Revista de Marina
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Cambio de nombre a buques de la Armada de Chile

  • Edmundo González Robles

Por Edmundo González Robles

  • Fecha de recepción: 06/06/2022
  • Fecha de publicación: 31/10/2022. Visto 1183 veces.
  • Resumen:

    Los cambios de nombre en buques de la Armada de Chile han sido más comunes de lo que se cree. Por diferentes razones de orden político, geopolítico, social, histórico o cultural, se ha tomado la decisión institucional de rebautizar unidades del listado naval, en ocasiones por mas de una vez, existiendo casos incluso de regreso a su nombre original. En este escrito pretendemos entregar una casuística histórica de dieciséis hallazgos de esta investigación, para concluir y recomendar ciertas necesidades actuales que avalarían hacerlo nuevamente.

  • Palabras clave: Armada de Chile, cambio, Cambio, nombre, buques.
  • Abstract:

    Renaming ships in the Chilean Navy has been more common than one might think. For political, geopolitical, social, historical, or cultural reasons, our Navy has decided to rename some of their ships, even going back to their original names. In this article we provide sixteen historic case studies, concluding and recommending, at this present time, that would endorse the renaming of certain ships.

  • Keywords: Renaming, ships, Chilean Navy.

Pareciera ser, al igual como ocurre con el ser humano, que el nombre dado a los buques en el momento de su bautizo, debiese acompañarlos durante toda su vida útil. Sin embargo, la casuística nacional e internacional, al igual como ha ocurrido con algunos nombres de personas, nos suele demostrar que ello no es tan así, ya sea por diferentes necesidades o razones.

Generalmente, en el caso particular de la Marina de Chile, sus unidades a flote reciben o se les asigna un nombre propio, que normalmente está asociado a la historia naval o tradiciones chilenas mismas, con el que se le va a identificar a lo largo de todo su servicio en la institución. Ello se puede realizar en distintos momentos, ya sea en el instante de tomar la decisión de su construcción, cuando ella se ordena, estando en el astillero, en el momento de botarlo al mar, o bien al ser incorporados a la lista naval. En otros casos, al ser adquiridos de segunda mano, ya traen un nombre de origen, el que es cambiado por uno nacional y en algunos casos se les ha mantenido cuando se incorporan como trofeos de guerra, tales como la Covadonga, el Huáscar o la Pilcomayo.

Asimismo, puede ocurrir, estando un buque en servicio activo, se decida cambiarle su nombre para dárselo a otra unidad que, de acuerdo al rol que cumplirá, le es mas acorde o bien para honrar a algún personaje. La idea en este escrito es presentar los casos de unidades de la Armada de Chile a las que se les ha cambiado su nombre, a lo largo de los más de 200 años de existencia de la institución.

En este ensayo, no solo analizaremos el hecho del cambio de nombre mismo, sino también y en la medida de lo posible, el contexto político, histórico, social o cultural por el cual ello se produce, para concluir que estas prácticas no han sido tan esporádicas ni escasas en la Marina de Chile y se han distribuido homogéneamente en el tiempo.

Casuística

Fragata Reina María Isabel

Este buque fue capturado en Talcahuano por el capitán de navío Manuel Blanco Encalada, al mando del navío San Martín y la fragata Lautaro, el 23 de octubre de 1818, siendo éste el bautizo de fuego y la primera operación de la recientemente formada escuadra nacional. El 9 de diciembre de 1818, el senado de la República la denominó O’Higgins, en honor al mandatario de Chile. En 1823, siendo el director supremo el general Ramón Freire Serrano, le cambió el nombre, volviéndola a su denominación original de María Isabel, constituyendo el único caso de reversión de nombre, junto al acorazado Latorre. Sin lugar a dudas la razón del regreso a su nombre original se debió a un motivo estrictamente político, dado que en aquel instante Freire, su otrora enemigo político, ahora sustentaba el cargo de director supremo de Chile. A inicios de 1823, Freire fue el promotor de la revuelta en Concepción, que obligó a O´Higgins a dimitir en un Cabildo Abierto el 28 de enero de 1823, para evitar una guerra civil y emigrar a su destierro al Perú.

