- Fecha de publicación: 01/06/2014.
Visto 61 veces.
214
CHILE ES MAR: EL APORTE DE LA ARMADA A LA
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA MARINA*
Enrique Larrañaga Martin**
S
ean mis primeras palabras, para expresar
nuestros agradecimientos a su Excelencia,
la Presidenta de la República Señora Michelle
Bachelet Jeria y a las altas autoridades que
hoy nos acompañan, quienes con su presencia
otorgan un marco solemne a esta ceremonia
con que la Institución, como ya es tradicional,
da por iniciado el Mes del Mar.
Vaya también, un especial agradecimiento
a las autoridades académicas de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, casa de estudios
superiores de excelencia que, una vez más, abre
sus puertas para, en conjunto con la Armada de
Chile, dar un paso más en la ardua y constante labor
de edificar con cimientos sólidos la conciencia
marítima de nuestro país y sus ciudadanos.
* Discurso inauguración Mes del Mar 2014, efectuado el día 6 de mayo de 2014, en el Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
* * Almirante. Comandante en Jefe de la Armada. Oficial de Estado Mayor. Profesor Militar de Academia. Graduado del Curso de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Francia. Destacado Colaborador de la Revista de Marina, desde 2008.
Comandancia en Jefe
215
La influencia del mar en el desarrollo de Chile es
innegable, y la revisión de su historia nos señala
innumerables hitos que dejan de manifiesto su
importancia en el devenir de nuestro pueblo. La
Institución, anclándose en la conmemoración
de uno de los hechos más heroicos de nuestra
historia militar, - el Combate Naval de Iquique
y Punta Gruesa - instituyó mayo como el “Mes
del Mar”, con el propósito de, durante ese mes,
redoblar sus esfuerzos en pos de una tarea
que se dieron nuestros predecesores hace ya
casi 200 años: trabajar incansablemente en el
desarrollo de la conciencia marítima de nuestros
compatriotas.
Como Institución, tenemos el convencimiento
que Chile está destinado a desarrollar su futuro
de cara al mar, reconociendo en el amplio océano
que baña nuestras costas y en la infinidad de sus
riquezas, el camino natural para lograr el bienestar
de nuestro pueblo. En ese contexto, para un país
de características eminentemente marítimas,
como es el nuestro, el conocimiento del mar es
fundamental para asegurar la prosperidad de las
generaciones actuales y futuras. La inmensidad
de nuestro territorio oceánico y las riquezas que
él guarda, requieren de un sistemático esfuerzo
de investigación científica. La Armada de Chile, consciente que su labor
institucional no se agota en materias relacionadas
con la defensa, sino que también abarca aquellas
que contribuyen al desarrollo nacional, ha querido
enmarcar la celebración de este Mes del Mar
resaltando la importancia que tiene para Chile,
la investigación científica marina y el aporte que
hemos hecho como Institución.
Es probable que, para algunos de ustedes, resulte
sorprendente saber cuán arduo y profesional ha
sido el accionar de la Armada en el desarrollo de la
ciencia y la investigación en Chile, en particular en el
ámbito marino, desde los albores de la patria; cuando
la comunidad científica se reducía a entusiastas
biólogos y naturalistas empeñados en reconocer la
flora y fauna en estos confines del planeta.
En efecto, el apoyo a las expediciones científicas
se inició a comienzos del siglo XIX, durante el
proceso de integración de las tierras y mares
australes que por derecho nos pertenecían.
La necesidad de contar con cartas náuticas y
derroteros precisos que garantizaran la segura
navegación de esas aguas, impulsó a los marinos
de esa época, mucho más allá de las necesidades
institucionales, a explorar, describir, dibujar,
tomar muestras, clasificar y preservar, la riqueza
desconocida que se develaba en cada una de sus
singladuras, generando de paso, un verdadero
“puente” entre la Marina y la comunidad científica
de la época, que hasta el día de hoy hemos
sabido mantener.
