El 17 de diciembre de 1996, 14 integrantes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), grupo terrorista que operaba en el Perú, irrumpieron en la residencia del Embajador japonés en Lima, tomando como rehenes a unos 800 invitados a la celebración del cumpleaños del Emperador. En las primeras horas y con el correr de los días los terroristas accedieron a liberar a un gran número de prisioneros, para quedar sólo 72, que tuvieron que soportar 126 días de cautiverio, viviendo en muy malas condiciones y soportando amenazas y malos tratos. Luis Giampietri, fue uno de ellos.

El autor, vicealmirante de la Marina de Guerra del Perú, especialista en Inteligencia y Fuerzas Especiales, describe detalladamente su dura experiencia, relacionándola con la historia reciente de su país en lo que se refiere a las actividades subversivas, las motivaciones y el origen de estas, sus ideologías y personajes, que con sus actividades terroristas cobraron muchas vidas peruanas.

Durante la lectura del libro, aflora el líder natural en la persona del almirante que, estando en retiro, no vacila en apreciar la situación y escoger a colaboradores con quienes formará un equipo que contribuirá, efectivamente, al exitoso rescate que asombró al mundo entero. Los conocía: había participado en su instrucción y entrenamiento y sido su comandante.

Hay dos aspectos, si bien no del ámbito militar, que llaman la atención: la actuación de la prensa y de la Cruz Roja. En relación a la prensa, el autor menciona, con ejemplos, como reportajes y opiniones imprudentes pusieron en peligro la vida de personas y pudieron hacer fracasar el complicado plan de rescate. Con respecto a la Cruz Roja, reconociendo la labor de apoyo que efectuaron en beneficio de los rehenes, algunos de sus miembros demostraron abiertamente simpatía y familiaridad con los terroristas, y hostilidad hacia los rehenes. De hecho, un integrante de la Cruz Roja fue declarado persona non grata y obligado a salir del país.

El título Rehén por siempre da cuenta de la imposibilidad para el autor y quienes participaron en la exitosa operación de rescate, el dejar atrás un episodio traumático en sus vidas. Instituciones ligadas a una, generalmente tergiversada, defensa de Derechos Humanos, el Ministerio Público y el Poder Judicial, mediante torcidas interpretaciones del derecho y basándose en presunciones, mantienen vivo un episodio en el que se pretende mostrar como víctimas a terroristas que afectaron para siempre la vida a muchas personas.