Por SOFFIA FERNÁNDEZ, JORGE .
La cada vez más inestable situación geopolítica y las variables asimétricas que participan activamente en los escenarios de interés, presentan un desafío para los Estados y sus instituciones cuando se aborda la necesidad de reorientar sus esfuerzos y revisar sus capacidades para enfrentar el futuro. Las tendencias estratégicas globales influenciadas fuertemente por las proyecciones sociales, climáticas, demográficas y el equilibrio de poder demandan con particular énfasis la importancia de la tolerancia y adaptabilidad a los cambios.
The increasingly unstable geopolitical situation and the asymmetrical variables that actively participate in relevant scenarios, present a challenge for States and their institutions when addressing the need to redirect their efforts and review their capacities to face the future. Strongly influenced by social, climatic, and demographic projections and the balance of power, global strategic trends demand with special emphasis on the importance of indulgence and adaptability to changes.
¿Somos conscientes del futuro que nos depara? ¿Estamos preparados para enfrentarlo cómo nación, como sociedad, como institución, como familia? Si hay algo que ha quedado en evidencia en las últimas décadas es el alto costo que deben asumir las organizaciones por no adoptar las medidas y herramientas adecuadas para enfrentar, sortear y sobrellevar los embates y posteriores cambios, en muchos casos traumáticos, que el futuro acarrea.
En el presente artículo plantearemos aspectos relevantes al respecto, empleando como principal referencia la publicación Global Strategic Trends – The Future Starts Today, del Development, Concepts and Doctrine Centre (DCDC) del Ministerio de Defensa del Reino Unido; ¿por qué esta publicación? Sin duda no es la única referencia válida, la seleccioné ya que plantea, desde hace casi dos décadas, las proyecciones del contexto estratégico futuro como resultado de un extenso programa de análisis muy bien referenciado, y que si bien no representa la política oficial del Gobierno británico ni de su Ministerio de Defensa (MoD), si representa la política estratégica global del DCDC, constituyéndose como un elemento clave en la contribución a la estrategia de seguridad nacional y en la revisión estratégica de defensa y seguridad. Esta importante publicación provee valiosos antecedentes y perspectivas del contexto estratégico a quienes trabajan en el desarrollo de planes, políticas y capacidades dentro del ámbito gubernamental y de defensa, y entrega antecedentes que permiten proyectar un contexto estratégico de manera imparcial y alejado de sesgos. De esta forma se incentiva una previsión acertada que apoye mejores decisiones estratégicas y que permitan moldear el futuro lo más cercano posible a lo que se desea.
En su sexta y última edición, el trabajo de investigación y análisis de la información identificó 16 áreas de interés donde el potencial de cambio profundo para la humanidad es alto (ver figura 1), y dentro de ellas, 40 implicancias estratégicas que deberán ser abordadas. Si bien no analizaremos en detalle cada una, destacaremos algunas que dicen relación con la necesidad de adaptarse a los cambios, estimular la curiosidad en las organizaciones y aprender a sentirse cómodos con la ambigüedad y la necesidad recurrente de efectuar variaciones, abriéndose al mundo de la posibilidad más que el de la probabilidad.
El estudio propone tendencias que requieren adaptación, otras que requieren explotación y mitigación, y otras que requieren acción. Repasaremos muy superficialmente algunas de ellas, entregando antecedentes que estimulan la discusión constructiva y sensibilicen respecto a qué tan conscientes estamos de ello y la importancia de la adaptabilidad y resiliencia para enfrentarlo.
Figura 1. Área de interés, impacto vs incertidumbre
Una de las mayores tendencias que requieren adaptación en un futuro mediano, tiene relación con la transición y difusión del poder. El constante crecimiento del poder económico, político y militar de China y, en menor nivel, de India, podría sensibilizar aún más la ya existente rivalidad entre dichos actores y Estados Unidos (ver figura 2). Paralelamente, y a pesar de que seguirán siendo actores importantes, la influencia de Rusia y Europa podría decrecer progresivamente en el escenario global.