Fragata Esmeralda (1°)

La fragata española Esmeralda, conquistada en el puerto de El Callao por el almirante Cochrane en la noche del 5 al 6 de noviembre de 1820, en una de las grandes hazañas del Lord en nuestro país, mantuvo su nombre original por diez días, ya bajo pabellón chileno. Se quiso bautizarla con el nombre del almirante que la había conquistado, pero éste se opuso y pidió que se le colocara Valdivia, en homenaje a la gran gesta que había realizado al tomar las plazas de Corral y de Valdivia, que constituían uno de los puertos más fortificados, por lo que era conocido como el Gibraltar de América. Esta es la razón por la que la numeración de los buques que han llevado este glorioso nombre ésta es considerada como la primera Esmeralda.

Goleta Presidente Bulnes

Construida en Ancud, en la isla grande de Chiloé, siendo el encargado de su construcción el intendente Domingo Espiñeira, antiguo contador naval y político chileno. Fue terminada a fines de marzo de 1843 y, en un principio, se le bautizó como Presidente Bulnes, pero el entonces mandatario Manuel Bulnes (1841-1851), rehusó hidalgamente usar su nombre, por lo que, con posterioridad, se le denominó Ancud en homenaje a la ciudad chilota que la vio nacer. Es esta misma nave la que, después de una travesía de 4 meses, tomó posesión del Estrecho de Magallanes para Chile, el día 21 de septiembre de 1843, al mando del comandante Juan Guillermos quien, en honor a su nueva patria, había castellanizado su nombre de John Williams Wilson.

Fragata Blindada Valparaíso

Dada la tensión en las relaciones diplomáticas con Bolivia y la actitud poco amigable de Argentina y Perú en el año 1872, se aprobó el 04 de marzo una ley que autorizaba a contratar un empréstito para la construcción de dos buques de guerra protegidos con coraza. Se resolvió adquirir dos fragatas blindadas que se construirían en Inglaterra y llevarían los nombres de Cochrane y Valparaíso, pero al fallecer el almirante Manuel Blanco Encalada el 5 de septiembre de 1876, primer comandante en jefe de nuestra escuadra y primer presidente de la República, se le cambió el nombre al Valparaíso por el de Blanco Encalada. Esta misma unidad, junto a su gemelo Cochrane, fueron los que protagonizaron la batalla naval de Angamos el 8 de octubre de 1879, poniendo fin a las correrías del monitor Huáscar y logrando el control del mar, para continuar con la campaña terrestre que conduciría a Chile a la victoria en la Guerra del Pacífico.

Transporte Princesa Luisa

Quizás una de las unidades más desconocidas de nuestra casuística y que tuvo más cambios de nombres, junto al cazatorpedero Almirante Goñi. Fue un transporte adquirido por el gobierno a principios de 1880 y, por documento Nº 26 del comandante general de marina, de fecha 1 de junio de 1880, se le incorpora a la escuadra con el nombre de Princesa Luisa. A partir del 3 de junio de 1880 tomó el nombre de Lautaro, en homenaje al hábil guerrero araucano. Después de 24 años con ese nombre en la lista naval de la marina y por D.S. Nº 595, de fecha 20 de julio de 1904, se le designó con el nombre de Contramaestre Micalvi, siendo dado de baja 6 años más tarde por D.S. Nº 595, de fecha 22 de abril de 1910.

Cazatorpederos Almirante Lynch (1º) y Almirante Condell (1º)

Cazatorpederos de la clase Sharpshooter, construidos en los Astilleros Laird Brothers, en Birkenhead, Inglaterra. Lanzados al agua el 10 de marzo de 1889 y terminados a fines de 1890. Ambos cazatorpederos fueron los protagonistas, durante la guerra civil de 1891, del hundimiento del blindado Blanco Encalada, en la bahía de Caldera, la madrugada del 23 de abril de ese año, tras un certero impacto de torpedo del Lynch en la sala de máquinas de la fragata blindada, habiendo sido el primer lanzamiento en combate, a nivel mundial, de este ingenio tecnológico de reciente invención.

