- Fecha de publicación: 01/10/2004.
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LA ARMADA DE CHILE EN EL SIGLO XXI
¿Fuerzas navales para la estrategia de la disuasión
o para la estrategia de la acción?
Renato Navarro Genta *
"¿Cómo se puede apreciar el “Costo-efectividad” de la presencia de un
destructor en el Golfo Pérsico? Un control de este tipo, en el sentido más
complejo, estará mejor descrito con el término “disuasión”; sin embargo, no
deja de ser un modo de control y como tal representa un propósito legítimo y
útil al obligar a reconocer el valor de esos instrumentos de la política
estratégica".
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Contraalmirante Joseph C. Wylie.
Introducción.
l presente trabajo pretende explorar las características que diferencian a las Estrategias de la
Acción y de la Disuasión con dos propósitos: el primero, definir cuál debe ser la estrategia que
debe seguir la Armada de Chile en este nuevo siglo para contribuir en la mejor forma al Modelo
Político-Estratégico Nacional y, el segundo, contribuir a la discusión estratégica y al desarrollo de una
Escuela de Pensamiento Estratégico particular para la Armada de Chile, acorde a los Intereses
Nacionales y a las características espaciales, demográficas e históricas de nuestro país.
Volviendo al primer propósito y considerando que toda concepción político-estratégica debe
considerar una relación descendente entre Condición Geopolítica - Objetivos Nacionales - Necesidades
Estratégicas - Capacidades Estratégicas, aparece la Estrategia Total con una actitud necesariamente
racional, pragmática y subordinada permanentemente a los Objetivos Políticos (es decir, lo que en el
siglo XVIII ya se denominaba “Raison d’Etat” ),
2 surge entonces la siguiente interrogante: ¿Cuál de sus
Estrategias deriva de la Disuasión o de la Acción? Para responderla se deberá, en primer lugar,
identificar los problemas potenciales que deberá enfrentar la Armada de Chile en este nuevo siglo y sus
implicancias, analizando y comparando entre sí ambas estrategias y decidir cuál es la alternativa
“correcta”; sin embargo, es evidente que no se logrará avance alguno en el aspecto conceptual de la
estrategia si no consideramos el impacto de las principales tendencias regionales y mundiales tal como
la “Globalización,” las viejas amenazas regionales y, consecuente con los tiempos, las nuevas
amenazas emergentes.
Es por eso que la estrategia que definamos como la más atinente a la Armada deberá salir de la
hipótesis resultante de analizar las Estrategias de la Disuasión y de la Acción, (a la manera de Tesis y
Antítesis) para determinar cuál es la variante que debe regir el ordenamiento de los Recursos de Poder
de la Armada de Chile para llevarla a establecer el necesario grado de control del mar que le permita
alcanzar los objetivos de tiempo de Paz, Crisis y Guerra, en este siglo XXI.
Cabe hacer presente que la Estrategia Marítima que se amolde a las características de un Estado,
no debe contradecir a su Política de Defensa
3 ni a la Política Exterior, pues ambas constituyen los
pilares de la proyección político–estratégica del país; 4 la política de defensa de Chile declarada como
“disuasiva”, 5 considera el empleo del Poder Nacional mediante el esfuerzo de los cuatro Campos de
Acción (CA)6 para desarrollarla, siendo el Poder Naval uno de los instrumentos con que cuenta el CA
Bélico para apoyar a la Política contribuyendo a la Estrategia Total; tal estrategia está llamada a
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gobernar las decisiones del Conductor Político-Estratégico (CPE) concernientes a intervenir mediante
la fuerza en la relación entre los Estados. Al decir del Gral. Beaufre: “Los Estados están en perpetuo
devenir; concurren, se oponen o bien se equilibran y aún se alían, según las coyunturas, en las que se
mezclan los potenciales de los actores, los cálculos de interés e incluso las fuerzas de las pasiones a fin
de sobrevivir o desarrollar la Nación y a veces imponer una dominación; el álgebra subyacente en esa
relación de fuerzas entre las naciones, es la estrategia”.
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Pero ¿Cómo se encuentra Chile dentro de esa “álgebra”? W. Wegener describió, sin proponérselo,
nuestra realidad: “Un Estado que por el desarrollo de su industria y de su economía depende del
Comercio Exterior, se ve obligado a actuar en la Política Mundial. Pero la política es la expresión del
poderío del Estado, el cual, en momentos decisivos de Crisis, tiene exactamente el mismo valor que el
poderío militar, entendido en el sentido más amplio de la palabra”;
8 el citado Almirante estableció así
la interrelación entre el intercambio comercial basado en las comunicaciones marítimas, con el
requerimiento de participar activamente en la Política Mundial, obligando a dimensionar el Poder
Naval acorde a los requerimientos que esa participación política exige; lo anterior se adapta
perfectamente al caso nacional, al haberse declarado que nuestra política de defensa considera, entre
otras, “resguardar nuestra capacidad productiva de toda amenaza externa”;
9 pero, ¿Implica esto que
necesariamente la estrategia a la que la Armada deberá contribuir ha de ser sólo de la Disuasión? Para
responder tal interrogante, esbozaremos el problema e identificaremos las premisas que se emplearán:
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A. Estrategia:
Nos atrevemos a definir estrategia como Un ordenamiento de recursos de poder en vista a establecer
algún grado de control sobre el enemigo, para obrar con el máximo de libertad de acción en la
consecución de un objeto.
B. Estrategia Total:
Basados en la definición anterior definiremos Estrategia Total como el arte de emplear todas las
fuerzas del Estado, constituyendo la forma de usar el Poder Nacional bajo una concepción total, de
aplicación permanente en Paz, Crisis
11 y Guerra, envolviendo e incluyendo a los Cuatro CA; sus
principios rectores son “Libertad de Acción” y “Economía de las Fuerzas”, subdividiéndose en
Estrategia de la Disuasión (EDLD) y Estrategia de la Acción (EDLA).
C. Estrategia de la Disuasión:
Tal Estrategia, tan antigua como la guerra,
12 está destinada a convencer al adversario que agredir es la
menos atractiva de todas las alternativas, y la definimos como: Un Ordenamiento de los recursos de
poder del Estado psicológicos más que físicos bajo una concepción total, de aplicación permanente en
la Paz y la Crisis, destinado a convencer al adversario que agredir es la menos atractiva de todas las
alternativas, amenazando con el empleo de los medios de los cuatro Campos de Acción.
D. Estrategia de la Acción:
La disuasión,
13 que representa “un valor negativo al apartar al adversario de hacer tal cosa, debe ser
balanceado por uno positivo, que represente la obtención de un objetivo político pese a la voluntad
opuesta del adversario”;
14 Un Ordenamiento de todos los recursos de poder del Estado bajo una
concepción total, de aplicación permanente en Paz, Crisis y Guerra, que permita la obtención de un
objetivo político pese a la voluntad opuesta del adversario mediante el empleo real y efectivo de los
medios de los cuatro Campos de Acción.
