Revista de Marina
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  • Fecha de publicación: 01/06/2003. Visto 21 veces.
1 CALEUCHE C entro de e x C adete s y O fic iale s de la Arma da . Víc to r H . La r e na s Qu i jad a * l Cen tro de ex Cadetes y Oficiales de la Arm ada es una ins titu ción espiritual, encam in ada a mantener un estrecho vínculo entre las personas que en tales condiciones hayan militado en sus filas. La entidad entraña un homenaje de respeto y una manifestación perm anente de afecto a nuestra Marina de Guerra, cuyas glorias siempre han sido y serán orgullo de la Patria. El Centro hace práctico este concepto organizando la Institución a lo largo del país y también con reparticiones en el extran jero. Es in spir ada sólo por el amor a la Patr ia y por gratos recu erdos d e san a juven tud. El carácter de la Institución es esencial y estrictamente espiritual y patriótico, en virtud de lo cual no podrá desarrollar activ idad alguna, por bien insp irad a que sea, qu e tr ans gred a ese carácter. Nuestro Centro es una derivación sentimental de la Armada; es para nosotros manantial perenne de evocaciones tempraneras, de recuerdos de aulas, de añoranzas del m ar, de horizontes y cielos infinitos a donde nos llevara el destino sobre los barcos de la Patria. Es la supervivencia de nuestros sueños lejanos y fénix de los que a través de la vida, fue nuestra esperanza e ideal. En el Mes del Mar, me parece oportuno traer a la memoria de los caleuchanos y de aquellos chilenos inter es ados por las co sas d el mar, lo s pr imeros p asos que dier a es ta Ins titu ción fund ada en el año 1933 por el Capitán de Navío Don Santiago Zavala Aguirre. Estas líneas constituyen un homenaje a su mem or ia. El Com andante Zavala puso en sus escr itos y en sus d is curso s pronunciado s en los Bogatunes de los 21 de mayo, toda su alm a de poeta, toda su fe de soldado, su bien templado espíritu ciudad ano, al servicio del ideal d e es te b ar co espiritual llamado Caleuche en el qu e se funden los sentim ientos de civismo y nacionalidad. La exquisita sensibilidad del fundador de nuestro Centro queda reflejada en estas notas de archivo que reproduzco ahora, para deleite de aquellos que soñamos con nuestros años de Cadete de la Es cuela Naval y com o Oficiales en s ervicio activo de la Arm ada Nacional. Lo que sigue a continuación fue es cr ito en la d écad a del 30 por el com and an te Zavala. * * * “El Caleu che y su lema. Mucho s e ha es crito sobr e e l Ca leu ch e, e s de cir sobr e aquel bar co que tuvo exis tenc ia según l a imaginación supersticiosa de los antiguos pobladores de nuestras islas chilotas. Esas fantasías, esa le yend a, di ce d e brujos, d e sir en as, de tripu lant es qu e tr a ían la ma l a suer t e, de robo de niño s y doncellas, de la aparición esporádica y misteriosa del barco durante las largas y obscuras noches del invi erno sureño, de tesoros, de b ander as os tent ando si gno s pavorosos, d e m alefi cios inf in itos y de narraciones pletóricas de terror. Miles de escr itores han escr ito sobr e el par ticu lar y, cu al s e compr ende, m iles de “Caleu ches” s e han escrito, de acuerdo con lo que ha querido apuntar la fantasía de cada cual. La verdadera historia sobre el particular no se escribirá jamás, ya que fue algo que nació y vivió en fan tas ías, algo qu e no tuvo n ada de r eal. Pero, lo que nos interesa a noso tros es sab er cóm o y por qué se “bau tizó ” a nuestr a ins titu ción con e l vo cab lo d e Ca leuche. E 2 Corría el año 1934. Durante un bogatún, de aquellos que los días viernes celebraba el naciente organismo en el local de la Unión Comercial, en Estado 33, nuestro inolvidable amigo y gran caleuchano Julio Angellotti, manifestó que, a su juicio, procedía dar un apelativo familiar a esta Institución. El asunto quedó en el pensamiento de todos y días más tarde llegó a mi escritorio el gran Angellotti, expresándome que él creía haber encontrado