Por CARLOS CRUZ ANDÍAS
En la actualidad, el estrecho de Magallanes está siendo subutilizado como ruta estratégica internacional, a pesar de sus ventajas naturales, no recuperando la relevancia geopolítica que tuvo con anterioridad a la apertura del canal de Panamá en 1914. Sin embargo, la emergente industria del hidrógeno verde en la región de Magallanes podría transformar su importancia en la cadena de suministro energética mundial. Con inversiones crecientes, el estrecho podría convertirse en un actor clave en el comercio internacional y el desarrollo sostenible global.
Nowadays, the Strait of Magellan is not being fully exploited as a strategic international sea-route, despite its natural advantages, and has not regained the geopolitical significance it had prior to the opening of the Panama Canal in 1914. However, the emerging green hydrogen industry in the Magallanes Region could reshape its importance in the global energy supply chain. With rising investments, this strait could become a key player in international trade and global sustainable development.
Con frustración, el Dr. Jorge Guzmán Gutiérrez, investigador de la Universidad de Cambridge, presentó el pasado 4 de junio ante la Liga Marítima de Chile un análisis sobre el estrecho de Magallanes. Con datos demostró que, a pesar de ser la única ruta natural que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, sin restricciones para las naves y con menores tiempos de navegación que los del canal de Panamá, el estrecho no ha sido aprovechado adecuadamente como una ruta estratégica para la navegación internacional. Esta subutilización ha impedido que recupere la relevancia geopolítica que tuvo hasta principios del siglo XX, cuando la apertura del canal de Panamá en 1914 eliminó la necesidad de atravesar el estrecho para conectar las costas de América (Guzmán, 2024).
Ahondando en el concepto de la relevancia geopolítica, en la actualidad este se encuentra estrechamente relacionado con la importancia que tiene una vía marítima en la cadena de suministro del comercio mundial, dado que el 90% de las mercancías se transportan por mar. En este contexto, las principales rutas navegables para el comercio mundial son: el canal de la Mancha, el estrecho de Malaca, el estrecho de Ormuz, el canal de Suez y el canal de Panamá (Wold Economic Forum, 2024), no figurando el estrecho de Magallanes entre ellas, evidencia de su limitada relevancia geopolítica actual, a pesar de las condiciones favorable que señaló el Dr. Guzmán.
Hoy, el mundo está en una carrera contra el tiempo; el apremio por lograr el desarrollo económico ha impulsado la quema de combustibles fósiles, incrementando las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal causante del efecto invernadero y, por consiguiente, del calentamiento global y el cambio climático (ONU, 2024). La principal solución a este grave problema es clara: reducir los gases de efecto invernadero en el sector energético mediante la transición a energías renovables que producen hidrógeno verde (H2V). Este actúa como una fuente de energía limpia que no emite gases de efecto invernadero durante su uso, reemplazando a los combustibles fósiles en la generación de electricidad, calor y compuestos (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2020).
En esta carrera por la descarbonización global, emerge Chile con su abundante energía renovable, específicamente la región de Magallanes y la Antártica Chilena (región de Magallanes), teniendo el potencial de producir 7 veces la capacidad de la actual matriz eléctrica nacional y, con ello, generar una importante cantidad de hidrógeno verde exportable por vía marítima (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2020).
Este potencial, junto al hecho de que el transporte del hidrógeno verde se realizaría ineludiblemente a través del estrecho de Magallanes (Engie Impact/Tractebel, 2022), despierta el interés de preguntarse: ¿está siendo redefinido el escenario geopolítico del estrecho de Magallanes frente al desarrollo de industrias de gran potencial económico como el hidrógeno verde?
En respuesta a la interrogante, el presente ensayo sostiene que la emergente industria del hidrógeno verde posicionará al estrecho de Magallanes como una ruta estratégica para el suministro energético mundial de las próximas décadas, por lo cual su escenario geopolítico se está redefiniendo. Para demostrarlo, se llevará a cabo un análisis internacional utilizando el método de análisis de coyuntura (ANI, Acanav, 2024), centrado en la geopolítica de la energía (Bisbal Pons, 2015). El estudio se enfocará en el potencial de producción y exportación del hidrógeno verde de la región de Magallanes, así como en la importancia política y económica que esto representa para Europa y Asia-Pacífico, quienes utilizarán el estrecho de Magallanes como una pieza clave de su cadena de suministro energético, evidenciando la redefinición de su escenario geopolítico.