Durante el desarrollo del trabajo identificaremos los problemas potenciales que deberá enfrentar
la Armada en este nuevo siglo, y sus implicancias; asimismo analizaremos y compararemos entre sí
ambas estrategias, para finalmente decidir cuál es la alternativa ”correcta”; para, como gran conclusión,
determinar que la EDLA Directa (materializada por las Operaciones distintas de la Guerra o
MOOTW),
15 como la situación más demandante, satisfará también los requerimientos de la disuasión,
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por lo que debe ser ésta la Estrategia que deba regir el necesario ordenamiento de los Recursos de
Poder de la Armada de Chile llevándola a establecer el necesario grado de Control del Mar que le
permita la libertad de acción indispensable para alcanzar los objetivos de tiempo de Paz, Crisis y
Guerra, en este siglo XXI.
La estrategia de la disuasión y su aplicación a la estrategia marítima en la Armada de Chile del
Siglo XXI.
¿Es posible una estrategia de la disuasión mediante armas convencionales?
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Tanto la disuasión Clásica como Nuclear están referidas a la amenaza del empleo de la fuerza
en respuesta a un adversario que pretende emplear las armas para lograr sus objetivos, pero en la
disuasión convencional, el riesgo planteado por la disuasión está basado en lograr que el adversario
pierda confianza en su victoria, y no en el temor a la destrucción mutua producida por las armas
nucleares; luego, debido a que se intenta convencer al adversario de lo inseguro de su éxito y de lo
probable del propio, es que el Modo Directo de la EDLD se puede aplicar mejor usando fuerzas
convencionales, pues éstas no presentan la irracionalidad paralizante de la nuclear.
Asimismo, en todo conflicto, es de toda lógica pensar que si las pérdidas sobrepasaran a los
beneficios, escalar hasta la guerra sería irracional, y no podría ser considerada como “La mera
continuación de la política por otros medios”;
17 no obstante, este argumento no siempre es considerado:
El costo y los beneficios de una guerra no son susceptibles de una evaluación rigurosa: A
pesar de que se podrían calcular pérdidas y beneficios a obtener por los agresores, el citado cálculo
entregaría la conclusión de que la mayoría de las guerras son irracionales, pero, “¿A qué precio hemos
de estimar, para un pueblo sin espacio, el poder triplicar la superficie de su territorio (o Mar) o incluso
el saldar viejos revanchismos? La irracionalidad de la guerra mediante la confrontación entre las
inversiones y el rendimiento surge, o de un sentimiento visto como justo, o simplemente de la
sustitución del cálculo político por el cálculo económico”,
18 por lo que la disuasión, pese a basarse en
suficiente armamento convencional y demostrando capacidad estratégica, podría en algunas
circunstancias, no conseguirse.
Pese a lo anterior, la disuasión en el plano Político Estratégico no se logra solamente con unas
Capacidades Estratégicas reales y creíbles,
19 sino que requiere además de un convencimiento
acrecentado en función de la Estatura Estratégica 20 que el país ostente y de la Voluntad Política de
emplear esta capacidad.
Respecto al Poder Naval,
21 éste representa capacidad estratégica; pero la amenaza que constituye no
puede verse basada únicamente en su existencia ni en su presencia, sino en su capacidad para operar
cumpliendo las misiones que un conflicto pudiera exigir si se desencadenara; es decir, se hace
indispensable convencer al adversario de:
a. Que realmente lo poseemos, lo que no es posible si la Fuerza Principal (FP) no posee
prestigio internacional o crédito marítimo al decir de Wegener,
22 el que sólo puede ser
logrado “operando”. 23
b. Decisión de emplearlo apenas sea necesario.
Según Till, “El principal factor contribuyente a la disuasión marítima, o de cualquier otra clase,
es el poderío y la capacidad general de prevalecer”,
24 deduciéndose que pese a que la disuasión es una
de las Áreas de Misión de la Armada, es también una variante a las funciones navales tradicionales: los
buques de guerra no son diseñados para disuadir, sino que ésta se produce como consecuencia de las
capacidades que esas unidades evidencian al cumplir eficientemente las misiones asignadas, donde
deben demostrar capacidad de combate y voluntad.
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¿Es posible conceptualmente la estrategia de la disuasión al nivel de estrategia marítima y no
sólo al de estrategia total?
Beaufre sostuvo que la Estrategia de la Disuasión
25 es un modelo a aplicar a nivel de la
Estrategia Total, pero ¿Se puede llevar ésta al plano de la Estrategia Marítima?
Al decir del Almirante Hill, es muy poco probable que un Estado pueda disuadir a todos sus
adversarios contra todo su potencial militar, sino más bien aquél disuade a un adversario con una fuerza
o capacidad específica.
26 Luego, la disuasión es un efecto deseado que se debe buscar en todos los
niveles estratégicos, operando en la Paz y la Crisis, planificándose para que así sea; es decir, un Estado
disuade con su Poder Nacional,
27 y por eso las respectivas estrategias institucionales deben considerar
la disuasión como objeto en sus Áreas de Misión; 28 en el caso de la Estrategia Marítima 29 ésta
contribuye con el Poder Naval apoyando la gestión de la Política Exterior del Estado en las Áreas de
Misión de Disuasión y Presencia Naval,
30 basada en ciertos atributos que le permiten desempeñarse en
las áreas previamente mencionadas y que la hacen diferente de las otras fuerzas: Flexibilidad Política,
Operativa y Logística.
31 Asimismo, estas capacidades, propias de las fuerzas navales, le permiten
desempeñarse en:
a. Una función Diplomática: El Poder Naval contribuyendo a la política exterior del Estado.
b. Una función Militar.
c. Una función Socio-económica: Actividades de tiempo de paz contribuyendo a la seguridad y
desarrollo.
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Podemos sintetizar que en el Modo Directo de la EDLD se amenaza con los medios militares
mediante su capacidad estratégica, consiguiendo así el efecto disuasivo que busca el nivel superior;
luego, concluimos que la Estrategia Marítima sí contribuye a la EDLD.
La necesaria capacidad estratégica que disuada a un potencial adversario ¿es alcanzable con
medios navales convencionales?
Hill menciona que en un mundo tan sensible a las manifestaciones de poder, el mantenimiento
de los equilibrios demanda un empleo muy cuidadoso del poder militar aunque se trate del
convencional, por parte de todos los actores; de aquello se desprende entonces, que para todos ellos es
necesario mantener un permanente alistamiento, sobre todo porque demuestra voluntad de empleo y
constituye un elemento esencial del Modo Directo de la EDLD. La idea generalizada de que la
reducción de
armamento favorece la paz, perjudica el efecto deseado de la EDLD. La limitación de un tipo de
armamento
33 desplazará la competencia en el tiempo más que suprimirla. Si un Estado reduce en
tiempo de paz su armamento a un nivel sin proporción alguna con su Poder Nacional, ello impedirá que
pueda contar con suficientes medios de fuerza como para iniciar y sostener las necesarias acciones
coercitivas (o disuadir con ellas) y lo que es peor, incentivará a los Estados rivales a que desconozcan
el poder que tal Estado sería capaz de movilizar, o la resolución con la que actuaría en el curso del
conflicto. Esta aceptación de inferioridad no disuadiría, más bien precipitaría, el estallido del conflicto.
