En el marco de la participación en operaciones internacionales, a contar del año 2016 Chile se encuentra aportando con observadores a la misión política especial de Naciones Unidas en Colombia. Dichos observadores son seleccionados entre oficiales y suboficiales del Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Carabineros y Policía de Investigaciones de Chile, quienes bajo el comando operacional del Estado Mayor Conjunto son desplegados y puestos a disposición de Naciones Unidas. La misión política especial establecida en Colombia tiene como función principal monitorear y verificar el cumplimiento del acuerdo final para el término del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, cuyos puntos fueron tratados por el gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), durante las negociaciones llevadas a cabo en Oslo y La Habana. Dicho acuerdo fue firmado por las partes el 24 de noviembre de 2016 y refrendado el 30 de noviembre del mismo año por el Senado y la Cámara de Representantes.
El presente artículo tiene como propósito dar a conocer las funciones y actividades del personal de la Armada de Chile que ha sido desplegado en esta misión. Lo anterior, porque comprende toda una nueva experiencia al constituir una operación dependiente del Departamento de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, en contraste con las operaciones de paz en las que nuestro país se encuentra participando y que dependen del Departamento de Operaciones de Paz de la Organización de Naciones Unidas.
Colombia es indudablemente uno de los países más hermosos del continente. Su característica principal es la diversidad cultural, territorial y racial. En el inconsciente colectivo se ha instalado la idea de un país caribeño, de magníficas playas, palmeras, hoteles y resorts. Sin embargo, es mucho más que eso; Colombia posee tal cantidad de atracciones turísticas, paisajes, folklore, flora y fauna, que enunciarlos en este artículo desviaría absolutamente su propósito. No obstante, este maravilloso país ha tenido una historia marcada por la violencia y los conflictos sociopolíticos.
La violencia ha sido parte de la historia de este país desde sus inicios como República. Luego de la desintegración de “La Gran Colombia” creada por Bolívar, el país debió enfrentar un sinnúmero de conflictos que van desde las guerras civiles del siglo XIX hasta la guerra de los mil días (1899-1902). El siglo XX no estuvo exento de ello; la relativa paz vivida durante la primera mitad se vio interrumpida por las guerrillas liberales organizadas en contra del gobierno conservador de Laureano Gómez. Ello trajo consigo un golpe de Estado liderado por el general Gustavo Rojas Pinilla en 1953, quien a contar de ese momento intentó acercarse a las guerrillas liberales, aunque prohibiendo el partido Comunista.
Diversas situaciones hicieron que el general Rojas Pinilla renunciara en 1957, traspasando la responsabilidad de conducir el país a una Junta Militar. En 1958, el poder ejecutivo fue entregado a los dos partidos políticos tradicionales: el Liberal y el Conservador. Dichos bloques acordaron una alternancia por cuatro períodos presidenciales (16 años en total), sistema que fue conocido como Frente Nacional. Todo ello provocó un descontento en el mundo agrario, generando las condiciones para que aparecieran las autodefensas campesinas, quienes adscritas al prohibido partido político comenzaron a enfrentarse a las fuerzas militares, como respuesta a reformas agrarias. Comienza así un conflicto derivado de la posesión de la tierra.
Luego de diversos combates en distintos puntos del país, pero centrados en Tolima y en la cordillera central, los guerrilleros campesinos conforman el Bloque Sur, luego de efectuar la primera conferencia del movimiento en 1964, donde además se establecería el programa agrario guerrillero. En 1966, y luego de la segunda conferencia, el Bloque Sur pasa a denominarse Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), adoptando además un estatuto, reglamentos internos y lo más importante, un plan armado para obtener el poder. Manuel Marulanda, líder del Bloque Sur, es designado como comandante de dicha organización irregular comunista.
Pero las FARC, creadas como consecuencia de la violencia político-partidista, la lucha agraria y la disputa de la tierra, no ha sido la única organización armada protagonista de hechos violentos en Colombia. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) aparece en los años 60 del siglo XX, como consecuencia del modelo revolucionario cubano, mientras que el Ejército Popular de Liberación (EPL) surge alrededor de 1965 como el brazo armado del partido Comunista colombiano marxista-leninista (prochino). Adicional a ello, el M-19 se asoma en 1973 como una guerrilla urbana, en respuesta a un supuesto fraude eleccionario en 1970, llevando la violencia a los centros urbanos, ajenos hasta ese momento del conflicto que se desarrollaba en zonas campesinas, alejadas y tal vez olvidadas por el Estado. Es así como los gobiernos de turno comienzan a responder militarmente ante estas amenazas, golpeando duramente sus núcleos, pero sin lograr extinguirlas completamente.
