- Fecha de publicación: 01/06/2015.
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LA TECTÓNICA GLOBAL, EL APORTE DE UN MARINO
CIENTÍFICO
Jorge Oyarzún Muñoz*
E
n 1960, en un informe de la Oficina de
Investigaciones Navales ( Washington DC)
el Dr. Harry H. Hess, oficial de la Reserva Naval
en servicio activo y Director del Departamento
de Geología de la Universidad de Princeton,
estableció el mecanismo principal de la Tectónica
de Placas. Su hipótesis, el componente central de
la Tectónica Global, fue publicada formalmente en
1962 y confirmada en 1963 por la interpretación
de Frederick Vine y su alumno de doctorado
Drummond Matthews (Cambridge University)
de las anomalías magnéticas de los fondos
oceánicos. Culminaba así una búsqueda cuyos
orígenes se remontaban a 1912, cuando el
glaciólogo alemán Alfred Wegener reconoció
que los actuales continentes habían formado en
el pasado (unos 200 millones de años atrás) una
sola gran masa continental (Pangea), a partir de la
cual se fueron separando. Dicha hipótesis, estaba
basada tanto en las formas de los continentes, que
encajan como las piezas de un rompecabezas,
como en sólidas coincidencias geológicas y
paleontológicas. Sin embargo, Wegener no
pudo encontrar una explicación física respecto
a por qué ni cómo los continentes pudieron
separarse. La historia de los descubrimientos e
hipótesis que permitieron finalmente encontrar
esa respuesta tuvo en la persona de Harry Hess
un protagonista excepcional que entendió que
ella debía buscarse en los fondos oceánicos,
dedicando su vida a esa tarea.
Harry Hess, geólogo y oficial de marina
Aunque la actividad principal de Harry Hess
se desarrolló en universidades y centros de
investigación como la Universidad de Princeton y
el Laboratorio Geofísico de Washington, también
realizó una distinguida carrera como oficial de
la Marina de los Estados Unidos (US Navy), que
incluyó el mando de un transporte de ataque que
participó en los desembarcos de las Marianas,
Leyte, Linguayan e Iwo Jima. Después de la
guerra continuó sirviendo varias semanas cada
año en la Reserva de la Armada de su país y
fue llamado como asesor en varias situaciones
delicadas como la crisis de los misiles de Cuba,
* Geólogo (U.Ch.). Dr. Geoquímica y Dr. de Estado en Ciencias (U. París). Prof. Titular. Depto. Ing. Minas Universidad de La Serena.
La vida y obra de Harry Hess, Director del Departamento de Geología de la Universidad de
Princeton y Contraalmirante de la Reserva Naval de los EE. UU., es un testimonio permanente
de vocación de servicio, compromiso profesional, intuición científica y excelencia. Ella tuvo
su logro principal en el desarrollo de la principal teoría geológica, la Tectónica Global
(comparable en importancia con la teoría de la evolución biológica de Darwin), en la que
desempeñó un rol central.
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la captura del buque “Pueblo” y la pérdida del
submarino “Tresher”, alcanzando finalmente el
grado de contraalmirante.
Cuando Hess se graduó como geólogo en Yale en
1927, esta ciencia había recorrido ya un importante
camino desde su consolidación a principios del
siglo XIX y se conocía y comprendía lo básico de
cada uno de sus principales campos de estudio,
aunque faltaba conocer el gran mecanismo que
los relacionaba y explicaba en su conjunto. Así se
había desarrollado el estudio de la formación de
las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas,
su distribución geológica, y los procesos que
las destruyen y transforman. Otro tanto ocurría
respecto al origen y la distribución de
las cadenas de montañas, que habían
sido clasificadas en dos modelos,
el Andino y el Alpino, el primero
caracterizado por el abundante
magmatismo asociado y el segundo
por los grandes esfuerzos horizontales
responsables del fuerte plegamiento
de sus estratos geológicos. Sin
embargo, no se conocía la razón de
ser de sus diferencias. Tampoco se
entendía la razón de ser de los arcos
de islas volcánicas, como los de Japón,
las Filipinas, Indonesia o Marianas. Otro
tanto ocurría respecto a los sismos,
la distribución de los yacimientos
metalíferos, etc. En suma, faltaba
conocer un mecanismo que relacionara
todos estos fenómenos y explicara la
distribución en el tiempo y el espacio
de los elementos constituyentes (desde
las rocas a los continentes) y de los
procesos que los forman y transforman.