La Armada, para contribuir a la EDLD, debería desarrollar una FP con capacidad estratégica
convencional suficiente, cuyo concepto vaya más allá de lo definido por Wegener como “Flota en
Potencia,”
34 requiriendo contar con superioridad de fuerza 35 sobre sus adversarios y voluntad
estratégica para usarla. 36
¿Cómo contribuirá la Armada de Chile a la estrategia de la disuasión?
Nuestro país ha disfrutado de un extenso período de paz relativa;
37 sin embargo, una serie de
conflictos, generados por intereses nacionales contrapuestos y que se manejaron por medio de la crisis,
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no alcanzaron a evolucionar hacia la guerra, debido a la amenaza que representó para nuestros
oponentes las capacidades estratégicas de los medios militares de Chile, inhibiendo a las respectivas
contrapartes de ejecutar acciones de fuerza en contra de nuestros Intereses Nacionales.
38
La defensa de la soberanía, integridad territorial e intereses nacionales constituye una prioridad
fundamental, permanente e ineludible de la defensa nacional;
39 no obstante, se han agregado a las
viejas amenazas otras nuevas, generando la necesidad de realizar las MOOTW, con las que “mediante
acción” se logre también disuadir neutralizando ambas amenazas.
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Por otro lado, Sudamérica experimenta un real acercamiento entre sus Estados introduciéndose
el “Concepto de Reaseguro” (Reassurance)
41 y el Proceso D3 42 que podemos incorporar al Modo
Indirecto de la EDLD; lo anterior se puede apreciar en los acuerdos de integración entre Chile y
Argentina y en aquellos que se vislumbran con Perú, tendientes a reducir los niveles de fuerza, sin
disminuir por ello el grado de seguridad.
Por lo tanto, la contribución de la Armada de Chile este siglo XXI a la EDLD se debería mover en
dos planos:
a. En el uso del Poder Naval como Instrumento del CPE como consecuencia de la
demostración de sus Capacidades Estratégicas en las Áreas de Misión de Presencia Naval y
Disuasión.
43
b. La certidumbre de ser capaz de emplear el Poder Naval en situaciones de Crisis, revelando
tal capacidad en las MOOTW.
La estrategia de la acción y su aplicación a la estrategia marítima en la Armada de Chile del Siglo
XXI.
¿Cómo contribuirá la Armada de Chile a la estrategia de la acción?
La EDLA responde a un modelo de empleo real y efectivo de las capacidades estratégicas
nacionales para alcanzar los objetivos definidos.
44 El hecho entonces de que se emplee la Fuerza
Militar como medio principal 45 presupone que la Apreciación Global Político-Estratégica determinó
que aquella representa el medio más eficaz de lograr el Objetivo Político del Conflicto, debiendo tal
determinación descansar en la certeza de la existencia de una superioridad en el CA Bélico.
Tal Estrategia, conjetural en su fase de preparación, deberá materializar en su fase de aplicación
tanto una prueba material como voluntad de emplear los medios; su objetivo de carácter positivo,
buscará forzar a los adversarios a aceptar un cambio en la situación actual imponiendo una más
fuerte compulsión, para hacer nacer en la mente del adversario la absoluta seguridad de que proseguir
la lucha le será nefasto.
La EDLA debe estar ligada estrechamente a la coyuntura y a la complejidad social de los
actores pues, cuanto más avanzada la sociedad, mayores recursos se pondrán a su servicio; asimismo,
buscará un resultado que implique una “ganancia” que constituye la apuesta, lo que será siempre
balanceada por la apreciación del riesgo presentado por las consecuencias de realizar la Acción,
46
teniendo claro que lo anterior es válido sólo para actores racionales.
Sin embargo, la Acción propia de la EDLA también es producida por motivos “pasionales”,
generando fuerzas que la Estrategia debe considerar y usar para su beneficio, por lo que cualquiera sea
la necesidad de cambiar la situación existente hasta ese momento, éste deberá ser planificado por un
estratega que disponga de un diagnóstico político completo, pues la determinación acertada del fin
deseado de la Acción es la trascendental tarea del CPE; claramente se reconoce aquí la necesidad de
subordinar la Estrategia de la Acción a la responsabilidad de la política, no siendo entonces la primera
una cosa independiente de la otra.
47
6
Pero ¿cómo contribuiría la Armada de Chile a tal Estrategia?
Para responder, se hace necesario partir de dos premisas: “El Objetivo Político, como causa
original del (Conflicto), será norma, tanto para el propósito a alcanzar mediante la acción militar, como
para los esfuerzos necesarios para el cumplimiento de ese propósito”;
48 vale decir, que la concepción de
la EDLA en su modo directo debe comenzar a partir del Objetivo Político buscado cuando el efecto
deseado no puede ser alcanzado mejor por otros medios no militares.
Beaufre sostiene que la Estrategia Total, al ejecutar su Maniobra, impondrá a la Estrategia
Militar un marco de acción que deberá estar claramente definido: ¿La Acción debe ser rápida o por el
contrario de lasitud? Y más importante por sus consecuencias posteriores ¿Cuáles son los niveles de
Acción Militar que son políticamente correctos? Dentro de este marco, el estratega deberá obtener la
solución a su problema, teniendo en cuenta los medios propios y los del adversario.
Por otro lado, una vez desencadenada la acción militar -modo directo de la EDLA- por un
Estado dado, ésta debería ser rápida y violenta, a fin de alcanzar los objetivos estratégicos que
satisfagan el Objetivo Político
49 y evitando la prolongación de la resistencia que busque -operando en
el modo indirecto- volver a la situación anterior a lo menos, haciendo fracasar la maniobra del agresor;
sin embargo, no se debe olvidar que la Guerra de agresión,
50 como medio de solución de conflictos,
está prohibida por el Derecho Internacional (DI).
Visto lo anterior, hagamos ahora “amarizar” el concepto al nivel de la Estrategia Marítima; si la
estrategia pura es un “Plan para Alcanzar un Objeto” ¿Cuál podría ser ese Objeto? y ¿Cuál debería ser
la característica de la Armada que permita conseguir, con su empleo en conjunto con las otras
Instituciones de la Defensa y los otros elementos del Poder Nacional, en forma sinérgica los fines
concebidos? La respuesta a la primera podría darse con un ejemplo contemporáneo, tal como “evitar
que la Convención del Mar de 1982 sea causal de conflictos”.
