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ESCENARIOS DE ACTUALIDAD
CONTROL DEL MAR EN EL
LITORAL: ¿MODA O NECESIDAD?
- Introducción.
“ B
arcos iraníes “provocaron”
buques de la USN en Estrecho
de Hormuz”
1. El titular anterior,
que pareciera informar tensiones ocu
-
rridas décadas atrás, describe recientes
incidentes entre medios rápidos iraníes y
buques de la USN, en un área por la cual
transita cerca de un tercio de la produc
-
ción mundial de petróleo, cuya interrup
-
ción podría originar graves trastornos a
la economía mundial.
A partir de los fundamentos teóri
-
cos que sustentan la estrategia marítima
moderna, el presente artículo aspira a
revisar las principales tendencias del
empleo del poder naval de las princi
-
pales potencias occidentales, las cuales
han centrado su atención en un área
fundamental para el desarrollo mundial,
genéricamente reconocida como litoral. Bajo un entorno dominado por la
globalización e incertidumbre, el litoral
se distingue por particularidades que
originan situaciones de conflicto entre
actores que van más allá de los estados.
La realidad insinuada, que combina anti
-
guos desafíos con otros impredecibles,
ha obligado a que las fuerzas navales
sin abandonar sus roles tradicionales,
se adapten y busquen alternativas para obtener el control del mar en regiones
sensibles, con el propósito de prevenir
consecuencias traumáticas para el sis
-
tema internacional.
- La Teoría.
Dos de los más destacados pensa -
dores del último siglo, considerados por
muchos expertos como los fundadores de
la estrategia naval contemporánea, tuvie
-
ron en común cimentar sus teorías sobre
la base de un conflicto armado y oponen
-
tes claramente definidos. Alfred Mahan
identificó la necesidad de un poder naval
de tamaño tal que hiciera desistir el
empleo de los medios enemigos; des
-
tacó el rol ofensivo del poder naval en
períodos de guerra; estableció las fuerzas
navales enemigas como objetivo a des
-
truir en ultramar; y la interrupción de las
líneas de comunicaciones para degradar
el comercio marítimo del oponente
2.
Por su parte Julian Corbett refinó
la noción del principal objeto de la
guerra en el mar, la obtención del con
-
trol del mar, interpretado como la liber
-
tad de acción para usar un área de mar
en beneficio propio y de ser necesario,
negarle dicha condición al adversario.
También estableció por primera vez, los
principios que rigen la guerra en el mar y
* Capitán de Navío. Oficial de Estado Mayor. Oficial de Estado Mayor graduado del “Joint Services Command and Staff Collage” del Reino Unido. Magíster en Estrategia Naval (A.G.N.). “Master of Arts” en Estudios de Defensa de la Universidad de Londres.
Destacado Colaborador de Revista de Marina, desde 2005.
1. http://espanol.news.yahoo.com/s/reuters/internacional_eeuu_iran_barco_sol
2. ¿Qué Armadas se requieren para el siglo XXI: Oceánicas o de litoral?
Humberto Senarega Puga*
“Quienes controlan el mar controlan el
comercio; quienes controlan el comercio del
mundo, controlan las riquezas del mundo y
consecuentemente el mundo en sí mismo”.
Sir Walter Raleigh
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destacó la influencia de las operaciones
navales sobre el territorio, entregando el
sustento teórico a lo que hoy conocemos
como la proyección del poder militar
3.
- De la Teoría a la Práctica.
A partir de los postulados anteriores,
en las mayores confrontaciones armadas
de la primera mitad del siglo pasado, las
marinas orientaron su esfuerzo bélico
principal hacia funciones tales como la
protección del tráfico marítimo y militar
propio; el ataque a las líneas de comunica
-
ciones marítimas enemigas; la protección
de los recursos costeros; el transporte
militar; y el control local del mar en res
-
paldo de las operaciones anfibias 4.
