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La isla Guarello

  • Fecha de publicación: 06/08/2019. Visto 4921 veces.

La isla Guarello se ha hecho muy conocida en el país y especialmente en el área de la región del Bio Bio por sus inconmensurables yacimientos de piedra caliza, materia prima utilizada en la fundición del acero, los que cubren prácticamente toda la isla. 

A contar de 1520, con el descubrimiento del estrecho de Magallanes, comenzó a ocupar un lugar importante en las cartas de navegación toda la zona comprendida entre los paralelos 48° y 50° Sur que aparecía en las cartas antiguas, como ocupada, casi exclusivamente, por una gran isla denominada Campana, separada del continente por un canal, lo que hoy constituye el archipiélago Madre de Dios, el que tiene en su sector meridional de la isla del mismo nombre, sobre el canal Oeste, la isla Guarello. 

Se trata de una extraña isla blanca, erosionada y pulida, formada por sedimentos de conchas y arrecifes de coral que hace millones de años se transformaron en piedra. 

Ocupa una extensión de 17 km2 y se ubica en latitud 50º 23’ S y longitud 75º 20`W. 

Es de formación calcárea compuesta prácticamente en su totalidad de carbonato de calcio de 97% de pureza en promedio, existiendo sectores con 99.7%. 

La reserva del mineral se eleva a los billones de toneladas y este abundante recurso se replica, quizás con una ley algo menor, en todo el archipiélago de Madre de Dios. Es la mina de caliza más austral del mundo y posee reservas para más de 100 años. 

El archipiélago está considerado como uno de los lugares más inhóspitos del planeta, por el duro clima reinante y la copiosa lluvia que alcanza en promedio los 8 m por año, aunque hay registros de hasta 10 m anuales. Prácticamente llueve todos los días con diferente intensidad. 

A los momentos de calma siguen vientos huracanados que han alcanzado 210 km/h (de 90 a 100 nudos), pues hacia los “cuarenta bramadores," las masas de aire subtropical se encuentran con las masas de aire polar, creando un cinturón de bajas presiones que instala un sistema frontal permanente. Sometida a vientos muy fuertes y lluvias copiosas, la latitud 50° S es azotada como un látigo inclemente y severo. Existe en la isla una gran cantidad de cavernas, lo cual ha traído, en los últimos años a espeleólogos del mundo entero. Expediciones italianas y francesas han visitado aquellas conocidas por los kawéskar y han descubierto muchas más, alcanzando profundidades de alrededor de 300 m. Incluso han explorado cuevas o grutas que solo son accesibles por conductos submarinos encontrando testimonios litográficos, dibujos, osamentas e incluso restos óseos de cetáceos milenarios. 

Muchas naves, de todo calado, suelen buscar refugio en esta isla. Los poblados más cercanos se encuentran en Puerto Edén y en Puerto Natales, a unas 150 millas marinas de distancia y solo accesibles por vía marítima. 

Se supone que el nombre del archipiélago se debe a un macizo que se perfila en dirección noreste, frente a él y que asemeja al rostro de la Virgen María y que da origen a la denominación de Madre de Dios.1 

La isla es explotada por la Compañía Siderúrgica Huachipato S.A., que mantiene en ella una dotación de 60 personas, solamente hombres, los que trabajan en la extracción de la caliza en una mina a rajo abierto, para lo cual cuentan con poderosos equipos de tractores y palas mecánicas para su operación. 

El embarque es por medio de cargadores mecánicos directamente a las bodegas del buque, el que atraca en el muelle del puerto. El personal que opera en la isla cuenta con departamentos, casino, biblioteca, hospital, gimnasio, multicanchas y casa de huéspedes.

Los kawésqar

Se estima que por más de 6.000 años, los canales y sus costas que rodean al archipiélago fueron recorridos por los kawésqar, indígenas nómadas canoeros, existiendo discusión si se trataba de una raza derivada de los chonos, que se desplazaron hacia el sur o de los yámanas que procedían las islas australes. 

Su nombre significa, en su idioma, persona o ser humano, y son designados comúnmente como alacalufes, término que parece haber tenido una intención despectiva. 

El territorio perteneció a esta raza, prácticamente extinguida, cuyos últimos exponentes fueron trasladados, alrededor del año 1949, cuando comenzó la explotación de caliza por la Compañía de Acero del Pacífico, a Puerto Edén. Hoy es muy difícil distinguirlos, pues han adoptado apellidos de hitos geográficos de la zona, tales como Arroyo, Messier, etc. 

