Revista de Marina
Última edición
Última edición

Infantes de Marina, el costo de permanecer "listos a reaccionar"

  • Pedro Peña Staub

Por Pedro Peña Staub

  • Fecha de recepción: 18/02/2022
  • Fecha de publicación: 30/06/2022. Visto 702 veces.
  • Resumen:

    El presente artículo busca, por medio de la combinación de modelos matemáticos, proponer un sistema que permita mantener de manera permanente los insumos mínimos que los infantes de marina requerimos para entrar en acción de manera inmediata, particularmente en aquellas acciones que a base de capacidades remanentes, propias de las condiciones de diseño de nuestras unidades, impliquen mantener a lo menos, desde una perspectiva logística, el atributo de ser “listos a reaccionar”.

  • Palabras clave: Pareto, EOQ.
  • Abstract:

    This article, by means of a combination of mathematical models, suggests a system that allows us to continuously sustain the minimum supplies that we Marines require to go into immediate operations. This condition is particularly true in those that, based on the remaining capabilities, and considering the design of our operational Units, imply maintaining, at least from a logistical perspective, the attribute of being “ready to respond”.

  • Keywords: Pareto, EOQ.

Chile posee una particular configuración geográfica que lo diferencia de la mayoría de los países del mundo. Sus alturas disímiles, variado clima y principalmente su ubicación en el denominado Cordón de Fuego del Pacífico, lo hacen extremadamente vulnerable a hechos de consecuencias catastróficas producidas por la naturaleza, sin mencionar lo vivido a causa de la Pandemia del Covid-19. Al respecto, entre los años 1582 y 1956, hubo un promedio de un terremoto cada ocho años, detallando los efectos producidos en la Figura N° 1, la cual exhibe los tipos de eventos de mayor relevancia ocurridos, sus consecuencias en términos materiales, fallecidos y población afectada (Camus, Arenas, Lagos, & Romero, 2016):

Es así, que los acontecimientos más destacables como fueron los terremotos de Chillán (1939), Valdivia (1960), Illapel (1971), San Antonio (1985), Maule (2010) e Iquique (2014), si bien podrían tener una relativa distribución en el tiempo, su dispersión no presenta una tendencia, por lo que diversas dificultades logísticas extras son anexadas a la hora de querer desplegar Infantes de Marina a una determinada zona, sumando además, el claro aumento en la tendencia a los conflictos intra-estatales, como lo visto durante la denominada revuelta social de 2019 y lo ocurrido en la Macro Zona Sur, lo que no escapa al devenir mundial en este ámbito.

Como una de las soluciones a esto, la tendencia mundial evolucionó a una respuesta integral a este tipo de eventos, lo cual ha sido replicado por nuestro país, siguiendo la línea de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres y Estabilización de las Naciones Unidas del año 2010, la que indica que para accionar en estas situaciones de calamidad e inestabilidad interna, se requiere una acción combinada del Estado, muestra de aquello, por ejemplo desde la vereda del ordenamiento jurídico, es que diversas medidas fueron tomadas destacando la articulación de las Fuerzas Armadas durante períodos específicos y para tareas determinadas, teniendo aquello su marco legal en la Constitución de 1980, la cual faculta a la primera autoridad del gobierno para decretar Estados de Excepción Constitucional (Ríos, 2002). Si bien, el rol principal de las diferentes instituciones armadas se asocia clásicamente a su empleo en la mantención de la integridad y soberanía territorial, su accionar en este tipo de situaciones se encuentra plenamente vigente. En esta línea, La Armada de Chile ha declarado que referente a lo determinado por el Estado, lo cual implica el establecimiento de cinco áreas de misión, en lo específico con aquella que otorga instrucciones para el cumplimiento de tareas relacionadas con la utilización de sus medios en el contexto de Emergencia Nacional y Protección Civil, se contemplan todas aquellas misiones que se realicen como contribución a las diferentes agencias para hacer frente a este tipo de hechos, con el fin de minimizar o neutralizar sus efectos inmediatos y apoyar la recuperación de aquella infraestructura y servicios afectados, por lo que mantiene una constante orientación de poseer medios adecuados, en condición de ser empleados para estos fines (Armada de Chile, 2017).

Como parte de las Organizaciones que integran dichos componentes institucionales, la Infantería de Marina de la Armada de Chile, por medio de la Brigada Anfibia Expedicionaria, se constituye en la columna vertebral del aporte institucional a la contribución ante emergencias y catástrofes, dadas sus particulares características, las que se orientan a operar desde el mar, empleando las naves de superficie oceánicas para subsistir logísticamente en cualquier terreno y condición climatológica, pudiendo aproximarse, salvo limitadas excepciones, a la mayoría del territorio nacional, siendo capaces de emplear los buques que la transportan como verdaderos centros de distribución para satisfacer todo tipo de requerimientos o emplear la capacidad instalada de una determinada zona para la obtención de sus insumos, ante escenarios de menor complejidad (Montagna & Álvarez, 2014).

