By Jorge Bosaans Vivanco
La alta complejidad que significa la administración costo-efectiva de organizaciones intensivas en activos físicos, producto del desarrollo tecnológico y el aumento de las demandas del mercado globalizado, ha conducido al nacimiento de una nueva disciplina llamada Gestión de Activos Físicos, que comprende las más modernas metodologías, herramientas, modelos y técnicas que se han desarrollado para este efecto. Se presenta un resumen de la evolución de las principales contribuciones a esta disciplina y su actual situación en la Armada.
As a result of technological development and the increasing demands of the globalized market, the complexity of cost-effective management of organizations intensive in physical assets, has led to the birth of a new discipline so-called Physical Asset Management. This approach comprises the most modern methodologies, tools, models, and techniques that have been developed for this purpose. This article features a summary of the evolution of the main contributions to this discipline and its current situation in our Navy.
Para iniciar, es útil definir lo que entendemos por gestión de activos, dado que es un término muy usado y conocido en otros ámbitos, principalmente en el de las finanzas. Gestión es la acción de gestionar o administrar y activo es todo bien que posee una organización que tiene un valor en términos monetarios. En este caso nos referimos a bienes físicos (instalaciones, maquinarias, etc.).
Una de las definiciones más aceptadas de Gestión de Activos es la siguiente: “el conjunto de todas aquellas actividades y prácticas sistemáticas coordinadas, a través de las cuales una organización administra de manera óptima sus Activos Físicos y el comportamiento de los activos, riesgos y gastos durante su ciclo de vida útil, con el propósito de alcanzar su plan estratégico organizacional” (International Standards Organization, 2014).
Las organizaciones intensivas en activos físicos, es decir, aquellas que para el cumplimiento de su misión deben hacer uso de grandes y complejas maquinarias y/o infraestructura, han experimentado en las últimas décadas drásticos cambios que nacen de diversas fuentes, pero que se inician con la incorporación del procesamiento electrónico de datos a los procesos industriales y con ello grados crecientes de automatización.
El resultado es que los activos físicos pasaron de ser sistemas relativamente simples, operados por grandes dotaciones de personal técnico de baja especialización, con componentes que acompañaban al sistema inalterablemente a lo largo de su vida útil y requerimientos de mantenimiento relativamente simples, a los actuales sistemas altamente automatizados con sofisticados dispositivos de control y complejo software, con dotaciones pequeñas pero muy especializadas y con componentes que tienen una rápida obsolescencia, todo lo cual configura un cuadro de elevados costos en las fases de operación y mantenimiento del activo, las dos fases más largas de su ciclo de vida. Esto implica, entre otras cosas, que se tengan que manejar grandes cantidades de información, la que debe ser oportunamente obtenida y registrada, adecuadamente procesada y eficazmente entregada a los diferentes usuarios.
Por otra parte, nuevas exigencias se han incorporado para las organizaciones que basan la generación de su producto o servicio en activos físicos, que no se evidenciaban algunas décadas atrás. La economía global ha impulsado a las empresas con fines de lucro a ser más competitivas y a entregar su producto o servicio de manera continua para evitar altos costos de penalización. Las organizaciones sin fines de lucro, como las instituciones de la defensa, enfrentan presupuestos decrecientes, altos costos de operación y mantenimiento y exigencias cada vez más elevadas de disponibilidad y confiabilidad.
Surgimiento y evolución de la disciplina
Es en este nuevo escenario donde emerge durante este siglo esta nueva disciplina que se conoce con el nombre de gestión de activos, pero antes de centrarnos en su actual estado, demos una rápida mirada a la evolución que tuvo uno de sus principales constituyentes y precursores: el mantenimiento.
Desde la invención de las máquinas hasta la Segunda Guerra Mundial, prácticamente no existió el mantenimiento como lo conocemos y las actividades para volver al servicio la maquinaria fallada (lo que hoy se conoce como mantenimiento correctivo) estaban radicadas, según fuera el tamaño de la empresa, en el taller o departamento de reparaciones, dependiente del área de operaciones.
