Revista de Marina
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  • Fecha de publicación: 29/06/2017. Visto 668 veces.
Con motivo de conmemorarse el 4 de julio el centenario de la incorporación de los submarinos a la Armada de Chile, quisiera contribuir a dicho evento, relatando lo vivido en el año 2004 durante la participación del submarino Simpson en la Operación Pacífico 2004, que incluyó el ejercicio RIMPAC en su versión décimo novena, y una segunda fase de ejercicios en las aguas de San Diego en el Estado de California, denominado Team Work North (TWN). La Operación Pacífico 2004 se desarrolló entre el 12 de mayo y el 9 de noviembre, que marcan los hitos de zarpe y recalada desde la base de submarinos en Talcahuano. Fueron 181 días fuera de puerto base, donde 42 hombres al mando del suscrito, enfrentaron una exigente comisión que combinó actividades operativas, culturales, recreativas y en general, las inherentes a la vida en el interior del casco del submarino durante 115 días de navegación bajo la superficie del mar. El autor, intentará en estas líneas poder transmitir las vivencias y experiencias desde la perspectiva del comandante; y a la vez, rendir un homenaje de agradecimiento y afecto a la dotación y sus familias. Han transcurrido 13 años. El condestable ya zarpó a la eternidad y algunos han finalizado su estadía en la institución encontrándose en condición de retiro, desarrollando actividades en la vida civil. Para el presente trabajo, se hará uso de algunos apuntes personales, recortes de diario y sin lugar a duda, recuerdos que fueron aflorando durante la elaboración de este texto.
El esfuerzo desplegado y la excelencia de la preparación profesional demostrada, refuerza una vez más la capacidad de la Fuerza de Submarinos para contribuir directamente al efecto disuasivo que persigue nuestra política de defensa. Simpson: bienvenido a la Patria. ¡Bravo Zulú!”
Estas fueron las palabras de bienvenida a Chile del Comandante en Jefe de la Armada, al término de la comisión, que refleja lo logrado por estos 42 hombres. Cronológicamente la Operación Pacífico, estuvo constituida por las siguientes etapas: el tránsito desde Talcahuano a Pearl Harbour, el ejercicio RIMPAC, la navegación de Hawai a San Diego, los ejercicios TWN y el regreso al puerto base. [caption id="attachment_17570" align="alignright" width="393"] SS Simpson recalando a Pearl Harbour (21 jun 2004).[/caption] Este artículo pretende reflejar y destacar el espíritu de cuerpo y solidaridad que se expresa en la dotación de un submarino, sobre todo por un imperativo de seguridad, lo que requiere de un riguroso entrenamiento y un espíritu de entrega, probablemente desconocidos por muchos. El ritmo de guardias en la mar es similar al modelo de los demás buques de superficie. Además, la vida a bordo de los submarinos convencionales en la mar, está marcada por los períodos a profundidad de periscopio para cargar las baterías.