En consecuencia, a raíz de lo recurrente de las causas ya expuestas, se desprende la necesidad de poseer la condición denominada “listos a reaccionar”, la cual implica en términos logísticos, el contar con niveles de inventario que signifiquen hacer frente a una contingencia, sin la necesidad de esperar el arribo de los suministros necesarios para tales efectos.

De aquello, se origina el presente trabajo, el cual por medio de la aplicación de modelos matemáticos, pretende aproximar una manera de dimensionar los niveles logísticos que una fuerza de tamaño Batallón de Infantería de Marina requiere conservar de manera estable con el fin de poder ser empleada, como ya ha sido expuesto en párrafos precedentes, en un escenario de catástrofe y/o emergencia, como consecuencia de un fenómeno natural u otro de similar impacto.

Una manera de poder establecer aquello, es priorizando los requerimientos con el empleo del método de Pareto, para luego, determinar la cantidad que sea más económica de adquirir, lo cual se logra, a lo menos para este caso, con el sistema denominado como Cantidad Económica de Pedido (Rodríguez, 2015).

Finalmente, se proporcionan una serie de conclusiones extraídas durante el estudio del caso, las que se contrastarán con los costos de mantener los insumos sin realizar el proceso que se propone, a fin de comparar los beneficios del mismo, con lo cual se busca aportar con datos de valor que permitan hacer más eficiente los procedimientos utilizados para la administración de los inventarios de este tipo de unidades, obteniendo como resultado a partir de esto, la eventual focalización de los recursos en aquellos elementos que resultan críticos por su demanda, por sobre otros que a la luz de lo desarrollado no lo son tanto.

Comprendiendo las variables y modelos seleccionados

Durante esta parte del trabajo, se tomarán en consideración diversas publicaciones que describen los elementos que fueron incluidos para la redacción de este estudio, los cuales tienen relación con los Batallones de Infantería de Marina, Operaciones de Ayuda Humanitaria y Alivio ante Desastres, Método de Pareto y de Cantidad Económica de Pedido.

Batallones de Infantería de Marina

No es posible hablar sobre los Batallones de Infantería de Marina, sin describir la Brigada Anfibia Expedicionaria y esta, sin definir qué es el Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada de Chile. Este último nace durante los albores de nuestra nación, específicamente el año 1817, cuando por orden del entonces Brigadier General Don Bernardo O´Higgins Riquelme, debieron embarcarse en los Buques de nuestra incipiente Marina, veinticinco cazadores del Ejército Libertador de Los Andes, lo que marca el hito fundacional de esta Fuerza de Combate (Toledo, 2009), habiendo tenido diversos roles, los cuales lo han llevado a evolucionar en uno de carácter anfibio, el que fue reasumido a contar del año 1964 (Aranda, 2018), para finalmente el año 2012 activar la Brigada Anfibia Expedicionaria (BAE).  Sobre ella, la literatura habla entre otras cosas que esta, en su rol clásico, durante el empleo del potencial bélico, se orienta a complementar el Poder Naval, con el fin de accionar en el amplio espectro de las operaciones militares (Hardy, 2005). Está compuesta por el Comando de Brigada y los Batallones IM Olave, Hurtado, Miller y Aldea, siendo en estos últimos, dadas sus características, donde se focalizará este estudio.

Operaciones de Ayuda Humanitaria y Alivio ante Desastres

De lo antes mencionado sobre los Batallones IM, una de las principales características que se desprenden, es la flexibilidad de los mismos. En tal aspecto, la esencia de su existencia radica en ejecutar operaciones de guerra, sin embargo, como una consecuencia de aquello, mediante el empleo de sus capacidades remanentes, pueden a su vez actuar en el tipo denominado como “distintas de la guerra” (United States Of America Joint Staff, 1995). Dentro de ellas, es posible distinguir aquellas de Ayuda Humanitaria y Alivio ante Desastres, siendo definidas como las cuales donde las organizaciones de la Defensa actúan como parte del aparato destinado a mitigar los efectos de un hecho con consecuencias desastrosas para una determinada comunidad, proveyendo asistencia específica durante momentos de calamidad (Defense, 2016).

