Por Daniel Arellano Walbaum
La denominada sublevación de la Escuadra en 1931, es un tema que siempre llamó mi atención. Lo primero que leí al respecto fue un libro de Patricio Manns que compré el año 1972 o 1973 en una librería que estaba en la entrada de la galería del Cine Arte en Viña del Mar. Era la visión desde el punto de vista de los sublevados. Tiempo después obtuve una fotocopia del libro del almirante Von Schroeders, y poco a poco me hice de otros libros y publicaciones sobre el tema, incluso algunos de procedencia extranjera.
En un artículo de la Revista de Marina Nº 957 titulado “A 85 años del motín naval chileno de 1931”, escrito por el comandante Carlos Tromben Corvalán, se mencionaba que en Talcahuano “hubo varios intentos de conciliación, estando las tropas desplegadas y se concedieron sucesivos aplazamientos, hasta que el regimiento Chacabuco tomó el fuerte El Morro (ubicado en Talcahuano, fuera del Apostadero), sin resistencia, a las 14:30 horas. Se instaló, además, en ese mismo fuerte, una batería del regimiento Silva Renard. Quince minutos después, los cañones comenzaron a disparar contra objetivos terrestres y navales. El principal blanco era el cazatorpederos Riveros. Fue la unidad amotinada que desplegó la mayor actividad y movilidad y que, después de ser averiada significativamente, se retiró hacia la isla Quiriquina. En este lugar se embarcaron algunos fugitivos. Posteriormente, se fue a la isla Mocha a cargo de un sargento torpedista. Recaló el 6 de septiembre con cuatro muertos que sepultar y dieciocho heridos, producto del combate del día anterior.”
Como práctico de canales, cada vez que pasaba por las proximidades de la isla Mocha, recordaba el desplazamiento del cazatorpederos Riveros hasta esa isla. Muchas veces intenté comunicarme con el Capitán de Puerto con el propósito de preguntarle si había alguna tumba en el cementerio local que recordara a unos marinos que fueron enterrados en septiembre de 1931. Por la distancia a la que pasábamos, nunca fue posible efectuar el enlace radial.
En una oportunidad concurrí al archivo histórico de la Armada para indagar, en la bitácora del Riveros, si habían quedado registrados los nombres de esos marinos, pero no figuraban. Eso sí, en la página correspondiente al día del ataque, hay una gran mancha de tinta y una nota que indicaba que “el tintero se volcó como consecuencia de un impacto”.
Con el enlace telefónico que se instaló a todas las Capitanías de Puerto, poco tiempo atrás me comuniqué con el Capitán de Puerto de la isla Mocha y le hice presente mi inquietud y requerimiento. Al día siguiente obtuve la respuesta acompañada de la fotografía de una sencilla cruz de madera y una placa de bronce que registra la fecha y nombres de las personas sepultadas que corresponderían a los muertos del cazatorpederos: “A los queridos camaradas Pedro Aguilar, Fco. Pérez y Severo Arao Q.E.P.D. Un recuerdo de la tripulación del Riveros. Sept. 5 1931”.
Ese claro testimonio de un triste y lamentable episodio de nuestra historia naval indicaría que el cazatorpederos Riveros recaló a la isla Mocha el 5 de septiembre de 1931 y que los muertos sepultados en el lugar serían tres.
Según la acuciosa investigación de Sandrino Vergara Paredes, los sepultados en el cementerio de la isla Mocha, tripulantes del "Riveros", serían cuatro:
- Carpintero Pedro Aguilar Márquez
- Artillero Severo Araos Rivera
- Fogonero Francisco Pérez Díaz
- Fogonero Humberto Moraga Díaz
De acuerdo a la detallada investigación de Sandrino Vergara Paredes, los muertos del Riveros serían cuatro:
- Artillero Severo Araos Rivera
- Carpintero Pedro Aguilar Márquez
- Fogonero Francisco Pérez Díaz
- Fogonero Humberto Moraga Díaz
Estos se encuentran sepultados en el cementerio de la isla Mocha
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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