La geopolítica estudia la influencia de variables geográficas en las relaciones de poder entre los Estados, especialmente cuando influyen en sus intereses políticos y económicos (ANI, Acanav, 2024). En este sentido, la geopolítica de la energía señala que la ubicación de las principales fuentes energéticas mundiales de interés geopolítico está causando una significativa variación en los flujos de transporte de energía, de los cuales el 80% se realiza por vía marítima (Bisbal Pons, 2015). Así, para comprender cómo se está posicionando el estrecho de Magallanes geopolíticamente, es esencial entender la importancia del hidrógeno verde y de la región de Magallanes en el mapa energético mundial.
El hidrógeno (H), es un gas cuya extracción es realizada mediante la Electrólisis, proceso que consiste en introducir corriente eléctrica en el agua (H2O) para separar el hidrógeno (H2) del oxígeno (O). Cuando esa electricidad proviene de energías renovables, es decir sin emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, se obtiene el hidrógeno verde (H2V) (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2022). Luego, este producto se utiliza para alimentar las celdas de combustible en sistemas de transporte, las turbinas de generación eléctrica y los procesos productivos de fertilizantes agrícolas, productos químicos básicos, alimentos y acero. (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2024).
En esta revolución energética, la región de Magallanes emerge con el potencial de producir el 13% del hidrógeno verde del mundo (Fondo Monetario Internacional, 2022), siendo exportados principalmente desde los terminales marítimos de cabo Negro y San Gregorio (Bio Bio, 2024), ubicados junto al estrecho de Magallanes, los que cuentan con la infraestructura necesaria para comercializar el hidrógeno verde a través de los océanos Pacífico y Atlántico (Engie Impact/Tractebel, 2022).
En cuanto a la competitividad de los costos, a pesar de las grandes distancias entre la región de Magallanes, su estrecho y los centros de consumo en Asia y Europa, los costos de transporte marítimo solo representan un 8% de los costos totales de producción. Si bien esto ya es un beneficio, esa competitividad aumenta con la posibilidad de reducir estos costos en un 50% desde el estrecho de Magallanes al transportar el hidrógeno verde como metanol. Lo anterior ya es factible, pues la empresa Methanex, que posee la capacidad para producir metanol, se encuentra emplazada junto al terminal de cabo Negro (Engie Impact/Tractebel, 2022).
Con todas estas condiciones, la región de Magallanes tiene el potencial de convertirse en el productor y exportador más barato de hidrógeno verde del mundo (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2020), utilizando una cadena de suministro que operaría ineludiblemente a través del Estrecho (Engie Impact/Tractebel, 2022). Todo este potencial de producción y eficiencia del hidrógeno verde de la región de Magallanes ya está influyendo a nivel global, tanto en el ámbito político como en el económico, lo cual redefine el escenario geopolítico del estrecho de Magallanes como vía marítima clave en la cadena de suministro energético (South Pacific Logistic, 2024).
Desde el punto de vista político, a fines de 2019 el parlamento de la Unión Europea (UE), tras revisar el informe “Global Warming of 1.5 °C” con datos científicos sobre los efectos nocivos del cambio climático, declaró que el viejo continente estaba en una emergencia climática, (Parlamento UE, 2019). Esto impulsó a la Comisión Europea a presentar el 24 de junio de 2021 la Ley del Clima de la UE, también conocida como el “Pacto Verde Europeo”, constituyéndose como una guía para que Europa reduzca sus emisiones de CO2 en un 55 % a 2030, luego convertirse en un continente climáticamente neutral en 2050 y ser el líder mundial en la lucha contra el cambio climático (Parlamento UE, 2020).
Lo relevante para Chile es que la citada política ambiental declara explícitamente que solo el hidrógeno verde producido a partir de fuentes renovables puede lograr la neutralidad climática a largo plazo, debiendo todos los estados miembros de la UE incentivar la cadena de valor y la aceptación del hidrógeno verde en el mercado (Parlamento UE, 2021).
Por lo anterior, no es casualidad que entre los años 2021 y 2022 los tres puertos más grandes de la UE, que son Rotterdam de Países Bajos y Amberes y Hamburgo de Alemania, hayan firmado con el gobierno de Chile relevantes acuerdos llamados “Memorándum de Entendimiento” (MdE). Lo que buscan estos MdE es generar las condiciones necesarias para la pronta exportación del hidrógeno verde al centro y occidente de Europa (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2022).
Son estos MdE los que han propiciado inversiones sin precedentes en nuestro país. Sin ir más lejos, el pasado 24 de julio el consorcio europeo HNH Energy presentó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) un proyecto para la producción y exportación de hidrógeno verde en la comuna de San Gregorio, frente a la Segunda Angostura del estrecho de Magallanes. El proyecto consiste en una mega inversión de USD 11 mil millones para instalar 194 aerogeneradores, los cuales, al producir 1,4 GW de electricidad y combinándolos con el agua de mar del estrecho, tendrán la capacidad de producir 270 mil toneladas anuales de hidrógeno verde (Bio Bio, 2024). Para su almacenamiento y exportación a Europa, el proyecto contempla ampliar y habilitar el actual terminal marítimo de San Gregorio, lo que permitirá que las naves accedan al océano Atlántico por la boca oriental del Estrecho (HNH Energy, 2024).