El término de la Segunda Guerra
Mundial marcó el inicio de la “Guerra
Fría”, periodo en que las principales mari
-
nas occidentales, al margen de conflictos
aislados, se abocaran a la contención de
la amenaza representada por los países
de Europa del Este, reflejando el antago
-
nismo entre la Unión Soviética y EE.UU.
La USN centró sus roles en opciones
de guerra limitada y disuasión nuclear,
postura adoptada similarmente por sus
aliados, a los cuales en el ámbito de la
OTAN les fueron asignadas funciones
contribuyentes, que en esencia confor
- maron un poder naval destinado a dis
-
putar el control en alta mar 5.
Los soviéticos por su parte, con mati
-
ces diferentes crearon una marina de pri
-
mera clase e incrementaron sus intereses
marítimos, hasta alzarse como el único
desafío real al poderío marítimo nortea-
mericano. Sus líderes, sin embargo,
rechazaron seguir las mismas prácticas
occidentales, para demostrar que no
constituían la única solución a los desa
-
fíos enfrentados. Bajo dicha convicción,
la caída del “Muro de Berlín” aceleró un
enfoque sobre mares estrechos y cerca
-
nos, denotando una paulatina inclinación
estratégica más bien continental
6. Como
resultado, empezó a quedar en evidencia
que la Armada Soviética no constituía
una amenaza para la USN y sus socios.
En lo inmediato, el nuevo orden
mundial caracterizado por el liderazgo
de EE.UU., indujo a que investigadores
como Samuel Huntington plantearan cual
podría ser la evolución del poder naval,
al poseer un control sin contrapeso
7.
La respuesta provino del ex presidente
Ronald Reagan, quien había enfatizado
que EE.UU. era “una potencia marítima
por necesidad, crucialmente dependiente
de la importación trans-oceánica de
materiales estratégicos vitales. Por esta
razón, nuestra marina está diseñada para
mantener abiertas las rutas marítimas a
nivel mundial... la superioridad marítima
es para nosotros una necesidad”
8. Ideas
equivalentes fueron reflejadas en las doc
-
trinas de otras armadas, aunque en tér
-
minos más moderados, objetivos más
limitados y estructuras de fuerzas más
modestas
9. De esta manera y según los
lineamientos trazados, desde 1992 la USN
y la Infantería de Marina de los EE.UU.
respaldaron sus operaciones navales bajo
los continuos conceptos “From the Sea”,
3. Id.
4. Booth (1977), pp. 15 - 25.
5. Till (a) (2005), pp. 309-337.
6. Id.
7. Till (b) (1994), p. 186.
8. Grove (1990), p.173.
9. BR 1806 (a)(1996).
CONTROL DEL MAR EN EL LITORAL: ¿MODA O NECESIDAD?
2a Guerra Mundial, desembarco en Omaha.
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“Forward... from the Sea” y “Operatio -
nal Manoeuvre from the Sea”. Dichas
estrategias destacaron el rol de las fuer
-
zas expedicionarias, a fin de obtener un
rápido acceso a los espacios costeros,
que contienen los recursos imprescindi
-
bles para el bienestar de la humanidad10.
Precisamente en esas áreas litorales, los
ataques suicidas al USS “ Cole”, unidad
que efectuaba un reaprovisionamiento de
rutina en Yemen, serían el preámbulo de
otros hechos trascendentes
11.
