Revista de Marina
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Necesitamos héroes como Arturo Prat

  • Fecha de recepción: 12/04/2021
  • Fecha de publicación: 06/05/2021. Visto 1659 veces.
  • Resumen:

    Vivimos tiempos de incertidumbre, la violencia se ha instalado y normalizado, al igual que la inmediatez y la falta de reflexión. A la par, experimentamos cómo parte de la sociedad sufre una desorientación valórica que la disgrega.

    Varios líderes presentan un enmarañado de intenciones para disimular intereses personales y partidistas. Nos faltan héroes reales, porque el heroísmo es una referencia unificadora y su concepto permanece en el tiempo.

  • Palabras clave: Arturo Prat, héroe, Sociedad.

En nuestro mundo globalizado, hiperconectado e inmediato, recibimos diariamente un alto volumen de información acompañado de imágenes impactantes y relatos emotivos, pero de rápida obsolescencia por la cantidad de hechos ocurridos alrededor del mundo que son comunicados. En consecuencia, para estar actualizados y al tanto de los acontecimientos, solo queda prestar atención a las últimas noticias que se informan. La cantidad de sucesos no deja tiempo para reflexionar, analizar, contrastar o discriminar, y los medios de comunicación reverencian las primicias, el ser primeros en dar a conocer una noticia aunque sea sesgada –sin un contexto completo, sin la opinión de la contraparte o de expertos-. Por lo tanto, la opinión pública se va formando de fragmentos mínimos y manipulados de la realidad, procesados para causar un impacto mediático, sin importar los daños directos o colaterales que puedan causar a personas, instituciones o gobiernos.

Al respecto, las redes sociales dan espacio y amplifican diversas opiniones, permitiendo la diseminación de mensajes de los populistas del momento, de grupos extremos, discursos de odio y divisionistas, verborreas sin rigor intelectual y justificación de la violencia echándole la culpa al sistema. Existe una dicotomía entre la libertad de expresión y la valoración de la opinión según quien la emite, porque se le otorga la misma valía a lo explicado por un experto que a lo dicho por un rostro de TV o influencer de redes sociales, lo que nos lleva a sentir que el deterioro cultural y mediático sigue en descenso sin contrapeso.

Los héroes de antaño han sido bajados de sus pedestales mediante el desprestigio, acusándolos de dictadores, abuso de poder, racistas, oligarcas y otras calificaciones que degradan todo lo que hicieron por el país y, por ende, licúan la amalgama que mantiene unida a una nación, ocupando ese lugar, dudosos líderes que ofrecen recetas empíricamente demostradas como desastrosas en los pueblos donde se implementaron o que no resisten mayor análisis. En Chile no tenemos falta de héroes ni de hazañas históricas, pero la ignorancia y la mala intención los ha ido borrando de la memoria colectiva y causando su rechazo. Sin embargo, a pesar del transcurso de los años, para gran parte de la ciudadanía Arturo Prat mantiene el mismo semblante heroico forjado a sangre y valor en el combate naval de Iquique, siendo reconocido y admirado por generaciones.

El rol del héroe

Los héroes estimulan el sentido de pertenencia, porque nos hacen sentir orgullosos de ser parte de una estirpe gloriosa, nos sirven de referente para nuestro actuar y para comparar lo realizado por ellos con lo hecho por las nuevas generaciones.

Nadie nace héroe, el héroe se hace cuando cumple una actuación catalogada como valerosa y desinteresada. Ese actuar no es el resultado de un calculado razonamiento, ante una situación crítica el héroe acepta el impulso que lo lleva a arriesgar todo, más allá de lo que el deber le impone, llegando a ofrendar su vida con el único fin de lograr el bien de otros. El héroe no pertenece a una clase social, raza o religión definida, solamente tiene el privilegio de sentir lo que es bueno y posee la valentía para enfrentar el riesgo.

Mientras unos esparcen el miedo a quienes piensan diferente y ejercen la violencia para amedrentar a los que tienen la responsabilidad de resguardar el estado de derecho, la sociedad paulatinamente se va sometiendo a las amenazas, hasta llegar a considerar el temor como un comportamiento natural. Hoy nos faltan héroes que sean una referencia con la que nos podamos identificar y nos sirvan de parámetro para reconocer lo que está bien de lo que está mal, que nos insuflan del valor y la voluntad para hacer frente a los heraldos del miedo y la violencia, a los pregoneros de los antivalores y aquellos que blanquean comportamientos impúdicos en programas de televisión y redes sociales.

Confucio sostenía que la virtud era el valor más importante de todos los hombres, no existiendo excusa para perderla, puesto que debían aferrarse a ella incluso ante las peores condiciones. Pero agregaba que, quienes tienen personas bajo su mando, además tenían que ser ejemplo de moralidad, para que la gente actuara del mismo modo. Por lo tanto, los líderes deben actuar con virtud y moralidad, sabiendo que generalmente estos conceptos son contrarios a la fama o popularidad (Wade, 2007).

