Revista de Marina
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Presentación: Escuadra Nacional, Armada de Chile, 200 años de historia

  • Fecha de publicación: 25/06/2019. Visto 1494 veces.
Autor: Renato Valenzuela Ugarte y Piero Castagneto Garviso Año 2018. Una magnífica obra que consta de siete capítulos y seis anexos, muy bien documentada con gran número de fotografías e imágenes, así como mapas y tablas comparativas, que nos relata con una narrativa muy interesante y amena, la trayectoria de la Escuadra y de la Armada desde sus inicios, hasta conformar en la actualidad una de las marinas mas profesionales y prestigiosas del mundo. En los albores de nuestra independencia, era claro que el objetivo primordial para asegurarla y mantenerla era obtener el dominio del mar, con lo que se evitaría el bloqueo de nuestros puertos, permitiendo el libre comercio con el mundo, pero más que nada, permitiendo libremente el transporte de tropas y material de guerra que consolidara definitivamente la libertad de las naciones americanas. En esta empresa, fue primordial la visión estratégica de Bernardo O´Higgins, quien llevó a toda la nación a aunar esfuerzos y acopiar los recursos necesarios para la creación, en 1818, de la primera Escuadra Nacional. Sin duda fue una ardua tarea, pero permitió conformar el poder naval que permitiría a Chile no solo consolidar sus fronteras, si no también salir victorioso en todos los enfrentamientos bélicos en los que se vería comprometido, durante esos años y a lo largo de toda nuestra historia como nación. A través de sus páginas se nos narra episodios para muchos desconocidos, como el primer enfrentamiento en Valparaíso de la fragata Lautaro comandada por George O´Brien, quien moriría en el abordaje de la fragata española Esmeralda, convirtiéndose así en uno de nuestros primeros héroes navales. Posteriormente, esta misma sería capturada por Lord Thomas Cochrane en el Callao. Sin duda que la incorporación de Cochrane a la Escuadra le daría un nuevo código de conducta y espíritu de lucha a nuestra Armada, la que es la impronta y motivo de orgullo hasta el día de hoy. En acciones que parecen más bien un libro de aventuras, se narran todos los episodios más brillantes y gloriosos de nuestra Armada. Durante la guerra con la Confederación Perú- boliviana (1836-1839) muchos de los medios materiales se obtuvieron con una mezcla de audacia y buena fortuna. La escuadra en ese entonces pudo estar en condiciones operativas en un corto período, y al mando del comodoro Robert Winthrop Simpson trasladó a la segunda expedición restauradora al Perú. Derrotó a las naves de la confederación, logrando el dominio del mar y permitiendo así el apoyo a las unidades militares, las que finalmente al mando del general Bulnes, zanjarían el conflicto en la batalla de Yungay. Posteriormente en una nueva guerra con España (1865 – 1866), Chile entraría en un conflicto que le era ajeno, principalmente por un sentimiento americanista en apoyo al Perú. Uno de los hechos más importantes de este conflicto fue el combate de Papudo, durante el cual la corbeta Esmeralda, al mando de Juan Williams R. brillantemente capturaría a la Virgen de la Covadonga, la misma que posteriormente pasaría a la historia en el combate de Punta Gruesa, al mando de Carlos Condell, derrotando a la Independencia. Sin embargo, por una visión tardía del presidente José Joaquín Pérez, no teníamos una marina acorde a la amenaza española, y Valparaíso sería impunemente bombardeado el 31 de marzo de 1866, con consecuencias desastrosas para la ciudad y para la economía del país. Durante este conflicto Chile perdería casi la totalidad de su marina mercante. Durante la Guerra del Pacífico se enfrentaría el conflicto con una Escuadra mejor estructurada y preparada, contando con dos de los blindados más poderosos del continente, el Cochrane y el Blanco Encalada, los que después de la epopeya de Prat en Iquique, lograrían en Angamos el dominio absoluto del mar, permitiendo el bloqueo de los puertos enemigos y el apoyo fundamental de las operaciones terrestres, lo que permitiría a Chile salir nuevamente victorioso del conflicto. Lamentablemente, podremos ver los episodios más tristes de la Escuadra, en los períodos en que por razones económicas o por malas decisiones políticas, era prácticamente desmantelada, poniendo en serios riesgos a la nación. Sin embargo, al llegar nuevas situaciones de peligro para el país, ya fuera por conflictos vecinales o con otras naciones, Chile salió victorioso gracias al permanente entrenamiento y al carácter aguerrido y sacrificado de sus marinos, lo que permitía un aprestamiento bélico eficaz y rápido al momento de incorporarse nuevas unidades de guerra, ya fuera por compra de material o por la captura de naves enemigas. Pero también durante nuestra historia, hubo grandes estadistas con gran visión de futuro, marítima y estratégica, como Diego Portales, José Manuel Balmaceda, Federico Errázuriz, Jorge Montt y otros, quienes vieron que la manera de asegurar las fronteras y las riquezas del país, obligaban a mantener una marina moderna y poderosa. Así es como con el plan Centenario, a fines del siglo XIX, Chile tuvo una de las marinas más poderosas y respetadas del mundo, período en el cual se mandaban a construir modernos buques, los que muchas veces fueron los más poderosos en su clase y del continente, permitiendo mantener un status quo en la región y asegurar períodos de paz. Para comienzos del siglo XX, nuestro país contaría con tres escuadras de evoluciones. En 1918, llegarían procedentes de los Estados Unidos seis submarinos, con lo cual la Marina entraría en la era de los sumergibles. Lamentablemente, durante el período entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial Chile entraría, al igual que el resto del mundo, en una fase de decadencia económica, social y política, lo que sin duda afectaría también a la Armada. Sin embargo, con los años, progresivamente se irían incorporando nuevas unidades y se potenciaría la construcción de buques a nivel nacional en ASMAR. Se entra al siglo XXI con la incorporación de las fragatas de procedencia británica y holandesa, las que conforman actualmente una escuadra moderna, con fuerte presencia internacional y posicionándose nuevamente entre una de las mejores y más profesionales a nivel global. Pero, sin duda, lo que queda muy claro en este excelente libro, es que independientemente del material de combate, lo que ha permitido a través de la historia los grandes hechos heroicos y de patriotismo de la Escuadra, son el profesionalismo, la abnegación, el coraje, el espíritu de sacrificio, los valores y la tradición de sus hombres, lo que ha hecho de la Armada uno de los baluartes más importantes del país y un motivo de orgullo para todos los chilenos.

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