Resultaría largo describir cada una de las
expediciones que se realizaron en el marco de
esta labor en el siglo XIX. Bástenos, para rendir
un reconocido y justo homenaje a las esforzadas
tripulaciones de esa época, el mencionar que, en
poco menos de cuarenta años, se sucedieron 127
trabajos de reconocimiento ejecutados en buques
de la Armada, por ilustres hidrógrafos y avezados
marinos, que materializaron con tesón y sacrificio,
la necesidad de contar con rutas seguras de
navegación y aumentar el conocimiento científico
de nuestro intrincado territorio marítimo. Un
antecedente que me parece relevante destacar en
esta fecha, es que el levantamiento hidrográfico
de la Bahía San Juan Bautista, en el archipiélago
de Juan Fernández, fue ejecutado, en 1867, por
el entonces Teniente 2° Don Arturo Prat Chacón,
a bordo del Vapor “Covadonga”.
Por otra parte, el fuerte incremento que
experimentó la navegación en el siglo XIX,
motivó a las más importantes naciones marítimas
a crear servicios hidrográficos, con el propósito
de dirigir, centralizar y controlar las actividades
que dieran una mayor seguridad a la navegación.
Chile, por su condición marítima, no quedó al
margen de ello, y el 1° de mayo de 1874, por
Decreto Supremo N° 329, fue fundada la Oficina
Hidrográfica de la Marina Nacional, siendo su
primer Director el entonces Capitán de Fragata
Don Francisco Vidal Gormaz, principal impulsor
de esta visionaria medida.
Pero el interés de la Marina no estaba centrado
solamente en la hidrografía. También en el ámbito
de la investigación y regulación pesquera, la
Armada ha estado presente desde las primeras
décadas de la república. Iniciativas como las del
Capitán Barahona con su proyecto de reglamento
de pesca en 1885, las propuestas del Capitán
Maldonado en 1897 para crear una escuela de
acuicultura en Chiloé, la edición del que fuera
COMANDANCIA EN JEFE: Chile es mar: el aporte de la Armada a la investigación...
REVISMAR 3 /2014
216
probablemente el primer libro de pesca en Chile
escrito por el Vicealmirante Luis Uribe Orrego
publicado en 1899, y el trabajo “Memoria sobre
pesca en Chile” presentado por el Capitán de
Navío Luis Pomar en el Congreso Científico
Nacional en La Serena en enero de 1900, dan
cuenta fehaciente de dicho interés.
En esa misma línea, en 1904, el hidrógrafo,
Capitán de Fragata Don Roberto Maldonado,
eleva un informe al Director General de Marina, en
el cual, con una preclara visión de futuro, señala
que “los estudios oceanográficos deben ocupar
un lugar preferente en nuestras investigaciones
hidrográficas, para lo cual sería de mucha utilidad
dedicar un buque de nuestra Armada a estudios
que nos servirán para el futuro desarrollo de la
pesquería de alta mar, que aún está en pañales
en nuestro país y que representa para nosotros
un tesoro oculto e ilimitado.” Desde entonces, la
Armada ha hecho ingentes esfuerzos por mantener,
en su lista naval, una de sus unidades destinadas
al apoyo de la labor que realiza la comunidad
científica nacional.Años más tarde, el impulso del Año Geofísico
Internacional, que a finales de los años 50
comprometió la labor mancomunada de la
Armada con la comunidad científica chilena,
dio origen a las recordadas “Operaciones
MARCHILE”, que se desarrollaron entre 1960 y
1976. Esta histórica serie de
cruceros de investigación
marina, aportó valiosos
antecedentes en cuanto
a los recursos pesqueros,
de gran importancia para
el desarrollo de nuestro
país.
Con el correr de los años,
el creciente interés de las
universidades por volcar
su quehacer en investigar
el océano frente a nuestras
costas, llevó a la Armada
a proponer la creación
de una instancia que
permitiera coordinar los
esfuerzos de todas aquellas
instituciones y organismos
que se encontraban cumpliendo tareas de
investigación del mar y de sus recursos naturales.
Esta proposición fue el origen del Comité
Oceanográfico Nacional, CONA, el que fue
creado mediante el D.S. N° 814 de fecha 10 de
septiembre de 1971.
Este Comité, entre otras muchas tareas, identificó
la necesidad de efectuar investigación científica
marina con un carácter multidisciplinario, en zonas
aisladas poco estudiadas de nuestro país, dando
origen al Programa de Cruceros de Investigación
Marina en áreas remotas - CIMAR.