el vocablo, que tenía algo de tradición, que era simpático y pod ía s er fuente de brom as. Es a palabra era: “Caleuch e”. En el bo gatún s i gui en te s e ac ep tó el l a por a clam ac ión y su ta l nombre nos h a acompañ ado h as t a nuestros días. Cabe ahora e xpl i car el por qué se am old a t al e xpre sión a nuestro e spír i tu, y es te pun to e s menester dejarlo establecido. Caleu che fue un buqu e y no fue un buqu e. Lo fue en la f an tasía de los chilotes ; s egún ellos, tenía sus cos tados, su pro a, su arboladur a, su s tripulantes, sus luces, sus banderas, navegaba; pero bien sabemos que en la realidad no era un barco, no existió jam ás sino en las m entes af iebr adas de ciertos hab itan tes de cu ltur a pr ecar ia y rica im aginación. Pues b ien, h ay cierta sim ilitud entr e nuestro Caleuche y el de la leyenda. Com o aqu él, el nu estro es y no es un barco. En realidad, no navega, no surca las aguas, sus tripulantes no están uniformados, no larga ni aferra sus velas, pero es el hecho que contiene todos los símbolos del mar, hacia el lado que se dirija la vista s e encu entr an más cer can as las co sas del mar qu e en los m ismos buques, hay pu entes, ruedas, escandallos, b ander as, an clas, foto gr af ías infin itas d e infin itas etapas, reliqu ias, muchas salpicadas con aguas de todos los océanos, recuerdos de todas las generaciones que por las cubiertas han pasado, se vibra con historias y anécdotas del mar y más de todo eso, en nuestras cubiertas simbólicas, vibra con toda su belleza y amplitud el alm a del mar. Entonces, como aquel Caleuche chilote, es y no es un buque, lo es en la fantasía, no lo es en la realidad. El Ca le uc he , Organ ism o e spir itua l. Muchas personas han preguntado: “¿Qué es y para qué sirve el Caleuche?” A ellas podemos contestarles. El Caleuche no es un Club, en el sentido común de la expresión; es un organismo formado por hombres que se han unido a base del recuerdo de una entidad en la cual m ilitaron mucho o poco tiempo y, por ende, a la cual se le quiere de acuerdo con los años que en ella se haya vivido, con las satisfacciones que a los hombres le haya producido en el curso de su vida y las situaciones que ella les permitió alcanzar. Pero el Caleu ch e es mucho más que todo eso, tien e un objetivo m ás amplio, está al m ar gen d e lo personal o local, tiene un objetivo mucho más social, más humano. Tomando como base un determinado afecto cercano o lejano, se ha tratado de formar una Institu ción sin fron teras normales, una en tidad s in más in terés que lo espir itual, que un a a ciertos hombres, que m añana podrán ser incontables, con eslabones cerrados por el más puro sentimiento humano. Es así que los caleuchanos forman parte de un organismo extendido en la Nación entera, que no acep ta m ás articulaciones que aqu ella de la m ás pura, san a y d esinter es ada am is tad, prohib iendo es trictam ente qu e en su s eno m edien accion es o corrientes qu e s e ap arten del ob jetivo m en cionado, que es fundamental y único de la organización. Por muy sanas que determinadas iniciativas sean, cuando ellas tienen un cariz infinitesimal de inter és p erson al, no tien en cabid a en el Caleuch e, que es es en cial y ab solu tam en te espir itual. En cualquier rincón de la República en los llamados “bogatunes” se reúnen hombres de edad diversa, estrechan am istad, se ríen, se divierten y es el hecho que, a base de un algo lejano, pasan horas durante las cuales se olvidan de los problemas, de las preocupaciones y hasta de las penas del 3 momento, para vivir horas de compañerismo, de sana amistad, en las cuales el espíritu se alza por sobre la superficie do lien te d e la tierra. Segur amente, much as so cied ades, a base d e cu alqu ier objetivo especial, tendrán sim ilares fines ; aquellas que cu entan con asociados qu e, anulados en el fondo d e sus esp ír itu s, llevan par tículas d e ese mensaje que hace siglos enviara al mundo el