Resumiendo, a contar de la década del 60, del siglo XX, el devenir de Colombia se vio marcado por el recrudecimiento del conflicto, estancándose solo en ciertos periodos de la historia. El narcotráfico trajo consigo un nuevo fenómeno: el narcoterrorismo. Adicionalmente se producen enfrentamientos entre bandas criminales y carteles de drogas, derivando lo anterior en el surgimiento de las Autodefensas Unidas de Colombia, lo que no hizo más que empeorar la situación nacional. A pesar de ello, en algunos períodos de la historia se llevaron a cabo esfuerzos para alcanzar la paz y poner fin al conflicto, especialmente con las FARCEP (denominadas así a contar de 1982, luego de la séptima conferencia, agregando a su nombre original las palabras Ejército del Pueblo).
Luego de la ejecución del plan Patriota (implementado por las fuerzas militares a contar del año 2003), las FARC-EP comenzaron a verse muy debilitadas, perdiendo bastiones importantes y recibiendo duros golpes que significaron la muerte de algunos de sus cabecillas. A contar del año 2007 su orientación comienza a ser más bien política, aunque continuando con acciones guerrilleras marcadas por la siembra indiscriminada de minas antipersonales artesanales y artefactos explosivos improvisados, las emboscadas, los secuestros y extorsiones.
A pesar de ello, incipientes esfuerzos para lograr la paz definitiva se llevan a cabo durante el gobierno del Presidente Santos. En efecto, a contar de 2012 las conversaciones de paz se materializan y oficializan en Oslo, Noruega y La Habana, Cuba. Dichas conversaciones llegan a buen puerto, firmando el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera en Bogotá el 24 de noviembre de 2016, no sin antes superar el traspié sufrido por la victoria del “No” durante el plebiscito del 2 de octubre del mismo año. Importante mencionar que Chile participó como facilitador y acompañante del proceso a petición del Gobierno de Colombia.
El Acuerdo Final contempla seis puntos principales:
Especial importancia recae sobre el fin del conflicto, ya que corresponde a las tareas desarrolladas por los observadores internacionales chilenos durante su participación en el proceso de paz, y que será explicado en los siguientes puntos.
En el mes de julio de 2015, durante las negociaciones llevadas a cabo por las partes (Gobierno y FARC-EP), se solicita a la Organización de Naciones Unidas el apoyo necesario para monitorear y verificar el cese al fuego bilateral, además de conducir el proceso de Dejación de Armas (DA). En este sentido, las Naciones Unidas acoge la solicitud y el Secretario General anuncia la decisión de solicitar al Consejo de Seguridad la instauración de una Misión Política Especial.
El 25 de enero de 2016, el Consejo de Seguridad a través de la Resolución 2261, anuncia el despliegue de una Misión Política Especial, dependiente del Departamento de Asuntos Políticos de Naciones Unidas (DPA por su sigla en inglés). Dicha misión estaría integrada por Observadores Internacionales (OOII) desarmados, y que tendrían como función integrar el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V), cuyas tareas principales serían dirimir controversias, presentar recomendaciones, generar reportes, monitorear y verificar el proceso de DA y supervisar el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo (CFHBD) tras la firma del acuerdo de paz.
Luego de la firma del acuerdo final y su respectiva aprobación y refrendación por parte del Senado y la Cámara de Representantes, se estableció el 1 de diciembre de 2016 como el Día-D. A contar de ese momento, comienza el despliegue de los OOII a las distintas Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y Puntos Transitorios de Normalización (PTN), con el objeto de efectuar el monitoreo y verificación en terreno del CFHBD. Dicha tarea sería cumplida de manera tripartita, a través del MM&V, conformado por los OOII, delegados del Gobierno y delegados de las FARC-EP. De esta manera, el monitoreo se efectuaría con transparencia e imparcialidad, integrando a las partes en conflicto durante todo el proceso de verificación. Adicionalmente, se establece una hoja de ruta de 180 días donde el día D+180 sería el 01 de junio de 2017, momento en el cual todo el proceso de DA (Registro, identificación, almacenamiento, inhabilitación y extracción de armamento; además de destrucción de material inestable, municiones y explosivos) debería estar concluido.