51
La respuesta a la segunda pregunta es sencilla pero de no fácil aplicación: La Armada debe
contar con la suficiente capacidad estratégica, unida a una férrea voluntad de emplearla, para lograr el
necesario “Grado de Control”
52 en el Área de Operaciones que le permita alcanzar los Objetivos
Estratégicos previamente definidos; es decir, la Armada debería realizar tareas propias de la EDLA
que autorice el DI en condición de paz, tal como las MOOTW,
53 con un Poder Naval suficiente para
cumplir con aquellas que, al decir del Almirante Martínez, deben ser ejecutadas “para cambiar
conductas y (que) requieren de medios que correspondan a las características fijas de nuestro
océano”,
54 y también -en caso de Conflicto- permitirle actuar tal como le dicte el Objetivo Estratégico
Conjunto o Institucional, considerando que la guerra es un acto violento destinado a someter al
adversario y que a nuestro juicio, la “Decisión” se debería obtener idealmente mediante la Batalla
Naval; lo anterior obligará a contar con una FP que salga “con ventaja” de una comparación de
fuerza.
55 Al decir de Hughes, “es una realidad histórica que las Armadas que han ejercido influencia,
han sido onerosas de construir y mantener, pero más caro aún sale construir una Armada importante
que al final, la misma no pueda competir con el enemigo”.
56
En la búsqueda de la mejor estrategia para la Armada del Siglo XXI.
¿Existen antecedentes históricos respecto de la estrategia de la disuasión y de la acción?
Aunque la primera aplicación moderna al propósito de construir una flota para disuasión, la
Flota de Alta Mar alemana de la 1ª G.M. creada para disuadir de oponerse al Imperio Alemán, no logró
el efecto que el Almirante Tirpitz fijó en su teoría del “Riesgo”
57 porque no incluyó la voluntad de
emplearla. 58 El origen de la Disuasión como concepto se remonta milenios antes; 59 desde entonces, es
que una fuerza militar con la capacidad estratégica de magnitud y complejidad suficiente para impedir
que cualquier oponente recurra a las acciones militares ha sido “una quimera”, a menos que hubiese
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contado con apoyo de la Inteligencia para dilucidar dónde debió haber desplegado anticipadamente su
Fuerza Naval para establecer el grado de control requerido para disuadir.
60
Por otro lado, los ejemplos históricos de la EDLA, han demostrado la conveniencia de
intervenir tempranamente, para modificar o influir en provecho propio; cumpliendo aquello, es como la
Acción, en la historia Patria, se ha repartido con cierto éxito entre la ayuda para alcanzar o dar apoyo
a tendencias favorables y la resistencia opuesta a aquellas que se juzgaron nefastas,
61 mientras que la
EDLD no ha brindado logros comparables. 62
La historia, entonces, nos permite concluir que son más los beneficios provenientes de la
EDLA,
63 aunque debemos tener presente que aquellos fueron en la época que la Guerra era aceptada
como una manera legal de resolver conflictos, a diferencia de este siglo, donde tales acciones están
condenadas por el DI.
¿Qué desafíos le plantea el contexto mundial actual a la Armada del Siglo XXI?
El avance de la tecnología ha llevado el ritmo de la evolución de la civilización; determinadas
colectividades fueron transitando desde una primera civilización de carácter agraria, para luego,
pasando por una industrialización masiva, arribar a la actual, donde “Su principal valor está en la
Información y su principal característica en la Globalización”.
64 “Paradójicamente, la gran mayoría de
los países del orbe todavía transitan buscando la ansiada industrialización e independencia tecnológica
como una suerte de revolución tardía”,
65 rumbo de desarrollo del todo equivocado pues sólo aumenta la
brecha entre aquellas y las naciones desarrolladas, produciendo un aumento del porcentaje de pobres,
obligando a muchas civilizaciones a refugiarse en valores nacionalistas que los identifican y
diferencian de los demás
66 y cuyo efecto en la misión de las Armadas se hace cada día mayor, haciendo
pensar que sería necesario transferir el interés de la comunidad internacional desde la Defensa a la
Seguridad Policial, disminuyendo la capacidad de las FF.AA.; tal idea, producto del pensamiento de
políticos que asocian la capacidad del poder militar solamente para la defensa de las fronteras, olvida la
relación de éste para con la protección del Interés Nacional, que para el caso de Chile va más allá de
sus fronteras.
La situación del Mundo pos septiembre 11 ha hecho que las Relaciones Internacionales (RR.II.)
hayan involucionado,
67 por lo que Chile, dueño de un proyecto de desarrollo moderno, debe
posicionarse primero en forma individual como Estado en el contexto internacional, para luego buscar
la integración a bloques regionales,
68 a fin de lograr ventajas económicas y ganar estatura estratégica,
obteniendo como consecuencia, mayor desarrollo y seguridad, para luego perseguir la imprescindible
integración regional.
69 De aquello se desprende un escenario con dos grandes desafíos: Consolidar
nuestra inserción en un mundo pujante, y por otro lado solucionar las controversias vecinales.
¿A cuál estrategia debería contribuir la Armada de Chile del Siglo XXI para enfrentar en mejor
forma las amenazas?
El contexto vecinal presenta una realidad que afecta a la Seguridad y Defensa de Chile, siendo
necesario que la coyuntura actual no haga olvidar la necesidad de un Poder Naval que contribuya a
disuadir a potenciales adversarios; luego, es de toda lógica que el país entregue a su Armada la
capacidad estratégica necesaria para actuar ante un conflicto de Alta Intensidad, debiendo ésta,
mediante la demostración de capacidades reales durante el entrenamiento sistemático de su FP, (y
accionando en las MOOTW), convencer a los adversarios.
70 La EDLD, ejecutada en su Modo Directo y
respaldada por los atributos citados, debería otorgar la libertad de maniobra para acabar con las
amenazas vecinales.
8
Por otro lado, el contexto exterior, con el requerimiento de proteger los Intereses Nacionales
contra las nuevas amenazas asimétricas, plantea a la Armada de Chile la necesidad de desarrollar la
EDLA; ¿Cómo lograr tal efecto? La respuesta está en las MOOTW: Estas operaciones,
71 desarrolladas
por el Campo de Acción Bélico como complemento a las acciones de los otros Campos de Acción,
caen dentro de una maniobra destinada a satisfacer Objetivos Políticos, en situaciones de Paz o Crisis,
pudiendo efectuarse antes o después de una situación de guerra, e incluso durante el desarrollo de ésta
en el mismo teatro de operaciones;
72 su instrumento son las fuerzas militares, las que por presencia,
demostraciones o uso de la fuerza en forma limitada permiten o contribuyen a lograr los citados
Objetivos; vale decir, una conducción político-estratégica mediante la EDLA, en su modo Directo.
Los requerimientos de medios y fuerzas para la participación en las MOOTW, es decir,
operaciones enmarcadas en la EDLA, pueden ser satisfechos sólo en parte con las capacidades
estratégicas actuales con que cuenta la institución.
