Con el reciente aumento, récord, de solicitudes de asilo por parte de ciudadanos musulmanes provenientes de naciones en conflicto, los países de la Unión Europea (UE) se han visto obligados a debatir en relación a sus políticas de inmigración y seguridad. Si bien lo anterior no es una causa aún demostrada, el número de ataques terroristas, la violencia sexual, delincuencia, los cambios demográficos, entre otros factores, han sufrido variaciones notorias en la última década. Todos estos factores ameritan analizar y relacionar informes y estadísticas entregados por distintos organismos independientes entre sí, pero que en conjunto pueden entregar una fotografía actual y una estimación futura de la UE en tales aspectos.
En primera instancia, con el propósito de cuantificar el aumento de la población musulmana en los países de la UE, se han analizado tres distintos escenarios basados en los niveles de migración alta, media y nula, teniendo como base comparativa los indicadores reales del año 2016 (Ver figura 1) y los proyectados al año 2050.
Según se puede apreciar en la figura 1, la población musulmana total en Europa el año 2016 era de casi 26 millones, equivalente a un 4,9% de la población total. Cabe destacar que en el año 2010 alcanzaban una cantidad de casi 20 millones, un 3,8%.
Considerando el escenario de migración nula, desde este momento (estudio efectuado en noviembre de 2017) y de manera permanente hasta el año 2050, se estima que la población musulmana continuará en incremento hasta un 7,4%. En un segundo caso, con una migración media que considera terminar con un flujo de refugiados solicitando asilo, pero manteniendo los niveles de migración regular se llegaría a un 11,2%. Finalmente, el peor escenario considerando una alta tasa de migración tanto regular como de refugiados solicitando asilo, resultaría en una población musulmana total de 14%, casi el triple de la cantidad actual (Ver tabla 1).
Como datos a considerar, se debe tener en cuenta que la edad promedio de musulmanes en Europa es de 30,4 años, comparada con 43,8 de los no musulmanes y que la tasa de fertilidad es de 2,6 hijos por mujer, versus un 1,6 hijos por mujer no musulmana. Si bien la diferencia en la tasa de fertilidad puede parecer menor, a la larga es significativa, debido a que en el caso de los musulmanes europeos este número supera el nivel de reemplazo, es decir, es mayor que el número de nacimientos necesarios para mantener su población estable. Otra lectura que se le puede dar a esta estadística, es que a los países europeos el flujo de migrantes les otorga un breve respiro, considerando el invierno demográfico en que se encuentran. Según el informe de la Evolución de la Familia en Europa 2018, la población está totalmente envejecida, siendo una de cada cinco personas mayor de 65 años y con una tendencia a la baja respecto a las personas jóvenes, sumado a una baja en la tasa de nacimientos y la alta tasa de abortos (Ver gráficos 1 y 2). Teniendo como consecuencia que en los años 2015 y 2016, el 100% del crecimiento poblacional europeo haya sido a causa de la inmigración, ya que el crecimiento natural ha sido negativo (-15.854 personas).
Según el TE-SAT 2018 (Terrorism Situation and Trend Report) se ha visto un incremento en la cantidad de ataques yihadistas, pero a su vez una disminución en la sofisticación, preparación y ejecución de los mismos; sin embargo, la cantidad de muertes y daños que causan son mayores que en cualquier otro tipo de metodología.
Los recientes eventos han seguido tres patrones: muertes indiscriminadas, ataque a símbolos de estilo de vida occidental y ataque a símbolos de autoridad.
Pero, ¿en qué se relaciona esto con lo expuesto anteriormente?
Según el mismo informe, los ataques yihadistas están siendo llevados a cabo principalmente por terroristas domésticos, solitarios, radicalizados en sus propios países y prácticamente llevan toda su vida preparándose, teniendo como principales armas elementos del día a día de fácil acceso como autos, cuchillos, entre otros. Quedó atrás entonces el modus operandi de efectuar viajes a países como Siria, Irak o Afganistán para integrar grupos extremistas y obtener financiamiento, quizás siendo este el motivo del porqué han cambiado la forma en que llevan a cabo su cometido, siendo para los organismos policiales y de inteligencia muy difícil detectar las amenazas tempranamente.
