Por Germán Bravo Valdivieso
El 24 de enero de 1939 un fortísimo terremoto sacudió las ciudades de Chillán, Concepción, Talcahuano, Tomé, Parral y una serie de pueblos aledaños.
En Concepción, la iglesia catedral sufrió daños irreparables que la dejaron a punto de derrumbarse, constituyendo un peligro para los habitantes de la ciudad, por lo que se solicitó a la Armada especialistas en demoliciones para botarla.
El acorazado Almirante Latorre se dirigió a Talcahuano para ayudar a los damnificados llevando los especialistas solicitados.
El día de la explosión, una gran cantidad de tripulantes del acorazado se reunieron a mirar y tomar fotografías, entre los que se encontraba el teniente de sanidad Luis Nozigia, que posteriormente llegaría a contralmirante, director de sanidad naval y cuya hija nos relató esta historia.
Las fotografías recorrieron profusamente entre el personal del Latorre.
Un par de años más tarde, después del ataque japonés a Pearl Harbour, comenzó en Estados Unidos a publicarse la revista “En Guardia, para la defensa de las Américas”, la cual llegaba profusamente al país, y a una gran cantidad de personas importantes, políticos, industriales, etc. con el fin de orientar a la opinión pública para que Chile cortara relaciones con los países del Eje1.
En uno de sus números, apareció una de las fotografías tomadas durante la demolición de la catedral de Concepción, con una leyenda que indicaba que correspondía a la destrucción de la catedral de Varsovia por las tropas nazi.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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