Es durante la Segunda Guerra Mundial, que el mantenimiento tiene un desarrollo importante debido a las aplicaciones militares. En esta evolución aparece el mantenimiento preventivo, que se materializa en la inspección de los aviones antes de cada vuelo y en el cambio de algunos componentes en función del número de misiones. Básicamente consiste en programar revisiones de los equipos y recambio de partes, apoyándose en el conocimiento de la máquina en base a la experiencia, las horas de trabajo del equipo y/o a intervalos fijos.
Esta filosofía de mantenimiento, que posteriormente se aplicó en la industria, disminuyó la ocurrencia de fallas. Sin embargo, su costo comenzó también a elevarse mucho en relación con los otros costos de funcionamiento de la empresa. Como resultado de lo anterior, se desarrollaron e implantaron sistemas de planificación y control del mantenimiento y la actividad de mantenimiento tomó un lugar de mayor importancia dentro de la empresa.
Posteriormente, se desarrolló el Mantenimiento Productivo (PM Productive Maintenance) que nace en General Electric, como un avance del mantenimiento preventivo pero que se orienta a prever las fallas de los sistemas mediante un plan adecuado enfocado a la producción y que incluye los conceptos de confiabilidad y mantenibilidad; y el Mantenimiento Productivo Total (TPM), introducido por Toyota, que involucra a los operadores de los equipos en las tareas de mantenimiento.
Al término de la década de los setenta la industria de la aviación hace un gran aporte a la gestión del mantenimiento: el mantenimiento centrado en la confiabilidad (RCM Realiability Centered Maintenance). Consiste en un proceso metódico, lógico y objetivo que nació con un interés concreto: centrarse en la seguridad, y que pronto se comprobó que además de tener un fuerte impacto en la seguridad, mejoraba la disponibilidad y optimizaba recursos. (Moubray, 1977).
Luego, el proceso de cambios en la industria alcanzó velocidades mayores y los grados de automatización aumentaron consecuentemente. Pero esto tiene como consecuencia que los períodos improductivos tienen un impacto más gravitante en la producción, en el servicio al cliente y en los costos totales de operación. A su vez esto hace que exista una relación más estrecha entre la condición de la maquinaria y su performance. Otra consecuencia del aumento de la automatización es que la ocurrencia de fallas en las plantas provoca efectos cada vez más serios para la seguridad y el medio ambiente.
A partir de ese momento, y gracias al vertiginoso avance de la electrónica e informática, se produjo una nueva evolución del mantenimiento preventivo que adoptó el nombre de mantenimiento predictivo, que había nacido con el análisis de vibraciones y análisis de aceite, pero que ahora, con la disponibilidad de modernos dispositivos de adquisición de datos y la capacidad de hardware y software para su procesamiento, permitía el uso de nuevas técnicas como el monitoreo de condición y sistemas expertos, entre otras.
Actualmente, mediante el uso de modelos como árboles de falla y análisis de modo de falla, efectos y criticidad, con herramientas de inteligencia artificial y aprendizaje de máquina, es posible detectar, en tiempo real, cuándo los valores de parámetros operacionales se apartan de lo normal según condición, lo que indica que se ha iniciado el proceso de la falla mucho antes de que ésta cause la falta de funcionalidad al activo.
En forma paralela a la evolución del mantenimiento, para enfrentar los cambios experimentados por los activos físicos, tanto la academia como la industria han desarrollado distintos modelos, técnicas, herramientas y metodologías para enfrentar el desafío de administrar eficaz y eficientemente estos activos: administración de la calidad total (TQM Total Quality Management), soporte logístico integrado (ILS Integrated logistic support), gestión de la productividad total (TPM Total productive management), reingeniería de procesos de negocios (BPR Business processes reengineering), administración de costo de ciclo de vida (LCCM Life cycle cost management), planificación de recursos de la empresa (ERP Enterprise resources planning), cuadro de mando integral (BSC Balanced Scorecard), y un largo etcétera. (Staveneuter, Cost effective management control of capital assets, 2002).