Aunque, según el informe, la forma de actuar de los terroristas ha cambiado, no se debe descuidar la opción de que éstos continúen con las viejas prácticas de radicalización en zonas de conflicto, para luego retornar o migrar, según sea el caso, utilizando a modo de encubrimiento el flujo migratorio regular o de refugiados. Si bien han existido sospechas de que esto ha ocurrido, no ha sido sistemático, al menos para Austria que ha sido uno de los países con más flujo de migrantes provenientes de áreas en conflicto de Asia y África, y que ha llevado a cabo muchos arrestos de personas con aparentes vínculos con el Estado Islámico.
Los extremistas, tanto del Estado Islámico como de Al-Qaeda, han entendido este nuevo escenario y hacen un llamado a sus soldados, ahora auto-radicalizados, a través de su propaganda en internet a efectuar ataques individuales sobre civiles de occidente, incluso difundiendo manuales con información de cómo llevarlos a cabo.
Para el 51% de la población europea la afirmación: los inmigrantes hacen que aumenten los índices de criminalidad, es correcta. Como ejemplo, en el caso específico de los españoles, se ha visto un crecimiento exponencial de la población inmigrante en la última década, con cerca de un 10% del total poblacional según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, lo que no se condice con las tasas de criminalidad, las que por el contrario, han descendido ligeramente en mismo período, posicionando al país como el tercero a nivel europeo con menor tasa según la EUROSTAT (European Statistical Office). Según Borrego (2012), las conclusiones de su estudio sobre la relación de las tasas de criminalidad y de inmigración en España para el año 2012 no tendrían relación alguna.
Los principales hechos delictuales en la UE han mostrado una tendencia considerable a la baja, como por ejemplo:
Sin embargo, existe un indicador que llama la atención: el aumento de un 26% en delitos de violencia sexual entre los años 2013 y 2016 en los países de la UE.
Al comparar los países con mayor número de inmigrantes y las tasas de violencia sexual, podemos ver una lamentable coincidencia (ver Tabla 2). Según Greenfield (2016), no hay ningún país europeo que tenga una alta población inmigrante musulmana y una baja tasa de violencia sexual.
Independiente de cuál sea el escenario de inmigración para los países de la UE en los próximos años, el porcentaje de población musulmana en aquellos países aumentará de manera exponencial si se mantienen las políticas actuales. Lo anterior se desprende de dos factores fundamentales: el invierno demográfico por el que atraviesa Europa y las características de fertilidad y edad de los inmigrantes musulmanes.
El modus operandi de los terroristas ha cambiado, tanto en la metodología de los ataques como en la forma de radicalización de sus perpetradores. Si bien el flujo de inmigrantes musulmanes de países en conflicto puede ser utilizado como vía de acceso para terroristas, no se ha podido establecer que esta sea una tendencia, sino más bien, una opción como tantas otras.
No es posible establecer una relación entre los últimos ataques terroristas en la UE y la población inmigrante, pero si se puede deducir que la tendencia es a los ataques llevados a cabo por solitarios, de origen doméstico, que no necesitan radicalizarse en zonas de conflicto. ¿Puede que la descendencia de la población musulmana actual sea la amenaza doméstica del futuro?, solo el tiempo lo dirá.
La relación población inmigrante y crimen pareciera no existir; al menos eso reflejan las estadísticas de muchos países. Al parecer queda todo en un prejuicio sin fundamentos. Lamentablemente existe una tendencia al alza en los delitos de connotación sexual, coincidentemente concordantes con el alza en la población inmigrante de los países analizados.
Como comentario final, quedan muchas interrogantes a la hora de efectuar un juicio respecto a lo analizado, donde se intentó relacionar informes sobre distintos temas que parecieran tener relación. Sólo queda ver la evolución en el tiempo de los temas planteados, según sea la reacción de los países involucrados. Si bien el escenario analizado fue el de la UE, no podemos estar ajenos a temas que podrían ser de nuestra incumbencia en un futuro no lejano.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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