- Fecha de publicación: 01/06/1976.
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EL BOMBARDEO DE ElL CALLAO
RELATADO POR UN TESTIGO ESPAÑOL
Por
Alvaro DE LA FUENTE
ex BibJiotecario del Congre so Nacional
IERTA VEZ. como
biblioteeario, eatalogué un folleto lntere ..
santíaimo, que ahora,
a fuer de hombr e cul
to, me hago un deber divul gar.
La descripción técnica de la curio ia
pieza es como sigue:
º'Lecturas patri6tica s - G!or ·ia s de Es·
paña -Combate de El Callao -Dos de
mayo de 1666 -Precio 1 O céntimos -Ofi
cina s de la "Ultima Hora " - Madr id -
Velásquez 56 • Mayo de 1696 -Número uno - ( 1 5 x 1 O cms.: 40 págs. 15 U.tr.) ".
Sin mayores preámbulos. dc•de el co mienzo el autor entra en mate?ia.
"A fe de Juan Carcf•, por mal nom
bre ''Chicote'', cuando vuelvo la vista
t";trás y considero que, de sde aquel día
ir.olvidable, ha transcurrido la friolera de
33 años, me hago cruce s y no vuelvo de
mi as ombro.
El día a que me refiero era domingo
5 de febrero de 1665, y quiso la •uerte
que me cogiera, siendo a la tazó n cabo
de mar y embarcado en la fra gata "Re .. ~olnción" que, en uni6n de la "Vcnccdo·
ra", de la "Blanca'', de la "Villa de Ma-
drid" y de la goleta "Covadonga", ae ha
llaban fondeados en el puerto de El U.
Bao, de sde hacía varios meses y a la ca· pera de aconte cimientos ...
E stos, al llegar. le fueron comunicados
al autor por $U amigo el practicante de
ftJrmacia, Juan Santurce. que todo lo sa~ Lía y .. gran relacionador público'' como
luego podrá el lector aquilatar.
'"V erás - le dijo a Juan García- e sta
mañana vino, como sabes, un bote de la capitant. trayendo a bordo a un ayudante
del almirante Pareja . Era portador de un
;>lie go para nue s tro comandante don
Claudio Alvargonzález, en el que le co
niunicaba haberse firmado un convenio de paz".
A raíz de dicha comunicación )os guar
diamarina s, oficiales y c.lases de la flota
t-spañola bloqueadora del primer puerto
peruano tuvieron permiso para bajar a
t:erra.
Unos 40 tomaron el tren y se cncami·
naron a Lima s in detenerse en El Callao,
quedando el resto allí. Entre ello• Juan Santurcc y su amigo el marinero Frade·
ra, separándose en el muell e. A poco, el
erupo que acompañaba a Santurce tuvo
342 Rt:VlSTA J)& MARINA (hlA YO-.JUNtO
que enfrentarse con una "cholada" que los apedreaba, tratándolos de "godos" y
"gallegos" al grito de ¡al aguo con ellos!
Sólo se salvaron ,porque un jefe de la Marina peruana, revólver en mano, se
:abrió paso entre la muchedumbre y los
hizo
embarcar con otros 20 marinos es·
pañole.s, amparados por los gendarmes
que el Intendente de Policía destinó a
CIC fin.
A e.so de la s seis de la tard e venía F ra· t~cra tranquilamente hacia el muelle para
embar cars e cuando de súbito hi cana11a de El Callao se le vino encima, por lo
que debió tirarse de cabeza a1 mar. Nadó vigorosamente y consiguió lle gar a un
bote tripulado por un marinero peruano
nuc se ncg6 a dar el auxilio que se le pe· día por Dio s y en nombre de sus hijos.
F
radera te vio precisado a nadar otra vez en demanda de tierra, donde lo espe raban 200 "valientes" armados de pie
dra . s y palos.
Medió un c .apitán de fragata peruano
y Fradera, respetando los galones del ofi· cial, se puso a sus órdenes. La chu 1ma no
tuvo igual acatamiento y F radera debió
defenderse con su cuchillo. dando puña .. iadas a diestTo y siniestro y matando al gunos de tus atahantes; pero la turba
acab6 con él a pedradas, para de spués de deapojado , mutilar su cadáver.
Por esta raz6n luego pasaron diez me· tes sin que los marinos españoles pudie
ran sentar pie a tierra dado ~ue la actitud ngrcsiva de la República de Chile, al ha·
cer de hecho y manifie sta mente causa co mún con la del Perú, había empeorado
las cosas.
