- Fecha de publicación: 01/02/2009.
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EL LIDERAZGO EN LA
INFANTERÍA DE MARINA
* Contraalmirante IM. Oficial de Estado Mayor. Destacado colaborador de Revista de Marina, desde 2003.
MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS
Cristián Del Real Pérez*
- Introducción.
P
ara un marino, y en particular para
un Infante de Marina, referirse al
liderazgo es hablar de la esencia
de su profesión, de la razón de ser de su
actividad y de la motivación fundamental
que orienta toda su vida personal y profe
-
sional. El Infante de Marina es, por natura
-
leza un conductor de hombres y por ende
debe llegar a ser un líder, único camino
para alcanzar la victoria en combate,
misión final de todo hombre de armas. Para el desarrollo del presente trabajo,
más bien a modo de introducción, con
-
ceptualizaré inicialmente algunos aspec
-
tos teóricos relativos al liderazgo, que
permita luego relacionar dichos aspectos
con su aplicabilidad en el ambiente de la
Infantería de Marina, para luego descri
-
bir el entorno particular que enmarca las
operaciones de las fuerzas de Infantería
de Marina, y en las que por tanto el desa
-
rrollo del liderazgo adquiere su praxis.
Posteriormente me referiré a modo de
ejemplo a algunas situaciones particulares
en las cuales la aplicación del liderazgo en
el estilo naval ha significado alcanzar los
objetivos y metas propuestas. Finalmente
esbozaré algunas conclusiones genéricas
y específicas acerca del tema expuesto.
- Desarrollo.
Para iniciar mis comentarios estimo
pertinente consensuar una definición
única de liderazgo, dado que si bien
existen variadas más o menos similares, no todas ellas contienen los elementos
que a mi juicio conforman la esencia del
asunto. De todas ellas, he seleccionado
como la más adecuada aquella que lo
define como “el arte de influir sobre la
gente para que trabaje con entusiasmo
en la consecución de objetivos en pro
del bien común”. Aceptando esta defini
-
ción podemos concordar entonces que
siendo “arte”, es decir destreza apren
-
dida o adquirida, el liderazgo no es nece
-
sariamente algo innato, dado que éste
puede ser desarrollado siguiendo las
conductas adecuadas que un sinnúmero
de publicaciones detallan al respecto.
Otro aspecto clave de esta definición es
la relacionada con “influir “sobre otros,
para lograr que ejecuten nuestra volun
-
tad, lo que se logrará mediante el poder
y/o la autoridad, teniendo presente que
en la medida en que se privilegie esta
última, mayor será la probabilidad de
incrementar las condiciones del verda
-
dero líder; y finalmente destaco que la
definición exige que el objetivo final del
liderazgo sea la consecución de objetivos
en pos del bien común, ya que de lo con
-
trario fácilmente podría confundirse éste
con el “caudillismo”, situación que a mi
juicio desvirtúa la razón de ser del líder,
especialmente del líder en el ámbito par
-
ticular de la profesión militar.
Una vez acordado el marco teórico
intentaré describir cual es la particulari
-
dad de la aplicación del liderazgo en las
fuerzas de Infantería de Marina.
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Estas fuerzas, com -
parten con el resto de
las fuerzas militares el
hecho de que, siendo su
razón de ser la defensa
de la Patria y de sus
intereses, deben estar
siempre preparadas
para enfrentar un con
-
flicto bélico. Es decir,
necesariamente deben
estar condicionadas física y mentalmente
para desenvolverse en el peor ambiente
en que un ser humano pueda encontrarse,
en la situación en que deberá quitar la vida
a otros seres humanos, circunstancial
-
mente definidos como enemigos por la
autoridad política, mientras intentará con
-
servar la propia vida y la de sus hombres.
Ahora bien, con el advenimiento de la
tecnología que avanza en el siglo actual a
velocidades cada vez superiores, pareciera
que, para la mayoría de las fuerzas milita
-
res este drama de la guerra pudiera verse
atenuado, dado el hecho que las fuerzas
opuestas ya no tendrían que enfrentarse a
las distancias cercanas en que ocurría en
las épocas anteriores, pudiendo disparar
armas destructivas a tanta distancia que
ni siquiera aquel que oprima el botón del
disparador estaría tan conciente de la des
-
trucción que conlleva esa pequeña acción.
