By Jaime Rodrigo Ramírez
La vivencia del sistema de educación naval en un escenario complejo (2019-2021) permitió identificar principios y recursos educacionales que, incorporados de manera formal a los procesos curriculares, contribuyen a responder satisfactoriamente a las necesidades institucionales en los escenarios que se prevean para el futuro.
The experience of the Chilean Navy´s education system in a complex scenario (2019-2021) made it possible to identify educational basis and resources that, when formally incorporated into the curricular processes, contribute to adequately respond to the navy´s needs in the foreseen future scenarios.
La tarea de educar en la Armada se caracteriza por la ejecución de un proceso curricular intencionado bajo parámetros de tiempo, espacio y recursos, en lo usual, bien definidos, estructurados, acotados y hasta predecibles.
A contar del último decenio, el entorno global y local evidencia un mayor grado de incertidumbre, vulnerabilidad y vertiginosidad. Este fenómeno surge como consecuencia de una interacción simultánea de múltiples variables: el cambio observable del clima y, asociado a ello, a una mayor frecuencia de desastres naturales y emergencias que afectan a toda una población; el surgimiento de nuevas pandemias; las emergencias de un país ante la mayor escasez de recursos naturales; la mayor ocurrencia de crisis, conflictos y guerras de naturaleza política, económica, cultural y social con el consecuente efecto negativo en la economía; la tecnología como factor amplificador en los cambios que experimenta el ser humano; la renovación del conocimiento y la tecnología en periodos brevísimos de tiempo que tensionan los procesos rutinarios; la enorme disponibilidad de información; el relativismo cultural; las nuevas capacidades del ciberespacio, lo que incluye el poder de las redes sociales como sistema complejo, y la incorporación de la inteligencia artificial, entre otros factores.
La realidad expuesta precedentemente puede ser interpretada como un escenario complejo, el cual afecta al uso tradicional del tiempo, del espacio y de los recursos en el cumplimiento de una misión educativa. Al respecto, los sucesos generados en Chile como consecuencia de la crisis social, acontecida a fines del año 2019, y de la pandemia por COVID- 19, a contar del mes de marzo del año 2020 y vigente a la fecha de este artículo, se ajustan al alcance conceptual expuesto. La Armada no estuvo ajena a ese escenario, generándose una serie de impactos que afectaron a los procesos educativos en la siguiente forma:
O Ajuste del proceso de planificación anual y ejecución de cursos.
O Alteración en la disponibilidad física de los protagonistas del proceso de enseñanza y aprendizaje: profesores, alumnos y personal de apoyo a la educación.
O Racionalización del presupuesto, al generarse nuevas prioridades del gasto fiscal para enfrentar y apoyar realidades de crisis y emergencias nacionales.
O Adecuación de los procesos metodológicos y evaluativos de línea tradicional ante la necesidad de mantener la educación a través de recursos virtuales.
O Necesidad de entregar a los estudiantes recursos para actuar en espacios de aprendizaje virtual Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA).
O Incertidumbre respecto a los niveles de aprendizaje que se logran en la modalidad de enseñanza online.
O Necesidad de actualizar los medios de apoyo tecnológico e informático para desarrollar clases en espacios virtuales de aprendizajes, y, ligado a esto, a un incremento de la demanda de capacitación docente.
O Necesidad de articular con mayor eficiencia las diferentes etapas de un proceso educativo, que posibilite y garantice una educación en todo tiempo y espacio.
O Necesidad de fortalecer el liderazgo pedagógico de aula para sostener la enseñanza y aprendizaje vía telemática.
La educación es un componente transcendental de la función logística del personal en la tarea de satisfacer anualmente, en cantidad y calidad, la demanda de personal idóneo para operar y mantener los sistemas de las unidades de combate. Por ello, sin perjuicio de los efectos producidos por el escenario complejo sobre los procesos educativos, la misión de formar marinos y especialistas se mantuvo a ultranza durante el periodo 2019-2021, desarrollando inicialmente –de manera reactiva y sin contar con una suficiencia de recursos tecnológicos y conectividad– una educación a distancia en modalidad online, para luego transitar hacia una modalidad presencial híbrida y/o remota a mediados del 2020, para, finalmente, desde comienzos del 2021, retomar completamente la educación presencial. Cabe destacar que la Armada fue una de las primeras instituciones de educación superior en el país en retomar las clases en esta modalidad (agosto 2020).
Habiendo transcurrido un poco más de dos años del quehacer institucional bajo el contexto presentado, es posible tener una evaluación inicial de las medidas que permitieron al Sistema de Educación Naval (SEN) responder satisfactoriamente a la demanda institucional, constituyendo una base preliminar para una evaluación posterior de mayor precisión. De este modo, para una mejor comprensión de las medidas aplicadas, se ha dividido la exposición de los resultados en tres dimensiones educacionales distintivas: 1) gestión educacional, 2) modelo educativo y 3) capacidades y recursos educacionales.