Las disensiones de ambos países con España aumentaron de gravedad desde el
día que con motlvo de la muerte de Fra· dera, formulara su reclamación don José Manuel Pareja como almirante de la es cuad ra castellana exigiendo satisfacciones
c1ue de haber se pedido en forma más ve la.da y con diplomacia menos ruda qui
zás hubiera produc.ido algún iesuhado sotjs factorio .
De aquí en adelante el folleto no tie
ne desperdicio alguno para los historia· dores que quieran hincarle el diente y por e,so Jo trascribo tal cual, a la letra, s in
otro comentario que, en todo el libro, su
auto r. Juan García, no menciona siquie·
ra el bombardeo de Valparaíso, lo que
causa extrañeza.
"Nuevos disturbios interiores, en que
tanto la prensa como el popul acho toma· ron parte co n manifestaclones ofensivas,
y las negociaciones diplomáticas condu ..
cldas con escasa suerte, 11umcntaron la
tirantez. y el male.star reinant ct en ambas partes, hasta tal punto que nuestro Minis
tro Plenipotenciario en Lima, Sr. Albis·
lur, no juz gándo se seguro. quizá con pu· silan imidad excesiva, se embarcó precipi
ladamente en la "Numanci.a", con hondo ditgusto de su coma nd ante, el brigadier
Méndez Núñe.z, quien por cierto no se
mordió la lengua para soltarle cuatro f-re1cas y decir le punto má s, punto menos,
que consideraba censurable su conducta.
El 24 de noviembre del mi smo año de
1865 se rompieron de nuevo las hostilida ·
dea a causa, según se dijo y más adelante !e comprob6, de otra nota de nuestro al·
mirante exigiendo nuevas tatisfacciones. Que Chile ae ne;6 a dar en modo a!guno. Con este motivo decldió Pareja cstab1e
~er eJ bloqueo continental y acto seguido
Sf" disloc:aron las divisiones de la c:cuadra
y lo s barcos se repartieron del !ig uientc modo: La "Villa de Madrid", la "Ven· ccdora" y la "Covadonga" se situaro n
en Valparaíso; la "Bcrengucla" en Co· quimbo, la "Blanca" en Caldera y nos· otros, ea decir Ja "Re.solución", en el puerto de Concepción.
De esta suerte quedó constituida ]a )f ..
nea de bloqueo, que alcanzaba más de doscienta.s leguas de longitud, distando el c.entTo de aquélla, que era Valparaíso,
más de cien leguas de ambos ex tremos.
Aunque en cuestiones. de táctica no se
les alcanzaba cosa mayor a las clase. de marinerfa, éstas no dejaban de compren· der la poca consistencia. de una 1ínea de
tale. dimensiones, formada en su mayor parte por buques de mediano armamento y menos que nledianas condiciones mari·
neras, y que, aparte del valo1 innegable de sus tripu laciones, habrían de .sostener
la luch~ en circunstancias desíavorables con lo" buques chileno s y peruanos. So bre todo la "Blanca" y la "Berenguela", por iazón de su relativo aislamiento, co·
rrían riesgo po sitivo de ser atncadas Y aprcsada ,s por los barcos enemigos: Y tan
1916) CHONICA 343
verdad era esto que el brigadier Méndez
Núñez envió al almirante el oportuno :.vi·
so.
Hizolc caso e.ata vez. por excepción,
don José M. Po reja, y destacó en
Coquimbo a la º"Covadonga" para pres·
tar. si fuere necesario, ayuda oportuna i
la "Berenguela".
Desapareció la inminencia de) peligTo
y dióse contraorden en el sentido de que
uquélla volviese a Valparaíso, ei bien
desgraciadamente se dejaron transcurrir
bastantes días hasta que lo efectuó, sien"'
do este retraso la causa principal del des" calabro que tufrió la Marina española el
día 26 de novi embre.
