Revista de Marina
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Enterrando el mito de Punta Gruesa

  • Carlos Ramos Chandía

Por Carlos Ramos Chandía

  • Fecha de recepción: 17/08/2021
  • Fecha de publicación: 30/04/2022. Visto 8803 veces.
  • Resumen:

    Los mitos forman parte de la historia cuando la sociedad los acepta, y su origen obedece a percepciones o a construcciones imaginarias, que son traspasadas entre generaciones a lo largo del tiempo. El mito creado en el Combate Naval de Punta Gruesa, respecto de que Condell ordenó abrir fuego contra los náufragos de la Independencia, será aclarado, empleando las versiones de cuatro actores del combate: Condell y More como actores principales; Grau y Cáceres como actores segundarios.

  • Palabras clave: historia, Mito, hecho historico.
  • Abstract:

    When society accepts myths, they become part of history. Their origin are consequence of perceptions or imaginary buildups which, over time are passed between generations. There’s a myth that Commander Condell, during the naval battle of Punta Gruesa, ordered to open fire against the survivors of the Peruvian frigate Independencia. Based on the chronicles of four officers; Condell and Moore as main participants, and Grau and Caceres in their secondary roles, this fiction will be clarified.

  • Keywords: History, Myth, history, historical fact, myth.

La historia se define como un estudio sistemático y metódico cuyos procedimientos de investigación dan cuenta de las acciones del ser humano estudiadas hacia el pasado; los hechos históricos, por su parte, se definen como toda acción del hombre en el tiempo. Los hechos forman parte de la historia, la que como ciencia está lejos de ser perfecta, ya que muchas veces la interpretación o percepción de un determinado hecho puede dar lugar a mitos, fenómenos que al ser traspasados entre generaciones pasan a formar parte de la historia al ser socialmente aceptados dentro de la cultura de un grupo.

La historia mal entendida finalmente ocasiona también el descrédito de la historia mejor comprendida. La historia de Chile no está exenta de este tipo de riesgos; tal es el caso de un mito escuchado en diversas ocasiones por chilenos y que también existe en redes sociales, que tiene relación con el Combate Naval de Punta Gruesa, ocurrido el 21 de mayo de 1879, respecto de la creencia de que Carlos Condell, comandante de la Covadonga, disparó contra los náufragos de la fragata Independencia, una vez que ellos abandonaron la nave previo a su hundimiento.

El mito que Condell lleva sobre sus hombros se terminará aquí y ahora, y será el mismo comandante de la Independencia, Capitán de Navío Juan Guillermo More, quien se encargará de aclararlo. Para esto, se compararán los partes que cada comandante envió a su mando: el primero, de Condell al almirante Williams desde Antofagasta, el 6 de julio de 1879; el segundo, enviado por More a Grau el 22 de mayo del mismo año; en tercer lugar, se confrontarán con los relatos de dos actores segundarios del combate: el hasta entonces capitán de navío Miguel Grau y el hasta entonces coronel Andrés Avelino Cáceres.

El Combate

Ambos comandantes señalan que al inicio del combate, la Covadonga se posiciona en cercanías de la Isla Serrano, navegando en cercanías de costa. Condell indica que al salir de la isla varios botes intentan abordarlo, lo que repele con tiros de fusil, por lo que continúa hacia el sur, manteniendo una distancia de 200 metros respecto de la Independencia. Agrega que la marcha es difícil, ya que para hacer puntería tiene que desviarse de la línea de costa, situación que la Independencia aprovechaba para hacer fuego por sus costados, cañones de proa y ametralladoras de sus cofas.

More señala que puso al “tercer jefe al cuidado de la batería”, quien quedó fuera de combate a los primeros tiros del enemigo. Por “batería” se refiere a la segunda cubierta o batería principal (ver imagen N°1).