En 1914, cuando llegó el nuevo  cazatorpedero Almirante Lynch (2º), el antiguo Lynch pasó a llamarse Tomé. Este buque tuvo un azaroso viaje a Punta Arenas el 28 de diciembre de 1914, cuando escoltaba al vapor inglés Orita que llevaba a chilenos de origen británico a la guerra en Europa y tuvo que interponerse frente al crucero auxiliar alemán Prinz Eitel Friederich, a la cuadra de la isla Guamblín. El Tomé fue dado de baja y desguazado por D.S. Nº 1.121, con fecha 26 de junio de 1919.

Por otra parte, cuando arribó a Chile el nuevo cazatorpedero Almirante Condell (2º) en 1914, se le cambió el nombre al antiguo Condell por el de Talcahuano, el cual fue dado de baja y enajenado por el mismo decreto supremo anterior, junto a su gemelo.

Destructor Guardiamarina Riquelme (1°)

Otro caso desconocido de nuestra casuísta histórica; este fue construido en los mismos astilleros que los cazatorpederos Lynch y Condell anteriores, junto a los destructores Capitán Orella, Capitán Muñoz Gamero y Teniente Serrano. Fue lanzado al agua el 20 de junio de 1896 y se incorporó al listado naval de la Armada de Chile a fines de ese mismo año. En 1928, cuando se ordenó construir los nuevos destructores de la clase Serrano, se le cambió su nombre por destructor Lientur y fue dado de baja del servicio activo por D.S. del 6 de enero de 1930.

Remolcador de puerto Aldea (2°)

Esta unidad de 68 toneladas, 80 HP y 8 nudos de velocidad fue rebautizado en 1929 con el nombre de Marinero Ugarte, para dar su nombre a uno de los nuevos destructores de la clase Serrano. Fue dado de baja en 1969.

Torpedera Capitán Thompson (1°)

En marzo de 1896 se encargaron a los astilleros Yarrow of Poplar, isle of Dogs, río Támesis, Londres, Inglaterra, seis torpederas de la clase austriaca Viper, de 128 toneladas, de las cuales solamente dos llegaron navegando, mientras el resto venían encajonadas para armarlas en Chile.

La Armada decidió repartir el trabajo y encargó al arsenal de Talcahuano la torpedera Capitán Thompson en 1900. Con la llegada del nuevo destructor Thompson (2°) en 1902, la torpedera fue rebautizada, en 1903, con el nombre de Ingeniero Mery, teniendo una vida útil hasta 1922 en que fue desguazada. Como anécdota, bajo este nombre varó en punta Toro, a 12 millas al sur oeste de San Antonio, en abril de 1903, siendo rescatada, reparada y puesta nuevamente en servicio tras serios daños.

Otros dos buques fueron encargados al astillero Lever, Murphy & Co. de Caleta Abarca, en Viña del Mar. Estas fueron la Ingeniero Mutilla y Guardiamarina Contreras, entregadas en 1898. El cuarto buque, la torpedera Teniente Rodríguez, fue armada en 1899, en los mismos galpones existentes en la playa de Las Torpederas en Valparaíso, los que habían guarnecido la construcción de las primeras unidades de la aviación naval. Esta unidad fue dada de baja en 1918 y enajenada en 1927.

