Por PATRICIO PUYOL PARRA
Durante el conflicto de Ucrania, la mayoría de las noticias y análisis realizados se han concentrado en los combates terrestres, sus consecuencias y posibles escenarios para el término del conflicto. Transcurrido más de un año del inicio de la guerra, resulta interesante analizar el rol que el mar ha tenido tanto en la génesis como en el desarrollo del conflicto, objetivo del presente artículo.
During the Russian-Ukrainian conflict, the media and analysts have mainly focused on the belligerents’ ground operations, its consequences, and possible outcomes at the end of the war. More than a year since the war started, this article analyzes the relevance the sea has played in both the origin and evolution of the conflict.
En las etapas previas a la guerra de Ucrania, los indicios que más certeramente parecían presagiarla eran las concentraciones de material militar en cercanías de la frontera, incluyendo la presencia de una columna de blindados rusos que se extendía literalmente a través de kilómetros. Desde iniciado el conflicto, la mayoría de las noticias y análisis relacionados a la guerra se han concentrado en los combates terrestres, sus consecuencias y posibles escenarios para el término del conflicto.
A un poco más de un año del inicio de la guerra, resulta interesante analizar el rol que el mar ha tenido tanto en la génesis como en el desarrollo del conflicto, objetivo del presente artículo.
El mar en la génesis del conflicto
En cada análisis que hemos escuchado sobre la guerra, profusamente se ha tratado sobre la importancia que tiene para Rusia el acceso al mar Negro, al permitir éste una ruta de aguas cálidas y, por lo tanto, accesibles durante todo el año. Sin embargo, es necesario conocer las dimensiones que crean esta importancia, que resultan ser de dos tipos; estratégica y comercial.
Dimensión estratégica del acceso de Rusia al mar Negro
Las aguas del mar Negro han sido un elemento clave para Rusia a través de toda su historia, considerando que éste es un punto geopolítico vital debido a ser un área donde confluyen tres continentes, encontrándose el mar Negro “ubicado a 1.300 kilómetros del mar del Norte, del mar Blanco, del estrecho de Gibraltar y del Golfo Pérsico; y a 350 kilómetros de Suez y del Caspio” (Boşneagu, Nedelcu, & Scurtu, 2018), siendo por lo tanto Ucrania y preponderantemente Crimea, debido a su ubicación predominante en este mar, un blanco para varios conflictos del pasado, incluyendo la guerra de Crimea entre 1853 y 1856, ambas guerras mundiales y, por supuesto, la anexión de la península por parte de Rusia el año 2014 (SP’s MAI, 2022). Es importante considerar que Crimea ocupa la parte central del sector norte del Mar Negro, controlando asimismo el acceso al mar de Azov y con ello, el acceso a puertos rusos y ucranianos. En esta península se ubica asimismo la Base Naval de Sevastopol, cuya importancia se demostró al producirse la caída de la Unión Soviética, ya que, pese a encontrarse en Ucrania, se mantuvo en manos rusas a través de un contrato anual, debido a basarse en ella la Flota rusa del mar Negro.
Sin embargo, el acceso al mar Negro resulta estratégicamente importante no por la simple oportunidad de permitir la navegación e influencia en sus aguas a las fuerzas rusas, sino que, a través de la historia, ha posibilitado a Rusia la capacidad de proyectarse al Mediterráneo a través del tránsito por el estrecho de los Dardanelos y, por su intermedio, a los océanos Atlántico e Índico, evitando miles de millas de tránsito por otras rutas a través de Europa y Asia para lograr este cometido, permitiéndole así a Rusia desempeñarse como un “actor marítimo relevante en el Levante, Medio Este, en el Norte de África y el sur de Europa” (SP’s MAI, 2022), y otorgándole asimismo el acceso a su Base Naval en Tartus, Siria (SP’s MAI, 2022).
Dimensión comercial del acceso de Rusia al mar Negro
La importancia del acceso ruso al Mar Negro no se ve completa sin considerar la dimensión comercial que ello significa, ya que entrega uno de los elementos de más importancia para el interés ruso en el área.
El acceso al mar Negro contiene tres componentes principales para Rusia: el comercio marítimo, la explotación de recursos naturales y el turismo. En el caso del primero, las exportaciones rusas a través del puerto de Novorossisk durante el año 2020 significaron un total superior a los 70 millones de toneladas, significando aproximadamente un 17% de las exportaciones del país (World Trade Organization, 2020), mientras que la explotación de recursos en el mar Negro, principalmente hidrocarburos, significó para Rusia en el año 2020 el 12% de su producción total (Oilprice.com, 2020).
Asimismo, es importante comprender que la disolución de la Unión Soviética afectó a la capacidad de construcción naval rusa, ya que uno de sus mayores astilleros se encontraba en Nikolaev, actualmente Mykolaiv, Ucrania, siendo uno de los blancos de la actual ofensiva rusa (Friedman, 2022).