En Estados Unidos, a fines del siglo veinte, emerge el concepto de costo de ciclo de vida, el que se consolida incorporando la totalidad de los costos incurridos en el activo, desde su concepción (requerimientos) hasta su total descarte (retiro), con lo que se sientan las bases para el nacimiento y desarrollo de esta nueva disciplina que se ha denominado gestión de activos físicos definido como un enfoque de gestión de ciclo de vida para administrar todos los procesos: a) determinación de la necesidad, b) especificación, c) diseño, d) construcción o adquisición, e) operación, f) mantenimiento y g) retiro, para conseguir que un activo capital (buques, aviones y sistemas de defensa en general) sea capaz de alcanzar los requerimientos operacionales en la forma más costo-efectiva durante todo su ciclo de vida.
Si bien se han mencionado los sistemas de defensa, por ser éstos con quienes primero se aplicó el modelo en Europa, ya ha sido exitosamente aplicado en plataformas costa-afuera, parques de generadores eólicos, sistemas de infraestructura vial, centrales hidro y termoeléctricas, sistemas de transporte ferroviario, minería, industria química y otros.
En esta disciplina se conjugan los criterios de optimización económicos al minimizar los costos, como los criterios de optimización de eficacia, al maximizar rendimiento (performance).
La consolidación de la disciplina
En el año 2014 se publicó la norma de la International Standard Organization ISO 55.001:2014. Esta norma especifica los requisitos para establecer, implementar, mantener y mejorar el llamado “Sistema de Gestión de Activos”. Cualquier organización puede utilizar esta norma, y también determinar a cuáles de sus activos se aplica. La norma está diseñada para permitir a la organización alinear e integrar su sistema de gestión de activos con los requisitos de otros sistemas de gestión relacionados (ISO 9001), y tiene por objeto especificar los requisitos de un sistema de gestión de activos dentro del contexto de una organización.
Asimismo, esta norma puede aplicarse a todo tipo de activos y por organizaciones de todo tipo y tamaño, y está destinada a usarse en particular para la gestión de activos físicos.
A través de la implementación de la norma ISO 55.001, una organización puede obtener las siguientes ventajas y beneficios, según el Institut of Asset Management (IAM):
- Mejorar el rendimiento financiero por mejora de la rentabilidad de las inversiones y la reducción de costos.
- Mejor información para toma de decisiones.
- Minimización de riesgos de operación.
- Mejora en productos y servicios.
- Demostración de responsabilidad social y del cumplimiento de requisitos legales.
- Mejora de la eficiencia y la eficacia.
Varios centenares de organizaciones ya se han certificado bajo esta norma en los cinco continentes, según los registros recientes de ISO/TC251, que es el comité técnico de ISO para la gestión de activos responsable del desarrollo de la familia de normas ISO 55000, augurándose con esto una consolidación de la disciplina.
La gestión de activos en Chile y la Armada
En Chile el D.L. 109 de 2017 de energía, establece los requisitos mínimos de seguridad que deberán cumplir las instalaciones eléctricas destinadas a la producción, transporte, prestación de servicios complementarios, sistemas de almacenamiento y distribución de energía eléctrica, a lo largo de todo su ciclo de vida como lo hemos definido antes, el que complementado por el pliego 17 de SEC que establece “requisitos” del SGIIE (Sistema de Gestión de Integridad de Instalaciones Eléctricas), que deberán cumplir las Empresas de producción, transformación, transporte, prestación de servicios complementarios, sistemas de almacenamiento y distribución de energía eléctrica y ha definido los más altos estándares de servicio y continuidad operacional para la gestión de activos bajo NCH - ISO 55001 para las empresas chilenas del sector eléctrico fijando plazos para su implementación.
