre araucana y . del infinito idealismo his­ pano; saludo a su pueblo, ejemplo de la fortaleza que lucha y vence en un medio natural tan duro e inhóspito como exu­ berante y multicolor; saludo a los ilus­ tres gobernantes que tan cordial acogida nos han brindado y que, con su colabo­ raci6n, harán exitosa nuestra reunión: y saludo, también, al señor Secretario Ge­ neral de la Comisión Permanente del Pa­ cífico Su r y a sus distinguidos colabora· dores para quienes va nuestro fervoroso agradecimiento por una labor cumplida durante cuatro años con singular inteli­ gencia e inquebrantable voluntad de ser­ vir a los intereses comunes de los tres países miembros de la Comisión. Comienza para la Comisión Permanen· te del Pacifico Sur una nueva etapa des· pués de que ha superado grandes obs­ táculos en lucha contra los cuales no só­ lo comolidó los fundamentos de la polí­ tica tripartita sino que, con el avance en la acción. puso de manifiesto la perma· nente lealtad del sistema a las no1mas y principios del Derecho lnternacion•I. Ninguna demostración más palmaria del re!peto a los derechos de terceros y de la Comunidad lnt.,rnacional, come. la realidad de la fuerza y vigencia de los CRONICA 691 derechos del estado costero en asocio con el austero cumplimiento de sus deberes. Bien lo ha hecho, por lo mismo, el señor Secretario General, al dejar constancia en la Memoria de labores presentada a esta reunión, que "la tesis de las 200 mi­ llas en nada ha alterado los consuetudi · narios fundamentos que siempre han per­ mitido a todas las banderas del mundo hacer uso pacífico de la libre navegación y sobrevuelo en estas aguas de sus res­ pectivos frentes marinos'". Constante de­ fensa de la soberanía y de los derecho; roberanos pero también indeclinab le vo ­ luntad de sujeción y cumplimiento am­ plio e irrestricto de los mandatos del "jus communicationis ... en demostración irre· cusable de la compatibilidad de la rei­ vindicación ganada por los estados cos­ teros sobre bases jurídicas, geográficas y ecológicas, con las exigencias de los de­ rechos comunes a todos los pueblos. L a Declaración Tripartita de l 952. con plena madurez, entra en un nuevo perío ­ do en el que la tesis inicial de l mar, am· plio y soberano, ha alcanzado reconoci­ miento universal. La defensa de los re­ cursos propios del Estado costero conlle­ va la nec~idad de mantener una unión regional que haga posible no sólo el apro­ vechamiento efectivo, sino, a la vez, la defensa rea l del medio marino y el des­ arrollo tecnológico indispensable para ha­ cer del mar factor !ubstancial del progre­ so de los pueblos. Chile, Perú y Ecuador, conscientes de la necesidad de fortalecer cada vez más los vínculos de cooperación para el des­ envolvimiento eficiente de la política ma­ rít ima solidaria ., el l 8 de agosto del pre­ sente año, por la autorizada voz de sus Minist r os de Relaciones Exteriores, re­ afirmaron su adhesión a los propósitos y principios de la Declaración de Santia;:o y, mirando hacia el futuro, reiteraron la determinación de los tres países de man­ tene r y pr ofundizar la cooperación en la defensa de sus d e rechos marítimos, es­ forzándose a la vez po r obtener la consa­ gración de un justo régimen jurídico del ma r en el limbito mundial. La nueva D e clarae .ión de Santiago, que te incorpora ya al ac er vo histórico Y doc­ tr inario de la Comisión Permanente del Pacifico Sur, contempla el debido apro­ •cchamiento de los r ecursos, defiende la ,obcranía y 1" jurisdicción de] Estado costero sobre su mar y proclama la tesis de que el medio marino y sus recursos son instrumentos de paz, de desarrollo y de bienestar, dando así al mar y sus rique­ za.s la misión prccautelatoria de la amis­ tad fructífera y la pacífica convivencia regional. De los éxitos alcanzados por nuestros países con &u política marítima, surge gran responsabilidad, puesto que tienen que conseguir el prog resivo perfecciona­ miento de un sistema que les ha demos­ trado ser bueno, pero que demanda las condiciones indispensables para su mayor efic.iencia. a lra vés. de mecanismos de cooperación relacionados con el conoci­ miento del ámbito marítimo pesquero y su adecuado uso. Está abierto el camino para la comple­ mentación de estudios y regulación de interés común. El avance y el de sarrollo de la explo tación pesquera, al igual que el enfrentamiento con recursos que aho­ ra los consideramos sólo como potencia­ les, requieren de una sustentación sólida que no se forjará sino mediante la co­ operación estrecha y constante de los tres países y la relación de éstos con las enti­ dades internacionales que promueven d conocimiento del mar y sus recursos. De las actividades que viene desarrollando la Secretaría General de la Comisión Permanente del Padfico Sur por encargo de Perú, Chile y Ecuador, se deduce que apenas se ha iniciado el trabajo en aque­ llos tan interesantes campos. Los estudios de la Corriente del Niño son justamente paso impo rtante en la órbita de la inves­ tigación oceanográfica y representa la presencia de la Comisión Permanente del Pac ífico Sur en esas actividades interna­ cionales; pero queda mucho por hacer. En un futuro próximo tendremos que ver a la Comisión presente en activida­ des internacionales relativas a la conta­ minación marina y haciendo frente a pro· blcmas de tanta importancia para la ade­ cuada protección del ambiente marino y de sus recu rsos que por su magnitud, no es difícil exijan de una convención ex­ clusivamente destinada al problema de la contaminación y la defensa de nues­ tras aguas bajo el mnrco de la Comisión Permanente del Pacífico Sur. Grandes son las proyecciones de In polí tica marítima del Pacífico Sur y ex­ cepcional la labor que corresponde a las 692 REVlSTA DE MARINA reuniones ordinarias como la que en este momento se inicia. Contamos con la de­ cidida cooperación de nuestros Gobier­ nos y espe ramos que, hasta ahora, el mar sea lazo de unión y cooperación entre los tres •países a los que, por cierto, ofrece las más promisorias perspe ctiv as . Para terminar, recibid 1eñor almirante don José Toribio Merino, Comandante en Jefe de la Armada e integrante de la H ono rable Junta de Gobierno. lo s voto s de reconocimiento de la XIV Reunión Ordinaria de la Comi sión Permanente del Pa cifico Sur, por la gentileza que habéis tenido al venir para honramos con vues­ tra presencia e inaugurar las sesiones con vuestra autorizada voz. El discurso que acabáis de pronunciar nos llama a muy serias meditaciones. En él encontraremos elementos de inapreciable valor para la mejor formulación de los programas de la Comisión.

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