Nazareno, aquel que empezó por iluminar con su verbo de Amor, los sombr íos caseríos de Jud ea. Esto podría parecer petulancia, pero no lo es en el fondo, porque ser cordero y no lobo para el hombre, es precisamente lo que Cristo nos enseñó y es justo que los seres, aunque en parte pequeña, hayan absorbido las enseñanzas armoniosas del gran ilum inado. Es digna de vivir y prosperar toda la colectividad que lleve por consigna la unión de los hombres, a b ase d e algo qu e ten ga sus r aíces en el esp íritu. Que d eje a un lado lo mater ial e interesado. Y tenemos la pretensión de creer que mucho de aquello bueno, encarne el Caleuche. Por lo menos, enmarcados en tales sobrios y levantados principios, están sus leyes. Don Guillerm o Edward s Matte, en cier ta so lem ne o cas ión dijo : “Cuán d is tinta sería la so ciedad, si en tod as las alm as se anid ara el espíritu caleuch ano”. Nosotros también lo creemos y, aún más, decimos: “El d ía qu e sobr e cualqu ier base, existieran mu chos Caleu ch es, qu izás s i el hom bre fuer a m eno s “lobo del hombre”. Tenemos tal pretensión y ello porque sobre el mástil espiritual, del Caleuche, ondea un pendón cuyos colores significan amistad, unión y armonía”. Le ma de l C a leu c he . Continúa con sus reflexiones el Com andante Zavala: “Estábamos en Estado 33, el prim er hogar que tuvo el Caleuche, sitio al cual llegaron los primeros símbolos, recuerdos y reliquias, de los muchos que hoy pueblan nuestro Barco. Trab ajab a cierta mañ ana en m i es critor io, en cir cuns tancias qu e el am igo Av elino Ortiz, qu e tanto ha producido al Caleuche, se acercó para proponerme algo que pudiera dar más consistencia al naciente organismo y estuviera de acuerdo con el espíritu que hasta hoy nos anima. Me dijo Ortiz que, meditando sobre nuestro Barco y su rumbo, se le había ocurrido que éste tuviera su lema, una inscripción reducida que en pocas palabras contemplara algo fundamental de lo que somos. Conversando sobre esta idea, que desde luego encontré magnífica, Ortiz insinuó una frase parecida al lem a qu e actualm ente nos guía, qu e, en lo fund amen tal, cons id erab a que somos una asociación cuyos miembros son capaces de lim ar las asperezas que pudieron existir en el pasado, para as í m arch ar d e consuno y todos con la s m ano s un idas en pos de un ide a l super ior, com o que h ab ía de ser d enom in ado por l a amis t ad y l a arm oní a. No r ecu erdo, desgraciad am en te, la primer a frase qu e adv ino a nu es tra cons ider ación, pero puedo asegur ar que es m uy p ar ecid a a la qu e s e acordó declar ar defin itiv a. Ta l fra se o p ens ami ento se ll evó con l as e xpl i cac ione s de l caso, a reunión de d ir ec torio. Al l á s e acordó, se redondeó, se limó y por último se llegó a “Aquí muere toda diferencia”, algu ien estimó que el latín era la len gua que expres aba mejor los p ens amiento s y que deb ier a llev ars e a tal idioma. Me parece que ese director fue Gastón de Goyeneche, quien, por ciertas razones de ética simbólica, se opuso además, de que el pensamiento fuera compuesto de dos frases. Aceptado esto, se acordó comisionar a nuestro sabio, querido y respetado Connavegante, Cadete Ar turo Decon inck, p ara qu e hicier a la tradu cción d el caso y en car ta al pr es id ente, lu ego manif estó que, a su juicio, el lem a debía ser: “Hic del etur omnis dissensio”. 