El rol del mar durante el conflicto
Desde un inicio, se asumió que la ausencia de una armada ucraniana que pudiera oponerse efectivamente a la Flota rusa del Mar Negro entregaría a esta última el control absoluto del mar de manera instantánea, reforzado por la última acción de la armada ucraniana, que fue el hundimiento voluntario de su principal unidad, la Corbeta Hetman Sahaidachny (Firstpost, 2022); sin embargo, las reglas para el ingreso a este mar y las acciones acaecidas durante el conflicto, si bien han otorgado a Rusia un control mayoritario del mar, han distado de mostrar el dominio irrestricto que en un principio se esperaba.
El estrecho de los Dardanelos y el refuerzo de la Flota rusa del mar Negro
Pese a que el acceso al mar Negro puede lograrse a través de tres rutas, desde el mar Caspio a través del canal Volga-Don, el mar de Azov y el estrecho de Kerch; desde el mar del Norte a través del canal Rhin-Main-Danubio (Europa); y desde el mar Mediterráneo a través de los Dardanelos (Pedrozo, 2022), es esta última ruta la de mayor importancia tanto desde el punto de vista comercial como militar.
Quien tiene las llaves para la navegación de la ruta primordial hacia y desde el mar Negro es Turquía, bajo la Convención de Montreux. Este cuerpo legal le entrega el control de la ruta entre el mar Negro y el Mediterráneo, disponiendo con ello limitaciones tanto al tráfico militar como civil, habiendo sido firmado en 1936 por Australia, Bulgaria, Francia Grecia, Japón, Rumania, Yugoslavia, el Reino Unido, la entonces Unión Soviética y Turquía (Ozerdem, 2022).
De acuerdo a esta Convención, Turquía puede regular qué buques pueden ingresar al Mar Negro, según cuatro guías principales (Ozerdem, 2022):
1. Puede cerrar los estrechos a buques de guerra de partes beligerantes en tiempo de guerra o cuando Turquía sea una de las partes involucradas o amenazada de agresión por parte de otra nación.
2. Puede cerrar los estrechos a buques mercantes que pertenezcan a las partes beligerantes.
3. Cualquier país con costa en el mar Negro (Rumania, Bulgaria, Georgia o Ucrania) debe notificar con nueve días de anticipación a Turquía su intención de enviar buques de guerra a través de los estrechos, lo cual aumenta a quince para países sin costa en el Mar Negro. En el caso de submarinos, sólo pueden transitar los pertenecientes a naciones del Mar Negro, sólo si fueron construidos o comprados fuera del mismo.
4. Sólo pueden transitar buques de guerra en número que no supere nueve, siendo el límite de tonelaje agregado de 15.000 toneladas métricas.
Como parte de la preparación del conflicto y, siguiendo las reglas mencionadas, seis buques de superficie y un submarino rusos transitaron los Dardanelos dos semanas previo a la invasión, supuestamente para participar en un ejercicio en el mar Negro, incluyendo buques de desembarco y anfibios (Pedrozo, 2022). Estas unidades fueron enviadas desde la Flota del Norte y desde el Báltico, deteniéndose sólo brevemente en la base rusa en Tartus (Sutton, 2022).
En el marco del conflicto, a contar del 27 de febrero de 2022, Turquía declaró la existencia de un estado de guerra entre Rusia y Ucrania, advirtiendo a ambos países en contra del envío de buques de guerra hacia el mar Negro, a menos que éstos lo hicieran en retorno a sus bases, impidiendo así a Rusia el refuerzo de su flota (SP’s MAI, 2022). Sin embargo, Turquía no limitó esta prohibición a los beligerantes, ampliándola a los buques de guerra de todas las naciones, con el objetivo, según lo expresado por su presidente, de “prevenir un escalamiento en la crisis ruso – ucraniana” (Pedrozo, 2022).
Según el análisis realizado por el profesor en Legislación de Conflictos Armados del USNWC, Raúl Pedrozo, el que Turquía haya ampliado la prohibición de tránsito de buques de guerra hacia países no beligerantes - impidiendo así la entrada de naves de la OTAN al mar Negro - no se condice con las reglas derivadas del Acuerdo de Montreux, ya que ello sólo se sustentaría si Turquía se viera amenazada, lo cual no es el caso actual y, por lo tanto, expresa que esta decisión se encontraría asociada al temor turco ante represalias posteriores por parte de Rusia (Pedrozo, 2022).
Ante la pregunta que lógicamente se genera respecto a la ausencia de naves de la OTAN en el mar Negro como contraparte de sus homólogas rusas, las restricciones de tránsito citadas las explican, lo mismo que la ausencia de refuerzo por parte de la Armada rusa.
