Por RAÚL OLMEDO DROGUETT
Recién finalizada la Guerra Civil de 1891, noticias alarmantes provenientes de Punta Arenas ponen en alerta al gobierno “constitucional” que ha asumido el mando del país. La guarnición “balmacedista” en la colonia austral se resiste a reconocer la victoria del bando revolucionario. El vapor “Amazonas”, transportando tropas constitucionales, es enviado a controlar la situación, en una misión no registrada en la historia conocida. Su comandante es un joven teniente 1°, sobreviviente del hundimiento del “Blanco Encalada” en abril anterior.
Just after the end of the 1891 Chilean Civil War, the new government received alarming news from Punta Arenas which put on alert the “constitutionalist” authorities which had recently assumed supreme command of the nation. The opposing “balmacedista” garrison in that southern colony had rejected to concede victory of the revolutionary faction. The steamship “Amazonas”, transporting constitutional troops, is sent to control the revels, in a mission not recorded in the country´s annals. The ship´s commanding officer is a young officer, survivor of the armored cruiser “Blanco Encalada” sunk by a torpedo previously in April of that year.
A pocos días de ocurrida la batalla de La Placilla (28.08.91) que puso término a la Guerra Civil, el Capitán de Navío Jorge Montt, en representación de la Junta de Gobierno Constitucional, dispuso el zarpe de transportes con tropas hacia Coquimbo y Concepción. Su misión consistía en neutralizar los contingentes “balmacedistas” allí acantonados.
En el caso de Coquimbo, se trasladó hasta allí el coronel Adolfo Holley, ministro de Guerra y Marina del régimen revolucionario, llevando consigo al regimiento “Constitución N°1” del Ejército Constitucional. No tuvo problema en reducir al grueso de la V División “Coquimbo”, aislada y sin mando por fuga de su comandante. Toda la oficialidad fue arrestada y la tropa licenciada, con pasaje libre a sus lugares de origen. A Concepción fue enviado el regimiento “Esmeralda N°7” (Teniente coronel Patricio Larraín A.), cuya labor se limitó a imponer orden en la zona. Las escasas tropas del Ejército de Chile que habían quedado de guarnición en esa ciudad, en Lota, Coronel y Talcahuano, se habían disuelto - de propia iniciativa - antes de su arribo. Son tales misiones – por cierto, exitosas – episodios conocidos que constan en la historia de la Guerra Civil.
Hubo también, casi enseguida, una tercera misión, despachada de urgencia el día 15.09.91.
Desarrollo
El relato que sigue aporta datos sobre el viaje del transporte Amazonas a la colonia de Punta Arenas en septiembre/octubre de 1891. Su comandante, teniente 1° Agustín Fontaine Calvo, recibió la orden de transportar contingente militar y someter a las fuerzas balmacedistas allí presentes, así como establecer el control del Congreso sobre la colonia austral. Ciertamente, debe haber dado cuenta de su cometido, por escrito, a su superioridad al regresar.
Pero ocurre que los pormenores de esta misión no constan en ninguna de las versiones de la Guerra Civil de 1891 que he tenido a la vista, incluyendo aquellas de nuestros grandes historiadores. Ni siquiera se le menciona. En los archivos de la Armada, seguramente habrá registro de este viaje del Amazonas y sus detalles. No obstante, en el ámbito de los investigadores con que me relaciono, así como en el del grueso público que se interesa por nuestra historia, no se tiene conocimiento de este episodio.
Tales pormenores, en línea gruesa, están registrados en la libreta de apuntes de mi abuelo Juan Mateo Olmedo, antiguo aspirante naval en la guerra del Pacífico y oficial de infantería en el Ejército Constitucional durante la Guerra Civil, que formaba parte del contingente militar embarcado en el Amazonas para dicha misión. He digitalizado algunas páginas de su libreta, produciendo imágenes que se incluyen numeradas del 1 al 5 como apoyo a este relato.
La fuerza militar embarcada en el Amazonas constaba de 215 hombres del regimiento “Iquique N°6” del Ejército Constitucional, reciente vencedor en Concón y La Placilla. Estaba al mando el 2° comandante de esa unidad, mayor José Luis Délano. Le acompañaban un oficial médico y diez subalternos. Ese regimiento había estado encuadrado en la 1ª Brigada, única armada del fusil Gras monodisparo. De acuerdo con la táctica dispuesta, esa brigada atacó y desgastó malamente a las fuerzas dictatoriales en La Placilla, en la mañana del 28 de agosto. Combatió a solas durante hora y media, aproximadamente, sufriendo sensibles bajas. El apoyo posterior de las otras dos brigadas congresistas, provistas del fusil Männlicher de repetición, definió la batalla. Aquellos “215 individuos de tropa escogidos de entre las diferentes compañías”, embarcados para recuperar la colonia de Punta Arenas, eran, pues, “los ilesos, contusos y heridos leves” del “Iquique N°6” que sobrevivieron a Concón y La Placilla. Todo el resto de los 760 hombres de esa unidad, desembarcados en Quintero el 20 de agosto anterior, se encontraban a la sazón heridos graves, convalecientes o muertos.