La Primera Guerra del Golfo pareció ser el
mejor ejemplo de las guerras modernas y
las del futuro, en particular producto del
profuso empleo del arma aérea.
Sin embargo, sea cual fuere la tecno
-
logía para las fuerzas anfibias, rol fun
-
damental de las fuerzas de Infantería de
Marina, dicho aspecto será siempre sólo
un elemento importantísimo para lograr la
victoria en combate, pero en ningún caso
evitará que dichas fuerzas deban enfren
-
tarse con el enemigo cara a cara, en una
lucha metro a metro, (hoy día podríamos
decir casa a casa), en un ambiente en que
por una parte el escenario estará siendo
afectado por los efectos de las armas pro
-
pias y las del enemigo, mientras que por otra las acciones tácticas
estarán siempre unidas
al inminente riesgo de
camaradas de armas
muertos o heridos, por
los cuales siempre pen
-
saremos que pudimos
quizás hacer algo más.
En algunas ocasiones
dichos muertos o heri
-
dos no serán producto
de un tiro o misil lanzado desde tan lejos,
sino que incluso en el mundo globalizado
de hoy ello podrá ser efecto de la acción de
un francotirador detrás de un obstáculo,
de la metralla de una patrulla de embos
-
cada, o incluso del yatagán desenvainado
de un soldado al interior de una posición
defensiva que debe ser ocupada. Si este es
el ambiente normal que debemos esperar
enfrenten las fuerzas terrestres, cabe agre
-
gar que para el caso de las fuerzas anfibias
éste se ve recrudecido por la necesidad de
alcanzar un objetivo, partiendo normal
-
mente desde una condición de total infe
-
rioridad, hasta lograr al más breve plazo
aquella superioridad que permita vencer
en combate.
Este es, por ejemplo, el ambiente real
en que se han visto enfrentadas hoy en
día las fuerzas de Infantería de Marina del
país tecnológicamente más avanzado, en
Irak. Al respecto el periodista norteameri
-
cano Robert Kaplan luego de convivir con
dichas fuerzas en terreno nos describe
la experiencia vivida por un sargento de
Infantería de Marina, en su libro “Tropas
Imperiales”. Unos camiones de siete tone
-
ladas llevaron al pelotón hasta las afueras
de Nasiriya, donde experimentó su primer
tiroteo con los Fedayín de Sadam. Una
lluvia torrencial hizo que los hombres del
sargento de Segunda Clase, recientemente
ascendido, tuvieran que achicar agua en la
misma medida en que cavaban trincheras.
“Estaba oscuro como boca de lobo. La
lluvia enturbiaba las linternas pegadas al
cañón del arma. Sus prismáticos de visión
nocturna se empañaban. Por encima de
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sus cabezas y a sus lados silbaban las
balas. Más que dar miedo es abrumador.
La adrenalina no para nunca, pierdes la
sensibilidad y todo tu adiestramiento se
viene abajo”, explicó el sargento.En todo caso no
es necesario ir tan
lejos para corrobo
-
rar el ambiente en
que deben desen
-
volverse en com
-
bate las fuerzas de
Infantería de Marina;
de hecho desde
hace ya cuatro años
que nuestro país, a
través fundamen
-
talmente de sus Fuerzas Armadas se
encuentra participando en la Operación
de Paz en Haití, integrando la MINUSTAH,
y precisamente han sido fundamental
-
mente las fuerzas de Infantería de Marina,
las que han debido enfrentar un ambiente
similar al descrito, tanto producto de una
emboscada efectuada a una patrulla mili
-
tar liderada por un joven subteniente,
situación en la cual recibió una herida
grave en su mano; como producto de la
resolución de asumir el control del barrio
más conflictivo de Cité Soleil, circuns
-
tancia en la cual otra patrulla también
liderada por un subteniente recibió un
importante ataque de fusilería. Es muy
probable que ambos oficiales y su gente
hayan tenido los mismos pensamientos
que el Infante de Marina en Nasiriya. Con esta descripción sólo he querido
establecer claramente cuál es el ambiente
para el cual los Infantes de Marina debe
-
mos prepararnos, y es en este ambiente,
crudo, riesgoso, dramático, en que la vida
de civiles debe ser respetada y protegida,
asumiendo que no son beligerantes, (lo
que no siempre ocurre en los conflictos
modernos), mientras en oportunidades
ni siquiera podremos identificar a nues
-
tros enemigos sobre los que debemos