Acorazado Latorre

Con motivo del centenario de la independencia, se aprobó la ley de 06 de julio de 1910, que concedía 400 mil libras esterlinas anuales “con el fin de que el país tuviera siempre en construcción una nave de guerra de primera clase”. La ley autorizaba la construcción de dos acorazados de 28.000 toneladas, seis destructores y dos submarinos. Los acorazados recibirían los nombres de Valparaíso y Santiago. Debido a que el 9 de julio de 1912 falleció el almirante Juan José Latorre Benavente, el gobierno resolvió cambiar el nombre del acorazado más adelantado en su construcción, que era el Valparaíso, denominándolo Almirante Latorre y, aprovechando en justicia, de cambiar el nombre también al acorazado Santiago por el del insigne almirante inglés, al servicio de Chile, Almirante Cochrane. Fue el primer acorazado del mundo que se construyó con su artillería principal de 14”, siendo lanzado al mar el 27 de noviembre de 1913. Con el devenir de la Primera Guerra Mundial, este buque fue requisado por Inglaterra, para posterior compensación, y se le denominó HMS Canada, combatiendo en la batalla de Jutlandia bajo el mando en jefe del almirante Sir John Jellicoe el 31 de mayo de 1916. Incorporado a la Armada nacional en el año 1920, totalmente reacondicionado y con sus sistemas de control de fuego modernizados, se le volvió a bautizar como Almirante Latorre, nombre que lo acompañó como buque insignia de la Armada de Chile por 38 años, hasta su baja por D.S. N° 371, de fecha 27 de febrero de 1958.

Cazatorpedero Almirante Goñi

Construido en los astilleros J. Samuel White & Co. Durante su construcción, este buque fue requisado en 1914 por la Royal Navy para participar en la Primera Guerra Mundial con el nombre de HMS Broke, en donde descolló, junto al destructor HMS Swift, hundiendo a tres destructores alemanes que integraban una flotilla. Rearmado y modernizado entre 1918-1919, fue entregado a Chile, quien lo rebautizó como cazatorpedero Almirante Uribe (1º), quien había fallecido el 17 de julio de 1914. Llegó a Chile en 1920 y fue dado de baja del servicio en 1933.

Cazatorpedero Almirante Simpson

Al igual que el caso anterior, el Simpson, que bajo el nombre de Tipperary en la Royal Navy fue hundido en la batalla de Jutlandia; al devolverse los buques a Chile, lo hizo con el Fauknor, pero tomó el nombre de Almirante Riveros.

Fragata Esmeralda (5°)

Fragata de origen canadiense de la clase River, construida por los astilleros George T. Davies Ltd., Lauzon, Quebec, otrora HMCS Glace Bay. Fue lanzada al agua el 26 de abril de 1944, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, siendo adquirida por la Royal Canadian Navy el 30 de marzo de 1946. Adquirida por el gobierno de Chile, arribó al puerto de Valparaíso el 29 de junio de 1946, siendo la quinta unidad de la marina en heredar este glorioso nombre. Tras 6 años de portarlo, se le rebautizó por fragata Baquedano en 1952, con motivo de la adquisición del bergantín-goleta Esmeralda (6°), actual buque escuela de nuestra institución, que por lo que representaría para la marina, tanto en Chile como en el extranjero, era más adecuado este honroso y ya famoso nombre.

Fue motivo de ardua discusión si el nuevo buque escuela chileno debía llevar el nombre de Esmeralda o de Lautaro, imponiéndose finalmente el primero.

Crucero Prat (3°)

Crucero ligero de la clase Brooklyn, USS CL Nashville, construido en el Brooklyn Navy Yard de New York. Lanzado al agua el 02 de octubre de 1937 y terminado el 25 de noviembre de 1938 en Camden, New Jersey. Gemelo del crucero O´Higgins, solo con pequeñas diferencias estructurales; ambos combatieron en la Segunda Guerra Mundial. Durante este conflicto, fue escolta del portaaviones USS Hornet el 18 de abril de 1942 en su famoso bombardeo a Tokio y hundió al patrullero japonés que había descubierto la operación. En diciembre de 1944 recibió el impacto de un avión kamikaze japonés, que aparte de destruirle su puente de mando cobró 133 vidas y dejó 190 heridos. Mientras el crucero era escoltado a San Francisco, uno de los ingenieros voló al astillero con fotografías de los daños y fue reparado en tan solo 26 horas.