Los atentados terroristas sobre terri
-
torio de EE.UU. en septiembre del 2001
(9/11), alteraron la agenda mundial y
reafirmaron una realidad emergente: uso
del terrorismo masivo como instrumento
político; desarrollo de amenazas sofisti
-
cadas e impredecibles; y su adaptación
dentro del nuevo contexto de organización
internacional. Como el Almirante Francés
A. Oudot caricaturizara, la caída del Muro
de Berlín significó alejar las amenazas
directas sobre las fronteras y por el con
-
trario, 9/11 degradó la noción de límites,
acercando los peligros al interior de las
propias sociedades
12. Esta nueva configu -
ración motivó que EE.UU. reorientara sus
esfuerzos, en esta oportunidad a través de
“Sea Power 21”. Este documento amplió
la forma de enfrentar los conflictos, en
cuanto a realizar operaciones con fuer
-
zas conjuntas completamente integradas
capaces de oponerse a amenazas regio
-
nales y transnacionales no definidas, con
énfasis en la guerra global contra el terro
-
rismo (GWOT). En términos generales fue
remarcada la coherencia en el desarrollo
de sus fuerzas, aumentando la letalidad
de sus capacidades ofensivas; logrando
superioridad de la información como un
ámbito especial de la guerra; manteniendo
la disuasión estratégica nuclear; estructu
-
rando un completo apoyo logístico pre
- posicionado en la mar, capaz de otorgar
mayor autosuficiencia; y consolidando
la proyección del poder militar, mediante
un nuevo reconocimiento de la presen
-
cia adelantada, a fin de actuar en forma
rápida, a una distancia mucho mayor, con
más precisión y persistencia de lo que
antes era posible. Lo expresado se ilustra
mediante la materialización de operacio
-
nes amparadas por la máxima “24/7/365”,
es decir, poseer la capacidad para reaccio
-
nar y actuar 24 horas al día, los 7 días de
la semana y los 365 días de año
13.
Los últimos movimientos militares
generados desde el Este, aparentemente
respaldan las funciones asignadas a las
fuerzas navales norteamericanas, ratifi
-
cando al mismo tiempo la validez de los
roles tradicionales del poder naval. En
efecto, como no ocurría desde el término
de la Guerra Fría, Rusia acaba de realizar
pruebas de misiles y el mayor ejercicio
naval en la Bahía de Vizcaya, reflotando
antiguas rivalidades. Ya sea por la nos
-
talgia de “revivir el respeto hacia sus
FF.AA.”
14, pero por sobre todo el deseo no
disimulado de reestablecer el equilibrio
con Occidente, Rusia ha hecho pública la
intención de aumentar su poder militar
y las capacidades de su flota naval en lo
particular. Las repercusiones estratégicas
10. From the Sea”, Preparing the Naval Service for the 21 st Century (1992).
11. Edwards, (2004), New Realities Mean the Navy Must Dominate in the Littoral, Sea Power, http://www.gradewinner.com/p/arti - cles/mi_qa3738/is_200404/ai_n9395117.
12. Outdot A. (2004), The Future of the Maritime Power: The French Perspective, RUSI. Conference, www.rusi.org/events/
13. Clark (2002).
14. “Rusia hace pruebas de misiles frente a Vizcaya”, El Mercurio de Santiago (2008).
Atentado Terrorista sobre territorio de EE.UU. en septiembre de 2001.
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CONTROL DEL MAR EN EL LITORAL: ¿MODA O NECESIDAD?
serán apreciadas en un futuro no determi -
nado, más aún cuando otros actores como
China continúan creciendo en su desarro
-
llo de fuerzas, e India y Pakistán esgrimen
su armamento nuclear como factor que
distorsiona la estabilidad regional.