Tránsito de Talcahuano a Pearl Harbour

El 12 de mayo a las 16:30 horas comenzó esta aventura, después de ser despedidos por el Comandante en Jefe de la Fuerza de Submarinos. Adyacente al sitio de atraque, se agruparon los familiares, seres queridos y amigos, mientras los buques surtos en la bahía nos despedían con los tradicionales toques de pito. Una hora más tarde se cerró la escotilla principal, y se continuó el tránsito en patrulla silenciosa sumergida en demanda de Isla de Pascua. Quisiera hacer la primera reflexión. Mientras se materializaba la maniobra de zarpe, se me vino a la mente que la misión solo estaría concluida una vez que diera la orden de para final a las máquinas, estando abarloado en el mismo sitio de atraque, el próximo 9 de noviembre, con toda la dotación sana y salva, de regreso a casa. El primer objetivo del comandante fue el de no tener accidentes de ningún tipo. Sería necesario operar y comportarse en todo momento en forma segura, prudente, evaluando sistemáticamente el riesgo operacional. Para lo cual en cada oportunidad habría que recordar las medidas de autocuidado, tanto a bordo como en tierra; incluyendo los momentos de franco y en la mar, desarrollar un programa de entrenamiento para reforzar estos hábitos y reforzar las virtudes que distinguen a un submarinista. Desde el primer día se mantuvo un alto grado de actividad, de manera que cada hombre tomara conciencia y asumiera el compromiso de transformar con su desempeño, lo ordinario de la vida diaria en extraordinario; imponiendo altas exigencias y, sobre todo, ser capaces de enfrentar con decisión momentos adversos, que sin lugar a dudas estarían presentes. Se requería trabajar en equipo, promoviendo e incentivando las buenas ideas otorgando a la vez, los espacios para la reflexión personal, todo dentro de la doctrina y el estilo naval. El submarino, en todo momento, debía estar limpio y ordenado, la dotación informada y conocer de primera fuente las orientaciones del comandante. En los tránsitos, se dosificó el tiempo para efectuar entrenamiento, acciones de mantenimiento al material, aseo, conferencias, trabajos administrativos, celebraciones de efemérides nacionales y los cumpleaños. [caption id="attachment_17577" align="alignleft" width="378"] Revista del comandante en la mar.[/caption] El Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa fueron celebrados en la mar con una vigilia y con una llamada general en el centro de mando del submarino (denominado central), alocución patriótica del comandante, ceremonia de ascenso de un cabo 2° a cabo 1° y tres ascensos a sargento 2°. Adicionalmente, dos oficiales recibieron la condecoración “Estrella Militar por 10 años de servicio” y el maestre de navegación la “Estrella al Mérito Militar por 20 años de servicio”. Posteriormente, se efectuó el desayuno de camaradería con intercambio de cámaras y el tradicional almuerzo para celebrar tan importantes acontecimientos. Isla de Pascua sería nuestra primera recalada. El nuevo oficial de operaciones se embarcaría en dicha isla, dado que el titular fue desembarcado el día anterior al zarpe por un problema de salud. Adicionalmente, se recepcionaría la correspondencia y algunos elementos que no estuvieron listos el día del zarpe. La estadía en Isla de Pascua superó todas las expectativas; el Gobernador Marítimo y comandante de la Guarnición Naval de Isla de Pascua preparó un programa que le permitió a la totalidad de la dotación conocer los principales atractivos de la isla, d isfrutar de la comida y cultura Rapa Nui y compartir con los isleños. El suscrito concurrió al Liceo Municipal a exponer una conferencia, en el marco de la celebración del mes del mar. Los alumnos estaban inquietos por visitar el submarino, el que fue visitado por cerca de 500 isleños. Las autoridades encabezadas por el Gobernador Provincial, fueron invitadas a un almuerzo oficial a bordo. Las 60 horas en Isla de Pascua, permitieron efectuar trabajos de mantenimiento y corregir la totalidad de las observaciones que hubo durante el tránsito a ese lugar. El miércoles 26 de mayo, recepcionada la carga que transportó un avión comercial, se continuó el tránsito a Hawai. La dotación estaba con las baterías cargadas, los recuerdos de la estadía en la isla fueron en más de una ocasión, temas de conversación. La estadía del submarino en Isla de Pascua, quedó registrada en la portada del diario El Mercurio del 30 de mayo, mientras se desarrollaba una regata de embarcaciones polinésicas. En el tránsito hacia Pearl Harbour, el foco estuvo en lograr un acabado conocimiento de los diferentes ejercicios a desarrollar en RIMPAC y dar a conocer las principales directivas del comandante de la Región Naval de Hawai. De