En Chile tenemos un panteón de héroes que, ante la adversidad, se han mantenido virtuosos, tanto en la arena política como la militar, personas comunes que en el momento preciso avanzaron sin pensar en la fama personal o retrocedieron a pesar de los comentarios adversos por esta decisión, todo en beneficio de su pueblo o ejército a su mando. No obstante, la memoria de nuestros héroes está en crisis, por diversos motivos van rumbo al olvido, sus proezas son aminoradas o se les cuestiona como personas. Una de las causas de este deterioro es la labor de ciertos intelectuales que evalúan lo realizado por los héroes fuera de contexto, trayéndolos al presente donde los códigos sociales, junto a los factores económicos, políticos y de educación son diferentes a los del pasado.

Por otra parte, la gesta de Arturo Prat en la rada de Iquique despierta admiración en forma transversal, incluso en aquellos que ponen en el harnero del cuestionamiento los hechos militares y sus protagonistas. Al respecto, el escritor Jorge Baradit, sostuvo en una entrevista que: “El sacrificio de Prat es equivalente en cierto sentido al de Leonidas de Esparta en las Termópilas,” agregando que, llegado el momento Arturo Prat demostró una grandeza gigantesca a nivel mundial, calificando el abordaje como un acto pensado, descartando que haya sido una acción suicida.1 Pero las cualidades de Arturo Prat sobrepasan el ámbito profesional, puesto que abarcan su esfera personal, familiar, civil y social, en resumen, es un ciudadano completo.

Sin duda la virtud y el comportamiento decoroso en todas las dimensiones de Arturo Prat, fue atendido por todos los chilenos, pudiéndose afirmar que Arturo Prat debe ser el único héroe del país reconocido como tal en forma unánime, cuyo busto se encuentra en casi todas las plazas de Chile y se le rinden homenaje cada 21 de mayo. Es más, su moral proyectada en su conducta diaria fue recibida y aquilatada por toda la tripulación de Esmeralda, quienes el 21 de mayo de 1879, siguieron decididamente el ejemplo y órdenes de su comandante para lanzarse al abordaje del monitor Huáscar y luchar sin rendirse hasta el final.

Asimismo, las cualidades de nuestro héroe son correspondidas transversalmente, ya que en Perú, de acuerdo a su historiador Cristóbal Aljovín, en los textos escolares los militares chilenos son descritos como personas crueles y sin respeto por la vida o los bienes privados, “tal vez con excepción de Arturo Prat, sin lugar a dudas, el ejemplo que se repite constantemente en los manuales no es el de Arturo Prat” (Varios autores, 2008).

Siguiendo la línea de la virtud confuciana, podemos decir que Arturo Prat cumplió con estos preceptos, porque su actuar no fue pensado para gustar a la galería, con el objeto de ganar popularidad. Tenemos en Prat un hombre que mantuvo sus principios como abogado, marino, padre y marido. Este es el ejemplo que deben seguir quienes en su momento se conviertan en héroes, lo que se debe hacer no tiene como finalidad agradar a la opinión pública, porque a menudo se equivoca. Aquí es perfecta la cita del general romano Fabio Máximo, quien terminó la seguidilla de derrotas romanas ante el general cartaginés Aníbal: “No importa que califiquen tu prudencia de timidez, tu sabiduría de pereza, tu estrategia de debilidad; es preferible que un enemigo sabio te tema a que los amigos necios te elogien” (Kaplan, 2002).

La hazaña de Arturo Prat fue reconocida internacionalmente, y lo más importante, despertó el espíritu patrio de un pueblo que quiso seguir su ejemplo, chilenos dejaron atrás familias, amigos, trabajos y comodidades, para dirigirse a los cantones de reclutamiento y enrolarse con el fin de ir al frente de batalla, decididos a pasar las penurias de una guerra y dar por Chile lo más importante que tienen, la vida.

Cualquiera sea la crisis que enfrentemos, recordemos la frase atribuida a Manuel Rodríguez: “Aún tenemos patria, ciudadanos”, tengamos fe y confiemos que por los rincones de Chile deambulan ciudadanos con las cualidades de un héroe, que al igual que Arturo Prat, sin temor y sin buscar los aplausos, nos demarcarán el camino de los valores y principios, de una sociedad libre, soberana y respetuosa.

Por último, no podemos dejar que se borren de la memoria histórica a nuestros héroes, porque los pueblos que no tienen héroes para admirar deben crearlos. Y allí está el peligro, la creación conlleva un creador, por lo tanto, el héroe estará al arbitrio de la moral, personalidad e ideario político de quien asuma el rol de hacedor de nuestros nuevos héroes.

Conclusiones

Los héroes tienen la noble tarea de ser ejemplos de virtud y representar el alma de una nación. En el caso de Arturo Prat, la moralidad, la virtud y comportamiento honesto se refleja en todas sus dimensiones como persona. Es imperativo mantener en la memoria nacional la hazaña de este gran héroe de todos los chilenos y seguir diseminándola a las nuevas generaciones.


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Bibliografía

  • Diario La Tercera, Editorial del 11 de abril de 2021, p.7.

  • Kaplan, Robert D. El retorno de la antigüedad. Ediciones B, Buenos Aires, Argentina, 2002.
  • Varios autores. Mitos, tabúes y silencios de la historia. Comisión Bicentenario, Santiago de Chile, 2008.
  • Wade, Desmond. Breve historia de la filosofía oriental. Ediciones Andrómeda, Argentina, 2007.


Sitios Web

https://bit.ly/3g2gWo5


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