Gestión educacional
La primera dimensión, gestión educacional, está conceptualizada en la Armada en función de la implementación del Proyecto Educativo Institucional (PEI) y el Plan de Desarrollo Estratégico del SEN, en particular del Modelo de Educación Naval bajo enfoque orientado a competencias (MEDOC).
A contar del último trimestre del año 2019, la gestión educacional requirió de la aplicación de medidas adicionales con la finalidad de mantener y lograr la misión educativa bajo un escenario complejo. Conforme a la naturaleza de las acciones ejecutadas, actualmente es posible determinar principios de gestión, los cuales representan las normas que orientan los procesos en esta materia. Los principios de la gestión educacional son los siguientes:
O Priorización: Implica la ejecución de actividades de acuerdo a una prioridad institucional, objeto concentrar el esfuerzo en aquellas actividades de formación luego de analizar su importancia, urgencia, factibilidad financiera y grado de satisfacción a la demanda institucional (cantidad y calidad de los egresados de la formación matriz y de especialidad). Asimismo, se refiere al orden de prioridades de una estrategia educativa para dar respuesta al escenario (por ejemplo: salud, formación integral, competencias, aprendizajes, etc.) y el ajuste del rol docente (a nivel de aula y de asesores).
O Flexibilidad: Referida a la adaptación a los cambios del escenario, manteniendo los estándares de calidad; permitiendo el uso de otras formas de planificación, metodología y sobre todo de los procesos evaluativos para enfrentar nuevas situaciones educativas; desarrollando una estrategia general y planificación flexible, asumiendo una programación de actividades bajo escenario de crisis (reportes periódicos, “actividades académicas presentes”, “actividades académicas futuras de corto plazo”); flexibilidad organizacional o de estructura, mediante la creación de comités directivos especiales de planificación, control y supervisión, y flexibilidad en el cumplimiento de los horarios y de las formas de trabajo.
Desde la perspectiva de la gestión pedagógica, merece especial atención el ajuste de los mecanismos de evaluación (tanto formativa como sumativa) y, eventualmente, los pertinentes a la promoción, todo lo cual debe responder, mediante la innovación, tecnología de la información y criterios/formas de control (plataforma SIGA), al diagnóstico de la realidad del cómo y qué aprende el alumnado, a la determinación de aquello que efectivamente los estudiantes aprendieron durante la crisis, la planificación de periodos cortos de “nivelación” poscrisis, la relación emocional entre profesor y estudiante, y mantener el alineamiento que debe existir entre los procesos de evaluación con la metodología y didáctica empleada.
O Sentido: Concierne a la necesidad de establecer y difundir con nitidez la finalidad de cada actividad educativa y, particularmente, de los procesos pedagógicos de aula (el qué, para qué, cómo), para evitar redundancia y así ajustarse con eficiencia al tiempo disponible (escaso, en ocasiones). También, el sentido se focaliza hacia la motivación del alumnado, mediante un liderazgo pedagógico de aula que promueva el alineamiento del contenido con el sentido, orientando el resultado de aprendizaje al futuro desempeño profesional del educando. Lo anterior contribuye significativamente al logro de aprendizajes profundos y duraderos.
O Dinamismo: Implica actuar con energía, resolución, diligencia y prontitud en la ejecución de las actividades de formación matriz y de especialidades para responder favorablemente a la vertiginosidad del cambio; tener previsto escenarios educacionales futuros (posibles, probables, favorables, desfavorables, peligrosos, etc.); buscar los sentidos con celeridad y desarrollar planes de corto plazo que presenten un orden lógico de las actividades de formación a ejecutar en conformidad al escenario que se vive; establecer formas alternativas de comunicación de la organización educativa y entre profesores y alumnos, y difundir con prontitud lo resuelto tanto a nivel de organización del SEN como a los usuarios de este.
O Creatividad: A nivel directivo, implica implementar procesos educativos vía plataforma educacional y que el docente esté capacitado para su empleo; pensar adelantado y prever situaciones futuras y alternativas, determinando indicadores para confirmar o desestimar la ocurrencia de un determinado escenario educacional. Del mismo modo, mejorar las bases de datos, ejecutar investigaciones de corto plazo para responder a las interrogantes inmediatas, aplicar mejoras tecnológicas en las formas de comunicar y establecer alianzas tecnológicas. A nivel de aula, involucra la búsqueda de soluciones a los procesos educacionales, con ingenio e innovación, sobre todo para los aspectos metodológicos y evaluativos.