En la mañana de dicho dia 26 navega ba la "Covadonga" en medio de den sa
neblina en demanda de Valparaíso; des
pejó después algo la cerrazón y apareció
a la vista un buque. que en un principio se creyó fuese perut
o y des.pués $e concep
tuó inglés , ayudando a afirmar esta supo
sición e) hecho de que al llegar a millas de la "Covadonga", iz6 el pabellón britá-
11ico. Contestaron los españoles echando
al aire la bandera rojo y a_marillo. si bien
-¡ a pesar de todo, el comandante Fery,
movido de una prudente desconfianza,
ordenó zafarrancho de combate. La cor·
beta. pues corbeta era el barco sospec ho·
¡o. tenía marcha $Uperior a la veterana .. Covadonga"; a.s( es que pa sando a lo
largo de ésta en direcc .i6n opuesta. al lle
gar a la altura de la popa, viró l igeramen
te presentando uno de sus co stados y lar· gó un metrallazo que no dcj6 títere con
cabeza sobre la popa de la 00Covadon ga' ".
Mandó Fery que étta vira s e a 1u vez,
para coger al agresor dentro de 1u cam· pode tiro; .pero ¡todo fue inútill La eor ·
beta, con ligereza suma, presentó el otro
costado disparando la segunda andanada tobre el barco español , que por colocar ··
&f' en jnferioridad manifiesta resultaba
verdaderamente indefen so. Entonces, y
sólo entonces, desapareció el pabellón in
glés del buque enemigo , que era la 00Es·
meralda" y pu!o de manifiesto los e.olo
res de Chile. El buque español hizo tres
di1paros de los que sólo dos dieron en e l
blanco. En cambio, la 00Esmeralda ºº aca·
bó de barrer la cubierta de la 00Covadon ·
ta" con dos nuevas descargas y en tonces
Ja tripulación, viéndose indefensa y re·
ducida a sus tres cuartas partes . resistió
con impa sibilidad heroica y a pecho des·
cubierto (a decir de Juan Carda) un
torbellino de metralla, decidida a perder la vida, ya que obtener la victoria era
manif-ie.stam ente imposible. Así l o com prendieron el comandante F ery y la ofi·
cia lidad a sus órdenes, quienes en juntt:i
ttcorda ron la rendición.
Han obrado perfectamente a1 desistir
de un combate inútil -afirmaba tranqui
!amcnte Juan Manuel Santurce, el reJa .. cionador público-, dando una conferen·
cia en el castillo de proa de la º"Resolu·
ció n"' a
varios amigos. e Qué podía hacer
<l comandante? tVolar el barco? cY
µara qué} En justicia no podía e) coman·
dante dar la muerte a s us hombre s como
pago de un comportamiento heroico. Que el enemigo se quedaba con la "'Covadon·
ga'º. Pues 1 buen provecho le hiciera aquel
cascarón de nuez, cuya vejez y malas
condiciones fueron la causa principal de
la derrota 1 Cuando se considera que la "'Covadonga." luchó como buena contra
un barco de gran marcha, con cuádruple
hipu lación. con un número de cañones
die ·z veces superior al s uyo. y qu e por si
fueran pocas las ventajas apeló al cnga·
ño para acercarse; si. todo esto se tiene
en cuenta ¿que má .s se le puede pedir a
e s e comandante} Nada y. sin embargo,
el valeroso Fcry trnt6 aún de hacer más .,
que fue mandar abrir los grifos al arriar
la bandera para echar a pique la "Cova
donga''. cEs o no esto ser caballero) cEs o no esto ser valiente)
La mencionada perorata de don Juan
Manue l Santurce tenía lugar dos días
después de ocurrido el apresamiento de la "Covadonga", y la noticia. con c .aráe
ler de rumor. sin fundamento oficial al
guno, circulaba con el aditamento agra· vante de haber sido también apresada la
goleta ''Vencedora''. Afortunadamente
para España estos últimos temo rc-1 eaye·
ron por su base con la presencia. de la goleta en la. bahía Constitución, donde a
la saz6 n se hollabl la 00Rcsolución 00 con
el objeto de entregar pliegos al coman
dante, que lo era hacía poco tiempo, el
capitán de navío don Carlos Valcárcel.
Como consecuencia de las órdenes re ·
cibidas. zarparon rumbo a V::ilparafso la
"Resolución" en conserva con la "Ven·
cedora'', a los pocos días legó la "Villa
344 REV 'JSTA DE AtARINA (MAY0-1l1NJO
de Madrid" orbolondo la insignia del ol mirantc y la .. Blanca", que se suponía
fondeada en Coc¡uimbo.