la planificación, se pudo concluir que serían ejercicios de exigencia creciente en el tiempo, en promedio de siete horas de duración, con espacios para cambios de áreas, cargar baterías y efectuar rutinas domésticas. Por lo cual la dotación sería organizada a dos guardias, con un grupo encargado de planificación y de supervisar el desarrollo de las actividades. Adicionalmente, se asignó tiempo para profundizar el inglés, llevando a cabo un programa con prácticas de procedimientos radiotelefónicos, telefónicos, coordinación de faenas, atención de visitas, entre otras. Para reforzar y motivar lo anterior, los días viernes después de la cena, se efectuaba en el departamento de torpedos, prácticas de karaoke, en el cual se incluían canciones en inglés. Esto permitía ir adquiriendo soltura y confianza en este idioma para relacionarse con los pares de otras marinas. Otra actividad novedosa fue otorgar un espacio para contribuir a desarrollar el hábito de lectura silenciosa y sostenida, en la cual, a media mañana durante a lo menos 15 minutos, se asignaba ese tiempo para la lectura de un libro. Los días viernes, la actividad estaba marcada por la revista de departamentos del comandante, incentivando una sana competencia para lograr ser reconocido, como el encargado del mejor lugar presentado. Lo que se buscaba, era un alto nivel de limpieza, que estuviera todo bien estibado con una buena plataforma para el rendimiento de los sonares. En cuanto a la presentación se buscaba que aquello que pudiera brillar, brillara; que las sentinas estuviesen secas y no hubiese filtraciones. Y, sobre todo, ausencia de factores de riesgo para la integridad de la dotación. El 10 de junio a las 08:10 horas, cruzamos la línea del Ecuador. Este hito era un buen motivo para desplegar el ingenio y las buenas ideas. En efecto, conforme a la tradición, la corte del Rey Neptuno tomó por algunos momentos el control de la dotación, en la cual los neófitos, aquellos que no habían cruzado dicha línea, debían cumplir algunas pruebas impuestas por la corte. Se programó para esa ocasión aflorar y permanecer un par de horas en superficie para materializar el bautizo con un baño de mar. Sin embargo, un análisis más profundo y consecuente con el objetivo de no tener accidentes de ningún tipo, se dispuso efectuar el cruce sumergido: los fumadores, tendrían que esperar otros 11 días. Las pruebas de la corte del Rey Neptuno, lograron el despliegue de la astucia; desde el disfraz de un pez martillo a un pez gato y la construcción de una maqueta del submarino, con diferentes residuos, marcó la cima del ingenio, la cual resultó tan bien lograda que quedó en exhibición en el departamento de torpedos durante el resto de la comisión. [caption id="attachment_17584" align="alignleft" width="396"] Parte de la dotación y maqueta hecha con residuos[/caption] El 19 de junio, se efectuó el cambio del control operativo entre el Comandante en Jefe de la Fuerza de Submarinos chileno y el Comandante de los Submarinos del Pacífico (COMSUBPAC) norteamericano; a contar de ese momento, se debía dar cumplimiento a lo dispuesto por esa última autoridad, en particular el plan para evitar interferencias mutuas. El 21 de junio en la hora y en el punto prefijado, al momento del zarpe de Talcahuano, se afloró y según lo dispuesto se enlazó con el puesto de control de la base naval de Hawai. Se solicitó autorización para rendir honores al USS Arizona Memorial, lo cual fue autorizado. Previo a los honores, el submarino recibió la tradicional Lei de manos del segundo comandante del Escuadrón de Submarinos 7 (COMSUBRON 7) norteamericano, lo que fue instalado en la vela del submarino. Se rindieron los honores con parte de la dotación en cubierta, lo que no dejó indiferentes a los visitantes del memorial. Posteriormente, se transitó al sitio de atraque asignado, siendo recibido con toques de pito de los submarinos y unidades surtas en la base, culminando con la recepción del representante del Comandante de la Fuerza de Submarinos del Pacífico, la Cónsul Honoraria de Chile en Honolulú, los comandantes de los Escuadrones de Submarinos, el comandante, oficiales y condestable de submarino consorte entre otros. Mientras se materializaba la maniobra de atraque, una banda de la Marina norteamericana nos daba la bienvenida. Para finalizar, un grupo folclórico efectuó una demostración de bailes típicos, finalizando con la colocación de collares de flores. Las autoridades presentes visitaron el submarino, dejando al término elogiosos comentarios en el libro de visitas, destacando el estado de limpieza, presentación y conservación del submarino. De esta forma, se daba término a 38 días de tránsito sumergido desde Talcahuano a Pearl Harbor.