El Amazonas zarpó de Valparaíso el día 15 de septiembre a las 5 P.M. y arribó a Talcahuano el día 16 a las 11 P.M. Allí “hiso víveres y carbón (sic)” el día 17. El 18 embarcó a “don José Antonio Soto Salas, nombrado gobernador del territorio de Magallanes con el señor Ríos, su secretario” y salió del puerto a las 8.45 P.M. Lo que explica que los marinos y soldados a bordo del transporte no se enteraran de la muerte de Balmaceda – mediante suicidio, el día 19 de septiembre temprano en la mañana – sino hasta semanas más tarde.
Un fuerte temporal “que duró hasta entrada la noche” azotó a la nave el día 22. El día 24, a las 7 A.M. “entramos al estrecho por cabo Pilar” y se alistó la “artillería del vapor, consistente en cinco cañoncitos de pequeño calibre”. Hubo ejercicio de tiro. A las 5 PM el “Amazonas” fondeó en un puerto que el relato no identifica.
A las 9 A.M. del día 25 el Amazonas tomó contacto con el vapor inglés de la PSNC en que viajaban, desde Buenos Aires, varios chilenos exiliados por la dictadura, embarcados de regreso a la patria. Entre ellos se identifica al presbítero don Salvador Donoso, a don Francisco Antonio Pinto y a don Víctor Rodríguez Daroch. “Por los pasajeros supimos” – relata el abuelo – “que la colonia estaba tranquila y que sería ocupada, a no dudarlo, pasíficamente (sic)”. Y seguidamente “Poco antes de llegar se tocó tropa, se pasó lista, quedando la tropa amunicionada, sobre las armas y lista para cualquier evento.”
Fondeó el Amazonas en Punta Arenas a las 4 P. M. de ese día 25, “habiendo venido a bordo el capitán de puerto, el subteniente Díaz Vial y varios vecinos, todos los cuales aseguraron que podíamos desembarcar sin ningún cuidado”. Bajó a tierra, pues, la jefatura del contingente militar, con unos 30 individuos de tropa y tomó posesión de la colonia. A poco, fueron remitidos a bordo, arrestados, “el capitán Ferrari y el teniente Muñoz, jefe el primero de la compañía del 2° de línea que había de guarnición en la colonia. Ambos fueron los promotores de los desórdenes por cuyo motivo se mandó tropa del “Iquique”. Después que hubieron comido dichos oficiales, se les llevó a mi camarote y se les remachó una barra de grillos.”
El autor de los apuntes recibe, entonces, permiso para bajar a tierra y se aloja “en casa de las Manterolas(sic)”.
El siguiente día 26, al levantarse a las 7 AM el recién llegado, nota - agradablemente sorprendido - un manto espeso de nieve que cubre toda Punta Arenas y “a esa hora seguía aún nevando”. Aprovecha luego la mañana y parte del día en visitar lo que había más de interesante en la colonia, y encuentra a su antiguo condiscípulo Félix Córdova, quien reside allí en calidad de “notario de la colonia”. Retorna a bordo a las 3 P.M. y esa misma noche recibe la orden de quedar de guarnición en Punta Arenas, con otro oficial. “En el día se desarmó en tierra i se llevó a bordo a la tropa del 2° de línea que se componía de 150 hombres”.
El día 27 “desembarqué y me hice cargo de la guarnición”.
“Día 29. Zarpó el Amazonas”.
No se hace constar, en la libreta de Juan Mateo Olmedo el detalle de la tropa del “Iquique N°6” que viajó de regreso en el transporte, custodiando a los prisioneros. Ni tampoco el número de los que permanecieron de guarnición en la colonia. Cabe hacer notar que el contingente del “Iquique N°6” había sido enganchado, mayoritariamente, en el puerto del mismo nombre y había entre ellos numerosos pampinos trabajadores del salitre. Otro grupo, algo menor, había sido puesto bajo bandera en Atacama, durante la estadía de la 1ª Brigada en Vallenar desde mediados de julio y parte de agosto de ese año. Por lo que podemos imaginar la reacción de esos hombres nortinos al ser destinados como guarnición en la austral, y por entonces nevada colonia.