Como ha ocurrido con otras disciplinas emergentes, como la Informática, ésta, la gestión de activos, se ha ido incorporando en forma sostenida en la educación superior, primero en Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia, para continuar en casi todos los países. En Chile se inició con diversos programas de postgrado en las principales universidades, como los magísteres de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) y Pontificia Universidad Católica Valparaíso (PUCV), y ha continuado incorporándose en las mallas curriculares de los programas de pregrado, como en la carrera de ingeniería de minas de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) o ingeniería civil mecánica de la Universidad de Chile (UCh).
La Armada ha formado un pequeño grupo de oficiales de distintas especialidades en estas disciplinas, primero con un curso cerrado de master of science con la Universidad Hogeschool Zeeland de Holanda y luego con cursos individuales de magister en las universidades chilenas mencionadas, con el propósito de ir construyendo una masa crítica que pueda diseminar este conocimiento y crear la visión compartida que permita aplicarlo en forma eficaz.
La Academia Politécnica Naval, como actividad de clausura de su 50º aniversario, realizó un Seminario Internacional de Gestión de Activos para exponer los avances logrados con la aplicación de estas metodologías, permitir un análisis comparado de visiones de otros importantes centros de investigación nacionales y extranjeros acerca de la materia, con el propósito de resaltar los desafíos que pueden ser alcanzados a través de la incorporación de estos conceptos en la administración costo-efectiva de nuestros activos físicos.
Además, ha propuesto incorporar la enseñanza de esta disciplina en la formación profesional de los oficiales1, con lo que se espera difundir el conocimiento de esta importante materia, con el propósito de optimizar el uso de los recursos en la administración costo-eficaz de los activos físicos de la Armada.
Otro interesante y valioso aporte al uso de esta disciplina es el de desafío AVANTE, que es una iniciativa de innovación abierta, patrocinada por la Armada, Knowhub y AthenaLab, que busca resolver problemas detectados por la Armada de Chile, a través de emprendimientos de base científico-tecnológica, y que puedan llegar a convertirse en proveedores sofisticados del sector defensa y del mercado civil. En su versión 2021, abordó la temática de disponibilidad de medios navales, con problemas detectados por el trabajo en conjunto de la Dirección de Ingeniería en Sistemas Navales, la Dirección de Programas, Investigación y Desarrollo y la Academia Politécnica Naval.
De una treintena de equipos que postularon, se seleccionó a tres que deberán en un plazo de seis meses implementar la solución a los problemas planteados que se definieron como mejorar la disponibilidad de los medios navales mediante: a) el diagnóstico de sistemas de ingeniería, principalmente de las plantas propulsoras, monitoreando de manera remota su funcionamiento para obtener información útil en la toma de decisiones de mantenimiento y logística de consumo y de repuestos, reducir las fallas y lograr que los buques estén el mayor tiempo disponible para su operación; y b) la asesoría técnica a distancia a través de herramientas colaborativas y de realidad aumentada que permitan entregar este servicio a los mantenedores que se encuentran a lo largo de Chile, desde consultas procedimentales hasta fallas catastróficas, con el objeto de disminuir el tiempo de solución de problemas y aumentar la disponibilidad de los sistemas. (Academia Politécnica Naval, s.f.).
Con la implementación de estos proyectos la Armada se incorpora al hasta ahora reducido pero creciente número de organizaciones que están utilizando las modernas herramientas de inteligencia artificial, aprendizaje de máquina y big data analitics, para gestionar de forma costo-efectiva sus activos físicos en las etapas de operación y mantenimiento.
El plan nacional continuo de construcción naval promulgado el año pasado e incorporado por el actual comandante en jefe, almirante Juan Andrés de la Maza Larraín como una de las cuatro líneas de acción de su gestión de mando, presenta el desafío de incrementar la cantidad Oficiales con competencias en esta disciplina para poder aplicarla desde los más tempranos procesos de la construcción de los buques y de esa forma dar cumplimiento al objetivo de administrar de la manera más costo-efectiva los activos de la Armada a lo largo de todo el ciclo de vida.
Bibliografía
Versión PDF
Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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