Tronaron majestuosamente en so n de
s~ludo los cañones de los barcos ingle ses~ norteamericanos e italianos que se halla
ban en el puerto. Juan Manuel Santurce y yo -cuenta Juan García, el autor, tam bién conocido como .. Chicote .. - rccos·
tado s sobre la borda contemplábamo s el ~spcctáculo comentando para nucslros
fidcntros, cuanto má s conveniente que aquel ruidoso derroche de p6lvora, hubie·
ra sido pnra loa intcre$CS esp•ñoles que las naciones que aquellos buques repr e
sentaban, hubicriln observa.do conducta 1nás correcta y sobre todo más imparcial
durante aquella guerra interminable.
Saludó también nue stra fragata; y acto
continuo &e dieron órdenes para ar·riar el bote del comandante, tocándome a mí
clirigir la maniobra y encargarme de l a caña del timón.
- JA la capitana!- ordcn6 el coman· dante. Cayeron los remo s al agua. y con silenciosa velo cidad cruz.amos las tran qu ila.s aguas de Ja bahía en demanda de
Ja "Vi!! a ,le Ma<lri11"".
Llegamos al costado de la fragata, sal
t6 a ella el comandante Valcárcel, y yo poco después de él, espoleado por el an .. sia de ver caras nuevas, de averiguar no .. licias y ... todo se debe decir, más que
r.e.da por el deseo de saber s i durante la et.tancia de la fra ga ta en El Ce.Hao se ha· bia recibido a bordo alguna carta dirigí· da a mí desde Lima, por una limeña que
me desvelaba.
De manos a boca tropec,é con Peláez,
r.l amigo de Santurcc, algo conocido mío y ordenan%a de un ayudante del almiran· te Parejn. ¡M ejor suer te! .. . Nos dimo s un abrazo y empezó el int errogatorio. Había para mí no una, tino dos cartas re·
cibidas en la 'Villa de Madrid" durante su permanenci a en El Callao.
- (Qué tal os va con vuestro nuevo comandante)- interrog6 Pelá.ez, que
por lo vi sto tenía tantas ganas como yo ¿e conver.saci6n.
-Al pelo -contesté-. don Car io• Valcárcel es todo un caballero y un buen 1narino que trata a su tripulación como sl
fStuviera compuesta de hijos suyos. <.Y el almirante Pareja) -p regunté a mi vtl queriendo corre s ponder a su corte sía.
- Eso pregúntaselo a Jos pece:&, que von los que están enterados -re spondi6
Pcláez frunciendo hurañamente el ent re· cejo.
-No te entiendo -exclamé estupe facto-. < Quiéres decir que Pareja h11
muerto?
.-No es eso lo que qujero decir. El al~
mirante Pareja no ha muerto , se ha suj .. cidado .. que no es igual. aunque después
de todo el resultado sea el mi smo.
- ¡Pareja muerto! -dije yo aturdí·
do- . t Y quié .n es ahora el almirante?
- D. Casto Méndez Núñez, el gallego
más templado, más valiente y más ma ·
rino que han visto los siglos pasados. el
presente y han de ver los venideros-, afirmó orgullosamente Peláez.
-Le conozco, y sobra todo lo que me cuentes de don Casto. Serví a sus órde
nes en Filipinas, en el vapor "Narv&ez." . Pero dime, añadí, volviendo a Jo que más
excitaba mi inter«Ss y mi curiosidad, ccó· mo c f eso de) suicidio de Pareja? Cuenta hombre, cuenta ...
-El orden es bueno para todos, dic
taminó :scn icncio:iamcntc c1 marinero. gui ñándome un ojo. Lo primero C$ estar a gus to, y más a gusto se eatá sentado
que de pie. Si además de estar sen tado se tiene delante una botella de Jo bueno, para beberlo con un amigo en paz. y en
g racia de Dio s ... 1mie) aobre hojuelas! r "ti hóróe de
Abztao", don Juan Bautista Topete; la '"Re .solución" por don Carlos Valcárcel; la "Villa de Madrid" por don Claudio
Alva.rgonzález: la " Bercnguela ", por don Manuel de la Pezuela; la "Almansa", por don Victoriano Sánchez Barc.o.i2tegui y la "Vencedora'" por don Franci .sco Patero.
Ese mismo día recibió Méndez Núñe:z la visita del comodoro inglé- .s Rodgcrs.
que trató de impedir el bombardeo de El
<.:allao.
- Hoy amigos, mañana enemigos- elijo Rodgets con aire amenazador.