En ese aspecto tenían una importancia
especial los procesos formadores de
montañas y el origen del magmatismo
responsable de los arcos de islas (como
Marianas) o de las islas oceánicas
alineadas (p.ej., Hawaii-Emperor). El
principal mérito de Hess fue intuir que
la respuesta debía estar en la parte
más desconocida de la Tierra, sus
fondos oceánicos y el de emprender
una carrera paralela como oficial de
la reserva naval para tener un mayor
acceso a su estudio, en la cual se desempeñó con
la misma excelencia y vocación que demostró
como científico y profesor universitario.
Trayectoria profesional y su marco
científico e histórico
Después de dos años como geólogo de
exploraciones mineras en África, Hess retomó
sus estudios universitarios y obtuvo el doctorado
en Princeton en 1932. Mientras completaba
esos estudios, tuvo la oportunidad de participar
en una investigación gravimétrica del fondo
oceánico bajo la dirección del eminente geofísico
Vening Meinesz. Ese estudio debía realizarse
CIENCIA Y TECNOLOGÍA: La tectónica global, el aporte de un marino científi co
nNiveles de cuerpos magmáticos.
nEl Ciclo Geológico.
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desde un submarino naval y en parte
para facilitar su tarea, se le otorgó una
comisión como teniente de la reserva
naval. El estudio realizado sería una
pieza clave de su publicación de 1938
sobre el origen de los arcos de islas.
Pocos años antes (1929), el geólogo
japonés Motonori Matuyama había
iniciado los primeros estudios sobre
las sucesivas inversiones del campo
magnético terrestre y su cronología, que
años más adelante serían esenciales para
la comprobación de la hipótesis sobre
la expansión de los fondos oceánicos.
Completado su doctorado, Hess
participó en investigaciones del
Instituto Geofísico de Washington y
de otras instituciones hasta el ataque de
Pearl Harbor por fuerzas aeronavales de
la Marina del Japón, cuando se reportó
de inmediato al servicio activo naval. Primero
participó en un programa de detección de
submarinos en el Atlántico norte, destacándose
en esa tarea, probablemente por sus habilidades
como geólogo (que lo habituaron a detectar e
imaginar lo invisible). Pasó después al buque
señuelo “Big Horn” y recibió posteriormente
el mando del transporte de ataque “Cape
Johnson”, cuya participación en los principales
desembarcos de la guerra con el Japón ya fue
mencionada. Sin embargo habría que agregar
que su actividad científica no cesó en esos años,
puesto que aprovechó los desplazamientos de
ese buque y su instrumental batimétrico para
estudiar los fondos oceánicos de esa importante
región del Pacífico. En el curso de esos estudios
descubrió la presencia de montañas submarinas
de cumbre plana que denominó Guyots. Al
término de la Segunda Guerra Mundial; Hess
se incorporó al Departamento de Geología de
Princeton, para participar en un estudio conjunto
con la Oficina de Investigaciones Navales
sobre la geología del Mar Caribe, un proyecto
que dio lugar a numerosas tesis doctorales y
publicaciones. Entre 1950 y 1966, Hess fue
Director de ese Departamento de Geología,
sin dejar por ello de dedicar varias semanas
de cada año al servicio naval. Finalmente, un
detalle también significativo: Junto con ser
un geólogo con muy amplia visión, a la escala
de los miles de km, fue también un respetado
especialista en mineralogía de los piroxenos, en
los cuales descubrió estructuras microscópicas.
Vale decir, su mirada fue capaz de abarcar todo
el rango de dimensiones, lo que constituye un
mérito de especial relevancia.
nMapa de la corriente del Golfo de Benjamin Franklin, (ca. 1770).
nMontes submarinos o Guyots.
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Nuevo conocimiento de los
fondos oceánicos
En 1957-1958, cuando se realizó el
primer Año Geofísico Internacional, el
conocimiento de los fondos oceánicos
seguía siendo precario y se suponía
que era relativamente plano y que
sus grandes cuencas, como la del
Pacífico constituían las superficies más
antiguas de la Tierra. Sin embargo,
en la década de los años 1950’s los
fondos oceánicos pasaron a tener un
rol estratégico central, a consecuencia
de la Guerra Fría y del despliegue de los
submarinos nucleares norteamericanos
dotados de misiles Polaris, cuyo
primer prototipo, el “Nautilus”, inició
su servicio en 1955. Puesto que la
URSS hizo otro tanto, buena parte
del arsenal nuclear estratégico pasó
a los océanos, y el conocimiento de
la topografía de su fondo pasó a ser
una materia de primera importancia
(como en parte está retratado en
el film“La Caza del Octubre Rojo”).
Al mismo tiempo se desarrollaron
magnetómetros avanzados para
detectar los submarinos de la potencia
rival, y los mismos instrumentos serían
útiles después para descubrir las bandas de
inversiones magnéticas del fondo oceánico.
