Con la colocación de la primera cruz cristiana en el territorio antártico, Chile validó también los innegables derechos que tiene sobre las tierras polares australes, que ya habían sido promovidas y afianzadas durante la Capitanía del Reino de Chile, por el Rey de España con el título: Uti Possidetis Juris; la actividad ballenera chilena a inicios del 1900 y la decidida actitud de los presidentes Pedro Aguirre Cerda, que definió los límites de Chile en la Antártida el 6 de noviembre de 1940; y de Gabriel González Videla, que envió una expedición de buques de la Armada Nacional para tomar posesión definitiva de nuestras tierras antárticas en el verano de 1947.*
Esta primera cruz cristiana se levantó durante la primera expedición antártica que se desarrolló, entre el 8 de enero al 15 de abril de 1947, desde Valparaíso y quiso la Divina Providencia que el viaje tuviera todo el éxito proyectado.
Este valiente grupo de chilenos que se adentraron en tierras completamente desconocidas, fue comandado por el comodoro Federico Guesalaga Toro; y los buques de nuestra Armada Nacional: fragata Iquique, al mando del capitán de fragata Ernesto González Navarrete; y el transporte Angamos, al mando del capitán de fragata Gabriel Rojas Parker. También participó la fragata Esmeralda, al mando del capitán de fragata Juan de Dios Moraga Ramos, pero sólo como buque de apoyo logístico desde bahía Orange, al sur del canal Beagle.
Esta primera expedición antártica efectuó importantes labores de soberanía: Chile toma posesión in situ de su territorio antártico, navegación de los buques de la Armada en las aguas polares, vuelos de un avión de la Fuerza Aérea de Chile, primeros trabajos de reconocimiento, exploración, científicos, fotogramétricos e hidrográficos; instalación del primer faro y balizas en bahía Soberanía, observación y determinación de coordenadas geográficas, y la inauguración de la estación meteorológica y radiotelegráfica Soberanía, el 6 de febrero de 1947.
En este maravilloso espectáculo digno de admiración, que pueden inspirar reseñas poéticas y pinceles de artistas, con una fauna juguetona e inocente, donde los acantilados caen verticalmente al mar y los grandes iceberg causan estruendo al partirse; el rumor de las olas, con vientos y marejadas constantes, entre los reflejos anaranjados y violetas del sol polar que deja amaneceres para entregar un cielo diurno de gran pureza y atardeceres fantásticos que dan paso a una espectacular noche estrellada; lo interrumpían el eco de voces, motores y herramientas en la bahía; y las constantes y ruidosas manifestaciones de júbilo y cariño de estos chilenos que estaban de fiesta, tanto en tierra como en las cámaras de los buques, había absoluta alegría, cantos y conversaciones, con chistes y chistes que desbordaban los espíritus de ánimo y esperanza, y risas contagiosas que inundaban el ambiente.
En este espléndido clima, que, si no; se desarrolló otro hecho histórico. El día 19 de marzo de 1947, cuando la expedición ya finalizaba su misión, se decidió erigir en puerto Soberanía: La Cruz Antártica, como símbolo de sumisión y agradecimiento a Dios, representante de aquellos principios de Dios-Patria-Familia grandemente inspirados aún en eso
Miembro de la dotación participante de esta expedición, fue el abogado y escritor Eugenio Orrego Vicuña, quien en su diario a bordo del transporte Angamos, relata (*3):
17 de marzo. Muchos se acercaron a poner un poco de mano entre los voluntarios que trabajan en la confección de la gran cruz que erigiremos en una ladera de tierra descubierta y firme, frente a los edificios y al otro lado de la ensenada. Ripamonti toma medidas, los tenientes argentinos De Fraguio y Aliaga cepillan el engaste de madera. Enrique Bunster se confirma como obrero magnífico… El símbolo sumo del amor, de la piedad y de la paz, presidirá la primera instalación de Chile en tierras de su Antártida.
18 de marzo. La lluvia impide los trabajos en su improvisado taller al aire libre.