--Si o s interponéi s entre la ciudn d y hi. c.scuadra, mi deber es echaros a pique. --contestó el almirante español.
Ante s de z:arpar de Valpataí so con
rumbo a El Callao, el mi s mo Rodgers pre · guntó al almirante Méndcz Núñez dónde pensaba dirigir la escuadra, y el e spañol
conte stó .secamente. s in pestañear-:
-Al mar.
Conocida es hasta la sac iedad la not.i· ficación que anteriormente -dice Car· cía - había dirigido al gobierno chileno rechazando proposiciones indignas de aer
Oceptadaa
por un marino español:
111'71) El. SOJr.2DARDEO OE EL CALLAO 347
-La reina, el gobierno, e1 paí s y yo,
preferimos má s tener honra sin barcos que
barcos sin honra.
Por Ja escuadra circuló y fue leida en
cada barco por el coma.nda.nte respectivo
una proclama que dec[a así:
"Marineros y soldados: Después de
una larga y cruda campaña, hoy se nos
presenta la ocasión de c.e"arla dignamen
te castigando cual s e merece la osadía y
perfidia de un enemigo que nada ha de·
jado de poner en práctica para vilipen
diar a nuc.atra querida España: a E.spa
i1a, que hoy espera de vosotros que la
"enguemos dignamente. Un mismo deseo
nos anima. a todos, y yo no puedo dudar
que con vuestro valor, decisión y entu
:iasmo, Jo veréis satisfecho, volviendo al
seno
de nu estras familias después de con :ignar una. página de gloria en la historia
de l a Marina moderna, dejando su honra a la altura que nuestra patria tiene dere
cho a esperar de nosotros. 1 Viva la rei·
na 1 Casto Méndez Núñez".
Formó la marinería dando frente al puente, sonó la voz de 1firmes1 y desta
cándose sobre el azul del cie lo apareció
la •ilutta un tanto rtd 10Mha y fornida de Méndez Núñez que con voz robusta y
a.rtjculando con energía las palabras le ..
y6 la proclama. El día 2 de mayo ama·
nec ió nebuloso y recordaba al mi s mo día
en que el pueblo de Madrid se mostró tan pródigo de su sangre luchando con
tra un enemigo infinitamente superior en
fuerzas. Al acla1ar se podía ver en frente
a El Callao ceñido por la ma sa imponen·
te de sus fo1tificaciones, y al norte del i-ucrto, tranquilos e indiferentu. los bu
ques de guerra franceses, americanos e
ingleses, que se apercibían a prcaenciar cómodamente el combcstc.
Funcionaron en Ja "Numancia" las
tanderaa de señales mandando el avan·
c:e y ordenando el zafarrancho de com·
bate, Son6 en todos los barcos el toque
de gene ral a y acto seguido la escuadra
ovanzó sobre El Callao majestuosa y 10-
lemnemcnte en medio de un s ilen cio sólo
interrumpido por las voee s de mando y
el sordo zumbido de las hélices azotan·
do vigoro samente las aguas.
Al frente avanzaron la "Numancia",
ia .. Blanca" y Ja ''Resolución", que com·
ponfan la primera divi sión, formada, se·
~ún el plan de Méndez Núñez. para ata
car las baterías del sur de la ciudad. For
maban la segunda división. la "Berenguc· )~ .. y la 'Villa de Madrid" y finalmente
la "Alman sa .. y la "Vencedora .. , que
componían la tercera división (les esta
ba encomendada la misión de batir al "Loa .. , al ' Victoria .. y al .. Tumbe s··.
barcos enemigos fondeados en los mue·
lles ), el .. Maule .. marchaba a retaguar
dia para prestar remolque o el socorro oportuno.