Sin embargo, el mayor vuelco
estratégico de EE.UU. se produjo en
la defensa “doméstica”, a través de un
reforzamiento de las medidas de control
en su propio territorio y la búsqueda de
iniciativas tendientes a elevar la segu
-
ridad marítima internacional a través
de la cooperación entre los estados, tal
como se expresa en la reciente difusión
de la estrategia que ilumina el milenio
que comienza: “A Cooperative Strategy
for 21
st Century Seapower” 15. Dado que
ningún país por sí solo posee la capaci
-
dad para asegurar el control del mar en
todas las áreas de interés necesarias, es
un imperativo prevenir y aunar esfuer
-
zos, bajo la premisa que tan importante
como ganar las guerras es evitarlas. Este
nuevo documento amplía nociones ope
-
racionales previas como “la armada de
los 1000 buques” y “Maritime Domain
Awareness”, que persiguen la integra
-
ción global de plataformas, sistemas de
vigilancia y fuentes de información en
tiempos de paz, tendientes a lograr una
alerta que permita reaccionar y tomar
decisiones con celeridad
16. Esta última
iniciativa ha captado la atención de la
Armada de Chile, ya que muestra coin
-
cidencias con las ideas de “Mar Pre
-
sencial” promovidas hace más de una
década por la marina
17. Asimismo, la par -
ticipación de la institución en diferentes
organizaciones como la Red Operativa
de Cooperación Regional de Autorida
-
des Marítimas (ROCRAM); Coordinador Área Marítima del Pacífico Suroriental
de Control Naval de Tráfico Marítimo;
y la implementación de disposiciones
relacionadas con el “Estado Rector del
Puerto” y el código “International Ship
and Port Facility Security (ISPS), reafir
-
man el compromiso del Estado chileno
en ese sentido
18.
La construcción del “Buque de Com
-
bate Litoral” (LCS), caracterizado por un
diseño multipropósito apoyado en sis
-
temas modulares de rápido reemplazo,
constituye una de las consecuencias ope
-
rativas de los planteamientos de EE.UU.
Nuevamente la Armada de Chile no ha
permanecido ajena a estas tendencias,
por lo que su modelo estratégico ha con
-
cebido variados proyectos acorde a sus
necesidades y posibilidades, que persi
-
guen reforzar el reconocimiento marí
-
timo, el enlace de comunicaciones y la
vigilancia del litoral, como es el caso de
la construcción de Patrulleros de Zona
Marítima (PZM), cuya primera unidad
entrará en servicio en el curso del pre
-
sente año.
El conjunto de instancias de coopera
-
ción e iniciativas impulsadas, ha estado
iluminado por la necesidad de brindar
seguridad a la obtención y explotación
de los “materiales estratégicos vitales”,
en un área de gran connotación política,
económica y social... el litoral.
- El Litoral: Vital e Incierto.
La última edición de la Doctrina
Marítima Británica incluyó una sección
especial, cuyo contenido acorde a los
postulados de Corbett, definió el litoral
como “áreas de mar costeras y aque
-
llas porciones de tierra susceptible de
influenciar o apoyar desde el mar”
19. La
15. “A Cooperative Strategy for 21 st century Seapower”(2007), contiene recientes conceptos estratégicos en los cuales se refuerza
la intención de integrar las capacidades conjuntas y combinadas, a fin de incr ementar la seguridad marítima internacional.
16. “Maritime Domain Awareness”, ha sido difundido como “el entendimiento efectivo de cualquier asunto relacionado con el ambiente marítimo global que pueda afectar la seguridad, economía medioambiente en EE.UU.”. Maritime Strategy for Home
- land Security” (2002), p. 32.
17. Martínez B., Jorge (1991), “El Mar Presencial: Actualidad, desafíos y futuro”.
18. El código ISPS, corresponde a un set de disposiciones internacionales orientadas a exigir un mínimo de requerimientos para la
seguridad de las naves e instalaciones portuarias.
19. JWP 0-01.1, Op. Cit, p. L-6.
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precisión anterior no establece límites
físicos, sino que incorpora un concepto
actualizado acerca del efecto que las ope
-
raciones navales producen en espacios
aéreos, de mar o terrestres, donde se
aglutinan los mayores centros de pobla
-
ción, recursos y producción industrial. A pesar que representan delgadas
porciones de territorio, en las áreas
ribereñas se ha establecido cerca de
tres cuartos de la población mundial,
quienes habitan dentro de 100 millas
náuticas (MN) de costa. El 80% de las
capitales mundiales se ubican dentro
de las 300 MN de los bordes marítimos
y el 80% de sus respectivos países son
definidos como “estados costeros” por
la Organización de Naciones Unidas
(ONU). Desde la perspectiva econó
-
mica, actividades vitales como el trans
-
porte marítimo, la pesca y explotación
petrolera, son realizadas dentro de la
Zona Económica Exclusiva (ZEE), vale
decir hasta 200 MN de costa, originando
intereses contrapuestos de resultados
inciertos
20.