De no lograr el sistema internacional adaptarse y acomodarse a este cambio de balance en los poderes, la capacidad de mantener la estabilidad podría verse en riesgo, pudiendo aumentar la dificultad de resolver disputas y diferencias, haciéndolas más susceptibles de escalar hacia un conflicto. Esta mayor dispersión y confrontación entre poderes hará cada vez más difícil forjar tratados internacionalmente vinculantes. El futuro, poco a poco, se vuelve más incierto y volátil, por lo que la capacidad de adaptación, versatilidad y autonomía aumentan su valor para los Estados. El Dr. Frank Hoffman de la US National Defence University señaló, respecto a la situación global actual que: “resolver la tensión entre la previsión y la incertidumbre inherente es el santo grial de una estrategia sólida.”1
Muchos son los aspectos de interés que están sufriendo transformaciones que impactan en la visión de los Estados y organizaciones, entre las tendencias que requieren adaptación, junto con la transición de poder de las grandes potencias, podemos señalar el aumento en el empoderamiento humano, en este sentido, cada vez mayor cantidad de personas escapan de la pobreza y buscan acceso a salud y desarrollo. El acceso ilimitado a la información es cada vez mayor, la posibilidad de viajar afuera de las fronteras permite a las personas conocer, relacionarse y verse influenciado de manera permanente con gente que no pertenece a su comunidad.
La autodeterminación e individualismo son cada vez más aceptados en la sociedad, la tasa de natalidad mundial ha disminuido considerablemente y las proyecciones gerontológicas golpean el optimismo de algunos pronósticos. La forma en como los individuos interactúan y se relacionan entre sí, está cambiando el comportamiento de la sociedad y como esta influye en el mundo que la rodea. El costo de estos cambios, que en muchos casos genera una fragmentación social, acarrean consigo un aumento en el populismo. En algunos países, la clase social más rica se hace cada vez más rica, mientras las clases media y baja ven cada vez más afectada su posibilidad de crecimiento debido a la inestabilidad actual, el volumen de recursos invertidos por los Estados en políticas públicas y las mejoras que se debiesen obtener de ello para la sociedad, sumado al índice de desigualdad y el limitado acceso a servicios públicos de cierto nivel de calidad, han puesto en tela de juicio la eficiencia de las administraciones gubernamentales. Todo lo anterior, sumado a la constante incertidumbre, genera aumentos considerables de estrés y frustración, encendiendo disputas entre posturas tradicionales y nacionalistas. La intolerancia religiosa y antipatía hacia la inmigración, en parte por sus malas prácticas, han despertado un clamor social por mayor transigencia de parte de los Gobiernos, los cuales requerirán cada vez de mayores habilidades y virtudes para mantener la cohesión y estabilidad social. No cabe duda que esta fragmentación y polarización podría verse replicada dentro de las organizaciones de no adoptarse oportunamente un eficaz manejo.
Figura 2. PIB (ajustado al poder adquisitivo) en trillones de dólares en valores del 2016
La gestión de información, mediante su potencial de procesamiento basado en el volumen, variedad y velocidad del Big Data, y el Business Analitycs, entre otros, apoyados por la conectividad, guían el desarrollo de la computación cuántica y la inteligencia artificial, las que seguirán produciendo cada vez más y mejores herramientas que permitan el desarrollo de soluciones a problemas más complejos en beneficio de un rápido progreso en todos los aspectos de la vida humana. La digitalización seguirá fortaleciendo su rol en la interacción de y entre las sociedades, ya que se espera que a medida que siga aumentando el número de personas que gastan tiempo en el ciberespacio, el acceso a la información asumirá un papel cada vez más central en los humanos y sus conflictos. La información ya es usada para efectuar ciberataques y desinformación, empleando fértiles canales para su diseminación llamados redes sociales, y que ha logrado polarizar las masas, crear incertidumbre, alimentar la queja y erosionar la confianza en las instituciones, todo reforzado, aún más, en algunos casos por una deficiente ética en quienes las lideran o integran y que en ocasiones se encuentran profundamente arraigadas en la cultura organizacional. La polarización se está comenzando a manifestar incluso en el núcleo familiar. La sobreexposición de los menores de edad a smartphones y tablets de forma desbalanceada está generando en ellos volúmenes preocupantes y dañinos de producción de dopamina,2 altamente adictiva y que posee como uno de sus principales efectos la dificultad para concentrarse y sociabilizar. “Me siento tremendamente culpable,” admitió Chamath Palihapitiya, ex vicepresidente de crecimiento de usuarios en Facebook, durante una charla en la universidad de Stanford, al ser consultado sobre su participación en la explotación del comportamiento del consumidor. “Los circuitos de retroalimentación a corto plazo impulsados por la dopamina que hemos creado están destruyendo el funcionamiento de la sociedad,” explicó.3No por casualidad el diagnóstico de déficit atencional en menores de edad ha aumentado de manera nunca antes vista en los últimos diez años. Muchos neurocientíficos creen que es error de diagnóstico, ya que no se justifica un aumento tan radical de un problema que tiene relación principalmente con el lóbulo frontal del cerebro simplemente de la nada, y por otro lado coincide con el acceso de menores a la tecnología de manera descontrolada y desbalanceada.