concentrar nuestros fuegos y el máximo
de la fuerza militar, en que el liderazgo se aplica en su máxima expresión; de lo con
-
trario, no existe posibilidad de lograr la
victoria. Ahora bien, si hemos sido capa
-
ces de imaginarnos al menos o de perci
-
bir en parte el entorno descrito podremos
darnos cuenta que el líder debe manifes
-
tarse en este caso en todos los niveles
del mando, desde la más pequeña orga
-
nización de combate como es el “equipo
de fusileros”, hasta quién tiene el mando
total de la fuerza, pasando por toda la
cadena del mando. En cualquier parte o
nivel en que el liderazgo no sea aplicado,
sus efectos pueden ser irrecuperables e
incrementará la probabilidad de pérdidas
de vidas de nuestros hombres. Es así entonces como en el Cuerpo
IM la formación del Infante de Marina
desde sus inicios está cimentada en el
liderazgo, siendo un mínimo de hombres
quienes no tienen la responsabilidad de
aplicarlo, dado que no poseen mando o
autoridad sobre otros Infantes. En todo caso es necesario reconocer
que, tal como lo expresa el experto norte
-
americano en política internacional y eco
-
nomía Thomas Friedman, el desarrollo
tecnológico que ha alcanzado la humani
-
dad en el siglo pasado, especialmente en
el área de las comunicaciones, tiende y
tenderá aún más en el futuro, a aplanar la
jerarquía militar, poniendo gran cantidad
de información al alcance de Oficiales y
Gente de Mar de menor rango, quienes
manejarán los computadores y la Inter
-
net como parte integral de su diario vivir,
lo que implicará por una parte una cierta
tendencia a utilizar las redes en los bajos
niveles de mando para consultar hasta las
decisiones más pequeñas a los mandos
superiores, que poseen la capacidad para
mantenerse en línea observando la situa
-
ción en tiempo real, y por otra parte serán
también éstos quienes sufrirán la tenta
-
ción de conducir las operaciones tácticas
en los niveles inferiores, pudiendo llegar
a interferir más que a agilizar las accio
-
nes, perdiendo la posibilidad de explotar
las oportunidades que nos otorga dicha
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tecnología. Ello nos obligará, a redoblar
nuestros esfuerzos por acrecentar el estilo
de liderazgo basado en la delegación de
autoridad en los niveles más bajos de la
conducción militar, considerando que,
siendo las Fuerzas IM reducidas, su for
-
taleza radica precisamente en que cada
Comandante debe ser capaz de asumir
oportunamente las iniciativas que mejor
permitan el cumplimiento de su misión,
asumiendo que será muy poco probable
que, una vez iniciado el combate, tenga
la posibilidad de recibir aclaraciones o
reorientaciones respecto de las órdenes
recibidas. Para lograrlo, su formación
debe ser integral desde los tiempos de
paz, no sólo en cuanto a sus capacida
-
des técnicas profesionales, sino que más
bien en cuanto a sus condiciones perso
-
nales, en las cuales los principios mora
-
les y valores espirituales adquieren una
importancia vital; destacando entre ellos
el valor físico sumado al valor moral. El
periodista Kaplan, citado anteriormente,
lo describe de la siguiente manera: “Es
cierto que la naturaleza cada vez más
descentralizada del mando, necesaria en
un mundo complejo, estaba concediendo
en Afganistán a los reclutas unos pode
-
res de toma de decisiones sin preceden
-
tes. Semejante responsabilidad requería
un sistema de creencias morales firmes,
del que el patriotismo laico sólo podía
formar una parte”. Por otra parte, reconociendo la exis
-
tencia valedera de diferentes tipos de
liderazgo y sus formas de desarrollarlo, los que son claramente expresados por
el Sociólogo Militar Capitán de Navío IM
(RN), Omar Gutiérrez en su texto “Lide
-
razgo Naval, desde lo tradicional a los
nuevos desafíos”; en el caso de las Fuer
-
zas de Infantería de Marina en particular, el
estilo debe ser basado en el fortalecimiento
del trabajo en equipo, especialmente en
la unidad más pequeña, concientes que
serán sus integrantes quienes con su
accionar decidido deberán lograr la supe
-
rioridad en su ámbito de responsabilidad
y será sólo la suma de las pequeñas victo
-
rias tácticas la que permitirán a la unidad