Operaciones navales durante la guerra ruso-ucraniana
Diferentes autores a lo largo del tiempo han buscado trazar límites respecto a las operaciones en el mar, con el fin de lograr su categorización, llevando a utilizar este ordenamiento en las doctrinas marítimas de cada nación. Es así cómo se ha llegado a la definición de dos categorías de operaciones de combate en el mar (Speller, 2019):
o Operaciones diseñadas para lograr, mantener o denegar el control del mar.
o Operaciones diseñadas para explotar el control del mar.
En esta categorización, respecto al concepto del “control del mar”, se adopta su visión moderna, la cual, lejos de buscar un dominio absoluto, se refiere a un control del mar localizado “dónde y cuando sea necesario, para habilitar la obtención de otros objetivos y mantenerlo por el tiempo que sea necesario, para el logro de dichos objetivos” (Speller, 2019, pág. 116). En cuanto a la explotación del control del mar, ello se define como “la capacidad para usarlo para los propios propósitos estratégicos y denegar su uso a cualquier adversario” (Till, 2004, pág. 193), permitiendo por lo tanto su empleo para proyectar el poder naval hacia tierra y para el transporte de medios propios, tanto comerciales como militares, incluyendo operaciones como el transporte estratégico, bloqueo, la protección del comercio marítimo, ataques a tierra desde el mar y operaciones anfibias (Speller, 2019).
Sobre la base de estas definiciones, se analizan por lo tanto las operaciones realizadas para lograr el control del mar y aquellas que han buscado la explotación del mismo.
Operaciones para lograr el control del mar: Las primeras acciones desarrolladas por Rusia estuvieron dedicadas a obtener el control del mar en el sector norte del mar Negro, con el fin de bloquear la llegada de refuerzos de todo tipo vía marítima y afectar sus LL.CC.MM. (SP’s MAI, 2022), de acuerdo a lo siguiente:
Isla Serpiente: Notoriedad internacional tuvo la conquista de fuerzas rusas de la Isla Serpiente y su heroica defensa, la cual desde la distancia parecía innecesaria, considerando las dimensiones y recursos de la isla. Sin embargo, ello se explicaba debido a su importancia estratégica, al encontrarse solamente 20 millas al sur de la boca del Danubio y 77 millas de Odessa, siendo por lo tanto un punto de control por excelencia de las líneas de comunicaciones marítimas que conectan los puertos ucranianos con el Mediterráneo y con el canal Europa y a través de éste, con la única vía alternativa para el comercio de las mercancías ucranianas (Pedrozo, 2022). La importancia de esta isla se vio refrendada en junio de 2022, fecha en la cual las ofensivas ucranianas lograron reconquistarla, habilitando con ello que se retomaran las exportaciones de grano a través del Canal Europa, con una capacidad evidentemente menor que la correspondiente a los Dardanelos. Al producirse la conquista inicial de la Isla Serpiente, algunos analistas inicialmente identificaron la posibilidad para Rusia de utilizar su posición estratégica como un punto de Anti Access, Area Denial A2/AD (Ozberk, 2022), encontrándose sin embargo en condiciones de ser utilizada para el mismo objetivo por parte de las fuerzas ucranianas luego de su reconquista, lo cual durante el conflicto se analiza como uno de los motivos por los cuales no se ha llevado a cabo una operación anfibia en las cercanías de Odessa, pese a contar con los buques anfibios que reforzaron la Flota rusa del mar Negro.
Hundimiento del Crucero Moskva: el hundimiento de esta unidad no sólo tuvo consecuencias de tipo militar para las fuerzas rusas, sino que también de tipo moral, ya que este crucero correspondía al buque insignia de la Flota del Mar Negro. Asimismo, su pérdida dejó al descubierto una realidad de ausencia de mantenimiento y renovación de las unidades rusas debido a restricciones presupuestarias y de nula disponibilidad de sistemas de armas, lo cual fue demostrado al producirse el hundimiento del buque pese a haber sido atacado por un número más bien reducido de misiles ucranianos. Existen documentos que indican que el crucero no tenía ningún sistema de combate operativo, habiendo sido su último REFIT limitado a su planta propulsora (Friedman, 2022). De acuerdo al análisis de Friedman, la Flota rusa del mar Negro era en realidad una “flota de papel”, quedando ello demostrado por las consecuencias del hundimiento del Moskva.
Operaciones de explotación del control del mar
Ataques a tierra desde el mar: Una de las principales acciones realizadas por la armada rusa fue el lanzamiento de misiles Kalybr (similares a los Tomahawk estadounidenses), tanto desde tierra como desde el mar, sumados a misiles aéreos Dagger (Reuters, 2022), buscando desmoralizar a los ucranianos, al provenir las armas desde diferentes direcciones (Friedman, 2022). Estos lanzamientos fueron realizados por corbetas de la clase Buyan-M, fragatas de la clase Almirante Grigorovich, buques de patrullaje y submarinos de la clase Kilo, incluyendo a unidades basadas en el mar Caspio (SP’s MAI, 2022).