A pesar de ello, el acelerado avance de las tecnologías, permitirá contar con importantes mejoras en prácticamente todas las áreas. La exploración de la medicina en la edición genética permitirá la cura de enfermedades que hasta hoy han sido incurables.
El transporte se espera que sea más eficiente, rápido y barato y la industria de diseño de productos permita el desarrollo de estos, enfocados exclusivamente a la satisfacción individualizada dentro del mercado. La sociedad, con mayor acceso a la información, mayor empoderamiento, individualismo e intolerancia busca una satisfacción de sus necesidades de manera rápida y perfeccionista. La industria privada ha centrado sus procesos de adaptación en beneficio de dicho logro, la constante satisfacción del cliente. Variadas metodologías de optimización de proceso como Supply Chain Managment, Mastering Design Thinking y en general el concepto de administración agile buscan optimizar procesos, costos y calidad del producto/servicio con el objeto de fidelizar el mercado y posicionarse estratégicamente.
Sin embargo, tales adaptaciones e innovaciones podrían no ser tan fáciles de implementar con agilidad en el sistema de administración pública, en parte quizás debido a que la gestión no responde a estímulos tangibles como en el sector privado, muchas veces asociados a estados de resultados medibles, metas y/u objetivos alcanzables, visiones posibles de lograr y estrategias ágiles y disruptivas que buscan adaptarse al dinamismo del mercado, sus amenazas y oportunidades, y una acelerada transformación digital que afecta a la sociedad como un todo. Sin perjuicio de lo anterior, cabe destacar que, tanto en el mundo privado como público, las organizaciones que arrojan mayores índices de productividad, están vinculadas a elevados índices de felicidad y motivación de su personal.4 Es fundamental para dichas organizaciones reforzar la gestión mediante la construcción de confianza y empatía, integrando herramientas que logren un adecuado manejo de información respecto al rendimiento individual y colectivo de sus integrantes, permitiendo retribuir con estímulos de manera justa y objetiva, el esfuerzo individual. El índice de productividad y rendimiento del recurso humano en las organizaciones públicas será determinante en lograr la tan necesaria recuperación de credibilidad y confianza en la institucionalidad por parte de la sociedad, y así ejercer, de manera eficaz, el rol de liderar y guiar a las naciones hacia la estabilidad, que dicho sea de paso, para consolidarla, se debe tender a reducir aquellas interferencias, dificultades e inconvenientes que impidan desarrollar y mantener un potencial bélico creíble y disuasivo en la región, indispensable para mantener una estabilidad equilibrada y una paz duradera.
Gasto global en transporte y comunicación relativo a 1930
El cambio climático es un acontecimiento polémico que ha generado un acalorado debate entre posturas muy opuestas. Sin perjuicio de ello, los efectos tangibles son cada vez más notorios. La influencia humana sobre el sistema climático tendrá importantes consecuencias, haciendo cada vez más frecuentes las inundaciones, sequías, tormentas, aluviones, olas de calor, efecto invernadero, entre otros. Las rutas comerciales, cadenas de suministro y el comercio global se verán afectados.
El nivel del mar aumenta de manera exponencial en razón del calentamiento global y el derretimiento de los polos, pudiendo afectar considerablemente algunas zonas costeras, las que, alentadas por los cada vez más frecuentes efectos nocivos ya señalados, requerirán, en algunos casos y de manera cada vez más recurrente, de asistencia internacional en tareas de alivio de desastres y apoyo humanitario. El aumento de temperatura en el mar de hasta 2°C proyectado para el año 2050 podría costarle a Latinoamérica y el Caribe hasta US$100 billones ó 2-5% del PIB de la región.5
En un informe llamado Sunset for the Royal Marines and UK amphibious capability, el comité de defensa del House of Commons del Reino Unido, destaca el cada vez mayor valor estratégico para los intereses de los Estados, el rol que juega la capacidad anfibia de una nación, frente a cualquier acción que se deba ejecutar en zonas afectadas por catástrofes o conflictos en zonas costeras, como consecuencia del abrupto movimiento de las masas. Esto cobra mayor énfasis para el caso de naciones esencialmente insulares, como la nuestra. Su capacidad de adaptación, respuesta y flexibilidad dependerán en gran parte de su idoneidad de respuesta anfibia. Al respecto, el ex First Sea Lord, almirante Sir George Zambellas, al ser consultado sobre la importancia de la capacidad anfibia indicó: “nadie en el mundo de la guerra compleja, especialmente para una nación insular que entrega fuerza desde el mar, piensa que una reducción del poder anfibio es una buena idea”, adicionalmente agrega:
la respuesta adecuada es que se debe aumentar y solidificar la calidad anfibia mediante la inversión en nuevos equipos y nuevas capacidades, y se debe preservar la capacidad sobresaliente de los Infantes de Marina en el inventario de fuerzas de combate en la defensa.6
Sumado a todo lo anterior, la escasez y demanda de agua y alimentos propenderá al alza, principalmente debido a los efectos destructivos del clima sobre cosechas, zonas agrícolas y potenciados por su impredecibilidad, estimulará la migración y movimiento de estas masas hacia la costa y principales urbes.
