Por Benjamín Riquelme Oyarzún
La sustentabilidad actualmente se asocia al cuidado del medio ambiente mediante tres grandes acciones conocidas como las “3R”: Reducir, Reciclar y Reutilizar. Esta tendencia ecológica también abarca la economía y la logística, con la creación de nuevos vocablos, como la economía circular, logística inversa, reversa o circular.
Sin embargo, la consciencia por el cuidado del planeta nos debe llevar a distinguir creencias de realidades, además de buscar iniciativas que cooperen con las 3R.
Sustainability today is associated with environment protection by means of three major initiatives known as the “3R´s”: Reduce, Recycle and Reuse. This ecological trend also embraces economy and logistics, with the establishment of new terms such as circular economy, reverse or circular logistics. However, apart from seeking initiatives that cooperate with the 3R´s, planet care awareness should lead us to distinguish convictions from realities.
A pesar de que la palabra sustentable no es nueva, en los últimos años ha sido recurrente su uso por la asociación que tiene con el cuidado del medio ambiente. De esta forma, la sustentabilidad en un marco ambientalista se define como la preservación, protección y conservación de los recursos naturales actuales y futuros1. Esta relación ha sido gatillada por informes sobre el calentamiento global, la deforestación, la basura acumulada en mares y zonas naturales, como también, la permanente explotación de los recursos naturales.
Al respecto, se hace necesario replantearse y cuestionarse algunos puntos, para conformar un contexto amplio, objeto saber tomar las mejores decisiones y evitar repetir consignas.
Lo primero es establecer que el mayor responsable de la contaminación es el ser humano. Los desperdicios, como los envases plásticos, llegan a la naturaleza por obra de las personas, ya que las tiran en cualquier lugar o los recipientes para su depósito no cumplen con normativas idóneas para contenerlas, llegando por factores ambientales –viento, lluvia u otros- al mar o se esparcen por zonas rurales y urbanas.
En el mismo sentido, somos nosotros quienes consumimos más de lo que realmente necesitamos, incitados por penetrantes campañas de marketing diseñadas por equipos de publicistas –que son personas- de grandes empresas. A esto se suma la “obsolescencia programada” –creada por personas-, que nos obliga a una compra permanente de artículos tecnológicos bajo una sentencia de no poder continuar utilizando ciertas herramientas digitales, App o no contar con repuestos. Pero la obsolescencia programada no es algo nuevo, desde hace años el mundo de la moda nos motiva a cambiar anualmente nuestras prendas de vestir, ya que tras cada cambio de temporada vienen las nuevas tendencias y estilos que seguimos para sentirnos actuales.
Las emociones, ese es nuestro talón de Aquiles como humanos, puesto que actuamos y razonamos de acuerdo con cómo nos sentimos o nos hacen sentir. Algunos discursos ecológicos apuntan a los sentimientos y nos llevan a razonar con cierto sesgo. Un claro ejemplo es el rechazo que el común de las personas siente hacia el plástico. Sin embargo, este material no es bueno ni malo, depende de su uso y disposición final; incluso tiene ventajas por sobre otros productos:
O Es más liviano que otros materiales orgánicos, por lo que se requiere menos combustible para su transporte.
O Tiene mayor durabilidad, por lo que se requiere procesar menos materias primas. En el caso del plástico, son desechos del petróleo.
O Tiene propiedades aislantes superiores a otros materiales, reduciendo el consumo energético para mantener la temperatura de un lugar.
O Más económico de producir.
Por último, asoma el “Green Washing” o lavado de imagen ecológico, que se refiere a aquellas empresas que son potenciales contaminantes, pero invierten recursos solamente para cambiar la percepción que tienen los consumidores hacia la marca. Dentro de este concepto se encuentra el cambio al color verde de los envases -para dar una imagen de ecológicos-, mencionan que realizan o que utilizan material reciclado, pero sin demostrarlo, o aseguraran que no utilizan químicos que afectan la capa de ozono, siendo que por ley está prohibido. También se encuentra el gasto de una pequeña parte de su presupuesto en campañas de limpieza de zonas publicitariamente estratégicas. No obstante, su contaminación supera con creces esta labor.
Economía y Logística Circular
El tradicional modelo económico se representa como lineal, al consistir en tres acciones consecutivas: tomar recursos, manufacturarlos y desechar. No obstante, este sistema productivo tiene un impacto ambiental por la mayor extracción de materias primas, la polución por los procesos productivos, el transporte, más la basura residual que libera al entorno. Como respuesta a las externalidades negativas del modelo lineal, se ideó la economía circular que incentiva a las empresas a diseñar productos que se puedan reutilizar o reciclar, para que el material entre nuevamente al proceso productivo evitando el empleo de materias prima vírgenes y disminuir la generación de desperdicios. En paralelo se motiva a los consumidores a preferir bienes provenientes de empresas circulares, que reduzcan su consumo y que cooperen con el proceso de recolección de residuos (gráfico 1)2 para una segunda vida –plástico, vidrio, papel, componentes electrónicos y otros-.