Hasta la fecha, este programa ha efectuado,
año tras año, ininterrumpidamente, 19 cruceros
oceanográficos, 17 de los cuales se realizaron en
la zona de fiordos y canales australes y dos en la
zona de las islas oceánicas, área que se volverá
a estudiar en el 2015. La información obtenida por este programa,
ha permitido formar una base comprensiva
de datos oceanográficos de la zona y ha dado
origen a centenares de publicaciones científicas,
aumentando significativamente el conocimiento
del área austral, prácticamente desconocida
para la ciencia durante tanto tiempo. Asimismo,
ha representado, una experiencia única en
nuestro país, brindando a la comunidad científica,
mediante una virtuosa integración sinérgica,
oportunidades de investigación que hasta
nInstalación de boyas oceanográficas.
217
ahora ningún otro programa nacional ha podido
proveer. Ello ha redundado en el fortalecimiento
del CONA, conformado a la fecha por más de
30 organismos, y en un creciente interés de las
instituciones e investigadores por participar en
esta experiencia.
Es preciso señalar, que otro elemento que
contribuyó a dar real impulso a este programa, lo
constituyó la adquisición del AGOR “Vidal Gormaz”,
el primer buque realmente oceanográfico con que
contó la institución, el que se incorporó al servicio
el 28 de septiembre de 1992, representando un
importante avance tecnológico en las capacidades
de investigación para la Armada y la comunidad
científica nacional.
El AGOR “Vidal Gormaz” realizó un sinnúmero de
cruceros de investigación, no sólo satisfaciendo
los requerimientos de la comunidad científica
chilena, sino que apoyando diversos programas
internacionales de investigación oceanográfica.
Dentro de los cruceros nacionales más recordados,
por las implicancias que ello podría tener para nuestro
futuro desarrollo como nación, están los realizados
como parte del Proyecto FONDEF “Hidratos de Gas
Submarinos. Una nueva fuente de energía para el
siglo XXI”, desarrollado en conjunto con la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso, con el propósito
de estudiar, caracterizar y evaluar la existencia de
gas natural y sus implicancias
medioambientales en el margen
continental chileno.
Con el retiro del servicio
del “Vidal Gormaz”, tras
haber superado el límite de
su vida útil, la Armada se
vio enfrentada al desafío de
buscar su reemplazo, lo que se
concretó mediante el diseño
y construcción en ASMAR
(T ), de un nuevo buque de
investigación oceanográfica y
pesquera: el AGS 61 “Cabo de
Hornos”, un largo anhelo de la
comunidad científica chilena,
que es hoy una auspiciosa
realidad, gracias al decidido
apoyo del gobierno de la
época, encabezado por la Sra. Michelle Bachelet.
El proyecto que se inició en el 2007, pudo llegar
a feliz término, el pasado 1° de julio de 2013,
contando hoy nuestro país, con una unidad
que se encuentra entre las más modernas de
su tipo en el mundo.
Desde esa fecha, el AGS “Cabo de Hornos” ha
realizado ya, cuatro cruceros oceanográficos y
de investigación pesquera y podemos decir con
orgullo que de acuerdo a la experiencia reportada
por los respectivos jefes de crucero, la unidad
ha cumplido ampliamente con las expectativas
del proyecto, otorgando las facilidades y medios
técnicos para las investigaciones.
Otra histórica contribución de la Armada
a la investigación científica, lo constituye su
participación en las campañas antárticas. El trabajo
que allí se desarrolla, en conjunto con el Instituto
Chileno Antártico, representa un notable esfuerzo
en la tarea de acrecentar el conocimiento de
tan importante región del mundo, que cada día
cobra mayor importancia, concentrando el interés
de numerosas naciones. Durante la campaña
recién concluida, la Armada de Chile, utilizando
principalmente su buque rompehielos “Almirante
Viel”, transportó 331 científicos de 19 países y más
de 2000 toneladas de carga y combustible, para
reabastecer las bases existentes, convirtiéndola en
un actor relevante en las tareas de investigación
que allí se realizan. Lamentablemente y al igual
COMANDANCIA EN JEFE: Chile es mar: el aporte de la Armada a la investigación...
nA bordo del AGS "Cabo de Hornos".
REVISMAR 3 /2014
218
como ocurrió en el área de la oceanografía,
nuestro rompehielos está llegando al fin de su
vida útil, por lo que estamos desarrollando los
estudios orientados a buscar su reemplazo, los
que una vez concluidos serán presentados a
las autoridades pertinentes. Estimamos que su
reemplazo, constituye para Chile, una necesidad
imperiosa si queremos mantener nuestra presencia
y relevancia en el continente helado.
