La inquietud creciente por el desarrollo y por el futuro sustentable, nace de la preocupación acerca del estado del planeta que heredaremos a las futuras generaciones. El océano es el mayor productor de oxígeno para nuestra subsistencia (más que todos los bosques juntos) y el respectivo absorvedor de CO2 en la misma magnitud, regula el clima del mundo, nos provee gran parte de los alimentos, las rutas comerciales, los recursos minerales, las fuentes de energía convencional (petróleo y gas) y no convencional y nos permite recrearnos, entre otros.
A pesar de conocer todos los aspectos anteriores relativos a los océanos, la contaminación y explotación desmedida ponen en riesgo evidente el futuro sustentable del planeta, y el de todos los que lo habitan. Es actualmente lo que el plástico le hace a los mares, por lo que se están tomando algunas medidas al respecto. ¿Son suficientes? Probablemente no, pero es un comienzo. Eliminar las bolsas plásticas de los supermercados es un aporte, pero casi todo el resto de los alimentos vienen envueltos en el mismo material…..El uso excesivo de plástico y su fin en el mar es solo la punta del iceberg. Los cambios en la temperatura del agua, la acidificación de los mares, la pesca indiscriminada, la extinción de las especies y el cambio climático son iguales o más graves aún, y su efecto no ha sido dimensionado por la mayoría de la gente, lo que es a lo menos, preocupante. Si destruimos los océanos, nos destruimos a nosotros mismos, y no en largo plazo, sino que bastante menos de lo esperado.
Las Naciones Unidas, para su agenda 2030, plantearon sus objetivos sostenibles, resumidos en 17 objetivos. El número 14 indica: “Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.” Las metas que conforman el objetivo 14 se pueden resumir como se indica a continuación:
Además, el punto 14.a indica:
Aumentar los conocimientos científicos, desarrollar la capacidad de investigación y transferir tecnología marina, teniendo en cuenta los Criterios y Directrices para la Transferencia de Tecnología Marina de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, a fin de mejorar la salud de los océanos y potenciar la contribución de la biodiversidad marina al desarrollo de los países en desarrollo, en particular los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados.
Estas metas del objetivo 14 son la guía para todos los países para comenzar a actuar con respecto a este problema que aqueja a todo el planeta, pertenezcan a las Naciones Unidas o no.
Para poder tomar las medidas correctas, y de esta forma, mitigar o eliminar los efectos nocivos en el mar, lo primero que hay que hacer es estudiar a cabalidad y comprender qué está ocurriendo, dónde y porqué. Luego, comenzar a proponer cursos de acción para empezar a solucionar los problemas. Este ciclo comienza entonces con la recolección de data en el mar, sus respectivos procesos y entendimiento, luego los cálculos y modelaciones, para con los resultados, informar y asesorar a las instituciones, que son las que deben actuar finalmente. De esta forma la ciencia contribuye, a través de los descubrimientos científicos, a futuras políticas que tendrán un beneficio social, al detener el daño a los océanos.
Para la recolección de datos, se requiere tener plataformas, tales como buques, embarcaciones y aeronaves equipadas con sistemas modernos para la captura de datos, operados por personal calificado y competente.
El AGS-61 Cabo de Hornos, buque de la Armada de Chile construido en los astilleros de Asmar Talcahuano, es actualmente una de las plataformas científicas más modernas del mundo, con una capacidad de recolección de datos de hidrografía, oceanografía, investigación pesquera, geología marina, estudio de especies marinas, entre otras. Cuenta además con modernos laboratorios y capacidad de embarcar hasta 23 científicos para realizar sus estudios a bordo.
Esta moderna unidad naval, coordina con instituciones y universidades nacionales y extranjeras, la ejecución de comisiones científicas, que tienen como propósito conocer y evaluar mejor nuestro mar, con ciencia aplicada y además -la gran mayoría- acorde y/o dentro de las metas del objetivo 14 de las Naciones Unidas.
Con sus seis años de servicio, el Cabo de Hornos ha participado en numerosos levantamientos hidrográficos, los que han permitido crear y actualizar cartas de navegación a lo largo de todo nuestro país, incluido el territorio insular. Además, ha participado en proyectos de diferentes universidades e institutos en el crucero Científico-Marino en Áreas Remotas (CIMAR), en los cuales se ha estudiado, entre otros, la biodiversidad y su relación con las variables ambientales, las variaciones de los glaciares y su derretimiento, la determinación de efectos antropogénicos en los fiordos del sur, la geología del fondo marino y la recolección de datos para el parque marino Nazca-Desventuradas. A través de la Comisión Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología (CONYCIT), se realiza otro crucero anual a bordo del buque, con objetivos que han abarcado: exploración de las profundidades de la fosa de Atacama usando sonares y Autonomous Underwater Vehicle (AUV), análisis de cambio climático en aguas profundas, potencial impacto del fenómeno del Niño y montes submarinos de la Placa de Nazca. También, el Cabo de Hornos participa durante dos meses al año, en investigaciones pesqueras con el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), para determinar el estado de conservación de diferentes especies chilenas, y así determinar las cuotas o las vedas para su extracción controlada.
Además, las capacidades del Cabo de Hornos aportan a otras áreas de misión de la Armada:
Vivimos en una época en que el crecimiento exponencial de la población, el desarrollo tecnológico y el consumismo desmedido aumentan tan velozmente que no nos permite dimensionar adecuadamente el impacto que le estamos generando a nuestro planeta, y particularmente a nuestro mar. La conciencia es individual, pero son los Estados y sus instituciones que las generan los cambios trascendentes.
Con todas las capacidades y experiencia de seis años realizando investigación científica marina de calidad con el AGS-61 Cabo de Hornos, Chile y su Armada están realizando un aporte a la conciencia mundial sobre lo que significa el cuidado de los océanos, siguiendo además los lineamientos de las Naciones Unidas.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1001
Julio - Agosto 2024
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