Modelo educativo
La segunda dimensión, modelo educativo, constituye el marco conceptual que define, representa y articula las diferentes etapas de formación (matriz, especialización, posespecialización) y componentes que intervienen en el proceso formativo institucional. En la Armada, el modelo educativo es materializado por el Modelo de Educación Naval bajo Enfoque Orientado a Competencias (MEDOC).
El escenario complejo, asociado a la crisis social y posterior emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19, generó diversos ajustes al modelo educativo. Lo anterior, debido al menor tiempo y mayor incertidumbre en la realización de los procesos de planificación, ejecución, control y supervisión curricular asociados al MEDOC y a una menor disponibilidad de profesores y alumnos en el contexto de la aplicación del modelo pedagógico de aula, todo lo cual motivó a una reflexión profunda y revisión crítica de los procesos inherentes a la ejecución del diseño curricular del modelo.
Como consecuencia de esa reflexión, se afianzaron algunos conceptos y se generaron medidas que sugirieron el desarrollo de un rediseño curricular –actualmente en etapa de implementación– y el establecimiento de principios para orientar las acciones referidas a los procesos de planificación, ejecución, control, supervisión y retroalimentación del MEDOC.
Los principios del modelo educativo son los siguientes:
O Continuo curricular: Lograr eficiencia en los procesos curriculares entre las diferentes etapas del proceso educacional en la Armada representa el gran desafío para mantener la misión educativa en un determinado escenario. Ello se alcanza mediante la implementación de una matriz de articulación que fije, de manera concreta y formal, competencias sello, genéricas y específicas, y los niveles que debe lograr cada establecimiento de educación de la Armada en relación a otro.
O Formación integral: En toda etapa educativa, la formación debe considerar un ámbito académico, militar-naval, valórico, profesional, cultural y físico-deportivo, materializada a través del desarrollo de los modelos de formación, los que en su conjunto le otorgan el carácter integral a la educación naval.
O Currículum formativo: Toda actividad que ejecuta una Escuela o Academia es curricular, lo que incluye a las actividades que definen un determinado modelo de formación (académico, profesional naval, militar, cultural, valórico y físico-deportiva). La característica principal de este currículum es su carácter formativo; una educación que contiene desarrollos que se orientan al logro de competencias para toda la vida y que, por lo mismo, permiten responder satisfactoriamente a los escenarios que se prevean.
O Contextualización y sentido del currículum: La necesidad de ejecutar procesos de mayor eficiencia supone focalizar las actividades curriculares a la contextualización de la profesión naval, entregando el correspondiente sentido (el qué y para qué), lo cual debe ser claramente visible en la planificación curricular de mayor impacto (modelo pedagógico) y en el alumno: programas de asignatura y syllabus (comunicación profesor-estudiante), y en las actividades curriculares complementarias desarrolladas por los modelos de formación. Esto es clave para lograr conectar el contenido y el desarrollo de las competencias con el futuro desarrollo profesional del alumnado y, además, constituye la base para generar aprendizajes profundos, útiles y duraderos.
Capacidades y recursos educacionales
La tercera dimensión se relaciona con las capacidades y recursos educacionales, que permiten la materialización de los cursos y programas de formación de las escuelas, academias y centros de instrucción para lograr los perfiles de egreso, conforme las necesidades de la institución.
El escenario complejo experimentado por el país a contar de fines del 2019 obligó implementar –prácticamente en emergencia– clases a distancia en un entorno virtual de aprendizaje (presencial online sincrónico, híbrida, remota, asincrónica a distancia y una combinación de estas). Si bien eran recursos considerados por el plan estratégico educacional (2019), el escenario en crisis forzó a priorizar su implementación antes de lo previsto y, como consecuencia de ello, a definir con mayor exactitud el concepto de capacidades y recursos educacionales. De esta manera, el concepto de “capacidad educacional” fue asociado a los ambientes de aprendizaje, entendido como un espacio en el que los alumnos interactúan en condiciones y situaciones humanas, físicas, sociales y culturales propicias para generar un aprendizaje profundo, útil y con sentido. En este ámbito, la experiencia del escenario complejo definió la necesidad de contar con las capacidades educacionales que permitan satisfacer diferentes ambientes de aprendizajes para mantener la misión educativa en los escenarios institucionales que se prevean. De forma sencilla, las capacidades educacionales se traducen en la capacidad de brindar clases de manera presencial (física), a distancia (de manera virtual, híbrida, remota, sincrónica online, asincrónica, y todas las combinaciones posibles) y, además, las capacidades de experimentación y de simulación. Los espacios o ambientes de aprendizaje corresponden a:
O Clases presenciales (modalidad física).