El comercio marítimo constituye el
principal medio por el cual son transpor
-
tados los bienes alrededor del mundo,
lo que representa más del 90% del total
global en términos de mercaderías y
pasajeros. En muchas áreas costeras ha
aumentado la explotación de recursos
marítimos tales como gas y petróleo, la
extracción de minerales y otras formas
de desarrollo como la bio-prospección.
Una muestra de esto lo constituye el des
-
cubrimiento de hidratos de gas frente a la
costa central de Chile, lo que intensificó
la continuidad de los cruceros de inves
-
tigación realizados por el buque oceano
-
gráfico de la Armada, “Vidal Gormaz
”,
como una manera de contribuir a la bús
-
queda de alternativas para satisfacer los
mayores requerimientos energéticos del
país. En otros lugares del mundo se pro
- ducen similares necesidades, manifes
-
tándose mediante demandas que elevan
la probabilidad de ocurrencia de nuevas
confrontaciones, como por ejemplo en la
región del Caspio y en el Golfo Pérsico.
Otro factor de interés lo constituyen
las relaciones entre armadores, empre
-
sas navieras, banderas de conveniencia,
registros y tripulaciones heterogéneas,
que producen cada vez mayores dife
-
rencias en el derecho marítimo inter
-
nacional, producto “de la dificultad en
identificar responsabilidades para la
protección de este comercio”
21. Esta
situación es significativa al aplicar san
-
ciones económicas como los embargos
impuestos en antiguos conflictos en
contra de Irak, Haití y la disuelta Yugos
-
lavia, puesto que implícitamente con
-
tienen el riesgo de afectar a terceras
naciones
22. Como una forma de evitar
el incumplimiento de disposiciones
internacionales, los comandantes se
ven sometidos a complejas reglas de
enfrentamiento para regular el empleo
de la fuerza, lo que agrega mayores
obstáculos al momento de tomar deci
-
siones, coartando la libertad de acción
de los medios que operan. Por otra parte la sobreexplotación y
pesca ilegal, junto al tráfico de narcóti
-
20. BR 1806 (b), p.17.
21. Ibid.
22. Celada (1990).
Buque Oceanográfico “Vidal Gormaz”.
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CONTROL DEL MAR EN EL LITORAL: ¿MODA O NECESIDAD?
cos, la piratería y el movimiento irregular
de personas, constituyen otros focos de
potenciales disputas. Conocidos son los
casos de embarcaciones peruanas que
han traspasado la frontera marítima para
efectuar faenas de pesca en Zonas Juris
-
diccionales Chilenas. En otras regiones,
el éxodo masivo de refugiados, desde y
hacia costa, en Albania, Algeria y Sierra
Leona, por citar algunos, han sido fuente
de inestabilidades que ilustran las inmi
-
graciones no deseadas 23.