19 de marzo. Se trabajó en la cruz. Bajo débil nevisca, que a ratos se transformaba en llovizna, se pusieron maderos de basamento, sólidamente apernados… Concluido que fue lo principal, transportamos a hombro el árbol por excelencia… Iba la procesión en penoso esfuerzo, haciendo estaciones que la fatiga imponía…
Escogí una roca baja, con amplia visión a la bahía, a no mucha distancia del lugar donde se ubicó la primera bandera antártica chilena. Cavóse un hoyo y se acumularon los materiales… Levantamos en seguida la cruz… depositándose al pie una botella con el acta inaugural… se fraguó el cemento, se acumularon las piedras en forma de montículo, y el monumento, erigido junto a la roca, alto de más de cuatro metros, coronó con alegría nuestro común esfuerzo…el comodoro y el jefe del Angamos, seguidos de numerosa asistencia, se reunieron en semicírculo ante la cruz. Dos grandes banderas chilenas, sostenidas en sus extremos por oficiales, fueron izadas en los brazos. Comenzó la ceremonia con el Padre Nuestro que se rezó en coro unánime. Luego pronuncié breve discurso, terminado el cual Oliver Schneider leyó un capítulo de la Imitación de Cristo. Había en los circunstantes, sincronizados por admirable manera con el paisaje y la ceremonia, una emoción inexpresable, era como un retorno a los días primitivos del cristianismo… Cuando nos retirábamos en la embarcación, la Cruz de Soberanía parecía extender sobre nosotros y en el paisaje sus brazos de paz.”
“En Puerto Soberanía, del Territorio Chileno Antártico, a 19 días del mes de marzo de 1947, levantamos solemnemente esta Cruz Cristiana, símbolo de Paz y Justicia entre los pueblos.”
Comodoro Federico Guesalaga T., Comandante Gabriel Rojas Parker, Eugenio Orrego Vicuña, Carlos Oliver Schneider, Humberto Barrera, Pablo Estay, Oscar Pinochet de la B., Arturo Larraín, Hernán Correa, Teniente David Maidl, Teniente Arturo Troncoso, Teniente Guillermo Aliaga, Capitán Oscar H. Rosseau, Teniente Constantino Fraguio, Comandante Enrique Byers, Mayor Sebastián Carbonell, Raúl Bahamondes, Teniente Jorge González, Julio Ripamonti, Pedro Peña y Lillo, Enrique Torrealba.
20 de marzo. En la tarde acompañamos al Comodoro a una breve ceremonia de despedida de la base; se coloca el original del acta de instalación, se entregan al jefe los obsequios que sus compañeros le ofrendan. Al separarse definitivamente, por la noche, los chilenos que permanecerán a las órdenes de Boris Kopaitich, formados junto al muelle de Soberanía, entonaron la Canción Nacional, mientras la última lancha se alejaba velozmente. Ahí quedaron el sargento 1º Carlos Rivera, el cabo 1º Carlos Arriagada, telegrafista; el suboficial practicante Luis A. Coloma, el cabo de mar Aguedo Gutiérrez y el marinero cocinero Luis Paredes. La panga ha llevado gente a la construcción de un faro en Isla Roberts y los hombres regresan con uno accidentado…
21 de marzo. ‘El Angamos, que zarpó de madrugada, se encuentra ante la Isla Roberts… en la parte que mira a la bahía, al estrecho de acceso y el mar libre, se prosiguen durante todo el día los trabajos de construcción del faro, que recibirá el nombre de Punta Prat. Hacia el atardecer queda terminado y desde la borda vemos como se encienden sus luces, que brillan en intermitencias de diez segundos…
El día 25 de marzo la expedición ingresó sin novedad, pero con viento de tormenta, al Estrecho de Magallanes, para quedar en Río Seco, el puerto del frigorífico.
Al día siguiente, 26 de marzo, a media mañana; los buques llegaron a Pta. Arenas para recalar en el muelle y ser recibidos como héroes.
El territorio antártico se encuentra sometido a una exitosa convención internacional, que desde mediados del siglo pasado ha regulado la actividad humana en ese continente y ha permitido la convivencia pacífica de los actores interesados, ya sea en la preservación o explotación de sus recursos, y en el ejercicio de soberanía plena. El escenario internacional actual, en lo político y en lo climático, genera condiciones novedosas que, dependiendo de la rapidez de su evolución a futuro, traerá tensión al sistema. Frente a esto, los actores interesados necesitan buscar acciones creativas para la prevalencia de sus intereses.
Hace ya 70 años que el Presidente de la República Gabriel González Videla, efectuó la toma de posesión del Territorio Chileno Antártico. Esta desconocida terra australis, antes llamada península Palmer, se rebautizó por Chile con el nombre del prócer de la patria Tierra de O’Higgins. Debido a lo anterior, nuestra nación debió enfrentar al expansionismo de algunas potencias europeas y a los intereses de otras, además de un intento tenaz por establecer un fideicomiso y luego internacionalizar la Antártica en el marco de la Organización de Naciones Unidas; todo lo cual fue resuelto diplomáticamente por Chile mediante la firma y suscripción en 1959, en conjunto con 12 países, del Tratato Antártico; sin embargo, Chile declaró expresamente que mantenía su soberanía sobre el Territorio Antártico Chileno.
Versión PDF
Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
Inicie sesión con su cuenta de suscriptor para comentar.-