¡Solemnísimos momentos aquelloal
Desde el comandante general, que apo·
yodo en la baranda del puente asestaba
tus gemelos a la costa que lentamente
iba agrandándose a nuestra vista, ha.sta
el último grumete de la escuadra., nadie
-escribe Carda- ettoy seguro de ello,
pensaba en que la empresa que intcntá·
bamos era real y verdaderamente ardua, atrevida y temeraria, como a.firmó el
mis mo Mén dez Núñez. Nadie recordó que
nuestra escuadra, compuesta de buque s de madera, a cxeepc.ión de la "Numancia",
y con piezas de pequeño calibr e, iba a
expu gna r aquellas formidables fortifica
cione:S
defendidas por cañones de extra·
ordinario alcance; nadie pensó que el
t:nemigo se batía en su propio país y que,
por Jo tanto, alH' donde un combatiente
GUedara inutilizado otro s.c levantaría pa ra r ee mplazarle; ninguno d e no sotros sin-
1i6 el temblor del miedo al acordarse de
que lo que nuestro s pobre:s buques de ma· dera no hicieran por el pab ellón de Espa·
iia, tampoco lo había de hacer ella dis
tante cuat-ro mil leguas. Nadie pensó más
que en luchar: y todo s hicimos de sde lue
go mentalmente el sacrificio de nuestra s vidas jurando irnos a pique antes que
nrriar la bandera. exclamó Antequera, dirigiéndose a un
marinero, al observar que el cuerpo de Méndcz Núñcz se desplomaba. Acudió
lste al llamamiento a tiempo que el al mirante se de.svanecia , y entre el coman·
Jante y él lo transportaron al hospital de f'angre. Acudieron solícitos el médico pri ·
1nero de la ''Numancia .. , don Antonio
Censio y Romero y Juan Manuel Santur· ce (nuc•tro relacionador público) qu e ha·
cía prodigios de actiV'idad en el reparto de pócimas a media docena de heridos
que habían tenido que abandonar la cu· bierta, y ambos hicieron la primera cura
a1 insigne marino que lnrd6 en recobrar el conocimiento.
-Amigo Lobo -murmuró Fatigosa·
ment e Méndez Núñei, dirigiéndose al ma yoT genera l de la escuadra, que trému lo
y consternado estaba a la cabecera de In
c&ma- que no se sepa que estoy herido. Póngase de acuerdo con Antequcra y que
continúe el combate.
El esfuerzo que se vio obligado a rea ..
)izar para comunicar estas instruccione' le hizo perder de nuevo el conocimiento,
a tiempo que el mayor general don Mi
euel Lobo subía a cumplir las órdenes re·
cibidas.
Antes de seguirle, el marinero pregun..
lÓ a) médico:
-(Se salvará>
-
Tiene ocho heridas, dos de ellas gra · ves; pe.ro éste no es un hombre como
!os demá.s. ¡Se salvará, muchacho. pue · des batirte tranquilamente!
L a "Numancia" continuaba recibiendo un fuego nutridí simo, contestando bajo
la dirección del comandante Antequcra con igual lmpetu y e.struendo.
La que más daño hacía. era la batería peruana "Santa Rosa" que, dotada de
cnñones del mll)'or calibre co nocido hasta
entonce• . parecía un volcán en erupción , &egún menudeaban los disparos. Uno de
los proyectiles, después de rebotar en el mar, penetró a flor de agua, perforando
"na de las planchno del blindaje y pro duciendo tal conmoción en el barco, que
é,ste ae estremeció desde la punta de los topes hasta la quilla, con tal violencia que su tripulación creyó firmemente que an ·
tes de cinco minutos •e iban a pique.
PoT fortuna para ellos, no ocuTrió tal
desgracia, debido a la feliz circunstancia de que la bala, después de a.travesar la
coran. no tuvo fuerza bastante para pcr !orar el excelente revestido de teca que lt- servía de apoyo.
A todo esto iba la tarde declinando y el fuego empezaba a aflojar scnsib1emen·
te por ambas partes. Por la de los perua~ nos, sólo contestaban ya doce cañones de
la batería y por el lado español, a las cuatro de la tarde, só lo mantenian el combate la "Numancia", la "Re,s;olu·
c
ión " , la "V encedora" y la "Almansa" ,
pues lo s demás buques de let. escuadra o habían agotado sus municiones o se ha· 11&.ban en tan mal estado que harto ha·
rían con mantenerse a flote . A las cinco,
EL BOMBAnDEO DE EL CAU,.AO 349
los doce cañones de la "Santa Ro sa .. que"'
daron reducidos a tres, que con dcsespe ...
rada energía c.ontinuaban dispnrando a
pe.rar de Ja neblina y de Ja somb r a cre
ciente d el crepúsculo que empezaba a envolverlo todo.
Not -ició so a Méndcz Núñcz el estado
del combate, quien dijo al oficial comi.
tionado:
- <Están los muchachos contentos}
-Sí, señor -c .onte stó el interpela·
do--. todos estamos conlentísi 1no a.