mayor vencer en combate. Ahora bien, ¿cómo se logra alcanzar
un buen liderazgo? Con un entrenamiento
exigente desde la paz, intentando simular
al máximo las condiciones de combate,
lo que contribuirá no sólo a lograr par
-
cialmente el ambiente real del conflicto
en sus diferentes niveles y formas, sino
que fundamentalmente a obtener la con
-
fianza para adoptar resoluciones someti
-
dos bajo presión. El Contraalmirante IM
Gastón Arriagada, quien fuera Coman
-
dante General del Cuerpo IM entre los
años 2000 y 2002 recuerda en su libro
“Reflexiones de liderazgo” que: “el entre
-
namiento permanente en condiciones de
clima adverso y terreno difícil contribuye
al éxito en el combate, por lo tanto, un
buen líder debe exigir un elevado nivel de
rendimiento de su unidad, partiendo de
una alta exigencia consigo mismo”. La historia del Cuerpo IM está jalo
-
nada por el positivo liderazgo ejercido
por los diferentes mandos que han con
-
ducido el todo o parte de sus fuerzas,
desde el Comandante Guillermo Miller
durante nuestras guerras de Indepen
-
dencia, hasta nuestros días en el de-
sempeño de las Unidades de Tarea IM en
Haití, pasando por el despliegue y alista
-
miento bélico durante la crisis del 78 con
Argentina, la destacada participación de
una Unidad de Tarea en Camboya y las
fuerzas integrantes de la MOMEP en el
conflicto Perú – Ecuador.
Unidad de Tarea IM en Haití.
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En la historia reciente podemos des -
tacar, cómo la aplicación de un adecuado
liderazgo permitió cumplir con éxito, una
importante tarea cuando la MINUSTAH
resolvió redesplegar una Sección de Fusi
-
leros IM desde su base en Cap Haitien
a Puerto Príncipe. Dicha Unidad no sólo
debió desplegarse en un breve plazo a su
nueva área de responsabilidad, sino que
además debió operar en forma combinada
con fuerzas de seis países, bajo el mando
de un General brasilero. En su nueva área
de responsabilidad y ante nuevas tareas,
la Sección de Fusileros sostuvo 5 enfrenta
-
mientos bajo fuego directo y 3 bajo fuego
indirecto, sin bajas que lamentar. El éxito se
basó en la aplicación de algunos principios
esenciales del liderazgo en el más claro
estilo naval, como fueron: comprender y
asumir claramente la misión encomen
-
dada, tanto durante el proceso de alista
-
miento para el redespliegue como durante
la operación en su nueva área; capacidad
para comunicar con claridad las tareas a
sus mandos subordinados, provenientes
por lo demás de un mando de idioma y
cultura diferente; motivación al personal
ante la nueva tarea encomendada, la cual
implicaba asumir mayores riesgos que los
enfrentados en la propia área de operacio
-
nes; mantención en forma permanente de
la preocupación por el bienestar del perso
-
nal, que debía permanecer desplegado en
una base desactivada y en condiciones por
debajo de los estándares establecidos por la propia ONU; preocupación permanente
por el alistamiento operativo de la Unidad,
evitando que el relajamiento sorprendiera
a su personal en los momentos de mayor
exigencia; potenciación del trabajo en
equipo fomentando las relaciones inter
-
personales, fortaleciendo los integrantes
y mandos claves de la Unidad, reflejando
sin ambigüedades el orgullo por su per
-
sonal por parte del mando; y finalmente
manifestar actitud positiva para aceptar
sugerencias de subordinados y críticas de
mandos superiores. Experiencias como la descrita y otras
similares han sido obtenidas durante la
aplicación del liderazgo a nivel Sección
y Unidades menores; sin embargo, a
nivel de mando de Batallón, también en
Haití la aplicación de los conceptos del
liderazgo naval por parte de los mandos
IM ha contribuido al cumplimiento de
su misión, en un ambiente operacional
muy diferente al tradicional, en el cual
las oportunidades y amenazas necesa
-
riamente deben ser analizadas con una
perspectiva diferente a la convencional. En efecto, cada Comandante y
Segundo Comandante Infante de Marina
del Batallón Chile, en Haití ha debido apli
-
car todos sus conocimientos y capacida
-
des de liderazgo para enfrentar una misión
en la cual no es posible conformarse con
ejecutar la administración de los medios
asignados, sino que por el contrario, han