Al proyecto anterior, y también en el marco de los MdE, se suma el acuerdo ya firmado por ENAP con cinco compañías europeas de energía renovable. Este acuerdo busca transformar el terminal marítimo de San Gregorio en el mayor complejo industrial de la región de Magallanes para almacenar y exportar hidrógeno verde (Reporte Minero & Energético, 2023).
Estos y otros proyectos de producción y exportación de hidrógeno verde desde la región de Magallanes hacia los tres principales puertos de Europa demuestran la relevancia que está tomando el estrecho de Magallanes para el viejo continente, pues es un elemento vital en la eficiencia y eficacia de la cadena de suministro, permitiéndole cumplir sus metas políticas de reducir las emisiones de CO2 al año 2030, ser climáticamente neutral el año 2050 y consolidar a la UE como líder en la lucha contra el cambio climático mundial. Por esta razón, la posición geopolítica del estrecho de Magallanes frente a Europa ya está en proceso de redefinición.
El Asia-Pacífico también ha volcado su interés en la región de Magallanes y su estrecho, pero a diferencia de Europa, con un enfoque más economicista que político-ambientalista; comportamiento esperable, si se considera que esta región hoy en día es el epicentro del comercio mundial (Guzmán, 2024).
En el caso de Japón, el país del sol naciente comenzó el año 2011 una carrera por liderar el mercado energético del hidrógeno verde, el cual para este país se centra en el desarrollo de tecnología asociada a los usos del hidrógeno verde como también en la fabricación de electrolizadores para su producción. Una forma de medir su lugar en esta carrera es a través de la presentación de patentes de tecnologías relacionadas con el hidrógeno verde. En este sentido, Japón es el segundo en el mundo, después de Europa, que más patentes industriales presentó entre los años 2011 y 2020 (24% del total mundial), convirtiéndose así en el país del Asia–Pacífico líder del mercado energético del hidrógeno verde, incluso muy por encima de China (Wold Economic Forum, 2023).
Para mantener su competitividad mundial en el mercado energético y seguir impulsando la economía del hidrógeno verde, Japón, según lo señalado por la agencia nacional de Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnología Industrial (NEDO), ha decidido establecer el hidrógeno como una fuente de energía habitual. Para lograrlo, es indispensable reducir los costos mediante el aumento de la producción en el extranjero, lo que permitiría contar con un mayor stock de hidrógeno para la importación. (Government of Japan, 2021).
Esta carrera de Japón por liderar el mercado energético global lo llevó a centrar su atención en Chile y la región de Magallanes. A comienzos de abril de 2023, Idemitsu Kosan, la segunda mayor empresa de energía de Japón, firmó una alianza estratégica con HIF Global, líder mundial en e-Fuels (combustibles sin emisiones de CO2), para comprar el e-Combustible que producirá la planta HIF Haru Oni en cabo Negro, única en su tipo (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2022), al norte de Punta Arenas y ubicada junto al estrecho de Magallanes (El Magallánico, 2023). Para seguir impulsando acuerdos como este, días después, Japón suscribió con Chile un Memorándum de Cooperación (MoC) para promover la industria del hidrógeno verde y sus derivados (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2023).
A Japón se suma China, que también quiere competir por los primeros lugares en el mercado del hidrógeno verde, viendo a la región de Magallanes como un aliado estratégico.
Si bien el gigante asiático es el mayor productor y consumidor de hidrógeno del mundo, solo tiene la capacidad para producir el 0,1% como hidrógeno verde, siendo una de las principales limitaciones el costo de producción. Por lo anterior, para el desarrollo del mercado de hidrógeno verde, China promulgó en junio del 2023 el plan llamado “Hidrógeno Verde en China: Una hoja de ruta para el progreso”, el cual considera como algunos de sus objetivos a cumplir el año 2030, la reducción de los costos de producción del hidrógeno verde y crear alianzas internacionales para no quedarse atrás respecto a Japón en cuanto al suministro de hidrógeno en el extranjero y mercados de venta (China Hydrogen Alliance, 2023).