Ambos comandantes coinciden en que la Independencia trató tres veces de embestir a la Covadonga con su espolón, “pegándose a la Punta Gruesa para impedirle (a la Covadonga) la salida de la bahía” (More). De acuerdo a Condell, en ese momento la Independencia se encontraba a “250 metros, que sin disminuir sus fuegos, se lanzó a toda máquina”, teniendo por la proa el bajo de Punta Gruesa, el que More señala que no aparece en la carta. La Independencia cae a babor para intentar “rebasarla y asi atacar con ventaja por el otro lado” (More), momento en que More señala son “heridos tres timoneles por el nutrido fuego de ametralladoras y fusilería que el enemigo nos hacía desde las cofas”. Acto seguido ordena dar atrás a las máquinas, cuando siente un gran choque que detuvo la marcha de la fragata al golpear “una roca que no está marcada en la carta, pues se encontraba al norte del último bajo que aparece en ella” (More). Luego de esto, More señala que la Independencia se llenó completamente de agua, apagándose sus calderas e inclinándose hacia la banda de estribor.

El fuego continuó por ambos buques. Condell señala que luego del varamiento de la Independencia, viró para “no ser ofendido por sus cañones” que seguían haciendo fuego sobre la Covadonga, lo que es afirmado por More, quien indica que “al pasar la Covadonga por el costado de estribor haciéndonos fuego por su artillería, nuestros cañones contestaron”, agregando que también ordenó cubrir las cofas con ametralladoras, rifles y revólveres, hasta que se le agotaron las municiones producto de la inundación de la Santa Bárbara.

Condell señala que la Covadonga dispara “dos proyectiles de 70 libras, que perforan el blindaje. Fue en ese instante cuando el enemigo arrió su bandera”, agregando que en ese momento ordena la suspensión del fuego; More señala que “la Covadonga seguía haciendo fuego de cañón a mansalva y una de las bombas rompió el pico de mesana donde estaba izado el pabellón” ordenando colocar otra driza. En este punto y en los posteriores, More ya no menciona que la Covadonga continuara rompiendo fuego sobre la Independencia.

More señala que la mayor parte de la tripulación no eran marinos o tenían muy poca experiencia a bordo, quienes no estaban “acostumbrados al servicio de los buques de guerra” por embarcarse poco antes de zarpar del Callao. Agrega también que fue imposible evitar que se arrojaran al agua después de vararse, situación por la que ordena arriar todas las embarcaciones, las que de acuerdo a sus palabras, “las rompientes las destruyeron al llegar a la costa”, permaneciendo a bordo del buque, él junto a 20 personas aproximadamente, los que son desembarcados una vez que el Huáscar arriba al lugar. Condell ratifica lo anterior, al señalar que “la tripulación de la Independencia se refugiaba en tierra, parte en botes y parte a nado, abandonando al buque que quedaba perdido”.

Respecto de la duración del combate, More señala que habían transcurrido tres horas cuando decide usar su espolón, mientras que Condell señala que el combate finaliza a las 12:35 horas, luego de 4 horas. Finalizado el combate, Condell señala que la Covadonga termina con múltiples daños, tres fallecidos, 5 heridos y con muy pocas municiones. Agrega que “al dejar el costado de la Independencia avistamos al Huáscar que se nos acercaba a toda máquina”, por lo que emprende la navegación hacia el sur. More por su parte señala que en su tripulación, hubo 5 bajas y 23 heridos, agregando que abandona el buque no sin antes prenderle fuego, una vez que el Huáscar arriba en su auxilio.

El Mito

El mito aparentemente tiene su origen en el relato de un actor peruano de la Guerra del Pacífico: El coronel Andrés Avelino Cáceres.