73 No obstante, las capacidades estratégicas
requeridas para garantizar su eficacia, 74 dada la diversidad de tipos de operaciones que realizan, son
idénticas a las capacidades necesarias para librar un conflicto regional de alta intensidad, por lo que la
participación en MOOTW debería contribuir significativamente al incremento del efecto de disuasión
de la Armada, satisfaciendo en gran medida los requerimientos que plantea la Política de Defensa de
Chile;
75 asimismo, como las Operaciones Distintas de la Guerra consideran la conformación de una
coalición de fuerzas de dos o más países, el integrarse o participar en este tipo de operaciones, no
implica necesariamente incrementar exponencialmente el tamaño de las fuerzas, por cuanto, se puede
emplear parte de aquellas desarrolladas para la defensa del territorio y soberanía nacional,
constituyendo también así una manera conveniente, aceptable y factible de lograr el efecto disuasivo
que la política de defensa nacional requiere proyectar. Por otro lado y debido a que a mayor eficiencia,
cantidad y calidad de los medios que se comprometen en este tipo de operaciones, mayor será el efecto
logrado en términos de “capacidad para disuadir”, se podría optimizar tal participación estableciendo
áreas de desempeño especializadas compatibles con la necesidad nacional.
76
Por otra parte, el solo acto de comprometer la participación de fuerzas propias en MOOTW
resulta rentable para la Armada, puesto que obliga al Estado a mantener la Fuerza
77 en un alto grado de
alistamiento y preparación. 78 Lo anterior redundaría en considerables beneficios, por cuanto se
incrementaría la capacidad de disuadir a potenciales adversarios, especialmente, en el ámbito vecinal,
participando en acciones navales realizadas en tiempo de paz y que normalmente son celebradas por la
comunidad nacional e internacional, minimizando el riesgo de ser acusados de materializar una “carrera
armamentista” cuando se realicen las necesarias adquisiciones de Unidades.
Resumiendo, con la participación de fuerzas nacionales en MOOTW se contribuiye en forma
directa a las EDLD y EDLA, permitiendo alcanzar los Objetivos Nacionales y de la Defensa Nacional
relacionados con:
a. El aumento de nuestra Estatura Estratégica.
b. Mejoramiento de las relaciones vecinales.
c. La creación de condiciones de seguridad fundamentales para lograr la supervivencia del
Estado.
d. La colaboración al mantenimiento y promoción de la paz y seguridad internacionales, en
concordancia con el interés nacional e internacional.
¿Qué fuerza principal se requiere?
Vista la necesidad entonces de contribuir a ambas estrategias que conforman la Estrategia Total,
es necesario esbozar el tipo de Fuerza Principal requerida para tal efecto, la que debe dejar fuera
entonces toda suerte de “Flota para el Riesgo”
79 debido a que ésta se limitaría a
mantener un cierto
grado de control del mar y restar libertad de acción al enemigo que, pese a que podría parecer
9
conveniente desde el punto de vista económico para la Armada con una hipótesis solamente vecinal,
resultaría inefectiva frente a las nuevas amenazas.
Más efectiva resultará conformar una FP con capacidad y voluntad estratégica de gran poder y
que permita recurrir en condiciones favorables a la EDLA en sus Modos Indirecto y Directo y a la vez
contribuir a la EDLD en su Modo Directo. Tal FP debería materializar el empleo de la Fuerza Naval en
las tareas que demande la Estrategia de los “Tres Vectores” para perseguir los objetivos que permitan
cumplir con las Áreas de Misión de la Armada y que incluya, entre otras, la capacidad de proyección
puntual de poder sobre la tierra y ejecutar las MOOTW contra las amenazas asimétricas.
Finalmente, podemos concluir que el CPE chileno debiera planificar una Armada con tal estructura
y magnitud de fuerzas que le permita establecer el grado de control necesario sobre sus potenciales
adversarios en los ámbitos definidos por las áreas de Misión;
80 es decir, las Fuerzas requeridas deben
satisfacer la situación más demandante: la EDLA, las que debido a su capacidad estratégica, logran el
efecto deseado en la EDLD.
Pruebas de aceptación.
Ya vimos que la existencia de fuerzas que satisfagan la EDLA, obviamente satisfará la EDLD,
resultando idóneas para la coyuntura nacional; ahora, si aplicamos las pruebas de Conveniencia,
Factibilidad y Aceptabilidad a la proposición de tener una FP con las capacidades estratégicas
necesarias para una EDLA pensada en la situación más demandante, así como de una Armada que la
soporte, apreciaremos que resultará Conveniente,
81 Aceptable 82 y Factible. 83
Definitivamente, la Armada de Chile del Siglo XXI contribuirá a la EDLD, al contar con las
capacidades estratégicas para desarrollar los Modos Directo e Indirecto de la EDLA contra cualquier
amenaza; es decir con los medios necesarios para salir airoso de una comparación de fuerzas con las
armadas vecinales,
84 participando en todo el espectro de las MOOTW, potenciando todas las Áreas de
Misión sin olvidar la “Proyección del Poder Militar del Estado a través del Mar”. 85
Conclusiones.
a. La disuasión es el efecto que un Estado busca producir en un potencial adversario mediante la
Estrategia que lleva ese nombre, efecto que se acrecienta en función de la Estatura y las
Capacidades Estratégicas y de la voluntad política de emplear tales capacidades. Además, la
citada estrategia, ejecutada en sus Modos Directo e Indirecto otorga, entre otras, la necesaria
libertad de acción en la aplicación del concepto de “Reaseguro” permitiendo a futuro terminar
con las viejas amenazas al afianzar el proceso D3. Asimismo, la Armada, como instrumento del
Modo Directo de la Estrategia de la Disuasión, puede contribuir a esta limitación psicológica
del adversario, estableciendo un control para mantener el “Statu Quo”; sin embargo en algunos
casos la Estrategia de la Disuasión podría no resultar suficiente.
b. El empleo de la Estrategia de la Acción en su Modo Directo, presupone que el análisis
correspondiente en el Nivel Político-Estratégico determinó que ésta representa el medio más
eficaz de lograr el Objetivo Político del Conflicto, debiendo tal determinación descansar en la
certeza de una superioridad en el Campo de Acción Bélico, que permita forzar a los
adversarios a aceptar el cambio; por otro lado, una vez desencadenada la Acción militar en el
Modo Directo de la Estrategia de la Acción, ésta debería ser idealmente rápida y violenta
evitando que su adversario -operando en el Modo Indirecto- movilice los Organismos
Internacionales.
c. La Armada de Chile, como parte de los medios a disposición de la Estrategia de la Acción,
desarrolló en el siglo XIX, campañas propias de ésta con óptimos resultados, mientras la
Estrategia de la Disuasión no ha brindado éxitos comparables; sin embargo, la guerra ha dejado
10
de ser un argumento legal para resolver conflictos, por lo que la libertad de acción de antaño
difícilmente se tendrá en este siglo.
d. Mediante las MOOTW, la Armada puede justificar la necesidad de contar con la suficiente
Capacidad Estratégica y Voluntad para desarrollar los Modos Directo e Indirecto de la
Estrategia de la Acción: neutralizar las nuevas amenazas asimétricas.
e. Efectuadas las pruebas de Conveniencia, Factibilidad y Aceptabilidad, resultó que la Estrategia
óptima para la Armada de Chile del Siglo XXI debe ser la Estrategia de la Acción,
fundamentado en que se trata de la situación más demandante, y que usando las capacidades
estratégicas requeridas para el primer efecto, se logrará también el efecto deseado de la
Estrategia de la Disuasión. Asimismo, la Capacidad Estratégica de Proyección del Poder Militar
del Estado como uno de los objetos a alcanzar mediante el Control del Mar, está llamada a ser
un aporte fundamental de la Armada a la Estrategia Militar y Conjunta en el presente siglo XXI.