A la luz de estos objetivos, China ha puesto su interés en la región de Magallanes. Un mes después de publicar su estrategia de hidrógeno verde, el embajador de China en Chile, Niun Qingbao, propuso ante la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) la venta a Chile de tecnología de electrolizadores para que nuestro país se convierta en proveedor mundial de hidrógeno verde (Diario Financiero, 2023). Luego, en abril de este año, Niun Qingbao convocó a catorce renombrados empresarios chinos en Punta Arenas para explorar el potencial de la industria del hidrógeno verde en la región de Magallanes (H2V Magallanes, 2024). Entre las empresas presentes estuvieron China Railway Group Limited, holding que mundialmente opera 155.000 vías férreas, y el Banco de Importación y Exportación de China, principal institución crediticia de exportación del mundo (La prensa austral, 2024).
La alianza estratégica de Chile con la industria energética japonesa, como también las gestiones diplomáticas chinas en curso, demuestran que la economía energética de Asia-Pacífico está comenzando a reorientarse hacia la región de Magallanes, dejándola en una posición de protagonismo geopolítico, convirtiendo al estrecho de Magallanes en un actor estratégico clave dentro de la cadena de suministro energético. Así, esta vía marítima se encuentra en una redefinición geopolítica frente al epicentro del comercio mundial (Guzmán, 2024).
A pesar del prometedor escenario económico para la región de Magallanes, y de la consiguiente redefinición geopolítica del Estrecho frente a Europa y las potencias de Asia-Pacífico, existe un factor que, “a priori”, sugiere que tal situación podría no llegar a concretarse.
Uno de los principales obstáculos es que Chile aún no lidera el desarrollo de capacidades para generar hidrógeno verde. En cambio, Australia se encuentra a la vanguardia con 5 megaproyectos que suman una potencia de 27 Gigavatios (GW). El mayor de estos proyectos, con 14 GW, tiene previsto entrar en operación en 2027 para satisfacer la demanda interna de electricidad y exportar hidrógeno verde a países del Asia-Pacífico (BBC, 2021). Estas cifras y el avance de Australia son muy superiores a los de Chile, que este año recién ha presentado para evaluación su mayor proyecto de hidrógeno verde en San Gregorio, con una capacidad de generación de solo 1.4 GW (Bio Bio, 2024).
Además, la cadena de suministro desde Australia hacia Japón y China implica un tiempo de navegación de 11 a 15 días (15 nds.). En cambio, el mismo trayecto desde Punta Arenas toma entre 26 y 28 días (15 nds.) (BednBlue, 2024), lo cual sugiere que desde Australia existen costos de transporte más competitivos.
En refutación a lo anterior, independiente de Australia llevar la delantera y tener mayor cercanía a los principales centros de consumo, no elimina el hecho que Chile tenga tal magnitud de riqueza en energías renovables que, según las proyecciones de la renombrada consultora mundial McKinsey & Co, indican que al 2030 nuestro país podrá exportar hidrógeno verde principalmente desde la región de Magallanes (economista Klaus Schmidt – Hebbel) a un valor cercano entre 1,5 a 2,0 USD/Kg, con flete marítimo incluido, siendo el precio más barato del mundo. Este nivel de competitividad permitirá al año 2050 proveer el 50% de hidrógeno verde a Japón y el 20% a China (Ministerio de Energía, Gobierno de Chile, 2022). Por todo este potencial de competitividad superior al de Australia, se estima que el escenario geopolítico del estrecho de Magallanes está siendo redefinido.
En conclusión, el gran potencial de la región de Magallanes para generar hidrógeno verde ha captado la atención de Europa y las potencias del Asia-Pacífico, posicionando al estrecho de Magallanes como un componente esencial en la cadena de suministro energético. Para Europa, invertir en la región de Magallanes es clave para alcanzar su objetivo político de ser un continente climáticamente neutral para 2050 y liderar la lucha contra el cambio climático, lo cual es difícil de lograr sin el suministro de hidrógeno verde desde el estrecho de Magallanes hacia el Atlántico.
Por otro lado, Japón y China tienen el objetivo económico de liderar el mercado energético global en las próximas décadas a través de acuerdos internacionales, alianzas estratégicas y gestiones diplomáticas centradas en la región de Magallanes, consolidando al Estrecho como un actor estratégico vital para la eficiencia de su cadena de suministro.
Además, a pesar de que hoy Australia supera a Chile respecto al avance de proyectos y cercanía a los centros de consumo, esto no elimina el hecho que será en la región de Magallanes donde se produzca el hidrógeno verde más barato del mundo con costos de transporte incluidos.
Así, la emergente industria del hidrógeno verde posicionará al estrecho de Magallanes como una ruta estratégica para el suministro energético mundial de las próximas décadas, razón por la cual, su escenario geopolítico está comenzando a redefinirse.
Finalmente, como reflexión: considerando el nuevo escenario geopolítico del Estrecho de Magallanes, ¿se intensificarán las pretensiones vecinales por controlar esta estratégica vía marítima?
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1004
Enero - Febrero 2025
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