By FABIO JACOBUCCI BAMBACE
El presente ensayo explica por qué Arturo Prat aún es un líder hoy día mismo que murió hace 143 años, basado en que demostró, por sus actitudes en vida, que tenía abnegación, coraje, sentimiento de deber, valentía moral, justicia y empatía. Esos son valores morales que representan a los principios éticos universales, que no cambian independientemente de la época o lugar.
This article illustrates why Arturo Prat is still a leader today even though he died 145 years ago since he proved, by his attitudes in life, that he had selflessness, courage, a sense of duty, moral courage, justice, and empathy. These are moral values that represent universal ethical principles, which do not change regardless of time or place.
Arturo Prat murió el 21 de mayo de 1879 en el combate naval de Iquique. Sin embargo, aún hoy sus hechos son recordados y sirven como inspiración a los marinos de la Armada de Chile, quienes lo ven como a un verdadero ejemplo de cómo debería ser un líder. Pero ¿por qué eso ocurre?, y ¿cuáles son las características que él tenía que lo hacen un modelo de liderazgo casi 150 años después de su muerte? En verdad, Arturo Prat fue un líder en el pasado y aún lo es hoy en día porque demostró, a través de sus actitudes, poseer valores morales que representan principios éticos universales, haciéndolo un ejemplo de liderazgo en cualquier época, sea en el siglo XIX o en el XXI.
Los principios éticos universales son las pautas fundamentales que proporcionan la base para el comportamiento y la toma de decisiones de los individuos. Aunque ellos pueden variar y tener interpretaciones distintas en diferentes culturas y contextos, en su esencia, ofrecen un marco común para el comportamiento humano en todas las partes y épocas, siendo ampliamente aceptados más allá de las fronteras culturales, religiosas y políticas. No hay solo una persona que haya definido los principios éticos universales. En lugar de ello, estos principios han evolucionado a lo largo del tiempo a través de la filosofía, la religión, el derecho y la tradición cultural.
Según Pëtr Kropotkin (1842-1921), filósofo ruso, en su obra Ética: origen y desarrollo (1924), la ética universal se basa en la cooperación y la ayuda mutua entre los seres humanos, siendo los siguientes los principios éticos universales: la solidaridad (la ayuda mutua y la cooperación cruciales para la supervivencia y el bienestar de la humanidad), el mutualismo (la reciprocidad en las relaciones humanas, basadas en la igualdad), el altruismo (el sentido de responsabilidad de uno hacia los demás), y el comunitarismo (la cooperación y el apoyo mutuo en sociedad).
Las acciones de Arturo Prat en el rescate de la corbeta Esmeralda y en el combate naval de Iquique demostraron que él tenía valores morales que refieren al principio ético del altruismo. A la noche del 24 de mayo de 1875, durante un violento temporal, Prat acudió al puerto de Valparaíso, para acompañar las maniobras de rescate de la corbeta Esmeralda que se encontraba al garete. Prat se acercó al buque con la ayuda de unos boteros, pero la tormenta, el violento y el oleaje no permitían el abordaje. Él, entonces, se arrojó al agua y nadó hasta la corbeta, subiendo a la cubierta trepando por un cable. Así, la Esmeralda pudo ser varada y salvada (Correa, 1995, p. 67-69). Ya en el Combate Naval de Iquique, Prat, en el comando de la misma corbeta Esmeralda, enfrentó en gran desventaja a las fuerzas peruanas, recusándose a rendirse. En la batalla, él lideró el abordaje al monitor peruano Huáscar, donde encontró su destino fatal (Vial, 1995, p. 214-216). En ambas ocasiones, Prat demostró abnegación, coraje y sentimiento de deber, valores morales que muy bien representan al altruismo definido por Kropotkin.
Arturo Prat también demostró tener los valores morales que representaban el mutualismo. Con solo veinte años y en el grado de teniente segundo, Prat defendió en un juicio de guerra al ingeniero Ricardo Owen, acusado de insubordinación y de omisión en el cumplimiento de sus deberes. La defensa de Prat fue seria y contundente, resultando con Owen absuelto (Vial, 1995, p. 98-99). En 1875, cuando tenía el rango de capitán de corbeta, Prat defendió, en otro juicio de guerra, a su amigo el teniente primero Luis Uribe, acusado de contraer matrimonio sin autorización durante una misión en Inglaterra, no respetar a su superior y recusarse de volver a Chile. Gracias a la defensa de Prat, Uribe no perdió su carrera naval (Vial, 1995, p. 99-104). Al defender a los acusados, Prat tomó el riesgo de indisponerse con sus superiores y perjudicarse en su carrera, pero lo hizo con valentía moral y justicia. Además, Prat intervino en la reglamentación de los ascensos en la Armada de Chile, a fin de establecer un sistema de ascenso ecuánime, que previniera “las arbitrariedades, las influencias sociales, los empeños políticos” o cualquier otra variante ajena al desempeño y el mérito (Vial, 1995, p. 107). Todos esos hechos demuestran que Prat tenía valores morales que remiten a la equidad, es decir, que todas las personas deben ser tratadas equitativamente y recibir un trato justo en todas las circunstancias, incluso en respecto a las sanciones y castigos por delitos y transgresiones. Esa justicia está contenida en la idea de la reciprocidad en las relaciones entre las personas, o sea, en el principio ético universal del mutualismo definido por Kropotkin.
Otro valor demostrado por Arturo Prat fue la empatía, que está directamente relacionada con el principio de la solidaridad. Prat fue empático cuando se preocupó por saber si su tripulación y las personas a su cargo habían desayunado antes del combate naval de Iquique (Vial, 1995, p. 202). Y ¿qué es la empatía, sino una forma de solidaridad?
Fueron esos valores morales: abnegación, coraje, sentimiento de deber, valentía moral, justicia y empatía, todos relacionados con los principios éticos universales, que hicieron de Arturo Prat un líder en vida y un ejemplo a ser seguido. Es decir, un líder, incluso después de su muerte. Pero uno puede decir que él no fue un líder ni en el pasado ni hoy, que él fue escogido un héroe meramente porque toda nación necesita crear sus mitos y los caídos en batalla suelen elegirse para ocupar esos roles. Si bien es cierto que el fervor nacional hacia Prat se generó tras su sacrificio, que fue comparado por los chilenos al de Jesús en virtud de su fe católica (Sater, 2015), una cosa es ser héroe y otra es ser líder. Arturo Prat es los dos. Él es un héroe porque murió defendiendo a su patria y es un líder porque sus actitudes durante toda su vida, y no solo aquellas luego antes de su muerte, mostraron que él tenía los valores morales que representaban los principios éticos universales, como ya fue mostrado. Además, su vida fue muy bien documentada, sin embargo, no se puede encontrar ni siquiera un pasaje en que él haya tenido comportamientos que podrían empañar su reputación. Por lo contrario, estudiando su vida particular, hay larga evidencia de que Prat fue, además de un líder militar, también un hijo, un marido y un padre ejemplar, como prueban la correspondencia a sus familiares transcrita en la biografía hecha por Gonzalo Vial Correa, haciéndolo también un líder en su entorno social más cercano.
En fin, a pesar de que murió hace 143 años, Arturo Prat sigue siendo un ejemplo de liderazgo hoy en día, porque sus actitudes en vida fueron basadas en los valores morales que representan los principios éticos universales. Por lo tanto, la abnegación, el coraje, la empatía, la justicia, el sentimiento de deber y la valentía moral de Prat seguirán siendo recordados por los marinos chilenos, para quienes él continuará siendo su líder y fuente de inspiración.
Bibliografía
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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