Método de Pareto

Como se nombró anteriormente, el método de Pareto, también conocido como 80/20, fue descubierto de manera empírica a comienzos del siglo pasado por el economista italiano Wilfredo Pareto (Bonet, 2005) adquiriendo una amplia aceptación en la década de 1950 (Gándara, 2014). Existe la costumbre de aceptar que esta regla, si bien no es exacta en cuanto a sus números, es altamente empleable a la hora de querer priorizar aspectos de un determinado problema. Es por esto que los “pocos vitales” deben ser separados de los “muchos triviales” al momento de querer analizar un fenómeno, comprender sus causas y aquellos efectos que se desprendan del mismo (Izar, 2004), siendo ampliamente empleado en la teoría de inventarios (Castro, 2011), en cuanto a la priorización de los elementos que se mantienen en los mismos, a fin de lograr mayor eficiencia en su manejo, permitiendo de esta manera disminuir los costos que se producen en esta materia (Maldonado, 2011).

Método de Cantidad Económica de Pedido (EOQ)

Este fue inicialmente presentado por Ford Whitman Harris en la revista “Factory, The Magazine of Management” en 1913 (Velásquez, 2013) y permite generar un modelo básico para el manejo de todo tipo de inventarios, mediante la descripción de un determinado equilibrio entre los costos de efectuar un pedido o la compra de un artículo sobre el hecho de mantenerlo almacenado. Para poder emplearlo, es necesario que ocurran algunos supuestos: La tasa de demanda debe ser conocida y constante en el tiempo, es decir, no se encuentre sujeta por ejemplo a fenómenos estacionales y que no existan faltantes, o sea que tanto el arribo de un lote como el consumo del mismo sea total en el tiempo establecido para dichos fines.

Aplicando el Modelo a la muestra seleccionada

Dado que lo que se busca, es dar a conocer una aproximación diferente a la manera en cómo se gestionan los inventarios y con ello, una capacidad crítica de nuestra Infantería de Marina y consecuentemente de la Armada de Chile, los resultados matemáticos, pese a ser decidores, no poseen mayor relevancia que el proceso en sí mismo, el cual fue aplicado a una serie de cargos del inventario general de un Batallón, considerando elementos de manera general, presentando además costos relativos y de validez utilizable, únicamente para los fines que encierra este artículo.

O    Paso 1: Categorización de los inventarios de un Batallón de Infantería de Marina, mediante el Método de Pareto.

    La muestra analizada, opera a base de una serie de artículos, los que, para efectos de este trabajo, requieren ser priorizados obteniendo aquellos sobre los cuales enfocar la mayor cantidad de recursos y por ende mantenerlos de manera permanente. Para poder lograr lo anterior, como fue expuesto, se empleará el método de Pareto, el que señala que solo unos “pocos vitales tienen mayor importancia que muchos triviales”, es así que aplicando la lógica que indica que mientras más frecuencia tengan en el inventario, mayor será la relevancia que estos posean, logrando resultados, que en la generalidad de los casos implican una correlación con la regla descubierta por el previamente nombrado economista italiano

    La muestra analizada efectúa una separación en Equipo Individual, Equipo Colectivo, Equipo Colectivo Especial, Armamento, Optrónica, Maniobra, Propulsión y Buceo, siendo estos seleccionados de manera arbitraria, presentando todos ellos una serie de distribuciones internas, que agrupan una gran cantidad de elementos, los que no serán exhibidos por la extensión de las mismas. Para fines de materializar el proceso en cuestión, se empleará la segmentación “Equipo Individual”, siendo sus resultados replicables de forma análoga, a los demás listados de insumos

    En ambas tablas sucesivas de la Figura Nº 4, es posible evidenciar la frecuencia de cada uno de los elementos, la que es representada por la columna “cantidad”. Es importante prestar atención a la denominada “Sin Priorizar”, donde la numeración asignada corresponde únicamente a una clasificación arbitraria. Seguidamente, lo que se expone en la “Tabla Priorizada”, representa la categorización de los insumos, siendo esto de vital importancia para fines de este trabajo, dado que se pretende hacer foco sobre aquellos que poseen una mayor participación en el inventario. Seguidamente, a partir de lo antes ejecutado, se obtienen participaciones porcentuales y numéricas, lo que otorga, a partir de los parámetros que se exponen en la Figura N° 5, lineamientos generales para la categorización porcentual de los ítems.

    Al analizar algunos de los datos obtenidos, los cuales aluden la categorización de los elementos, en primer lugar, se observa que los que obtienen una clasificación del tipo “A”, son solo tres,  representando aproximadamente el 18% del total de los ítems analizados, los que ascienden a 17, implicando el 80.52% del total del Equipamiento Individual del Batallón, todo ello es verificable esquemáticamente en el Gráfico Nº1:

    En la siguiente Tabla se muestran los resultados obtenidos luego de priorizar el inventario, para el resto de la muestra.