4 Se acordó as í establecerlo y en un Bogatún de esos días, que fue de d es embarco, ef ectu ado en una chacra de la avenida Larraín, de propiedad de don Germán Ortega, hoy Cadete Cooperador, el Comando dijo, según reza en los Avisos a los Navegantes: “Saben los Cadetes que, desde tiempos inmemoriales, llevan nuestros barcos incrustados en sus ruedas, lemas que son dictados mudos y permanentes para las generaciones que pasan por sus cubiertas, montando guardia a la Patria”. “Desde hoy, nuestro barco simbólico, tendrá también su lema, inspirado en lo que es esencia de su cons titución, en lo que será “av e fén ix” de su v ida colectiv a”. “Aquí muere toda diferencia”, será la divisa de nuestro Centro, queriendo decir que dentro de él, un rasero ha aplanado y aplanará las diferencias de grado, las de edad, de situaciones después alcanzadas y, sobre todo, las asperezas, las diferencias personales que se han podido recoger a través de una vida en común y sujeta a marcos rígidos de disciplina”. “Después de haber sido aprobado este lema por el Directorio, se comisionó al estim ado consocio, Cadete Deconinck, para que lo llevara al latín, al idiom a universal, cuyos vocablos cristalizan, cual ninguno, el pensam iento”. “Hic deletur omnis dissensio”, ser án p alabras qu e s e in crus tar án en bronce en el portalón d e nuestro barco, para que los hombres y las generaciones que lo crucen se compenetren de que, al hacer lo, han de dejar atrás, más allá del hor izonte, todo lo que pu eda ser bruma par a el nav egar seguro y apacible d el Caleu che, rum bo a su id eal”. “Desd e este m om en to, qued a pu es, r econo cida nu es tr a div isa y al hacerlo, br indemos porqu e s ea cumplida fielmente por los hombres y las generaciones que arriban hasta nosotros para “hacer la d es cu bi er ta”, ta l co m o all á, en el m ar se h a cum p lid o y cu m p l ir á s i em pr e aq u el o tr o lem a q u e d ic e: Vencer o Morir”. El bogatún, en posición de “Arbola”, reconoció y brindó por su divisa. Ho y y siempre, el qu e no tenga res erv as espir ituales p ara aceptar y cum plir es te lema, no d eb e cruzar nu es tro portalón. Lamen taremos p erd er un hombre, pero es el hecho que, en tal caso, en el Caleu che no tien e chaza. Tragatún – Bogatún. El Tragatún fue idea del gran Julio Angellotti. A él, en los primeros bogatunes, se le ocurrió esta rima y cadencia, que tanto éxito ha tenido. Es, a mi juicio, un sistema muy sui generis, por medio del cual s e da especial vida a las reun iones, s e es timula el in genio, s e abre puer ta a la cam ar adería y, por ende, a la alegría. J amás pecará de tr is te, de apagad a, un a reun ión rociada de tragatun es. El tr agatún, que ideó Angellotti, es el más genial de los brindis. Actualmente es ya usado, aún fuera del Caleuche. Cu ando nació el tragatún, s e le ocurrió al que escribe estas líneas, d enom in ar en forma esp ecial a nuestras reuniones. Pens é que e l voc ab lo “tun”, que si no me equivoco, en araucano significa reunión, había que a gre garle un a e xpre sión rel a cionad a con e l m ar. Despué s de div a gar sobre e l c aso, envié tr es o cu atro expresiones al inolvidable am igo Manfredo Becerra, a fin de que manifestara su idea sobre el particular. Él contestó indicando que su opinión estaba por una de las propuestas: “boga-tun”. Se basaba el infr as crito en que bo ga era la prim era acción des arrollada por el hombre de mar y pod ía significar tam bién la idea de rumbo al más allá, hacia un id eal, que en es te caso es el de la fuer te y verdadera am istad de todos, usando como base el “recuerdo del mar”. Así nació la expresión “bogatún”. El Caleuche. Este barco simbólico y risueño 5 que navega con rumbo a eternidad ha elevado en su palo de m es ana la bandera de la fraternidad. Una h erm osa caden a de recu erdos circunda todo el barco espiritual y el m ás noble linaje de hidalguía en cada tripulante halló sitial. Late en cada recuerdo, en cada objeto, una enseñanza, un símbolo de honor. Se añoran mo ced ad es y grandezas junto al bizarro ejemplo de valor. Recorren el Caleuche vibraciones donde se siente el rumorear del mar, parece que cien h álitos h ero ico s agitaran las alm as s in cesar. El Caleuche es ventana que se asoma ante una historia plena de vigor y nos mu estra en la s pá ginas de oro mucho heroísmo y nítido valor. Buqu e fan tasma en las consejas ideas, en el pres ente b arco esp ir itu al. Navega en un tranquilo mar de afectos im pelido por br is a fr aternal. Bello refu gio de intelecto y gracia tiene este