El paisaje que surgió de estos estudios, asociados
en parte al Año Geofísico Internacional, fue
sorprendente por su complejidad y diferencia
con las creencias previas. Aparte de las fosas
ya conocidas asociadas a los arcos de islas y a
algunos márgenes continentales, se reconoció la
enorme extensión lineal de cordilleras submarinas
o “dorsales” meso oceánicas, que presentaban un
perfil transversal tipo valle rift, con una cuenca
central flanqueada por dos cadenas longitudinales.
Estas cadenas tipo rift estaban además cortadas y
desplazadas por numerosas fallas transversales (que
luego serían denominadas fallas transformantes).
También se reconoció la presencia de cumbres
submarinas alineadas que conectaban con centros
volcánicos activos así como de zonas aplanadas
que formaban mesetas submarinas. La cordillera
submarina meso atlántica (de la que surgen
cumbres como las Islas Azores) ya había sido
reconocida en 1947 por un equipo de la Woods
Hole Oceanographic Institution dirigido por
Maurice Ewing. En 1960 Bruce Hezen planteó
su posible relación con la creación de nuevo
suelo oceánico, una idea que también había sido
sugerida por el geólogo inglés Arthur Holmes. Sin
embargo, fueron Harry Hess (1960; 1962) y Robert
Dietz (1961), del U.S. Coast and Geodetic Survey
los primeros que establecieron formalmente el
concepto de la expansión del fondo oceánico
(Seafloor Spreading) así como el mecanismo
responsable de dicha expansión (corrientes de
convección en el interior de la Tierra). De manera
complementaria, Robert Coats del U.S. Geological
Survey describió el proceso complementario, vale
decir de hundimiento de las placas del fondo
oceánico bajo los arcos de islas o continentes
(proceso que luego se denominaría subducción).
Poco después (1963), Frederick Vine y Drummond
Matthews interpretaron las fajas de inversiones
nDorsal Meso-Oceánica.
nFajas de inversión del campo magnético en el fondo oceánico.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA: La tectónica global, el aporte de un marino científi co
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de polaridad magnética paralelas a las dorsales
oceánicas en términos de fajas cronológicas. Ello
a su vez fue posible debido a la tarea colectiva de
elaboración de la escala de inversiones del campo,
basada en el descubrimiento original de Matuyama
ya mencionado y cuando no se sospechaba la
enorme utilidad que tendría dicha escala. Así fue
posible datar el crecimiento del fondo oceánico
desde un tiempo
cero, cuando aún
el océano no existía
y se estaba recién
formando un valle
tipo rift en medio
de un continente.
El legado de
Harry Hess
La obra científica
de Harry Hess se
desarrolló en
el marco de un
esfuerzo por
develar el principal enigma geológico en el que
participaron eminentes y esforzados científicos de
distintos países, pero en el cual norteamericanos
e ingleses tuvieron un rol principal. Entre ellos se
destacó Harry Hess por su dedicación, intuición
científica y amplia visión, que le permitieron alcanzar
la meta en un lugar de privilegio. Sin embargo,
es tanto o más importante el hecho de que en
términos humanos, profesionales y científicos, Harry
Hess dejó un permanente ejemplo de vocación,
nPlacas litosféricas, zona de subducción y hot-spot.
nDorsal meso-oceánica, zona de subducción y hot-spot.
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responsabilidad profesional, cumplimiento del
deber y decisión. Ello le permitió estar en los lugares
claves en los momentos precisos y tuvo el mérito
adicional de no abandonar en ningún momento
los distintos compromisos que asumió, siendo
fiel a ellos hasta el final. Tuvo como recompensa
un papel central en el desarrollo de la tectónica
de placas, así como el aprecio de sus camaradas
del mundo académico y naval, y la de los muchos
alumnos cuya curiosidad guió con maestría.
BIBLIOGRAFÍA
1. James, H.L. (1973), Harry Hammond Hess (1906-1969). A Biographical Memoir. National Academy
of Sciences, Washington, D.C., 20 p.
2.
Nine, F.J. y Matthews, D.H. (1963), Magnetic Anomalies over Oceanic Ridges. Nature., Sept 7,
pp. 947-949.
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Wilson, J.T. (1976, Ed), Deriva continental y Tectónica de placas. Selecciones de Scientific American.
Ed. Blume, Madrid, 271 p.
4. Wikipedia (14/11/2014), Plate Tectonics, 31 p .
5. Wikipedia (14/11/ 2014), Plate Tectonics: the Rocky History of an Idea, 5 p.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA: La tectónica global, el aporte de un marino científico
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