    Pudiendo, además dar cuenta de lo anterior de forma gráfica para cuatro de las segmentaciones seleccionadas.

O    Paso 2: Aplicación del Modelo EOQ a los inventarios que son parte del análisis.

    Dado que el modelo ya fue descrito, se procederá directamente a su aplicación, todo ello para una calidad de servicio del 80%, considerando como punto de partida, las degradaciones que se muestran a continuación

    Esto quiere decir que la cantidad de elementos que el inventario debe satisfacer, está dada por la relación entre el total de insumos y los años que estos deben permanecer operacionales y en condiciones de ser utilizados. Aquello es posible de mostrar para cada uno de los inventarios analizados, los cuales se consideran al 80% de su máximo aceptado, empleando a modo de ejemplo, nuevamente, lo concerniente a equipo individual.

    Seguidamente, para conseguir los costos de ordenar, debido a la dificultad que existe para definirlos, se trabajó bajo el supuesto de cargos por transporte y costos unitarios obtenidos de fuentes abiertas, haciendo presente que esto es solo para fines académicos pues, evidentemente, existirán otros importes, los que al ser sumados y de aplicarse el modelo, la paridad, y por ende el equilibrio, serán alcanzados.

    Por otra parte, el costo de mantener se consideró como el factor temporal de almacenar los elementos en el tiempo, lo que se encuentra regido por la tasa de interés anual de Chile, multiplicado al valor unitario del respectivo ítem. Si bien esta ha sufrido diversos cambios y ajustes principalmente a la alta durante el último tiempo, en promedio presenta un resultado cercano al 2,4%, siendo este el factor que se empleará para el desarrollo del caso (no considerando elementos estacionales dados por los efectos económicos derivados de la Pandemia).

    Una vez reunidos los datos necesarios, es posible desarrollar los cálculos utilizando para esto el ítem Nº1 “cubrecascos” para fines de explicar con mejor claridad la aplicación del método al inventario.

    Teniendo como resultado un Q* para cubrecascos de 50,40 unidades por año. Si se quiere saber cuántos pedidos se deben realizar para dicho período de tiempo, se debe dividir la Demanda “D” por el valor de Q* recientemente calculado:

    Las representaciones matemáticas de los costos de mantener y pedir, ya fueron descritas en páginas anteriores, por lo que al reemplazar los valores se obtiene:

    Nótese que ambos costos tienen el mismo valor, esto se produce por la paridad que el modelo entrega entre las cantidades financieras necesarias para pedir y mantener, en relación al número óptimo de elementos que deben incluirse en cada orden. Esto es visible en la figura siguiente, donde en adición, se da cuenta del comportamiento en el tiempo, del sistema en cuestión:

    Luego de haber expuesto la totalidad de los cálculos que encierra el modelo EOQ, específicamente para el ítem descrito, es posible replicar en la totalidad de la muestra seleccionada para este ejemplo, siendo posible dar cuenta de los resultados en la siguiente:

Conclusiones

Inicialmente, es importante reflexionar sobre la clara obligación de contar con organizaciones capaces de hacer frente a la alta tasa de desastres naturales y operaciones derivadas de Estados de Excepción Constitucional, no olvidando que la razón de ser toda Unidad de Infantería de Marina, es obtener la victoria en el combate, siendo todos los elementos, aunque considerados bajo un prisma teórico, necesarios para tales fines.

Si bien el resultado final fue de aproximadamente 640 millones de pesos chilenos, para satisfacer el 80% de la demanda, lo que reduce en un 21% el costo de adquirir la totalidad del inventario empleado para el estudio, lo cual evidentemente es sustancial, es importante destacar que el principal efecto lo posee la priorización de los elementos que conforman un inventario, junto a la simpleza del modelo presentado, el que otorga la posibilidad de conservar de forma más eficiente, los insumos de mayor importancia para el cumplimiento de una determinada tarea.

En adición, a base de lo presentado en este análisis, se otorga un dimensionamiento que aporta con datos que pueden ser empleados como factor de planeamiento para futuras adquisiciones, siendo relevante el hecho de lo despreciable de los costos, en relación a los beneficios que significa poseer Unidades de Infantería de Marina en condiciones de actuar de manera inmediata, no únicamente en el escenario desarrollado durante este estudio, sino que además como complemento insustituible del poder naval de la nación, dónde y cuándo sea necesario.

Fortis Atque Fidelis!

Inicie sesión con su cuenta de suscriptor para comentar.-

Comentarios