O Clases a distancia (modalidad en entornos virtuales de aprendizaje, EVA: clases híbridas, remotas, sincrónica online, asincrónica, y todas sus posibles combinaciones).
O Clases de experimentación y de simulación.
De esta forma, el escenario complejo impulsó la acción de perfeccionar y complementar el concepto de las capacidades y los recursos educacionales, todo lo cual fue adoptado e incorporado a un modelo de capacidades y recursos de la educación naval (Ver Figura 2). Bajo este enfoque, las capacidades educacionales requieren para su materialización contar con la provisión de diversos recursos educacionales: tangibles e intangibles, los cuales, a su vez, son factibles de proporcionar mediante recursos monetarios y no monetarios. Los recursos tangibles cubren al docente destinado a formar a los alumnos en las academias, escuelas y centros de instrucción. Asimismo, los alumnos, como los futuros profesionales y especialistas, son destinatarios del esfuerzo educacional y deben ser considerados el centro de gravedad del sistema educacional. A su vez, la infraestructura, los medios tecnológicos y de apoyo a la instrucción constituyen los recursos que permitirán materializar el proceso educacional en todo tiempo, particularmente bajo escenarios complejos; un ejemplo lo constituye el equipamiento y los sistemas de comunicaciones y programas informáticos para desarrollar las clases bajo la modalidad de un entorno virtual de aprendizaje, en que el acceso a la tecnología y grado de conectividad juegan un papel preponderante para el profesor y el alumnado; asimismo, los simuladores, talleres técnicos y laboratorios de todo tipo, entre otros, y la correspondiente suficiencia de los recursos monetarios y no monetarios para solventar dichos recursos.
También, surge con mayor nitidez la necesidad de contar con recursos intangibles o capital organizacional como elementos inherentes al sistema educacional naval. De estos recursos (Ver Figura 2) se distingue el liderazgo pedagógico, el que constituye un activo clave para desarrollar los espacios o ambientes de aprendizajes bajo escenarios complejos; liderazgo que deberá, entre otros aspectos, dar cuenta de un conocimiento experto, motivar a sus estudiantes, gestionar las emociones, actuar bajo una mentalidad tecnológica y dominio de los recursos tecnológicos, evidenciar y exigir las virtudes y valores institucionales y aplicar la enseñanza de un currículo actualizado, contextualizado y con una metodología y procesos de evaluación alineados con el aprendizaje profundo y con sentido.
Conclusiones
Las situaciones humanas de mayor demanda impulsan la creatividad intelectual para determinar las potenciales soluciones a los problemas que se suscitan en condiciones críticas.
La vivencia educacional de la Armada bajo el escenario complejo (2019 y 2021), exigió al nivel directivo tomar decisiones con celeridad, generar una estrategia general con planes de contingencia y una programación flexible de actividades de formación matriz y de especialidades para cumplir a ultranza con la misión educativa y así, responder a las necesidades institucionales. A nivel docente, requirió implementar iniciativas tecnológicas y procesos de autocapacitación para ejecutar clases en entornos virtuales de aprendizaje. Por tanto, el carácter incierto del escenario complejo se redujo con resoluciones, una estrategia situada al contexto, planes de contingencia y la aplicación de iniciativas pedagógicas sustentadas por la tecnología.
La reflexión crítica de lo ejecutado durante el escenario complejo permitió definir principios para la gestión educacional y para el accionar del modelo educativo (MEDOC), particularmente para el rediseño curricular. Del mismo modo, fue factible identificar la provisión de nuevos recursos educacionales para materializar diversos ambientes de aprendizaje, siendo el entorno virtual de aprendizaje un ambiente clave para mantener el esfuerzo educacional.
El desarrollo de un proceso continuo de investigación e innovación educacional impacta en la mejora de las capacidades educacionales y en la disponibilidad de recursos para desarrollar el proceso formativo, lo cual contribuye positivamente para el cumplimiento de la misión educativa en los escenarios institucionales que se prevean.
BIBLIOGRAFÍA
Dirección de Educación de la Armada (2019). Plan Estratégico del Desarrollo Educacional del Sistema de Educación Naval (2019- 2030).
Dirección de Educación de la Armada (2020). Estudio “Determinación de escenario educacionales y su impacto institucional ante la pandemia del COVID-19”.
Dirección de Educación de la Armada (2020). Estudio “Capacidades educacionales de la Armada para los escenarios del siglo XXI”.
Dirección de Educación de la Armada, Campos A., (2020). Estudio “Respuesta educativa a la pandemia COVIV-19: una visión institucional”.
Dirección de Educación de la Armada (2021). Informes de experiencias de los escenarios educacionales entre 2019 y 2021.
Dirección de Educación de la Armada (2021). Proyecto Educativo Institucional.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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