La relevancia política y legal es otro
elemento de trascendencia. La sobera
-
nía dentro de las aguas territoriales de
cada estado y los derechos de terceros
para ejercer el paso inocente durante el
tránsito de embarcaciones por ciertas
zonas de confluencia, también generan
desequilibrios, ya que por sus caracte
-
rísticas restringen la libertad de movi
-
miento y hacen que las fuerzas navales
estén más expuestas. La reacción norte
-
americana sobre Libia en 1980, debido
a las aspiraciones de este país sobre el
Golfo de Sirte y el uso de minas por parte
de Irak en el Golfo Pérsico son buenos
ejemplos
24. La importancia manifiesta
por estas zonas donde se concentra el
tránsito de naves, ha servido de base
para organizar ejercicios internaciona
-
les como “Panamax”, promovido por la
Armada de Chile, y que sigue sumando
países participantes, motivados por los
deseos de brindar seguridad al tráfico
del Canal de Panamá, ante la trascen
-
dencia comercial y las vulnerabilidades
percibidas. Desde la perspectiva militar, el
litoral presenta un ambiente eviden
-
temente más congestionado que el
mar abierto, como por ejemplo el área
actualmente más volátil, el Golfo Pér
-
sico, cuyas dimensiones abarcan 450
MN de largo y no más de 120 MN de ancho. La costa actúa como factor mul
-
tiplicador de riesgos, al elevar el tráfico
marítimo, servir de plataforma para
posicionar sistemas de vigilancia, des
-
pegar patrullas aéreas, basar lanchas
rápidas y baterías costeras. Conside
-
rando que en las aguas confinadas se
concentran la mayoría de las activida
-
des del planeta, de la densidad de sus
actividades se desprenden dos nota
-
bles complicaciones para las fuerzas
navales: dificultad en la compilación
de un panorama y muy breve tiempo
de alarma para reaccionar. Muestras
de los problemas mencionados, lo
constituyen la confusión que concluyó
con el impacto de dos misiles sobre el
USS “ Stark” en 1987, en el Golfo Pér
-
sico, luego que aparentemente fuer
-
zas Iraquíes lo confundieran con un
buque tanque; y los daños ocasionados
al HMS “ Glamorgan ” por un Exocet
MM38 Argentino lanzado desde tierra,
durante las Guerra de las Falklands
25.
- Ese Mar que Tranquilo te Baña.
Con la frase “caos en el litoral”,
un intelectual especializado pretendió
representar las fricciones que fluyen de
los antecedentes expuestos. Los conflic
-
tos territoriales pendientes entre Japón
y Rusia; las múltiples reclamaciones de
superposición de límites en el Mar de la
China demandado por China, Vietnam,
Malasia, Brunei y Filipinas; la división de
la Península de Corea; la disputa entre
Singapur y Malasia por Pedra Branca y
entre Malasia e Indonesia por las Islas
de Sipidan y Litigan; son solo algunos
casos que se suman a las incertidumbres
planteadas. Cada una de estas mate
-
rias podría convertirse en una crisis con
serias consecuencias para la navegación
y el comercio internacional, ya que el
área aludida comprende una intersec
-
23. Thornton (2005).
24. BR 1806 (b), Op. Cit.
25. Stocker J, Nonintervention: Limited Operations in the Littoral Environment,
www.nwc.navy.mil/press/Review/1998/autumn/art3-a98.htm, 1998.
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ción de comunicaciones marítimas entre
Oriente y Occidente 26.
En nuestro continente, los desacuer
-
dos marítimos entre Colombia y Nicara
-
gua por el archipiélago de San Andrés 27 y
la reciente interposición de una demanda
marítima contra Chile ante la Corte Inter
-
nacional de la Haya por parte de Perú,
también han incorporado nuevos ele
-
mentos de tensión 28. Esta última acción
jurídica ha desconocido las fronteras
marítimas resueltas por tratados y acuer
-
dos vigentes, teniendo
como una de sus moti
-
vaciones, el control de
los eventuales recursos
existentes en el área.