Asimismo, durante las operaciones realizadas con el fin de conquistar la Isla Serpiente, ésta fue bombardeada por un buque patrullero y por el crucero Moskva.
Ataque al comercio marítimo: Una vez realizadas las primeras acciones para obtener el control del mar en el área norte del mar Negro, las fuerzas rusas advirtieron a buques mercantes cercanos al puerto de Odessa y el acceso al canal Europa que se dirigieran hacia el Bósforo, buscando evitar la utilización del canal Europa, cuyo tránsito correspondía a la única alternativa para el comercio ucraniano, reportándose el ataque con misiles a los mercantes Namura Queen, de bandera panameña, y el Millenium Spirit, de bandera moldava (SP’s MAI, 2022), deteniendo por completo el tráfico marítimo ucraniano y creando así un bloqueo de facto.
Ucrania es el quinto exportador mundial de grano, debido a lo cual las acciones contra el comercio marítimo generaron impacto a nivel mundial y, por lo tanto, la necesidad de crear un acuerdo para asegurar el libre tránsito, denominado “Iniciativa del Grano del Mar Negro”, negociado por las Naciones Unidas y Turquía en julio del año 2022. Con el fin de evitar el transporte de armamento hacia Ucrania, se estableció una inspección de los cargueros en Estambul por parte de Rusia, Ucrania, Turquía y Naciones Unidas (United Nations, 2022), al transitar hacia y desde el mar Negro (Ridgwell, 2023).
Rusia ha condicionado la continuidad de este acuerdo a la disminución de las sanciones económicas en su contra, utilizando para ello las instancias de renovación cada 120 días, plazo que se cumple el próximo 18 de mayo, fecha para la cual ya ha estipulado que podría no renovarlo.
La presión ejercida por Rusia se sustenta en el aumento del precio que sufrirían los alimentos y el impacto que ello generaría a nivel mundial, buscando a su vez disminuir las sanciones internacionales tanto hacia la agricultura como a los fertilizantes rusos.
Operaciones anfibias: Los Infantes de Marina rusos realizaron un ataque anfibio en cercanías del Puerto de Mariupol, en el mar de Azov, en conjunto con un ataque por tierra desde la península de Crimea, buscando la división de Ucrania (SP’s MAI, 2022). Sin embargo, los analistas estiman que una operación de desembarco de gran envergadura en la zona de Odessa sería no sólo innecesaria – debido al grado de control del mar logrado por la flota rusa –, sino que además porque una operación de este tipo es de por sí compleja, requiriendo la utilización de medios aéreos, FF.EE., y fuerzas navales (Ozberk, 2022). Sin embargo, las demostraciones anfibias realizadas han producido distracción de fuerzas ucranianas, evidenciando su utilidad como parte de una estrategia integral (Mills & Heck, 2022).
Conclusiones
O El acceso a las aguas del mar Negro y a través de éste al Mediterráneo, Índico y Atlántico, posee aspectos estratégicos y comerciales que lo hacen vital para Rusia.
O Pese a existir críticas respecto a la prohibición de ingreso al mar Negro de buques de guerra de cualquier nación por parte de Turquía, debido a no ajustarse estrictamente a lo definido por la Convención de Montreux, esta medida ha demostrado ser sensata, ante la ausencia de mayores enfrentamientos en el área.
O Pese a que Rusia posee una incontestable superioridad en el mar Negro, los hechos han demostrado el declive material y operacional de la armada rusa, reafirmado por la pérdida del crucero Moskva, buque insignia de la Flota del mar Negro.
O Este conflicto ha permitido verificar la vigencia de varios conceptos de la guerra naval, como el sea denial, donde una armada como la ucraniana, en la práctica inexistente, logra disputar la explotación absoluta del control del mar a una armada de mayores capacidades, por medio de la amenaza desde costa. Asimismo, se demuestra tanto la vigencia del bloqueo naval como del ataque al comercio marítimo, al encontrarse ambos siendo utilizados como medida de presión por parte de Moscú para disminuir las sanciones económicas en su contra.
O Finalmente, pese a que el análisis inicial de este conflicto pareciera indicar que las acciones navales ocurridas no corresponden a las de una guerra a gran escala, los hechos demuestran la vigencia de antiguos conceptos de la guerra en el mar y las aciagas consecuencias cuando el comercio marítimo no puede ser protegido por su armada, elemento que no puede ser olvidado por una nación como la nuestra, de evidente dependencia del mar.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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