El ejercicio RIMPAC

[caption id="attachment_17583" align="alignright" width="407"] Premios deportivos obtenidos en RIMPAC 2004.[/caption] Los días siguientes en puerto, se desarrollaron diferentes reuniones de coordinación, en las cuales se expusieron cada uno de los mensajes de ejercicio; ocasión para aclarar dudas, pero por sobre todo, una oportunidad para conocer a los comandantes y oficiales de otros buques y fuerzas con los cuales se iba a interactuar en los próximos días en la mar. El programa de actividades también incluía recepciones organizadas por una unidad de cada país participante. El día de Chile, se efectúo un viernes y se desarrolló a bordo de la fragata Lynch, manteniendo la tradición de los anteriores participantes, por ser el más esperado y extenderse un poco más el horario de término. Adicionalmente, hubo diferentes competencias deportivas en donde la dotación se destacó por obtener el primer lugar en vela y el segundo lugar en voleibol. La fragata Lynch, se destacó por resultar campeones en fútbol. El 5 de julio, se iniciaron los movimientos de zarpe de las unidades a las áreas de ejercicio. Entre el 6 al 15 de julio, se desarrolló la fase de entrenamiento denominada Work–Up comenzando en áreas de profundidades someras, finalizando en aguas profundas con niveles de exigencia crecientes en el tiempo. Para finalizar, se desarrollaron ejercicios de submarinos con submarinos. En total se efectuaron 20 ejercicios, con 140 horas de interacción, con diferentes medios antisubmarinos y submarinos. Esta etapa fue altamente demandante, en efecto, entre ejercicio y ejercicio, se efectuaban los cambios de área, cargas de las baterías, se recepcionaban nuevos mensajes y se cursaban los mensajes de pre crítica del ejercicio recién desarrollado. La fase táctica (la más avanzada de este set de ejercicios), se desarrolló entre el 15 y 23 de julio. En esta fase, se asignaron tareas de vigilancia sobre el grupo de batalla del portaviones norteamericano J.C. Stennis, mientras al término en la segunda fase, se simuló por 22 horas, la fase de empleo del potencial bélico. Durante el desarrollo de la fase táctica, ocurrió una falla inusual: sucesivamente, ambos compresores de aire de alta presión del submarino quedaron fuera de servicio. Lo anterior, fue una falla mayor, pues el submarino quedaba incapacitado para recargar aire de alta presión, vital para efectuar las maniobras de aflorada. Efectuada una rigurosa evaluación de la situación con los oficiales, se resolvió continuar en la mar hasta completar la totalidad de las actividades programadas. Sin lugar a dudas, que aquí se presentó nuevamente, otra oportunidad para aplicar todo el ingenio para permanecer seguros en la mar. En efecto, hubo que tomar medidas para restringir el consumo del aire, restringiendo el uso del eyector de basuras, sanitario, períodos de snorkel, entre otras medidas. Se determinó que después de aflorar, no sería factible volver a sumergirse hasta reparar a lo menos una compresora, cuyos repuestos debían ser adquiridos en Alemania. La situación fue informada a Chile y al comandante del grupo de tarea norteamericano y a las autoridades navales locales el día 18 de julio, junto con detallar la falla y sus consecuencias, indiqué que haría todo lo posible para cumplir las tareas asignadas manteniéndome en la mar, que el lema del submarino era “No Fallaremos” y seriamos consecuentes con él. Les indiqué adicionalmente, que me mantendría siempre en el lado seguro, aplicando manejo de riesgo operacional. Este mensaje, fue motivo de comentarios y análisis de las autoridades navales norteamericanas. Recibí una copia del chat, con los comentarios del citado mensaje de los diferentes mandos involucrados con el submarino. El mensaje del submarino Simpson fue retransmitido a todos los comandantes de la Armada norteamericana participantes en el ejercicio RIMPAC como un ejemplo de compromiso y profesionalismo. De los cuatro submarinos extranjeros participantes, dos habían concluido prematuramente su participación en la mar, regresando a puerto en forma anticipada, por fallas del material. Pese a la falla antes indicada, completamos nuestra participación en forma exitosa, controlando y manejando los riesgos operacionales originados por estas fallas. En puerto, se desarrollaron todas las acciones para estar en condiciones de zarpar el 5 de agosto con destino a San Diego. Gracias a la capacidad logística de la Institución, el apoyo del Jefe de la Misión Naval de Chile en Washington y un especialista de ASMAR Talcahuano que concurrió a Hawai a contribuir a reparar un compresor de alta presión, el submarino estuvo en condiciones de continuar el programa de operaciones previsto, tal cual como estuvo concebido originalmente. En efecto, el 4 de agosto a las 16:30 hora local, con una compresora cien por ciento operativa estuvimos en condiciones de zarpar al día siguiente a las 07:30 horas.

Tránsito de Hawai a San Diego

En el tránsito, tuvimos ejercicios con aeronaves de los diferentes escuadrones de exploración aeromarítima y antisubmarinos norteamericanos. El día 6 de julio, mientras en Chile el Comandante en Jefe de la Armada inspeccionaba la Fuerza de Submarinos en Talcahuano, se coordinó para que en el momento en que él ingresara a la sala de opera-ciones de la Fuerza de Submarinos, sonara el teléfono satelital, y materializar un enlace con dicha autoridad. Las palabras del almirante fueron muy gratificantes para la dotación del submarino. Durante el resto del tránsito, se profundizó el estudio y análisis de las próximas actividades, continuando la práctica del inglés y la lectura silenciosa sostenida.