* * *
11
CUADRO 1
Modelo político-estratégico del general A. Beaufre.
DIRECTA INDIRECTA
ESTRATEGIA DE LA
DISUASION
APROXIMACION
INDIRECTA APROXIMACION
DIRECTA
DIRECTA
MANIOBRA
EXTERIOR
ALCACHOFA LASITUD
MANIOBRA
INTERIOR
ESTRATEGIA INDIRECTA
ESTRATEGIA DE LA
ACCION
ESTRATEGIA TOTAL
GRAN POLITICA
12
CUADRO 2
Operaciones militares distintas de la guerra.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos, define 16 tipos de MOOTW, indicadas en
la siguiente Tabla:
OPERACIONES MILITARES DISTINTAS DE LA GUERRA.
Arms Control. Control de Armas.
Combatting Terrorism. Combate al Terrorismo.
DoD Support to Counterdrug Operations. Apoyo a Operaciones contra Narcotráfico.
Enforcement of Sanctions / Maritime Intercept
Operations. Imposición de Sanciones / Operaciones de
Interdicción Marítima.
Enforcement of Exclusion Zones. Imposición de Zonas de Exclusión.
Ensuring Freedom of Navigation and
Overflight. Asegurar Libertad de Navegación y
Sobrevuelo.
Humanitarian Assistance. Asistencia Humanitaria.
Military Support to Civil Authorities. Apoyo Militar a Autoridades Civiles.
Nation Assistance / Support to Counterinsur-
gency. Asistencia a Naciones / Apoyo a Contrainsur-
gencia.
Noncombatant Evacuation Operations. Evacuación de No Combatientes.
Peace Operations. Operaciones de Paz.
Protection of Shipping. Protección de las LLCCMM.
Recovery Operations. Operaciones de Rescate.
Show of Force Operations. Demostraciones de Fuerza.
Strike and Raids. Operaciones de Ataque e Incursiones.
Support to Insurgency. Ayuda a Insurgencia.
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* * *
__________________________________________________________________________________
* Capitán de Corbeta. Oficial de Estado Mayor. Destacado Colaborador, desde 2000.
1. J.C. Wylie, “Estrategia Militar, una teoría general sobre el control del poder”, Buenos Aires,
1978.
2. Peter Paret, “Creadores de la Estrategia Moderna”, pág. 894, Madrid, 1991.
3. Definida como la suma de instituciones e instrumentos destinados a enfrentar con éxito
amenazas y/o agresiones, que pueden afectar su seguridad, integridad, la paz, la calidad de
vida, el bien común de los habitantes de una nación y, en general, los valores fundamentales
consagrados en la Constitución.
4. Tal política de defensa, al decir de Paul Nitze ( “Arms, Strategy and Policy”, Foreign Affairs,
Enero 1996, págs. 187–198) distingue entre Política declarada –declaraciones públicas de
objetivos e intenciones políticas con el propósito de producir efectos psicológicos, de confianza
mutua etc., pero cuidando de no afectar la Disuasión Estratégica– y Política de Acción –
objetivos y planes militares concretos para emplear las fuerzas existentes en apoyo a los
objetivos declarados. Dado que, para ser efectivas, la primera necesita ser creíble y la segunda
14
requiere ser factible, la proposición indicada fue ampliada por Donald Snow (“Levels of
Strategy and American Strategic Nuclear Policy”, Air University Review, Vol XXXV, Nº1,
págs. 63–73), quien insertó un tercer nivel –Desarrollo y Despliegue de las Fuerzas– entre los
dos niveles iniciales, el que aseguraría las fuerzas adecuadas para transitar desde la Declaración
a la Acción, o mejor dicho de la Estrategia de la Disuasión a la de la Acción.
5. Primer Libro de la Defensa Nacional de Chile, pág. 18, Valparaíso, 1998.
6. Se denomina así a cada uno de los cuatro grupos funcionales: Bélico, Diplomático, Económico
y Psico-político (Interno), en los cuales se hace realidad la aplicación del Poder Nacional para
enfrentar períodos de Paz, Crisis y Guerra; asimismo, constituyen los Órganos de Maniobra del
Conductor Político Estratégico.
7. Se refería a la Estrategia Total (Gral. A. Beaufre, “Estrategia de la Acción”, pág. 165, Buenos
Aires, 1982).
8. VA W. Wegener, “La estrategia Naval en la Guerra Mundial” pág. 60, Buenos Aires, 1980.
9. Op. Cit. en 5, pág. 18.
10. Siguiendo la recomendación del Almirante Castex: “Esbozar el problema e identificar las
premisas que se emplearán” (Citado por G. Till, “Estrategia Marítima y la Era Nuclear”, pág.
29, Buenos Aires, 1988).
11. Crisis, definida como instrumento de la Política generada “ex profeso” para hacer prevalecer
sus intereses por sobre los de su oponente, el cual es posible revertir a la situación que existía
antes de su inicio mediante negociaciones, que aseguren a quien lo generó la satisfacción de sus
intereses, y que sean aceptables para el oponente (“La Crisis y Su Maniobra”, pág 11,
ACANAV, 1995).
12. Desde el “Si vis pacem, para bellum” romano hasta la fórmula “Mostrar la fuerza para no
utilizarla” de Lyautey.
13. Hemos escrito disuasión con minúscula ya que nos referimos al concepto. Cuando lo hacemos
con mayúscula (Disuasión), nos estamos refiriendo al modelo político-estratégico; asimismo,
en los países anglosajones se le conoce como Deterrence.
14. General A. Beaufre, “Estrategia de la Acción”, pág. 44, Buenos Aires, 1982.
15. Military Operations Other Than War.
16. Aquí nos referimos al empleo de las Armas para contribuir a la disuasión; no se debe olvidar
que la disuasión se logra con la participación tanto de los medios militares como los no
militares; son los modos directo e indirecto los que ponen el énfasis de los unos y los otros.
17. Karl von Clausewitz, “De la Guerra”, Libro I, cap. I párr. 24, pág. 24, Buenos Aires, 1983.
18. Raymond Aron, “Paz y Guerra entre las Naciones”, pág 517-518, Madrid, 1963.
19. En este marco las FF.AA. juegan un papel importante debido a que no se puede disuadir sin un
Poder Militar que cuente con un real potencial de destrucción y voluntad de emplearse.