Transferido a Chile el 4 de enero de 1951, en Filadelfia, gracias a la “Ley de Cruceros” creada en ese entonces. El 1 de abril de 1971 fue embestido por el destructor Cochrane, causándole un boquete de dos metros cuadrados que inundó los salones de caldera. Tras una eficiente labor de control de averías del personal, el buque logró ser remolcado a Talcahuano para sus reparaciones definitivas. Tanto el ataque del kamikaze como este abordaje del Cochrane mostraron claramente la capacidad para recibir castigo de este tipo de unidades. Al incorporarse, el 6 de abril de 1982, el destructor misilero DLG Capitán Prat (4°), adquirido a la Royal Navy, se le cambió el nombre al anterior Prat por el de crucero Chacabuco, sirviendo como buque cuartel hasta su baja el 10 de mayo de 1982.

PSG Aspirante Morel (2°)

Esta unidad fue construida en los Astilleros y Maestranza de la Armada (ASMAR)Talcahuano en el año 1994. Se le encomendó la tarea de patrullaje, vigilancia y control de aguas jurisdiccionales; apoyo logístico a unidades de tarea y zonas aisladas; mantenimiento a la señalización marítima; y control y combate de la contaminación. Luego de un período de reparaciones y transformaciones en ASMAR Talcahuano, a contar del 19 de diciembre de 2006 se le cambió el nombre a PMD-74 Cirujano Videla, en atención a que el área de operaciones de la unidad era la del, en aquel tiempo, Distrito Naval Chiloé, hoy Quinta Zona Naval. En dicha zona, particularmente Chiloé insular y continental, más la zona de Aysén, operó por décadas el buque médico dental Cirujano Videla (1°), hasta su baja en el año 1998, tras 32 años de servicios a la comunidad y más de doce mil atenciones médicas, siendo un anhelo de la comunidad chilota que volviesen a ejecutarse estas atenciones médicas, bajo el recordado nombre del cirujano Pedro Segundo Regalado Videla Órdenes, héroe de los combates de Iquique y Punta Gruesa.

Conclusiones

Lo normal es que el nombre original dado a un buque se mantenga durante toda su vida útil pero, como hemos visto en los casos expuestos, en muchas oportunidades existen motivos importantes que recomiendan cambiarlos.

Los dieciséis cambios de nombre presentados de unidades a flote de la Armada de Chile nos muestran que ello no ha sido tan escaso ni raro, sino más que justificado por poderosas razones.

Nadie dudaría en bautizar con el nombre de Prat a la unidad de combate principal de nuestra Escuadra Nacional; como asimismo el asignar el nombre de Cirujano Videla al buque que preste atención médico-dental en el área de Chiloé y Aysén u otra, o dudar en nombrar Esmeralda al buque escuela que capacite y entrene a nuestros jóvenes marinos y muestre su pabellón nacional por el mundo. Nadie, tampoco, podría cuestionarnos llamar Cabo de Hornos a un buque que tenga connotación científica u oceanográfica, señalando claramente nuestra soberanía sobre ese promontorio.

A propósito de esto, estimamos un cambio de nombre doble que debiera hacerse con toda justicia. Se trata del buque rompehielos que se construye en ASMAR para nuestra Armada, que reemplazará al otrora Almirante Oscar Viel.

Creemos que debiera honrarse con el nombre de este nuevo buque, especial para navegar en la Antártica, a uno de los más grandes héroes de paz que ha tenido la Armada, como es el caso del piloto Luis A. Pardo Villalón.

Después de la heroica navegación de Sir Ernesto Shackleton en la ballenera “James Caird” en que llegó desde la isla Elefante hasta Georgia del Sur, consiguió el Southern Sky, uno de los mayores balleneros allí aposentado, de casco de acero y 80 toneladas de propiedad de una empresa británica, pero llegó a 70 millas de la isla Elefante y no pudo continuar.