Cáceres había arribado a Iquique el 2 de abril de 1879 y su división “fue designada para trepar la cuesta de Alto Molle, un tablazo desértico que se alza por encima de la ciudad y desde la cual se puede vigilar sin mucho esfuerzo el acontecer marítimo”, que se encuentra en el sector sur de la cuidad, entre playa Brava y playa La Ballenera. Si bien no se precisa la ubicación exacta de las fuerzas en el cerro, puede que Cáceres se posicionara en los miradores cercanos a playa Huayquique o La Ballenera. En general el terreno posee una pendiente bastante pronunciada, lo que dificulta cualquier desplazamiento.

El relato de Cáceres respecto a lo ocurrido el 21 de mayo es bastante pobre: solo menciona dos hechos. El primero, señala que cuando la Covadonga se pega a costa para evadir a la Independencia, ordenó abrir fuego de fusilería contra ella. El segundo, menciona que “cuando por desgracia la Independencia encalló y sus náufragos empezaron a ser fusilados en plena mar, el coronel concurrió en su ayuda, enfrentándose desde la playa contra la tripulación enemiga”.

Respecto a lo señalado por Cáceres, llama la atención que ni Condell ni More, cuyos relatos del combate son bastante similares hasta antes de llegar a Punta Gruesa, señalan la presencia en tierra de una guarnición peruana ubicada al sur de Iquique. Condell menciona al inicio del combate una que se encuentra en la rada de Iquique, pero no en el sector donde se encontraba el batallón de Cáceres.

El relato pierde credibilidad cuando se menciona que se enfrentó desde tierra con la Covadonga después del varamiento de la Independencia, debido a que Condell pone rumbo al sur una vez que finaliza el combate. Además, tal como señala Cáceres, su guarnición se encontraba posicionada en el sector de Alto Molle, es decir, el desplazamiento, que en el mejor de los casos puede haberse realizado a caballo, debió ser lento considerando las pendientes de los cerros del lugar y la distancia de 9 kilómetros hasta Punta Gruesa. Además, el tiempo que la Covadonga permanece en el área luego de que la Independencia encalló fue inferior a una hora. Todo lo anterior, sumado al relato sin mayores detalles, hacen que lo que señala Cáceres sea la interpretación de un observador lejano al combate.

Respecto del supuesto fusilamiento a los náufragos de la Independencia señalado por Cáceres, el relato que mejor permite comprobar la nula probabilidad de ocurrencia es el de More, donde es posible vislumbrar la efectividad de los artilleros de la Covadonga: primero, cuando menciona que al inicio del combate fallece el oficial encargado de la segunda cubierta, y luego cuando señala que tres timoneles son heridos. En este último punto hay que señalar que el timón de la Independencia se encontraba entre los palos mesana y mayor, a 41 metros aproximadamente de la proa (Ver imagen N°2). Si se considera que Condell se mantuvo a una distancia promedio de 200 metros de la Independencia, queda al descubierto que la puntería del marinero Juan (Villacura) Bravo y los que lo acompañaron en la cofa fue certera, ya que fueron capaces de dar en blanco a más de 240 metros. Si bien es cierto, la mayor parte de los cañones de la Independencia se encontraba por las bandas y en la segunda cubierta, el destino principal de las balas chilenas fueron los artilleros de los dos cañones de proa, que se encontraban en la cubierta principal: uno de 250 libras y un Parrot de 150 libras.

Los motivos entonces, que dan fundamento a la falsedad histórica que ronda a Condell, queda clara en los siguientes puntos:

O    More en su parte solo menciona 5 heridos y 23 bajas, cifras similares a las de la Covadonga. Si efectivamente Condell no hubiese dado la orden de cesar el fuego, las bajas habrían sido muy superiores a las que More menciona, considerando la efectividad de los artilleros chilenos.

O    El mismo More no vuelve a mencionar que su buque recibiese disparos chilenos, luego de la granada que impacta en el palo mesana, relato que es similar al de Condell cuando menciona que el pabellón es arriado y ordena el cese del fuego.

O    Al final de su parte More señala que “casi toda la tripulación estaba ya salvada”, donde agrega que las embarcaciones se destruyeron por las rompientes de la costa, quedando él a bordo junto con 20 personas, los que finalmente son evacuados por el Huáscar.