Y
Méndcz Núñez añadió:
-Ahora sólo falta que en España que
de. n satisfechos de que hemos cumplido
con nuestro deber . Oiga u1ted a Ante ...
quera que cese el fu ego, que suba la gen te a las jarcias y den los tres vivas de
ordenanza antes de retirarnos.
Así se hito, y entre la niebla y la ob .. -
euridad ya completa de la noche cerra· da, todos los tripulantes de los barco s,
muertos de fatiga, manchados de sangre,
de sudor y de p61vora, sub ieron a las
j arcias para gritar tres veces: ¡Viva la
reina!
Despué s t lentamente , y con la maj es·
te d del león herido. pero vencedor, que
se retira a su cubil , Ja es c uadra se enea·
minó al fond eadero de San Lorenzo. Era
la noche del 2 de mayo de 1866.
La .. Villa de Madrid'', mandada por
don Claudio Alvargonzálcz. fue uno de
Jos buque s que cxpcrimcnt6 mayore s pér· didas y de .sperfcctos, pues apenas cru-
4adot Jos primeros disparo s, recibió una
rranada de tre scien tas libras que le oca sionó 35 bajas y entre ella s la muy sen ...
siblc del g-uardiama rin a Enrfque Godinez, a quien decapitó un e.asco de m etralla. La
tal granada cau só tanto s de sastres, que Ja fragata dejo de gobcrnnr , y a rcmol·
que de la "V encedora"' tuvo que 1etirar ·
se de la lucha. pero aprovechó s u r etira · da para disparar sobre las fortificaciones
de E.I Callao más de 200 proyectile s.
La "Blanca" se di.stinguió muy princi
palmente por s u temeridad para acercar·
ge a tierra y lo certero de su s disparos.
Uno de ellos hizo volar una torre blinda
da con los soldados que la guarnec ían. En sus movimiento s osados y rápido s te
adivinaba la personalidad de su coman
dante Juan Bau ti atA Topete, bravo y ex perto marino.
Situada la "B lanc .a .. en cuatro brazas
de fondo, debió aguantar u n diluvio de balas , y milagro pat ente fue que no tu·
viera miis bajas que las causadas po r una
bomba que mat6 a ocho marineros e hi
rió al comanda nte. Oejóse hacer éste Ja
primera cura. y acto continuo volvió a su
puesto de soyendo los consejos y admo ·
nicioncs
de Jos médicos. Batiósc la ·'Blan ·
ca" sin dc-.scanso hasta las cu atro d e la
t~rd e , hora en que después de haber he·
cho dos mi l disparos y agotadas sus mu· nicion es t-uvo que emprender la retirada.
La. "A1mansa", comandada por Vic ·
toriano Sánchez Barcaíztegui. a la mitad del combate recibió una granada de 300
libra s que explotó en la batería y mató
i trece hombres, entre ellos al guardia marina Rull, cuya gloriosa muerte fue
digna de su compañero Godinez.
Declaró.se el incendio que se propagó ii'tpidamentc a la santabárbara y, a pe
sar de ello y como si e l sinie s tro no hu·
biese ocurrido a bordo , el fuego de los
cañones continu6 nutridísímo e ince sante .
De sde la "Numancia" se pregunt6 al
barco inc .endiado si podría remediar la avería con sus propios esfuerzos. La º'Al ..
man sa" conte .st6 afirmativamente . Iba el incendio tomando ta.Je a proporciones, que
t •I buque se retiró un tonto de la linea de
combate. No había transcurrido media hora, en efecto, c uando el barco cnvucl·
to en el humo del incendio , tornaba a su puesto y emprendía e l cañoneo con
nuevo vigor y como si nada de particu ·
:ar ocur riera.
A
todo e :sto, Sánchez Barcaíztegui re·
cibió hasta tres avisos de que era preci s o
anegar las san tabárbaras si te quería evi· tar que el buque volara.
-( l1ojar la pólvora) - cx cla.mó e s te-, ¡ Ante.s volar cien vecct 1
I1erece también constar, que a conse ...
..:ucncia de la exp lo s i6n d e la granada
quedaron horriblemente abrasados varios ele los serv idores de las pi e zas, y ni uno
solo de ellos consintió en retirarse, dicien ·
do solamente:
-¡Venga el relevo y entonces nos 1e·
tiramosl
Los que etto decían eran quintos que
entraban en fuego por primera vez.