Por tratarse de temas
de similar origen, las
consecuencias de sus
resultados influirán
en el desenlace de las
diferencias limítrofes
que también mantiene
Perú con Ecuador e
indirectamente tam
-
bién las aspiraciones
marítimas de Bolivia,
en cuanto a sus deseos
de obtener una salida
al mar
29. Pareciera que
pasarán algunos años
antes que el Océano “Pacífico” real
-
mente responda a las expectativas que
su nombre insinúa. Con todos estos antecedentes, el res
-
petado profesor Geofrey Till ha sugerido
que el futuro entorno internacional estará
cada vez más dominado por conflictos de
baja intensidad, pero de mayor probabili
-
dad de ocurrencia en regiones de intere
-
ses económicos transnacionales, estados
debilitados y otros casos dirigidos por organizaciones terroristas
30. Nuevamente
América Latina es aclaratoria. Las Fuer
-
zas Armadas Revolucionarias de Colom
-
bia (FARC) constituyen un movimiento
que genera una amplia gama de amena
-
zas, incluyendo secuestros realizados en
el medio marítimo o fluvial, lo que apa
-
rece como una extensión de los recursos
empleados por el terrorismo. En el ambiente de seguridad inter
-
nacional actual, el desempeño de las
fuerzas marítimas abarcará múltiples opciones. Interven
-
ciones como las desa
-
rrolladas en el Golfo
Pérsico, Somalía, Sierra
Leona, Medio Oriente y
Haití son algunos casos
que confirman esta
disposición, en que las
operaciones realizadas
contemplaron entre
otras funciones más
relevantes: rápida res
-
puesta de crisis; ayuda
humanitaria; presencia
adelantada; sanciones
marítimas; interdicción
de movimientos inmi
-
gratorios; operaciones
antinarcóticos; eva
-
cuación de no comba
-
tientes y Operaciones de Apoyo de Paz
(PSO). Estas últimas, patrocinadas prin
-
cipalmente por la ONU o la OTAN, han
aumentado considerablemente desde
1990, mostrando entre otras cosas, la
voluntad por actuar en coaliciones con
medios versátiles e interoperables, como
una forma de potenciar las capacidades
individuales de los participantes
31.
A pesar de los antecedentes expues
-
tos, sería erróneo sugerir que el escena
-
26. Crickard, et al. (1998), pp.119-139.
27. “Colombia defenderá sus intereses en delimitación de aguas marinas con Nicaragua, dijo el Presidente”, El Tiempo.com, www. eltiempo.com/politica/2007-12-14/Artículo-Web-Nota_Interior-3859454.html
28. “Canciller informó a países de la región postura chilena frente a demanda de Perú en La Haya”, El Mercurio de Santiago (2008).
29. “Canciller de Bolivia: Que no afecte nuestras conversaciones”, El Mercurio de Santiago (2008).
30. ¿Qué Armadas se requieren para el siglo XXI: Oceánicas o de litoral?
31. Hattendorf (1994).
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Gráfico ilustrativo del Mar Presencial de Chile. Sin valor jurídico.
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CONTROL DEL MAR EN EL LITORAL: ¿MODA O NECESIDAD?
rio marítimo en el
litoral es del todo
nuevo. La guerra
naval ha sido con
-
ducida histórica
-
mente en áreas
adyacentes, a fin de
prolongar el control
obtenido en aguas
abiertas e influen
-
ciar los eventos
que ocurren en el
territorio. De hecho
entre 1946 y 1982, las fuerzas navales
fueron las únicas o principales actores, en
alrededor de 250 operaciones militares
Americanas y del Reino Unido, principa
-
les potencias marítimas del momento32.
En ese mismo sentido, en la última parte
del siglo pasado las fuerzas navales ame
-
ricanas participaron en más de 76 diferen
-
tes tipos de conflictos 33. Pero al margen
de la continuidad que los acontecimien
-
tos demuestran, se observan diferencias
fundamentales al no existir competidores
oceánicos. La atención de la estrategia
marítima se ha concentrado en ciertas
particularidades y la mitigación de desa
-
fíos según lo siguiente:
• Existe un vuelco importante en cuanto a fortalecer los esfuerzos para lograr
el control del mar en el litoral con fuer
-
zas expedicionarias, lo que reafirma
los fundamentos estratégicos respecto
a la influencia insustituible que ejercen
el poder naval y el poderío marítimo
en su conjunto, sobre el territorio.