O    El relato de Cáceres es breve e incompleto; si bien es cierto, desde la posición en que se encontraba pudo haber disparado contra la Covadonga en su tránsito hacia el sur, el camino para llegar hasta Punta Gruesa desde el cerro Alto Molle no era sencillo, ya que se trate de un terreno lleno de obstáculos, ubicado casi a 9 kilómetros de distancia. Lo más probable, es que Cáceres arribara a auxiliar a los náufragos de la Independencia, una vez que la Covadonga iniciara su retirada hacia el sur. Si efectivamente Cáceres visualizó disparos posterior al varamiento, deben haber sido producto del intercambio de fuego que continuó luego de que la Independencia encallase, percepción que se justifica producto de la distancia a la que el coronel presenció el combate.

Las Discrepancias Post Combate

Pese a que ambos comandantes coindicen en la mayor parte del relato hasta que la Independencia encalla, luego de esto existen algunas discrepancias, que el mismo More trata de aclarar mediante una carta enviada a Condell desde Arica el 14 de junio de 1879.

La primera de ellas tiene relación con lo señalado por Condell, respecto de ponerse al habla con More. Este último en su carta señala que esta situación era imposible debido a que él se encontraba en la segunda cubierta, sumado a la distancia de más de 200 metros entre buques, y el estado del mar.

La segunda discrepancia tiene relación con el arribo del Huáscar a la escena. Condell señala que inicia la navegación con rumbo sur al avistar al monitor aproximándose, lo que More señala como falso, agregando que la nave se avistó dos horas después. Sin embargo, Grau señala que “terminado el salvamento de los náufragos (de la Esmeralda) y con ellos abordo me dirigí en demanda de la Independencia, con el intento de ayudar en el apresamiento de la Covadonga. Noté que esta, desde que se apercibió del movimiento del Huáscar, se alejó con toda fuerza con rumbo al sur”, lo que coincide con lo señalado por Condell. Cabe mencionar que el Huáscar se encontraba a 13 millas náuticas de Punta Gruesa.

Reflexiones finales

El relato de Cáceres es poco claro respecto de los hechos, ya que un combate de cuatro horas narrado solamente en dos cortos párrafos deja lugar para que se realicen construcciones imaginarias. Lo cierto es que los partes de ambos comandantes, Condell y More, coinciden en la mayoría de los hechos ocurridos durante el combate, además de tener similitudes con los relatos de Grau. Es posible que Cáceres llegase al auxilio de los náufragos de la Independencia, pero muy poco probable que se enfrentara a la Covadonga, ni menos que apreciara con detalles el fusilamiento que menciona.

Si bien es cierto, no es posible determinar con plena certeza qué relato es verdadero o falso, el análisis de lo narrado por los actores principales demuestra que Carlos Condell no ordenó disparar a los náufragos de la Independencia, lo que coincide y se sustenta en el parte y posterior carta de More. El primero narra con bastante detalle lo ocurrido en la Independencia luego de que encallara, el segundo, busca aclarar sucesos narrados por la contraparte, como el arribo del Huáscar a Punta Gruesa. Ninguno relata disparos contra los náufragos. Si efectivamente Condell hubiese cometido este acto, no cabe duda que More lo habría incluido en uno de sus oficios. Además, las bajas peruanas habrían sido enormemente superiores, considerando la certera puntería de los artilleros chilenos. Sobre los hechos históricos no puede existir discrepancia, pues si esta existe, entonces se trata de una interpretación, como sucede con el relato de Cáceres.

La creación de este tipo de mitos no cambia el fondo de los acontecimientos ocurridos en Punta Gruesa el 21 de mayo de 1879, y solamente contribuyen a empañar la memoria de un marino que de forma impecable imitó la hazaña bíblica en que David venció a Goliat.

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