Ejercicio TeamWork North (TWN)

Entre el 1° y el 26 de septiembre se desarrolló TWN. En dicho período, se interactuó con tres grupos de batalla norteamericanos, en forma sucesiva; fue un período de alta exigencia y de complejidad operacional creciente, en los cuales se entrenó con los buques escoltas y helicópteros antisubmarinos para finalizar con ejercicio táctico avanzado. De la misma forma, se efectuaron ejercicios con submarinos. Las actividades en la mar, se intercalaban con un par de días en puerto destinados a reuniones de planificación e intercambio de experiencias. La mayor exigencia, estuvo en los ejercicios desarrollados en los accesos a puerto, por la presencia de múltiples embarcaciones deportivas. En San Diego, fuimos revistados por el Jefe de la Misión Naval de Chile en Washington, una gran oportunidad para mostrar el submarino, conversar con la dotación y agradecerle las gestiones efectuadas por la provisión de los repuestos de los compresores de alta presión. [caption id="attachment_17590" align="alignleft" width="354"] 18 de septiembre de 2004 en San Diego[/caption] El 18 de septiembre y el aniversario del Combate Naval de Angamos, fueron celebrados en San Diego, oportunidad para invitar a diferentes autoridades navales, al Cónsul Honorario de Chile en esa ciudad y miembros de la colonia residente en el Estado de California. Entre el 29 de septiembre y el 6 de octubre, con apoyo de un grupo de personal especialista proveniente de Chile, se efectúo un periodo de mantenimiento a los diferentes sistemas del submarino, faenas y preparación para un tránsito de 30 días de regreso a la Patria.

Tránsito de regreso a Talcahuano

El 9 de octubre, se dio inicio al tránsito de regreso a casa. Fueron 30 días de tránsito sumergido, en el cual los objetivos principales fueron completar el proceso de formación como especialista de dos oficiales y consolidar todas las experiencias adquiridas. Esta etapa exigía de especial concentración y rigurosidad con el cumplimiento de los diferentes procedimientos. En general, el tránsito fue sin mayores observaciones y sin mayores fallas del material. Estando a la cuadra del cuerpo de guardia de la Escuela de Grumetes en la bahía de Concepción, se afloró dando por terminado el tránsito sumergido, completando la Operación Pacífico con 115 días sumergidos. La dotación en esta comisión estuvo integrada por 9 oficiales y 33 gente de mar con un promedio de edad de 32,5 años. El 31% ya había participado en, a lo menos, una comisión de largo aliento. El personal de mantenedores demostró poseer una muy buena preparación profesional, siendo capaces de resolver varias fallas del material en forma oportuna. El comportamiento de la dotación fue ejemplar, reconocido por diferentes autoridades de la Armada de los Estados Unidos. El nivel de inglés alcanzado les permitió comunicarse, destacando la personalidad y desplante, para relacionarse con sus pares extranjero. El rendimiento deportivo fue sobresaliente, destacando entre las unidades participantes en RIMPAC. Fueron disciplinados y lograron mantener controlado el índice de masa corporal. En estos 181 días fuera de puerto base, no hubo que lamentar accidentes de ningún tipo, retornando todos sanos y salvo a sus hogares. El esfuerzo desplegado, la lucha y el ejercicio sostenido por vencer nuestras propias limitaciones, el afán reiterado por trascender nuestros límites perfila el carácter, y a su vez, es fuente de iniciativa, aventura, innova-ciones, de modo que nunca sabemos de antemano qué es para la dotación de un submarino lo imposible. Esta fue una de las operaciones de mayor extensión efectuada por un submarino en los 100 años de existencia de la Fuerza, totalizando 18.596 millas navegadas. Las experiencias obtenidas fueron valiosísimas, tanto en lo personal como en lo profesional para todos, de comandante a marinero. La tradición de la Fuerza de Submarinos en particular y de la Armada en general, se sintió en cada día de esta operación, inspirándonos y orientándonos de qué hacer ante situaciones complejas y delicadas. Confirmando lo que expresara el almirante Lord Cochrane en los albores de nuestra Institución, “la palabra imposible no existe en el lenguaje del marino chileno”. No deseo terminar estas palabras sin reiterar mis felicitaciones y agradecimientos a cada uno de los 41 submarinistas que integró la dotación del submarino Simpson en la Operación Pacífico 2004.

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