20. Es decir, manteniendo un desarrollo armónico de su poder nacional, contando con un país
cohesionado, con poder económico, con estabilidad política, con aliados poderosos y prestigio
internacional, así como dotado con FF.AA. eficientes y eficaces, prestigiadas en el interior
como más allá de las fronteras.
21. Conformado por el tríptico Fuerza – Posición - Voluntad Estratégica.
22. “Tal crédito incluye elementos morales referentes a mando y personal, técnico-materiales y de
entrenamiento” (Wolfgang Wegener, Op. Cit. en 8, pág. 68).
23. Por ejemplo en Operaciones combinadas de entrenamiento (ver RIMPAC).
24. Geoffrey Till, Op. Cit en 10, pág. 237.
25. Cuyo nivel es el de conducción político-estratégico.
26. CA Hill “Estrategia Marítima para potencias medianas”, pág. 86, Buenos Aires, 1990.
27. En el que el rol militar es muy importante, pero el CA Bélico no es el único Campo de Acción
que interviene.
28. Presentes en la de la Armada, Ejército y Fuerza Aérea.
29. Definida por el VA Justiniano como “Arte y Ciencia de concebir, preparar y conducir los
medios en el desarrollo de las operaciones navales tendientes a lograr el objeto de la guerra en
el mar: el control del mar y la proyección del poder militar sobre el territorio adversario por
medio del poder naval, con el propósito de explotarlo en el más alto grado posible para la
obtención del Objetivo Estratégico Final de las FF.AA. en particular y la guerra en general”.
15
30. Esta última definida como “El empleo de la Fuerza Naval para obtener objetivos políticos sin
recurrir a la guerra”.
31. Su Condición de listas al arribo y el Simbolismo; otro concepto propio del Poder Naval lo
constituye la graduabilidad, considerado como una característica integral que representa la
flexibilidad en el empleo del poder naval, la cual permite aumentar o disminuir la intensidad de
la presión política o estratégica enteramente a voluntad, sin perder la libertad de acción. (H.
Justiniano, “Temas de Estrategia Naval”, pág. 58, Valparaíso, 2000).
32. Op. Cit. en 5, pág. 161.
33. En fragatas o aviones F-16, por ejemplo.
34. Dueña de la cautela táctica, pues ella cumple su cometido por el sólo hecho de existir y sin
necesidad de dar la batalla. (VA. Wegener, Op. Cit. en 8, pág. 41).
35. Ponderada con la comparación de fuerza (no de fuerzas), mediante el cuadrivio que analiza
potencia Ofensiva y Defensiva, Mando y Control y Movilidad.
36. Muy discutible es, por otro lado, el peligro que tal como lo ven los políticos está inmerso en la
suposición que la existencia de una FP poderosa podría estimular hasta el extremo la voluntad
de usarla; es decir, el instrumento, la Flota, crearía la necesidad de usarla, tal como lo expone
Ken Booth (“Las Armadas y la Política Exterior”, Buenos Aires, 1975) pero ese margen escapa
al objetivo de este trabajo.
37. El último conflicto internacional, merecedor de ser considerado una Guerra, fue la llamada
Guerra del Pacífico, que enfrentó al Estado de Chile contra Perú y Bolivia, entre 1879 y 1884.
38. Obligando a nuestros adversarios a operar en el Modo Indirecto de la Estrategia de Acción,
donde no les ha ido nada mal.
39. En el mundo globalizado, ésta se extiende más allá de nuestras fronteras, donde se debe buscar
disuadir a toda amenaza que afecte o pudiera afectar los intereses nacionales, tanto en el ámbito
regional como en ultramar. ¿Un ejemplo? La defensa del libre tránsito por el Canal de Panamá.
40. Luego, entendemos a las MOOTW como parte de la Estrategia de la Acción en su Modo
Directo.
41. Definido por D. García Cantalapiedra como “La acción o conducta que busca reducir los
incentivos de un adversario para utilizar la fuerza, reduciendo los miedos e inseguridad que a
menudo llevan a una escalada al conflicto armado”. (“El uso de las FF.AA. en la política
exterior de EE.UU.”, Conferencia “La seguridad europea en el s. XXI” Universidad de
Granada, 5-9 de Nov. 2001).
42. ”Disuasión, Distensión y Desarme”, citado por el actual CN E. González R. en el artículo
“Sistemas de Combate de Superficie para el Siglo XXI”. Revista de Marina, 1994.
.
43. Sin dejar de lado el Control de la Actividad Marítima y de los Espacios Marítimos.
44. El VA Justiniano, destaca que la Estrategia de la Acción, a diferencia de la de Disuasión,
“implica el accionar mediante el empleo efectivo de los medios de los Campos de Acción
Bélico, Externo, Económico e Interno” (Op. Cit. en 31).
45. Vale decir en el Modo Directo de la Estrategia de la Acción.
46. Al saber del Gral. A. Beaufre, “La Acción reposa siempre sobre una dialéctica entre la
ganancia y la pérdida posible, un balance entre la esperanza de éxito y el temor a los riesgos
que se enfrentarán de mantenerse la citada Acción” (Op. Cit. en 14, pág. 50).
47. Al saber de K. Von Clausewitz, “La Guerra es otra clase de escritura y lenguaje para los
pensamientos de los políticos; es seguro que posee su propia gramática, pero no su lógica
propia” (Op. Cit. en 17, libro VIII, cap. VI B”, pág. 566).
48. El original habla de “Guerra” y no conflicto, pero como la Estrategia de la Acción se emplea
tanto en Crisis como en Guerra, estimamos como mejor “Conflicto”. (La sentencia pertenece a
K. Von Clausewitz, “Op. Cit. en 17, libro I, cap. I párrafo 11, pág. 16).
49. La actual interdependencia entre los estados, y la hegemonía de Estados Unidos, hace que de
no ser su accionar rápido, el país que buscó un cambio en la situación se arriesgue a que su
adversario movilice los Organismos Internacionales, como la ONU y la OEA por ejemplo.
50. Aunque algunos Estados cuestionan la prohibición de la Guerra Preventiva, asimilándola a un
recurso de la inmanente autodefensa.
51. A decir del CA Hill, “existen múltiples motivos potenciales de conflicto dentro y fuera de la
Convención del Mar de 1982... las causas fundamentales de las disputas serán el comercio, los
recursos, las posiciones estratégicas (o sea todos aquellos aspectos que a lo largo de la historia
16
han definido al Poderío Marítimo) ... pero el foco de la disputa estará en la convención misma”.
(Op. Cit. en 26, pág. 42). A lo anterior podemos agregar las sugerencias de delimitación
marítima que aquella propone y su efecto cuando es tergiversada por la Política Exterior de
ciertos Estados.