Como ya se mencionó, Chile participó como acompañante durante el proceso de conversaciones y negociaciones. Por tal motivo, era evidente que también participaría aportando OOII, de acuerdo con los requerimientos de Naciones Unidas.
Es así como la Armada de Chile designó a personal de oficiales (del grado de capitán de corbeta y teniente 1°) y a personal de gente de mar (del grado de suboficial y sargento 1°) para integrar esta nueva e interesante misión. Por la naturaleza de las tareas operativas y el entorno geográfico y climático, este personal fue seleccionado de la Brigada Anfibia Expedicionaria y del Comando de Fuerzas Especiales. Luego de la designación, Infantes de Marina y Buzos Tácticos comienzan a desplegarse de manera secuencial a contar de julio de 2016.
Es importante considerar que esta misión, al depender del DPA comprendía una experiencia absolutamente nueva y distinta a la participación habitual de la Armada de Chile en operaciones dependientes del Departamento de Operaciones de Paz de Naciones Unidas (DPKO por su sigla en inglés). La misión en Colombia no es una operación de paz, sino una operación política, por tanto, los observadores desplegados no reciben la denominación de peacekeepers ni cascos azules. Sin embargo, las experiencias obtenidas en Haití, Chipre y Medio Oriente fueron muy importantes para el proceso de selección, preparación, capacitación, despliegue y operación en el área de misión.
La gran mayoría del personal designado por la Armada de Chile fue desplegado en calidad de observador internacional. Sin embargo, la experiencia profesional y desempeño en terreno permitió que muchos de ellos fueran designados por la misión para cumplir funciones de Staff, tanto a nivel nacional (en el cuartel general de la misión en Bogotá), regional (en los Estados Mayores de las nueve sedes regionales) y local (Planas Mayores de las 26 sedes locales).
Aquellos observadores designados para cumplir funciones de Staff, se encuentran efectuando tareas relacionadas con planificación y conducción de las operaciones, tanto en el ámbito de personal, informaciones, seguridad y amenazas, operaciones, logística, comunicaciones, articulación con la sociedad civil y dejación de armas.
Por otro lado, los OOII desplegados en las sedes locales, han cumplido tal vez con las actividades más complejas, debido a las condiciones geográficas, meteorológicas, amenazas de grupos armados ilegales, entre otros. En este sentido, las tareas más importantes han sido las siguientes:
Antes de mencionar los logros obtenidos a lo largo de todo el proceso de paz, es importante recalcar que han debido enfrentarse diversas dificultades y obstáculos, producto de múltiples factores. Uno de los principales problemas se debió al retardo en el cumplimiento de plazos, especialmente en el aspecto logístico, repercutiendo directamente en la implementación de los campamentos FARC-EP, equipamiento de las sedes locales ONU, construcción de las áreas de DA, entre otros. Ello ha ocasionado que, por momentos, el proceso se viera cuestionado debido a que la hoja de ruta trazada inicialmente sufrió constantes variaciones, con el objeto de ir adecuándose a los cambios y retrasos. Por ello, el día D+180
establecido en un comienzo debió reprogramarse sobre la marcha, objeto dar cumplimiento a las distintas fases del proceso de manera seria y responsable.
En este aspecto, en una importante función la que han cumplido los OOII, quienes con mucha flexibilidad y sobre todo voluntad han ido adaptándose a los constantes cambios experimentados a lo largo del proceso.
Por lo tanto, algunos de los principales logros de la misión han sido los siguientes:
“Estamos tratando con un estado ... que socava toda la arquitectura de la seguridad global ... Si esto continúa, el fina...
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Se busca entregar una opinión fundamentada respecto a la aplicación del concepto de Responsabilidad de Proteger establecido por la Organización de Naciones Unidas, en lo relacionado con la responsabilidad que le cabe a la comunidad internacional de utilizar los medios que resulten apropiados para proteger a la población de un Estado soberano, cuando éste incumpla este deber, específicamente respecto de la alternativa de una intervención militar no autorizada por ese Estado.
El conflicto de tierras, la ausencia de una reforma agraria, sumado a otros factores en Colombia, iniciaron una de las guerras más importantes del último tiempo en nuestro continente. Actualmente y luego de firmar un acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC-EP, se encuentra en desarrollo la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia (UNVMC), que cuenta con participación de nuestro país y que junto a otro capitán de corbeta fuimos los representantes de la Armada de Chile, pudiendo colaborar con un grano de arena en esta difícil consolidación de la paz en el área.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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