debido conducir a su personal con energía
impulsadora, creatividad motivadora, ini
-
ciativa visionaria, actitud ejemplificadora,
valor orientador y esencialmente, entrega
personal como opción de servicio hacia su
personal y el pueblo haitiano. Ello también
ha quedado demostrado desde el inicio
del cumplimiento de la misión cuando
fue reconocido el efecto único obtenido
por el Batallón en su área de operaciones
al obtener un rápido control de la zona a
la vez que ganarse el respeto y adhesión
de la población local, desarrollando accio
-
nes que incluso inicialmente contrariaban
algunas obsoletas y extemporáneas políti
-
Infantes de Marina chilenos en operaciones de paz en Haití, integrando la MINUSTAH.
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cas de Naciones Unidas, y las que luego
fueron dispuestas a ejecutar por el resto de
las Fuerzas combinadas de MINUSTAH.Igual éxito se logró el año 2006 durante
el proceso eleccionario, cuando el Coman
-
dante del Batallón recibió la responsabili
-
dad de coordinar todas las fuerzas civiles
y militares en el Departamento Norte de
Haití, oportunidad en la cual el desarrollo
del trabajo en equipo fue primordial para
aunar los esfuerzos de una variada gama
de organizaciones de diferentes nacionali
-
dades, comprobando que la generación de
vínculos establecidos produjo las confian
-
zas necesarias para enfrentar la tarea. Otro
de los aspectos que cabe destacar fue el
hecho de haber distribuido las responsabi
-
lidades en forma equitativa, resaltando la
importancia de cada organización en el sis
-
tema, evitando de ese modo generar celos
profesionales en un ambiente internacio
-
nal en que en muchas ocasiones priman
los intereses nacionales por sobre el fiel
cumplimiento de la misión. Finalmente la
sencillez y claridad de las órdenes emiti
-
das a cada Comandante de área subordi
-
nada, así como la adecuada delegación de
autoridad para aplicar las iniciativas per
-
tinentes facilitó su conducción, debiendo
sólo prever actuar por veto. En procesos y
situaciones de crisis posteriores, el grado
de confianza logrado en el trabajo en
equipo, más la presencia permanente del
Comandante en terreno facilitó la resolu
-
ción oportuna de los problemas, situación
reconocida por funcionarios internaciona
-
les de Naciones Unidas con vasta expe
-
riencia en procesos similares.
Por último, así como he expuesto
algunos ejemplos prácticos de la eje
-
cución del liderazgo desde los niveles
más pequeños de nuestra organización,
debo mencionar que esencialmente el
estilo de liderazgo reforzando el tra
-
bajo en equipo nace desde lo más alto
de nuestra jerarquía. Es así como hace
unos pocos años atrás por primera vez
la Comandancia General del Cuerpo IM
reuniera a un grupo de Oficiales espe
- cialistas de diferentes grados para dis
-
cutir en un seminario amplio acerca de
la visión de futuro con la que debíamos
enfrentar los cambios a aplicar en el
Cuerpo IM en miras al Bicentenario. A
partir de esa ocasión se han obtenido
importantes aportes de oficiales sub
-
alternos y jefes en todos los ámbitos
de gestión del Comandante General y
de su Estado Mayor. De igual manera,
anualmente se ejecuta la reunión con los
Comandantes de Unidades IM y Jefes
de Reparticiones, y a partir del año 2008
se lleva a cabo una reunión anual del
Comandante General con los Oficiales
Superiores del Cuerpo. La particularidad
de estos eventos es que ellos no se redu
-
cen a una mera transmisión de informa
-
ción por parte del mando, sino que por
el contrario, son verdaderas instancias
de análisis y discusión de los temas de
mayor relevancia para el Cuerpo IM, en
las cuales en un grato ambiente cada
Oficial expresa abiertamente sus opinio
-
nes y presenta sus sugerencias funda
-
mentadas respecto a nuestro accionar y
a la forma de enfrentar el futuro que nos
permita continuar por la senda que ha
sido definida en nuestra visión. Dichos
Oficiales y Mandos a su vez han debido
ejecutar similares acciones con sus
subordinados, recogiendo el aporte per
-
sonal de todos los Oficiales y Gente de
Mar, de manera que no se limiten a par
-
ticipar del proceso de cambio sino que
sean parte comprometida con él.