52. CA J. C. Wylie, Op. Cit. en 1, pág. 104.
53. Es decir, proteger las actividades económicas que se realizan en el territorio oceánico,
efectuando vigilancia y resguardando el ecosistema del Pacífico Sur Oriental, evitando así la
depredación y el saqueo de la biomasa, y la contaminación de la ZEE, entre otras.
54. J. Martínez B. “Oceanopolítica, una alternativa para el desarrollo”, págs. 243-244, Santiago,
1993.
55. La comparación a la que nos referimos es aquella basada en el “Cuadrivio”, no en una
comparación de fuerzas; la comparación por cuadrivio es un buen sistema de predicción de
resultado de la batalla, pero sin dejar de lado el que la “Fricción de la guerra” (descrita por
Clausewitz) pueda producir un resultado diferente.
56. W. P. Hughes, “Táctica de Flotas”, pág. 242, Valparaíso, 1986.
57. El padre de la Flota de Alta Mar Alemana, Almirante Tirpitz, esperaba a principios del siglo
XX, que ésta, como expresión de poder que era, constituyera un “Riesgo” para Gran Bretaña,
es decir y en palabras del VA Wegener, “Una amenaza capaz de derrotarla si actuaba en contra
de los Intereses Alemanes”.
58. Wolfgang Wegener, Op. Cit. en 8, págs. 64 y 65.
59. Tal como figura como objeto de los 100 Trirremes Atenienses durante la Guerra del
Peloponeso considerados para la tarea de disuadir de ataques a esa Democracia durante el siglo
V y IV AC. (Tucídides, “Historia de la Guerra del Peloponeso”, Madrid, 1991).
60. Tal como lo demostró el Reino Unido, donde la oportuna inteligencia obtenida en 1977, sobre
las intenciones argentinas hacia las Malvinas, permitieron al gobierno británico “adelantarse a
la jugada” y así efectuar un despliegue preventivo de dos fragatas y un submarino nuclear,
logrando un grado de control tal que pudo dar al traste con las intenciones de nuestros vecinos,
(Citado por J. Hill. Op. Cit. en 26, pág. 100).
61. La Armada, como parte de los medios a disposición de la Estrategia de la Acción ha
desarrollado campañas propias de ésta: En la Liberación de Perú tanto de España como del
Protectorado liderado por Andrés de Santa Cruz; nuevamente apoyando a ese país en su
conflicto con la Madre Patria, para, posteriormente, contribuir a la Toma de Antofagasta y así
defender los intereses salitreros chilenos desembocando incluso en la Guerra del Pacífico,
enfrentando a la Alianza Perú-Boliviana; no obstante tales empresas bélicas hoy serían
condenadas por el DI.
62. La Estrategia de la Disuasión no fue capaz de evitar los conflictos fronterizos, que redundaron
en entrega de territorios en beneficio de, al decir de nuestras autoridades, una más necesaria
paz.
63. Considerando que la estrategia eficaz siempre se deberá basar en el cálculo del empleo de la
Fuerza para un fin político; lo anterior está respaldado por la historia de las guerras y de la
diplomacia (Modos Directo e Indirecto de la estrategia de Acción); en ella encontramos
ejemplos aleccionadores de aquello y de las oportunidades en que el CPE chileno basó su
política (o no lo hizo) sobre esa realidad.
64. Alvin Toffler, “El Cambio del Poder”, Acanav, 1997.
65. Almirante (MGP) R. Arbocco, Conferencia dictada en ACANAV, 23 Abril 2003.
66. Al decir del Almirante Arbocco, “Los patrones de producción y consumo no parecen tener
limitaciones, mientras en otros lugares se forjan semillas de conflictos que a la postre podrían
resultar difíciles de predecir”. ¿Es necesario un ejemplo? La Venezuela de Chávez.
67. Esto se fundamenta en el uso de la fuerza en forma unilateral como mecanismo de solución de
controversias, sin esperar la Resolución correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU.
68. Como el MERCOSUR.
69. Chile debe desenvolverse en dos planos: en un extremo aquel compuesto por los Estados
inmersos en la Globalización y con los que conformamos sociedades económicas, y en el otro,
nuestra realidad vecinal, compuesto por Estados limítrofes con alta ingobernabilidad y que aún
presentan reclamos territoriales con el riesgo que aquello implica.
17
70. Sólo así podremos generar la necesaria disuasión e inhibir cualquier intento de agresión
vecinal.
71. Es decir, aquellas tendientes a imponer la paz, apoyar a autoridades civiles, proteger a los
ciudadanos, efectuar tareas contra amenazas que han incrementado su accionar como el
narcotráfico, terrorismo, entre otras.
72. Headquarters Department of The Army. FM 100-5 Operations. 1993, página 13-0.
73. Principalmente en el ámbito de la Estrategia Marítima y en aquellas áreas que se relacionan con
el transporte y apoyo por mar.
74. A saber capacidad de despliegue rápido y oportuno de los medios, su capacidad de
permanencia, flexibilidad y movilidad, de sostener a las fuerzas en el tiempo y la
interoperabilidad y la facultad de combinar capacidades con fuerzas multinacionales para
producir los efectos estratégicos y políticos deseados.
75. Que como se detalló es de carácter “disuasiva”.
76. A saber capacidad de despliegue rápido de Fuerzas IM; capacidad de guerra de minas
(sembrado, caza y barrido); capacidad de realizar incursiones anfibias; capacidad de realizar
transporte estratégico; operaciones con submarinos que incluyan inserción de fuerzas
especiales y obtención de inteligencia, entre otras misiones.
77. Por ejemplo, las Fuerzas Stand-By, comprometidas para Operaciones de Paz con las Naciones
Unidas, mediante MOU para el aporte de Chile al Sist. de Operaciones de Paz de la ONU de
fecha Nov. 1999.
78. Considerando incluso experiencias de combate.
79. Nos referimos a la Flota alemana de la 1ª GM., sin voluntad de emplearse, tal como la detalla el
VA Wegener en su obra ya citada.
80. Incluyendo respuesta a situaciones de crisis en su espectro completo, considerando MOOTW
en escenarios alejados del territorio continental.
81. Es lo que se requiere en vista de la importancia innegable que tiene el mar para nuestro
crecimiento, desarrollo y seguridad.
82. Chile ha demostrado su voluntad de asumir las tareas de mantenimiento de la paz y lucha
contra las amenazas asimétricas.
83. La magnitud de la Fuerza Principal necesaria para conservar y recuperar la paz según sea el
caso podría ser alcanzada mediante la participación en coaliciones o alianzas si fuese necesario.
84. Pero considerando el Mandato Presidencial de mantener la tradicional vocación de paz de
nuestra nación y los obstáculos que el Derecho Público Internacional impone a la ejecución de
la Guerra como medio de resolver conflictos.
85. Basándose en la Movilidad Estratégica como característica principal, aprovechando su
desplazamiento en, al decir de la Sra. Francisca Moller, “Un medio libre como es el mar, sin
vulnerar fronteras ni requerir autorización diplomática”.
86. Op. Cit, Joint Chiefs of Staff. Chapter III.
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