Se estima que la población mundial crezca en 2.1 miles de millones de personas en los próximos 30 años, alcanzando los 9,8 miles de millones de habitantes para el año 2050.7 El desequilibrio de crecimiento demográfico se está manifestando en la tasa de natalidad entre países con un mayor PIB per cápita y aquellos con menos, pudiendo tener esto un fuerte impacto en las condiciones sociales de la región, generando espacios aún más fértiles para actividades nocivas como la delincuencia, insurgencia, activismo, trata de personas y terrorismo.
Las Naciones Unidas, representativa del multilateralismo
Frente a este incierto y complejo escenario futuro, la discusión sobre si el multilateralismo jugará un rol relevante como aporte al logro de una estabilidad global, toma mayor protagonismo. Los intereses particulares de cada Estado podrían interferir una eventual agenda tendiente al multilateralismo o viceversa, teniendo presente, además, que el reacomode de los poderes prevé mayores dificultades para la diplomacia, relaciones internacionales y cumplimiento de los tratados internacionales vinculantes, se asume que su visión debiese centrarse en función de los intereses de las nuevas grandes potencias. De darse un escenario multilateral ideal, que para muchos es utópico, los Estados buscarán mayor participación en la cooperación asociada y las elites de las organizaciones se volverán más poderosas e influyentes en la gestión de los Estados. El crimen organizado debiese verse limitado por una cooperación eficaz, que, a su vez, debiera aumentar levemente el índice de bienestar y calidad de vida global.
En la otra cara de la moneda, nos encontramos con un multilateralismo que se ha visto desacreditado al ser utilizado por movimientos y organizaciones con una postura ideológica más radical, influenciando política, social y éticamente a las masas. Algunas posturas multilaterales han buscado restarle mérito, incluso, a las instituciones de la defensa y a la contribución que estas hacen a la estabilidad mediante la acción y la disuasión. Todo lo anterior ha impedido, aparentemente, la consolidación de un multilateralismo efectivo, transparente y creíble para la estabilidad global, fortaleciendo la tendencia hacia la multipolaridad, en la cual los bloques lucharán por imponer su posición y las organizaciones multilaterales perderán aún más efectividad. La feroz competencia por los recursos comunes para todos, tendrá como resultado un muy probable aumento en la inequidad y el crimen organizado podría fortalecerse como herramienta efectiva empleada contra la estabilidad del bloque opositor.
Como se puede observar, y tal como se indicó en el principio de este artículo, la incertidumbre en el futuro es lo único cierto. Múltiples posturas y proyecciones son válidas en el contexto de la planificación estratégica para los Estados y sus instituciones. No cabe duda que aquellos que logren desarrollar con mayor trazabilidad el análisis de alteraciones a las tendencias que se vayan presentando, podrán prever y anticiparse, oportuna y adecuadamente, a los cambios cada vez más traumáticos para los Estados, sus instituciones y la sociedad.
Como fuerzas armadas, parte importante del desafío se centrará en reforzar la investigación, desarrollo e integración de tecnología que les permita adaptarse al ritmo del desarrollo, y fortalecer dentro, de sus organizaciones, la resiliencia, una permanente predisposición a los cambios y habilidades que permitan anticipar el comportamiento de las variables y tendencias señaladas, enfocándose más en posibilidades y no sólo en probabilidades. El entorno laboral será fundamental para construir confianza y resiliencia en la organización, actuando como una vacuna frente al virus de la polarización que termina destruyéndolas tarde o temprano.
Son los líderes de las organizaciones, en todos sus niveles, los llamados a “marcar el paso” desde arriba, y aprovechar este momento, para reforzar la cultura organizacional, estimular el desarrollo de valores y conductas que se transformen en hábitos y virtudes, formando nuevos liderazgos y equipos dentro de los equipos, en toda la organización, preparándola de la mejor forma posible para dar frente a las múltiples e inciertas amenazas que se avecinan, antes de que sea tarde.
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Como resultado de una presentación de tema libre que se nos instruyó realizar en la cámara de oficiales de la fragata Bl...
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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