En otra época vivían de la pesca y eran hábiles cazadores y, pese a que el territorio era muy poco apto para la vida humana, con gran decisión, lo habitaban. 

En el mar se dedicaban a la pesca, a la recolección de mariscos y a la caza de ballenas y lobos marinos. Eran muy ágiles y navegaban las tormentosas aguas del sur en unas canoas hechas en un tronco de árbol, ahuecado, que forraban con musgo y barro. Como no conocían el anzuelo, pescaban con las manos. 

En tierra cazaban nutrias, huemules, patos y otras aves silvestres, para lo cual usaban cuchillos hechos con conchas de mariscos afiladas cuidadosamente.


Se instalaban en tierra firme por poco tiempo y para protegerse del frío levantaban unas carpas de ramas y cueros de lobos marinos. 

Se vestían con mantas hechas de pieles y se adornaban con huesos de los animales que cazaban. 

Entre los kawésqar, era obligación del hombre hacer el fuego y  construir las embarcaciones de troncos en las que navegaban, pero a las mujeres les correspondía manejarlas entre las grandes olas. Ellas también cuidaban el fuego, que debía permanecer encendido para calentarse y cocinar algunos alimentos. La mujer era también la que buceaba en el agua helada para recolectar los mariscos con los que se alimentaban. 

A pesar que ya no hay kawéskar en la isla, esporádicamente llegan a ella y no es raro que hagan presente que esos territorios les pertenecen.2

Levantamiento hidrográfico y topónimos

En el mes de junio de 1933 viajó a Magallanes, en el vapor Tarapacá, el teniente 1° Manuel Guarello Fitz-Henry para asumir el cargo de comandante de la escampavía Cabrales, con fecha 7 de junio de ese año.3 

El buque permanecía al servicio del Apostadero Naval de Magallanes para los viajes de reconocimiento y aprovisionamiento de faros. En agosto de 1933, efectuó el levantamiento del canal Bárbara, inició el levantamiento del puerto Mesken en el seno de Owen y cooperó al levantamiento de Magallanes. 

Con fecha 22 de agosto de 1933, salió del Bárbara hacia la isla Agustín, fondeando posteriormente en bahía Francisco para continuar al canal Oeste, desde donde despachó las chalupas para levantar los islotes Doring, nombre que ostentaba en la época ese grupo de islas e iniciar un levantamiento a vapor.4 

Terminado lo anterior, las mismas chalupas se encargaron de efectuar los sondajes de la zona. 

Después de dibujar el plano, se dirigió a puerto Kemp y luego a Punta Arenas, donde fondeó el 25 de agosto de 1933.5 

A la isla principal del grupo Doring, la denominó como isla Guarello, la que se enfrenta desde el sur por el canal Oeste la denominó Ángel, en homenaje a su padre, el senador, ministro y consejero de Estado, Ángel Guarello Costa, que había fallecido en Valparaíso, en 1931. 

A un grupo de tres islotes más pequeños los denominó Las Tres Marías, en recuerdo de su madre Mary Fitz-Henry Macdonnel, de su esposa María Míquez Ojeda y de su hija mayor María Angélica Guarello Míguez.6 

Como puede apreciarse, el levantamiento rápido a vapor que hizo el teniente Guarello tuvo una duración máxima de solamente tres días, según se concluye del bitácora de Cabrales, trabajo, tal vez, suficiente para la época en que la isla no tenía utilidad comercial ni significaba una ruta importante de navegación, pero dejó su impronta con los nombres con que la bautizó. 

En 1947 se inició la construcción de la planta siderúrgica de Huachipato, la que fue inaugurada tres años más tarde y como uno de sus insumos principales era la caliza de la isla  Guarello, la Armada comenzó a perfeccionar las cartas de navegación y fondeaderos de la zona. 

Ese mismo año la corbeta Papudo, al mando del comandante L. Lagarrigue completó el sondaje del puerto, al que le da el nombre de su buque, para continuar, al año siguiente, con la triangulación y sondaje del seno Contreras y del canal Oeste, trabajos que se extendieron hasta 1950 con la publicación de la carta 261 Fondeaderos en el Archipiélago Madre de Dios.7 

Posteriormente, el año 1957, el patrulllero Lientur, al mando del capitán de corbeta Horacio Justiniano, completó los sondajes, publicándose, al año siguiente la carta 913.8 

Manuel Guarello Fitz-Henry falleció muy joven, a los 40 años, siendo capitán de fragata, segundo comandante del acorazado Almirante Latorre, a causa de un accidente del servicio que había sufrido diez años antes.

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