La economía circular tiene dos etapas sensibles. La primera, corresponde al diseño del bien final, lo que se traduce en que desde fábrica se busca que el producto entre al ciclo económico con un alto valor residual, porque está creado para tener una mayor vida útil, que sus componentes sean reciclables, que pueda ser reparado o que sea reutilizado para un fin distinto al fabricado. En segundo lugar, se encuentra el proceso de recogida del producto o desechos para su traslado a centros de reciclaje para que ingrese como materia prima, siendo esta etapa la que se identifica con la Logística Circular.
Con el propósito de no generar expectativas idílicas de este sistema circular, es recomendable señalar que, hasta el momento, no todo puede ser reciclado y no se ha eliminado la basura residual; además, no es factible creer en tener un mundo libre de plástico, principalmente porque el reciclaje no es alquimia, en el sentido que el plástico reciclado se convierte en nuevos productos de plástico; no se convierte en oro o en un componente orgánico.
Logística Circular
En una primera instancia, la Logística Circular está incluida en la Economía Circular en la etapa denominada Recogida de los materiales que se reciclarán y reutilizarán, los que deben ser trasladados a centros de reciclaje o producción para su segunda vida. Esta visión se encuentra revalidada en el documento: Hoja de ruta para un Chile Circular al 20403. En mencionado texto, solamente se encuentra definida como “…logística inversa y colaborativa que habiliten la circulación de envases y/o embalajes reutilizables para el transporte de productos, por ejemplo, los productos del comercio minorista que se adquieren a través de aplicaciones móviles"4. A mayor abundamiento, una definición similar la entrega la Fundación Ellen MacArthur –organización que asesoró al gobierno de Chile en la redacción de la señalada Hoja de ruta-, que en su informe Hoja de Ruta de Economía Circular de Chile: colaboración para un plan de acción compartido5, señala una definición casi idéntica a la anterior “logística inversa y colaborativa para hacer circular envases y embalajes reutilizables, entre otras acciones"6.
Establecer la Logística Circular como una parte escueta de la Economía Circular al estar relacionada únicamente con la recolección o transporte de material para reciclado o reutilización, es en opinión del autor, un despropósito que atenta contra la conceptualización holística de la logística, ya que sin importar el área donde ésta se desarrolle, es decir, logística de defensa, de retail, hotelera, minera, etc., su función es la misma y de seguro con algunos matices que la caracterizan de acuerdo al centro de gravedad de la industria en donde se aplica. Por tal motivo, la Logística Circular debe asociarse a la operación de las empresas que forman parte del ecosistema de una Economía Circular, pudiendo definirse, en palabras del autor, como: El conjunto de acciones concatenadas destinadas a asegurar la disponibilidad operacional de la empresa, las que se realizan en forma eficiente o eficaz –según el contexto que se vive-, aportando a la disminución de desperdicios tanto internos como externos, y con la menor generación de huella de carbono posible.
Para reforzar la pertinencia de la definición señalada, se hace hincapié en que la Logística Circular no es algo nuevo y que desde hace años ha estado inserta en operaciones de envergadura. Cabe recordad que, desde mediados del siglo XX, con la invención de los contenedores, las empresas navieras han desarrollado una compleja logística para recoger y trasladar estos envases reutilizables –contenedores- a los puertos donde se necesitan, con la complejidad que son de diverso tamaño. También los hay frigoríficos y que se transporten con carga para que no sea una pérdida su traslado por estar vacío. Un ejemplo más doméstico se tiene con el ciclo de los balones de gas, cuya particularidad es simplemente el retiro a domicilio del envase vacío y a cambio se entrega uno lleno. Algo similar ocurre cuando las personas van a un negocio con un envase de bebida retornable, puesto que los consumidores entregan la botella y reciben una nueva.
Principios logísticos
O La Rentabilidad: La Logística no es un fin, son funciones que se realizan para que una organización logre una meta. En este caso, para que exista Logística Circular, debe preexistir primero un ecosistema de Empresas Circulares y para que ocurra esto, tiene que haber rentabilidad para las empresas u organismos, tanto privados como públicos, porque no se invierte si no hay retorno y los gobiernos destinan recursos donde es mayor la rentabilidad social –salud, educación, seguridad, etc-.
