Durante mi continua pesquisa de libros –periplo en el cual me he ensartado muchas veces con obras que, en el papel y la crítica, debieran ser muy buenas, pero que en la práctica estuvieron lejos de cumplir con mis expectativas–, en alguna reseña de periódico o quizá de revista tropecé con una reseña del libro “Señor Director”, del periodista Mirko Macari. Un personaje del que poco y nada conocía, no obstante me había llamado la atención en más de algún programa de radio o televisión por su particular timbre de voz y especial visión del mundo.

Reconozco que, salvo contadas excepciones, evito la literatura nacional contemporánea, pues en general su latosa temática es siempre la misma pero con diferente prosa.

A pesar de lo anterior le concedí una chance a este libro, cuyo fin es desnudar los secretos del poder en Chile y, valga la redundancia, puesto que el poder siempre tiene secretos, me sedujo la posibilidad de entrometerme en vericuetos prohibidos al común de los mortales.

Con un particular estilo, este irreverente, cercano y divertido editor de importantes medios escritos, sin ningún pelo en la lengua, deambula por todo el espectro político, social, eclesiástico y militar de las últimas décadas. En el camino no guarda reparos con nombres ni situaciones; por el contrario, las detalla con sus más nimios y sabrosos pormenores.

Especial atención le doy al estilo adoptado, ya que si bien el texto está lejos de ganar un Pulitzer de literatura o algún reconocimiento de la RAE al lenguaje más erudito, el autor se deleita –cual placer culpable– utilizando una retórica directa, sin ambages ni adornos –incluso con garabatos– para relatar sarcásticamente contextos y circunstancias, y desnudar las apetencias, debilidades, deslices e intrigas de connotados personajes de la época, cuyas estrategias para satisfacer sus pantagruélicas ambiciones de poder no siempre resultaron exitosas.

Un libro muy interesante y entretenido, cuya lectura transformó el tiempo en un torbellino de ansiedad por develar los desenlaces de las múltiples historias que, cual thriller cinematográfico, fluyen a modo de estar conversando con amigos en un regado asado.