Por RONALD VON DER WETH FISCHER
Es un libro que invita a la reflexión sobre el rechazo a transmitir la tradición cultural a las generaciones futuras. Aunque la Ilustración promovió el conocimiento y la capacidad crítica, también se distanció de gran parte de la tradición occidental y su riqueza histórica y cultural. En este contexto, la globalización ha contribuido a la uniformidad, disolviendo límites y fronteras.
El autor invita a revisar los fundamentos de la cultura judeocristiana occidental. La crisis actual en la educación, que tiene sus raíces en los últimos siglos, se define como una crisis de mediación y tradición. La “nueva escuela” prioriza habilidades prácticas sobre el conocimiento, da protagonismo al estudiante sobre el adulto y enfatiza un humanismo vago en lugar de la grandeza y consistencia de nuestra propia tradición. Del mismo modo, favorece competencias sobre contenidos, la capacidad de los alumnos para organizar su propio aprendizaje por encima de las propuestas de los docentes, la espontaneidad sobre la tenacidad y el trabajo, así como la habilidad de navegar por Internet en lugar de la lectura.
La escuela tiene como objetivo fundamental la transmisión de la cultura, lo cual justifica cualquier otro objetivo intermedio. Esta transmisión cultural puede ayudar a mitigar las desigualdades acentuadas por las condiciones materiales o sociales, ya que la cultura es el medio a través del cual se desarrolla la personalidad. No aumenta lo que tenemos, sino lo que somos. Frente al relativismo y dogmatismo, el autor propone una perspectiva más humana sobre la transmisión cultural. Comprometerse con nuestra propia cultura no nos hace esclavos ni detractores de las culturas ajenas. Por lo tanto, la lectura de “Los Desheredados” puede ser útil para comprender el momento que vivimos y la gran tarea de todo acto educativo: la transmisión cultural.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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