barco en toda latitud, y una sirena le ha ofrendado un canto que es un himno de eterna juventud. ----- ( Has ta aquí las notas qu e en nuestro s ar chivos encontramo s del Comand ante Zav ala). * * * En el día de hoy, después de 70 años de navegar, el Caleuche se encuentra como siempre con todas sus velas desplegadas, cumpliendo el Derrotero permanentemente trazado y que, en síntesis, es tab lece lo s iguien te: − El amor a la Patria, la veneración por nuestros héroes, el profundo apego a las tradiciones navales, virtudes a las que con igual fuerza se suman la amistad, la camaradería, la lealtad y el espíritu d e cu erpo, son los pilar es bás icos de la form ación m oral qu e r ecib imos en la Escuela Naval, y que habiendo trascendido incólumes en el tiempo, han plasm ado en lo que nos distingue y que con tanto orgullo llamamos el “Espíritu Caleuchano”, espír itu que deb e an imar a todos los que tenemos la suerte de tripular las cubiertas de nuestro buque de ideales. 6 − Hoy día, sin embargo no podemos dejar de percibir que las presiones y ambiciones predomin antes d e los af anes m ateriales a que se ve som etid a la so cied ad actual, p erm iten que aque l los va lores esp iritu ale s se debil it en, de jen d e es tar present es o s impl em ente se olv iden, efectos a los cuales no escapan nuestros connavegantes. − Por ello, nuestro derrotero debe ser proteger y fortalecer el “Espíritu Caleuchano” llamando a los conn avegan tes a es trechar filas cum pliendo fielm ente con sus com promiso s sociales, aportando sus ideas e iniciativas, concurriendo con frecuencia a las cubiertas de nuestro buque espiritual, atrayendo a ellas a aquellos que por falta de motivación o negligencia no lo hacen, participando activam ente en todas sus actividades y bogatunes, tanto con su presencia como con su ingenio, e integrando al quehacer caleuchano a sus familiares y relaciones para que con la colaboración de todos le demostrem os a nu es tro “Caleuch e” el v igoroso viento a un Largo que requiere. − Nuestro derrotero inmediato debe ser el espíritu de cooperación individual que cada uno de los connavegantes debe aportar para llevar a feliz térm ino lo que hemos denominado “Proyecto de Desarrollo Caleuche-Buque Madre 2002-2004”, en que nos encontramos empeñados y que nos perm itir á en un plazo que des eam os sea lo más breve posible, navegar con segur idad para alcanzar el puerto seguro que todos deseamos. La organización actual del Caleuche contempla un Buque Madre que corresponde a las ins talaciones que pos ee en San tiago como son, el Fond eadero “Ar turo Prat” en la comuna d e Provid encia, calle Pedro de Valdivia y el Fond ead ero “Esm erald a” en Buin. Aquí en el Buqu e Madr e funciona adem ás la Pres iden cia del Caleu che y su Dir ectorio que regula las activid ades de otros Centros distribuidos en el extranjero y a lo largo de todo el litoral. Es así como en la actualidad s e en cuentran or ganizado s los s iguientes Centros Caleu ch anos. Capitanía s de Ultrama r: - Caracas, Venezu ela; Quito, Ecu ador ; Guayaquil, Ecu ador ; Nuev a York, US A; Los Ángeles, US A; Sao Paulo, Br asil; México, México D.F. ; Par ís, Fran cia; Washin gton, USA. Litorales y Capitanías Nac ionales: - Valparaíso, Talcahuano, Arica, Iquique, Antofagasta, Tocopilla, Quintero, San Antonio, Rancagu a, Temuco, Vald ivia, Pu erto Mon tt, Aysén y Magallanes. Que sea éste, un homenaje al Centro de ex Cadetes y Oficiales de la Armada “Caleuche”, al cumplir en el m es d e Mayo, 70 años de exis tencia, desde su b arco espir itual fond eado en av en ida Pedro de Valdiv ia Nº 942, San tiago d e Chile. * * * __________________________________________________________________________________ * Contraalmirante. Oficial de Estado Mayor. Preclaro Colaborador, desde 1995. Desde 1996 Presidente de la Corporación Caleuchana y Comandante del Buque Madre /en Santiago), hasta el 2004.

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