El trabajo en equipo nace desde lo más alto de nuestra jerarquía.
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BIBLIOGRAFÍA
1.- El Arte de Mandar : Captain S. W. Roskill
2.- El camino del Líder: Daniel Fischman
3.- La Máscara del mando: John Keegan
4.- El liderazgo y la nueva ciencia: Margaret J. Wheatley
5.- Tropas Imperiales: Robert D. Kaplan
6.- Reflexiones para un Jefe: P. Jose Kentenich
7.- Liderazgo Naval : Omar Gutiérrez Veldebenito
8.- Reflexiones de Liderazgo: CA IM Gastón Arriagada R.
9.- La Paradoja: James C. Hunter
10.- Informes de Experiencias U.T. Haití
* * *
- Conclusiones.
Para finalizar, podemos sintetizar
entonces lo expuesto en las siguientes
ideas, a modo de conclusión:
• Reconociendo la existencia de diferen
-
tes tipos de liderazgo, el ambiente en
que se desenvuelven las Fuerzas IM
requieren la aplicación de un liderazgo
fundamentalmente basado en el tra
-
bajo en equipo, absolutamente conse
-
cuente con el estilo del liderazgo naval
aplicado por siempre en la Institución.
• El desarrollo de la tecnología otorga
mayor capacidad a las fuerzas milita
-
res, sin embargo en particular en las
Fuerzas IM la potenciación del lide
-
razgo siempre incrementará en mayor
medida nuestro mayor factor de
fuerza, el propio Infante de Marina.
• La participación de la Fuerzas IM en Haití no sólo ha contribuido a desarro
-
llar el estilo de liderazgo aplicado en
el Cuerpo IM, sino que ha permitido
demostrar su correcta aplicación por
parte de toda la cadena de mando.
• El escenario del combate previsi
-
ble esperar en que se desenvolverán
las Fuerzas IM en el futuro cercano,
exigen cada vez más un reforzamiento
del liderazgo más bien transversal, en
el cual los Comandantes en cada nivel
sean capaces de filtrar la gran canti
-
dad de información que manejarán
para adoptar las mejores resoluciones
tácticas y operativas, consecuentes al cumplimiento de su misión y a la
intención del Comandante.
• La tecnología de las comunicaciones
además de producir gran cantidad de
información permite a los mandos
superiores mantener permanente
visión del accionar de sus subordina
-
dos hasta el nivel individual, por lo
que los Comandantes en los niveles
más altos deberán aprender a inhi
-
birse de entrometerse en las deci
-
siones de los escalones inferiores,
actuando esencialmente por veto.
• La participación directa de los mandos
inferiores y en particular de algunos inte
-
grantes de la organización que posean
conocimientos o aptitudes específicas,
en instancias de planificación y desa
-
rrollo facilitará la conducción de dicha
organización y permitirá que la doctrina
común sea claramente comprendida y
asumida por todos sus integrantes.
• Con mayor validez que nunca, el líder
deberá caracterizarse por ser capaz de
prever oportunamente la ejecución
de los cambios que deba aplicar a su
organización y a sus procedimientos,
para enfrentar el incierto mundo en
que deberemos actuar, bajo la pre
-
misa que aquello que permanece
estable no crece, sino por el contrario,
como las células del cuerpo, sólo evo
-
luciona aquello que se manifiesta en
permanente transformación.
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