El 23 de octubre parte de la guarnición retorna también a Valparaíso para reincorporarse al grueso del regimiento “Iquique N°6”: “nos embarcamos de regreso en el vapor inglés “Aconcagua” el gobernador Soto Salas, el teniente Novoa, el que suscribe i 20 individuos de tropa, el resto quedó en tierra (¿Cuántos? No se indica) como base para organizar la policía de seguridad”. Un fotógrafo pasajero del barco, que Juan Mateo Olmedo identifica como J. Rogers Edwards, pide autorización y, obtenida ésta, toma una fotografía del grupo de oficiales y tropa. No hay registro de esa imagen en los papeles de familia.
El vapor Aconcagua fondeó el día 27 de octubre en Coronel a las 6 A.M. y continuó su viaje el mismo día. La anotación final señala: “Día 3 (noviembre) fondeamos en Valparaíso a la 1 PM.”
No sin pena debo hacer constar que el abuelo no anduvo muy listo en ese viaje de regreso, de acuerdo con la siguiente nota en su libreta “En este viaje perdí el bulto de mi cama con varias otras cosas que había colocado en dicho bulto”.
Cabe agregar algunos datos, relacionados con el viaje del Amazonas en julio/agosto de 1891, que contribuyen a una visión global de la contingencia y del Chile de la época.
No se menciona, en todo el relato, al general Samuel Valdivieso, quien tuvo el mando militar de la colonia durante el gobierno de J. Manuel Balmaceda. De otras fuentes deducimos que pasó la frontera hacia Argentina, luego de enterarse de la derrota final en la Placilla. Hacia 1892 figura entre los balmacedistas exiliados en Buenos Aires.
El recién nombrado gobernador del territorio de Magallanes, señor José Antonio Soto Salas, permaneció – como vemos - solo treinta días en la colonia de Punta Arenas. El relato lo ubica embarcando de regreso el día 23 de octubre. Recién en julio del siguiente año fue confirmado como nuevo gobernador el comandante Manuel Señoret Astaburuaga. Mi abuelo, aún en las filas del “Iquique N° 6”, pero en misión del ministerio de RR.EE., Culto y Colonización, embarcó en el vapor Denderah con destino a Punta Arenas el día 12 de agosto de 1892, en Valparaíso, solo un par de semanas antes de la llegada del nuevo gobernador a la colonia.
La citada “casa de las Manterolas” era, en esa época, una pensión muy prestigiada en la colonia. Sus propietarias, las hermanas (señoritas) Manterola, desarrollaron ese rubro exitosamente durante años. Cuando mi abuelo se alojó por segunda vez bajo su techo, en 1892, ya ostentaba el título de “casa residencial”. Y en los primeros años del siglo XX era, en opinión de muchos, el más acreditado y bien administrado hotel de pasajeros del lugar.
El teniente Agustín Fontaine C. fue, como se ha indicado en el resumen, uno de los sobrevivientes del hundimiento del Blanco Encalada en Caldera, el 23 de abril de ese año 1891. El blindado resultó impactado por un torpedo autopropulsado, disparado por la cazatorpedero Lynch (balmacedista) en la madrugada de ese día. En la imagen (archivo Biblioteca Nacional) que registra a los oficiales del “Blanco Encalada” en 1891, lo vemos, de pie, inmediatamente detrás del comandante Luis Goñi, junto a otro teniente que también haría brillante carrera en la Armada: en futuro almirante Luis Gómez Carreño. Fontaine asumiría el cargo de comandante en Jefe de la Escuadra en 1919, para ser luego promovido a Vicealmirante.
Conclusión
Tenemos, pues, que el Amazonas zarpó de regreso el citado día 29 de septiembre, habiendo dado exitoso cumplimiento a su misión en la colonia de Punta Arenas. La tropa rebelde, capturada con sus oficiales, viajaba en el mismo vapor, y tanto la ciudad como el territorio de Magallanes quedaban así sometidos al gobierno central de la Junta de Gobierno Constitucional. Junta que el siguiente 26 de diciembre entregó el mando al nuevo presidente recién electo, vicealmirante Jorge Montt Álvarez.
Suponemos al transporte “Amazonas” incorporado a la Escuadra, en Valparaíso, en los primeros días de octubre de ese año. Para el comandante de la nave, teniente 1° Agustín Fontaine, debe haber sido el primer mando de su carrera.
Lista de referencias
Bibliografía
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1001
Julio - Agosto 2024
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