En esta apretada síntesis con la que he querido
ejemplificar el permanente interés, que desde
sus orígenes ha tenido la Armada de Chile con las
actividades y la comunidad científica nacional,
estoy consciente de haber dejado fuera muchas
importantes actividades, como las realizadas en el
estudio de la plataforma continental en conjunto
con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la firma
del convenio de cooperación Armada-CONICYT,
suscrito el año recién pasado, la participación
en conjunto con la Universidad de Chile en
el Proyecto “Explorador Marino”, destinado a
desarrollar la Energía Undimotriz y las labores
realizadas en Isla de Pascua en una colaboración
inédita con OCEANA y la National Geographic
Society; por nombrar solo algunas.
De todo lo señalado, podemos constatar que
la contribución de la Armada en el ámbito de la
investigación marina, ha sido una constante histórica,
pero aun cuando se ha avanzado, todavía queda
mucho por hacer. El Plan Oceanográfico Nacional
reconoce la necesidad de desarrollar otras líneas
de investigación, tales como la prospección de
recursos vivos y no vivos; la biotecnología marina;
las interacciones tierra-océano-atmósfera y la
oceanografía y glaciología marina en aguas antárticas;
sólo por señalar algunas de estas necesidades. Es por eso que estamos muy interesados en
el éxito de los diversos programas y proyectos
relacionados con estas temáticas, los que
esperamos seguir apoyando, como ha sido
siempre la voluntad institucional. Bajo ese
enfoque, hemos organizado hoy en conjunto
con la Pontificia Universidad Católica de Chile y
sus prestigiados investigadores un interesante
nInvestigación geológica en el margen continental.
219
seminario, el cual tuvo una masiva concurrencia
de científicos y académicos, lo que da cuenta
del interés que este tema suscita. Esta actividad
académica que fue mucho más allá del solo
hecho de analizar el estado del arte, generó
un interesante debate y arrojó desafiantes
propuestas para el mundo científico, las que
serán consolidadas por el CONA para su difusión
y puesta en marcha.En otro orden de ideas, no quisiera terminar
mis palabras sin antes referirme a un importante
tema que debe movernos a reflexión, si de
verdad entendemos lo que significa ser un país
esencialmente marítimo. Diversos diagnósticos
indican que las carreras universitarias relacionadas
con las ciencias del mar en Chile, están pasando por
una situación crítica por la falta de postulaciones,
situación que se ha acentuado en los últimos
años y que está llevando a las universidades que
las dictan a analizar seriamente la continuidad
o modificación de las carreras, existiendo ya
algunas, que se han cerrado. Aun cuando el
CONA y la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar,
ya están abordando este complejo problema,
sentimos el deber de señalar que éste merece
ser tratado al más alto nivel, puesto que tanto
la industria pesquera como de la acuicultura,
las universidades y los organismos estatales
relacionados, requieren de profesionales del
mejor nivel para el desarrollo sustentable de
ambos sectores productivos.
Excelentísima Sra. Presidenta, distinguidas
autoridades e invitados:
La Marina ha sido y sigue siendo un actor
relevante para el desarrollo del país, y en particular
para la investigación científica marina, como lo
demuestra su activa y permanente participación
en ese ámbito por casi 200 años.
Con ese convencimiento, pero también con
la convicción que el conocimiento de nuestro
mar aún es escaso, dada su gran extensión
y complejidad, la Armada de Chile declara
inaugurado el Mes del Mar 2014, reiterando el
agradecimiento a las distinguidas autoridades
que hoy nos acompañan y renovando con
igual entusiasmo, el compromiso asumido
por los pioneros, los antiguos navegantes, que
más allá del deber institucional, estudiaron y
describieron la geografía, las condiciones y la
naturaleza de los recónditos parajes de nuestra
tierra de océano; porque estamos convencidos
que nuestro futuro y el de nuestros hijos, está
ligado inexorablemente al mar.
Muchas gracias.
COMANDANCIA EN JEFE: Chile es mar: el aporte de la Armada a la investigación...
* * *
REVISMAR 3 /2014
Inicie sesión con su cuenta de suscriptor para comentar.-