Los pedidos de auxilio de Shackleton para rescatar a sus tripulantes fueron respondido por Uruguay, que puso a su disposición el pesquero Instituto de Pesca N°1, también de 80 toneladas, pero llegó a veinte millas de la isla Elefante y el pack ice no lo dejó continuar. Segundo fracaso.

Desde Punta Arenas Shackleton arrendó la goleta Emma, de 70 toneladas, pero tan solo llegó a 100 millas de la isla en un tercer fracaso.

Fue entonces cuando se dirigió Shackleton al director general de la Armada, vicealmirante Joaquín Muñoz Hurtado, para pedirle ayuda oficial al gobierno de Chile.

Fue comisionado el piloto Luis Pardo Villalón, comandante de la escampavía Yañez, quien se trasbordó con la mayoría de su tripulación a la Yelcho, que se encontraba en mejores condiciones y recién carenada. Pardo sabía lo peligroso de su misión y que la cumpliría, aunque con ello se le fuera la vida, pues en una carta que mandó a su padre, antes de zarpar, le dice que cuando la reciba él estará muerto o con los náufragos del Endurance de regreso.

Fue designada la escampavía Yelcho, vetusta nave de 467 toneladas, inapropiada para navegar en los hielos. No tenía doble casco, ni electricidad, tampoco calefacción y una borda bajísima. Su capacidad de las carboneras era de solamente 52 toneladas, insuficiente para la travesía total, debiendo, por lo tanto, cargar en sacos, en cubierta, 20 toneladas adicionales de la carbonera de la isla Picton, con el peligro que ello podía significar en la estabilidad de la nave.

Esta fue la primera comisión oficial del Gobierno de Chile a la Antártica; rescatar, con magistral habilidad, a los 22 náufragos de la expedición de Sir Ernest Shackleton, quien solicitó oficialmente la ayuda a la marina chilena para rescatarlos, lo que constituye uno de los argumentos más importantes para nuestra soberanía en ese continente.

No es nuestra intención, ni mucho menos, desconocer los indudables méritos del almirante Viel, principalmente como gobernador de Punta Arenas y factor importantísimo en el crecimiento y desarrollo de la ciudad. Pero allí pueden rendírsele toda clase de honores, e incluso colocar su nombre al actual OPV Piloto Pardo, mientras que nuestro nuevo rompehielos luzca el nombre del hombre que, con tan inapropiados medios, venció las dificultades en nuestro propio territorio significa mucho.

Tan solo el hecho de evocar el nombre del piloto Pardo en nuestro nuevo rompehielos hará que todas las misiones extranjeras que viajarán a la Antártica en él, ya sea para abastecer sus propias bases o con fines científicos o turísticos, aprecien que nuestros derechos en ese continente se basan en nuestra temprana presencia.

Bibliografía

  1. Página web de la Armada de Chile; Tradición e Historia, Unidades Históricas. https://www.ejercito.cl/.
  2. Página web del Ejército de Chile; Quiénes Somos, Historia del Ejército. https://www.ejercito.cl/.
  3. Aguirre Vio, Carlos. “Historia Naval Mundial”; Tomo II.
  4. Fuenzalida Bade, Rodrigo. (1975). “La Armada de Chile, desde la alborada al sesquicentenario”, Tomos I al IV, segunda edición.
  5. Tromben Corbalán, Carlos. (septiembre 2001). “La Armada de Chile, desde el sesquicentenario (1968) hasta el final del siglo XX (2000)”, Tomo V.
  6. Urrutia, López. (1969). “Historia de la Marina de Chile”.
  7. Valdivieso, Germán Bravo. (2005). “La Primera Guerra Mundial en la costa de Chile, una neutralidad que no fue tal”. Ediciones Altazor.
  8. Valdivieso, Germán Bravo. “La Construcción Naval, Chile y la V Región”. Revista Archivum.
  9. Boletín de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile N° 6. (2002). “El crucero Prat III (ex USS Nashville)”.
  10. Boletín de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile N° 6. (2002). “Pardo versus Shackleton: El Rescate de la Expedición Shackleton por el Piloto Pardo”.

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