En un estudio de mercado, la logística es uno más de los elementos a evaluar para definir si hay rentabilidad suficiente para la organización. Una empresa de logística primero es empresa y luego viene el giro o la actividad que desarrolla. Basta pensar que el tener una flota de vehículos para reciclaje, Apps para programar rutas, Centros de Almacenaje o Reciclaje, será insostenible si no hay empresas que demanden los servicios de esta empresa logística o que el valor a pagar por los clientes es insuficiente para solventar los costos.
O Visión de Ciclo de Vida: En logística se da por sabido que todo tiene dos valores, el de compra y el de mantenimiento, lo que lleva a evaluar el Ciclo de Vida de los equipos a incorporar en una empresa. Esta visión es aplicable para analizar las mejores alternativas proambientales.
La agencia del medioambiente del Reino Unido, en su informe Life cycle assessment of supermarket carrier bags: a review of the bags available in 20067, nos señala los impactos de las bolsas de diversos materiales en el calentamiento global, considerando desde la extracción de las materias primas hasta su disposición final. Este estudio rompe la creencia de que los productos orgánicos son mejores, puesto que en primer lugar (Gráfico 1)8, como mayor contribuyente al calentamiento global están las bolsas de algodón –por la cantidad de suelo que se necesita cultivar, los litros de agua para regar, fertilizantes, etc-, que no figuran en el gráfico porque superan en 10 veces las de polipropileno –primera barra del gráfico-. En cuarta ubicación se encuentran las de papel y en última posición, con menor aporte al calentamiento global, están las bolsas de plástico de alta densidad –HDPE-.
Iniciativas circulares en Chile
En la ciudad de Punta Arenas, Aceros AZA unió esfuerzos con recolectores de chatarra locales, y recopilaron más de mil toneladas de carrocerías de vehículos abandonados en la ciudad, para transformarlos en acero sostenible e incorporarlos en obras de construcción, minería o industria metalmecánica9.
La empresa Karübag se dedica al servicio de reciclaje de desechos orgánicos e inorgánicos de casas y oficinas, preocupándose del retiro y la entrega de los implementos para el depósito de los residuos10.
Un reconocido aporte realizan empresas como Midas, que recicla al mes 2.500 toneladas de aparatos electrónicos; Rembre, que procesa mensualmente 9 mil toneladas de residuos como textiles, cartón y neumáticos; y Hope, que da nueva vida a 100 toneladas de desechos orgánicos, plásticos y vidrio11.
La Armada y otras instituciones de la Defensa tienen la oportunidad de cooperar con la R de Reducción mediante la aplicación de dos importantes metodologías: Lean Manufacturing y Sistema OTAN de Catalogación.
Ideado en Japón el siglo pasado, la filosofía del Lean Manufacturing se orientó al análisis de procesos y búsqueda de soluciones para eliminar los desperdicios de 7 funciones operacionales:
- Inventario –exceso de materia prima y productos-.
- Movimientos –traslados innecesarios de personal-.
- Espera –tiempo perdido en esperar el próximo proceso-.
- Transporte –movimiento innecesario de productos y materia prima-.
- Defectos –información, productos o servicios incorrectos o incompletos-,
- Sobreproducción –producción demás o antes de que se necesite-,
- Sobre-procesamiento –más trabajo o mayor calidad de la que el cliente requiere- y, posteriormente, se agregó una 8va, que corresponde a Talento No Utilizado –no aprovechar la experiencia, conocimiento y creatividad del personal de la organización-.
El uso consciente del Sistema OTAN de Catalogación otorga la oportunidad de entregar una segunda vida a componentes que pasan a ser obsoletos para algunos equipos, puesto que este sistema tiene la particularidad de identificar repuestos que son comunes entre maquinarias y entre instituciones. Esta cualidad se potencia con una logística conjunta, porque cuando más instituciones interactúan con este sistema, más se incrementa la base de equipos y repuestos para comparar, y de esta forma encontrar mayores posibilidades de reutilizar materiales. A mayor abundamiento, cuenta con la ventaja de disminuir costos por compras innecesarias, reducción de inventario y desciende la cantidad de material a eliminar.
Conclusiones
Es innegable la necesidad del cuidar el medio ambiente, pero también es necesario cuestionar nuestro actuar como personas en el tratamiento de los desperdicios, consumismo y cuestionamiento, como seres racionales, de las ideas que muy comúnmente se dicen y que hacemos eco, sin profundizar en su veracidad y real impacto, como también, creer ciegamente en las acciones ecológicas que realizan algunas empresas.
Si bien hay organizaciones preocupadas del cuidado del planeta, es importante asumir una responsabilidad personal y no descansar en lo que hace el resto. Es el momento de meditar sobre la satisfacción, generalmente pasajera, que nos genera el tener cosas, acumularlas y posteriormente desecharlas, éste podría ser el punto de inflexión para cambiar y ser parte de las Rs de “reducir” y “reutilizar”, además de “reciclar”.
Bibliografía
Versión PDF
Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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