By ROBERTO ITURRA TOLEDO
Numerosas son las celebraciones y conmemoraciones que se efectúan en el marco de las fiestas patrias durante el mes de septiembre en nuestro país, y Yo, en mi calidad de oficial alumno de la Academia Politécnica Naval no podía quedar ajeno a aquellas muestras de patriotismo y ambiente de celebración. En parte por que disfrutaba de las ramadas y almuerzos familiares, y en parte porque pertenecía al regimiento de presentación de mi repartición.
Septiembre ya estaba terminando, había participado de dos desfiles por las calles de Valparaíso y había participado también como representante de la Institución en diversos actos escolares, todo en directo desmedro de mis fines de semana. Sin embargo, mi oficial de división conocía esta realidad y decidió que ya no necesitaría más de mis militares posturas, al menos para las actividades enmarcadas en las fiestas patrias que quedaban.
Era sábado y me encontraba en una celebración con amigos cuando recibí el llamado de un buen carreta que necesitaba un favor, su novia de Concepción vendría a visitarlo a Viña del Mar y él tenía que asistir a una misa el día domingo, rápidamente entendí lo que me iba a pedir.
Carretita, necesito que vayas por mí a esta misa, solo será una hora y tú vives cerca de la capilla, sálvame por favor. No pude negarme, le pregunté a qué hora y con qué tenida debía estar el domingo en la capilla, y ahí comenzaron las cosas extrañas. La teniente me dijo que era con tenida 9, que es como la tenida 11 pero con medalla en vez de cinta, te van a llevar en un furgón, va a durar poquito. Y ya le dije a la teniente que vas por mí, gracias carretita. Nunca más me volvió a llamar.
El domingo llegue con mi mejor tenida 9 a presentarme en la capilla, el capitán que estaba a cargo de la actividad me pregunto por qué estaba usando medalla en vez de cinta, no alcance a contestarle que era porque así iba la tenida 9 cuando escuché que llamaban a mi carreta, me disculpé con el capitán y acudí al llamado. Me presenté con el comandante que llamaba a mi carreta y le informé que yo participaría de la misa en lugar de él. Me preguntó dónde estaban mis guantes blancos, mis peales y mi barbiquejo, también me preguntó de qué misa le estaba hablando, si mi trabajo ese día seria escoltar a la Virgen por las calles de Viña del Mar.
El comandante no alcanzó a darme más instrucciones, puesto que la banda rompió y salió la Virgen en procesión desde la capilla. Mira Subteniente, va saliendo la Virgen, tú tienes que ir desfilando al lado de ella, como si fueras el comandante de sección.
Corrí hacia donde estaba la Virgen, me di cuenta de que era personal de la guardia civil el que la cargaba, y en cada esquina un representante de las fuerzas armadas. Justo cuando me ubique a la cabeza de aquella formación la procesión se detuvo, el padre de la capilla pronunció algunas palabras y comenzó a caminar, la banda de músicos comenzó a tocar y todo el mundo comenzó a moverse tras del padre. Todos excepto la Virgen y su escolta. No sabía lo que estaba pasando, pero mis cuatro años de Escuela Naval me habían enseñado una valiosa lección, si estaba con un arma y la banda rompía, lo siguiente que debía pasar era que alguien ordenase: ¡Al hombro!
Esperando lo mejor di la orden, y la guardia civil levantó a la Virgen. No podía creer lo que estaba pasando, pero el instinto me hizo ordenar: ¡Al compás, maaar!, y comenzamos a seguir al padre.
Durante las 2 horas de procesión tuve tiempo para digerir y analizar la situación, para cuestionar la amistad de mi carreta, para prometerme nunca más acceder a este tipo de peticiones y para pensar en cómo le iba a cobrar este gran favor a mi carreta; todos pensamientos que iban siendo interrumpidos por algún ¡Conversión a la derecha, maaar! Alt, Descansen, arr.
Al final del día todo salió bien, efectivamente tuve que asistir a una misa luego de la procesión, el comandante me dio las gracias por escoltar a la Virgen y dijo que no informaría mi mala tenida a la Academia Politécnica Naval en agradecimiento por mi tiempo, ya que no cualquiera hubiera cubierto a su carreta un domingo completo.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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