Al fin pudo apagarse el incendio y
nque1la pólvora que tan a ri es go estuvo
350 REVISTA DI! MA.RINA
de inutilizarse, sirvló gracias a la sercni·
dad del comandante Sánchez Barcaízte· gui para causar estragos a1 enemigo.
La "Bercnguela" tuvo que batirse so·
la, haciendo un fuego infernal contra las
:orres blindadas de la parte norte de El
Ce.Hao. Consiguió desmontar y apagar Jos
fuegos
de una batería Armstrong, a tiem
po que un proye ctil de grue so calibre
arrasaba su batería y salía por el lado opue•to, bajo la línea de flotación,
abriendo un boquete de 56 pies de super
ficie por donde las aguas penetraron a torrentu. La fragata, sin embargo, con·
tinuó batiéndose con ind if erencia.
Pocos minutos de spués caía otra sra rtltda en la "Ber enguela" e incendiaba
una de las carboneru situada al lado de
un depó sito de pólvora.
El bar co empezó a hundirse de costa·
do, tragando agua como una e:5ponja, y se retiró, sí, pero 1entamentc y como de
mala gana, disparando los cañonea que le quedaban disponibles. La go leta ingle
sa "Sheetwatc T". levando ancla s, le salió al paso para pre.starle s ocorros.
-¡Valiente "Bcren gue1a"l -gri t6 con
entusiasmo su comandante Mr. Ooug1as . -Aquí Htoy yo para recogeros.
-De nada necesito -contestó Pe·zue·
!a con laconismo e•partano.
La "Ven cedora" y la "Re solución" se
bC1tieron como buenas y sus cañones , C ·On los de la "Numancia" , fueron los ene.ar·
ga do s de decir la última palabra en el bombardeo.
En aquc11a jornada la e.sc.uadra el'i)a· ñola tuvo 194 bajas entre muertos, hcri·
dos y co ntusos. Los peruanos ., aparte de Ja1 pérdidas materiales que fueron de gran
jmportan cia, e xp erimentaron cerca de dos mil bajas, entre el1as Ja del ministro de la
p.uerra general Cálvez, que voló al mis · mo tiempo que la torre de la ''Merced"
con 27 hombres de la guarnici6n.
Los 4 3 muertos españole.s fueron se·
pultados en la isla de San Lorenzo a 300 metros de distanc.ia del mar Pacífico.
tDe quién fue la victoria} (Cómo .se
da el caso de que la fecha 2 de mayo de
1866 se celebre en España y en el Perú
como conmemorat ivas de un ttiunfo}
Habl e quien pueda hablar y sabe lo
que dice :
"No es ex traño que confiados en el
conjunto de esas fortificacionc.s. tanto la creencia del gobierno del Perú como la
r.cncral de tus adicto.s y de mucho.s que no )o son, fue .se la de que los buques de
esta escuadra pereccrian inemi siblemen te s i se atrevían 01 atacar los. El ataque ae
verificó: el fuego de esas fortificaciones
qued6 reducido a tres cañones: y sin em· bargo, además de la honra nacional ile
sa, mejor dicho en muy alto puesto, laa dotaciones de la escuadra del Pacífico
han sacado todas sus naves lastimadas , y
•Í, acribilladas, pero con su pabellón on· dulantc en su.s má.stilcs y listas para po
de.r cubrirlo de gloria de nuevo. si ncce· !ario fuere, después de haber conseg uido el fin que se propusieron".
E.tto dijo Méndez Núñei, fundándose
en hechos ciertos.
Luego
vino la vuelta de la escuadra a Üpaña. en que la• tripulaciones exper i mentaron honibles padecimientos: hnm·
Lre canina.. etcorbuto y privaciones de todo géne ro que convirtieron a lo, robus·
tos marineros en esqueletos ambulantes.
T ermina.ndo la descripción de lo que "io y vivió como testigo del bombardeo
de El Callao, Juan Carda, por mal nom hre "Chicote" ~orno él mismo se di· ce- agrega: .. Ante la just-icia humana
tladie resultó culpable del abandono en que se dejó enloncc.s a )as heroicas tripu ·
J,_cionc& de la escua dra del Pacífico; pe· ro hay una justicia eterna e infalible, en·
cargada de las supremas reivindicaciones. que en su dia exigirá e) pago de las tre· 1ncndas responsabilidades contraídas''.
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