• Dichos espacios han aumentado su relevancia hasta hacerlos imprescindi
-
bles para el desarrollo y bienestar de
la humanidad.
• Las regulaciones de derecho y com
-
posición física del litoral, presentan
variadas restricciones al empleo de las
fuerzas, aumentando los riesgos que
las afectan. • Las amena
-
zas tradicionales se
mantienen vigen
-
tes y suman una
serie de amenazas
no convencionales
que se manifiestan
con mayor peligro
-
sidad en el litoral.
• El adver
-
sario de hoy es
difuso y difícil de
identificar.
• El contexto en que son realizadas las operaciones es frecuentemente dis
-
tinto a la guerra tradicional.
• En el entorno vislumbrado en el mediano plazo, la cooperación con
-
junta, combinada y con otras orga
-
nizaciones civiles, mediante la
conformación de coaliciones multina
-
cionales, adquiere especial relevancia,
considerando que es el camino más
pragmático para mantener el flujo de
las comunicaciones marítimas, cuya
interrupción causaría graves trastor
-
nos a la economía global.
• La naturaleza de los desafíos conduce a retener las capacidades oceánicas,
puesto que contribuyen a reducir las
amenazas emergentes. Esta situación
no ocurre a la inversa, dado que las
capacidades costeras no satisfacen las
necesidades operacionales de altamar,
lo cual refuerza la idea de estructurar
fuerzas flexibles y multifuncionales, más
aún cuando los recursos son finitos.
- Comentarios Finales.
En el último siglo el poder naval ha
evolucionado bajo los lineamientos de
EE.UU., cuyos postulados en mayor o
menor medida han sido continuados por
la mayoría de las marinas occidentales.
Su estrategia marítima le ha significado
alcanzar una condición de control oceá
-
32. Stocker, Op.cit.
33. “Naval Operations Concept” (2006), p.8.
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AUTOR ARTÍCULO
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nica sin alteraciones. Paradojalmente, en
el nuevo orden mundial supuestamente
más estable, acaecimientos trascen
-
dentales que afectaron la seguridad del
propio territorio norteamericano, obli
-
garon a reforzar el esfuerzo de su instru
-
mento militar hacia las áreas litorales,
espacios de gran relevancia política, eco
-
nómica y estratégica.
El escenario forjado, en que el mar
continúa siendo el medio por el cual se
intensifica la globalización de las econo
-
mías y el comercio, ha generado que en
las regiones costeras aparezcan nuevos
desafíos que condicionan las operacio
-
nes. Con mayor frecuencia la estrategia
marítima del siglo 21 deberá enfren
-
tar entre otras, amenazas tales como:
terrorismo internacional; armas de des
-
trucción masiva; piratería; contrabando;
contaminación ambiental; pesca ilegal; y
desastres humanitarios.
En el escenario actual se han reade
-
cuado los roles para dar respuesta a los retos presentados en un ambiente dis
-
tinto a la guerra, donde las funciones se
manifiestan como rápida respuesta ante
crisis; cooperación a autoridades civiles
ante desastres naturales; ayuda huma
-
nitaria; presencia adelantada; sanciones
marítimas; interdicción de movimientos
inmigratorios; operaciones antinarcóti
-
cos y antiterrorismo; PSO y evacuación
de no combatientes. Las evidencias sugieren que aun
cuando los roles tradicionales se man
-
tienen vigentes para brindar estabilidad
a aquellas áreas más inseguras distan
-
tes de las bases de operaciones, las
capacidades necesarias para materia
-
lizarlos no aseguran una condición de
superioridad en el litoral, en donde la
cooperación internacional es el camino
escogido por fuertes y débiles, a fin de
obtener seguridad marítima, soluciones
que en gran parte interpretan la visión
estratégica de la Armada de Chile.
* * *
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HUMBERTO SENAREGA PUGA
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